Durante el siglo XIII, en una zona del sur de Francia, conocida como el Languedoc, habita una secta cristiana conocida como los "cátaros". Considerada por la Iglesia Católica de la época como una herejía, inicia una campaña militar para asesinar a la gran mayoría de sus integrantes.
El surgimiento del capitalismo estuvo asociado al debilitamiento de la estructura feudal, cuando los comerciantes y los artesanos se instalan en los pueblos dejando un tanto de lado tal estructura caracterizada por una división social de castas, con sus derechos y obligaciones. Como los cátaros se oponen a varios preceptos básicos de la Iglesia, rectora del feudalismo, pueden considerarse como un sector promotor del capitalismo naciente.
Si bien el orden medieval es defendido como una sociedad cristiana, basada en los Evangelios, es posible advertir que llevaba en su estructura muchos aspectos opuestos, especialmente la manera "poco cristiana" de combatir a una secta que no presentaba peligrosidad alguna, excepto para quienes el poder terrenal predominaba sobre otros objetivos.
Si quisiéramos sintetizar al cristianismo respecto a sus normas de acción, podríamos sintetizarlo en dos principios básicos:
1- Considera la existencia de un orden natural constituido por leyes naturales invariantes a las cuales nos debemos adaptar ("Buscad el Reino de Dios y su justicia, que lo demás se os dará por añadidura"). De ahí que el Reino de Dios, o gobierno de Dios a través de sus leyes, se opone a todo gobierno, mental o material, del hombre sobre el hombre.
2- Busca la igualdad entre todos los seres humanos proponiendo adoptar la predisposición a compartir penas y alegrías ajenas como propias ("Amarás al prójimo como a ti mismo").
Una teocracia indirecta, en la cual existen intermediarios entre Dios, o el orden natural, y el resto, tiene el inconveniente de que fácilmente puede convertirse en un gobierno de hombres sobre hombres, o de intermediarios sobre el resto, que es lo que ha sucedido com Mahoma y sucedió principalmente con la Iglesia Católica medieval. Esto sucedió al elevar a Cristo de intermediario a Dios y así poder ocupar los sacerdotes la postura de intermediarios, en lugar de difusores del cristianismo.
De ahí que la mejor opción sea una teocracia directa, en la cual todo individuo tenga acceso a las leyes naturales que conforman nuestra personalidad individual, lo que esencialmente constituyen los Evangelios, si bien posteriormente se redujo tal teocracia directa a una teocracia indirecta con las falencias por todos conocidas.
Desde esta visión se podría interpretar al "pecado original" como una prohibición no cumplida por los hombres cuando tienden a reemplazar las leyes naturales (o leyes de Dios) como referencia, para ubicar en su reemplazo a criterios humanos alejados de dichas leyes.
Volviendo a los cátaros, encontramos que se oponen al gobierno del hombre sobre el hombre que caracteriza al orden medieval. Leemos al respecto: "Hay que reconocer que los cátaros condenaban todo lo que constituye los resortes del feudalismo. Una de sus oraciones hace alusión al carácter satánico de la jerarquía vasallática y de toda sociedad basada en la subordinación forzada de un hombre a otro. El emperador ordena al rey, el rey al conde, el conde al caballero; cada uno se esfuerza por esclavizar a su prójimo" (Del libro "Los cátaros" de René Nelli-Ediciones Martínez Roca SA-Bercelona 1989).
El citado autor agrega: "La misma teoría echaba por tierra, en un plano muy diferente, uno de los fundamentos del feudalismo: el valor atribuido a la sangre, y la idea de que las virtudes y el derecho de dominar a los demás se transmiten de padre a hijo".
Respecto de la guerra, leemos: "También se rechazaba la noción de bellator, de guerrero, sobre la que se basa el sistema feudal. Dado que el catarismo condenaba la guerra, cuya única razón consistía en hacerla".
Aunque el mandamiento cristiano aludía al "prójimo", en la Edad Media europea la mujer ocupaba un lugar subalterno, error que intentaron corregir los cátaros. René Nelli escribe al respecto: "El matrimonio es también una especie de contrato que sólo adquiere su valor por el hecho de ser considerado como un sacramento. Y sólo pertenece al sistema feudal en la medida en que no es igualitario e implica la subordinación de la esposa al esposo. En la Edad Media, el marido era el «señor» de su mujer. ¿No era preciso que hasta el más humilde de los labradores dispusiese de alguien a quien poder dar órdenes?".
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