domingo, 27 de febrero de 2022

Adaptación al mercado vs. Corrección del mercado

Entre los pensadores que adhieren a la economía de mercado, encontramos algunas diferencias. Así, hay quienes proponen una adaptación ética del individuo que intercambia bienes y servicios, por una parte, y quienes recomiendan realizar ciertas correcciones del sistema, por otra parte. Tales posturas pueden sintetizarse en: Adaptar el individuo al sistema vs. Adaptar el sistema al individuo.

La primera alternativa implica un excesivo economicismo por cuanto significaría adoptar lo económico como la referencia para nuestras vidas. Sin embargo, en el caso de la economía de mercado, resulta ser una adaptación indirecta a la economía. Ello se debe a que el vínculo económico básico del mercado es el intercambio libre que beneficia a ambas partes. Para ello, es necesario adaptarse previamente a la ética natural, esencialmente la ética cristiana, lo que implica adoptar una actitud frente a la vida que contempla la supervivencia de la especie humana. Georges Burdeau escribió: "El liberalismo es una actitud, es decir una predisposición de la mente a considerar en determinada perspectiva los problemas que plantea al hombre la organización de la vida en sociedad".

"Por ello, incluso si el término liberalismo no aparece por primera vez para calificar una doctrina sino en 1823, en el léxico de Claude Boiste, el movimiento de ideas que designa es muy anterior a esa fecha. A decir verdad, en cuanto vinculado indisolublemente con la idea de libertad, el liberalismo es tan antiguo como la lucha emprendida por el hombre para que esa libertad le fuera reconocida" (De "El liberalismo político"-EUDEBA-Buenos Aires 1983).

Habiendo autores que no distinguen entre una competencia para establecer una mayor cooperación (como la del goleador que quiere hacer más goles que sus compañeros, para beneficio del equipo), y una competencia netamente egoísta, señalan que resulta "injusto" el punto de partida, en la competencia en el mercado, en el caso de aquellos que, por herencia genética o por herencia familiar, disponen de medios más eficaces para esa competencia egoísta. En cambio, para quienes contemplan la competencia para la cooperación, no ven en ello ningún inconveniente.

De la misma manera en que resulta imposible, y absurdo, que una sola mente, o un reducido grupo de personas, pueda tener información adecuada para dirigir los millones de intercambios económicos cotidianos que acontecen en un país, resulta imposible que alguien puede calificar de justa o injusta una herencia ya que ni siquiera sus beneficiarios pueden vislumbrar sus efectos. Respecto del capital físico y del capital humano, Milton y Rose Friedman escribieron: "La cantidad de uno y otro recurso que posee cada uno de nosotros es en parte resultado del azar, y en parte de nuestra propia elección o de la ajena. El azar determina nuestros genes y, a través de ellos, afecta nuestras capacidades físicas y mentales".

"El azar señala la clase de familia y el contexto cultural en que nacemos y, consecuentemente, nuestras oportunidades para desarrollar nuestra capacidad física y mental. El azar fija igualmente otros recursos que podemos heredar de nuestros padres u otros benefactores. El azar puede destruir o potenciar los recursos con que contamos. Pero también la decisión personal desempeña un importante papel. Nuestras decisiones relativas a cómo emplear nuestros recursos, si trabajar mucho o tomarlo con calma, si aceptar un empleo u otro, si iniciar un negocio o no, si ahorrar o gastar, todo esto puede significar la pérdida de nuestros recursos o que los mejoremos o aumentemos. Decisiones semejantes de nuestros padres, de otros benefactores, de millones de personas que pueden no estar en relación directa con nosotros, afectarán nuestro patrimonio" (De "Libertad de elegir"-Ediciones Grijalbo SA-Barcelona 1980).

Si bien John Rawls es considerado por varios autores como liberal, no parece serlo ante la opinión de Alberto Benegas Lynch (h), quien escribió: "A partir de la publicación de la obra de John Rawls A Theory of Justice se ha desatado con mayor ímpetu el deseo irrefrenable por manipular al ser humano con el pretexto de que hay personas que tienen ventajas «no merecidas». En primer lugar, debe subrayarse que no merecemos haber nacido donde lo hicimos, ni con nuestras respectivas características físicas e intelectuales, tampoco merecemos nuestros ingresos ya que son en gran medida consecuencia de las tasas de capitalización que producen otros y así sucesivamente, de lo cual no se sigue que terceros se arroguen la facultad de quitarnos esas situaciones (ni quitarnos la vida que en ningún caso merecemos)".

"Pero hay mucho más en este asunto. Las habilidades fruto del esfuerzo personal (que Rawls excluye ya que centra su atención en las «naturales, no merecidas» y no en las «adquiridas») son el resultado de los talentos naturales ya que nos proporcionan condiciones básicas del carácter y las correspondientes potencialidades para adquirir lo que adquirimos de modo que la separación se torna muy viscosa e imposible de precisar".

"En segundo término, nadie puede hacer un inventario de talentos puesto que ex ante [desde antes] no se conocen (ni siquiera el propio sujeto actuante ya que se van revelando a medida que se presentan las oportunidades, las cuales pueden no surgir si hay una amenaza de expropiar talentos). Tercero, en la medida en que no funcione el mercado (cosa que es bloqueada por Rawls debido a su redistribución «para compensar» diferentes talentos y por no considerar el derecho de propiedad como parte de su «lista de libertades básicas»)".

"Ya he apuntado antes que Anthony de Jasay escribe en Market Socialism: The Square Circle que es autodestructiva la tendencia a nivelar antes de que comience «la carrera por la vida» al efecto de pulir ventajas no adquiridas por el corredor puesto que, para ser consistente, habrá que nivelar nuevamente a la llegada, de lo contrario la próxima carrera en la que participarán los herederos mostrará nuevamente desigualdades «no ganadas» que deberán limarse lo cual hace que la carrera misma carezca de sentido".

"Es que, como señala C.S. Lewis en The Abolition of Man, estas manipulaciones del ser humano no sólo revelan una arrogancia y una presunción del conocimiento realmente abrumadora sino que, como agrega Thomas Sowell en In Quest for Cosmic Justice, los planificadores de vidas ajenas se arrogan la facultad de concebir una justicia supraterrenal que nada tiene que ver con la clásica definición de Ulpiano de «dar a cada uno lo suyo» sino que se pretenden ubicar en el rol de Dios en la Creación y en el día del Juicio Final, en cuyo contexto se esgrime una idea de justicia tan atrabiliario como el sostener que «es injusto» que llueva o que el sol aparezca por el este" (De "Vivir y dejar vivir"-Fundación Libertad-Buenos Aires 2014).

miércoles, 23 de febrero de 2022

¿Es mejor un mal empresario que ninguno?

Cuando en una región existe un solo empresario, en un determinado ramo de la economía, y sin ningún competidor, es posible que se convierta en un mal empresario; esto es, que intente beneficiarse perjudicando a otros, aprovechando su situación predominante. Este es el caso de un empresario de Mendoza que, entre otros atributos, se dedica a la usurpación de tierras fiscales. Sin embargo, un pintoresco y elegante barrio en el pedemonte mendocino, no existiría si no existiese tal empresario.

En el ambiente local, es posible escuchar opiniones de gente que ha sido perjudicada de alguna forma por dicho grupo empresarial. Incluso ha cercado tierras fiscales, con guardias armados inclusive, que impide que algunos deportistas se entrenen por esos lugares. En otra ocasión, alguien del grupo adquiere un avión y se dirige al aeropuerto de San Rafael y comienza a construir un hangar sin siquiera pedir autorización a las autoridades del lugar. Ante la negativa a tal construcción no autorizada, el citado personaje descalifica públicamente al director del aeropuerto a través de radios y canal de televisión del grupo mencionado.

Se ha considerado como "mal empresario" al que perjudica a otros individuos, aun cuando, por su propio interés, se esmere en ofrecer bienes y servicios de cierta calidad. En cambio, alguien que ofrezca bienes y servicios de mala calidad, no puede considerarse como "empresario", sino como un vulgar estafador que, tarde o temprano, perderá su clientela.

Si no existiese el mal empresario, consecuencia principal de la ausencia de otros empresarios que compitan con él y que lo obliguen a mejorar su conducta, como también por la complicidad de políticos a cargo del Estado, mucha gente carecería de trabajo. De ahí que, en primera instancia, un mal empresario resulta mejor que ninguno, por la sencilla razón que la explotación laboral es menos mala que el desempleo, de la misma manera en que la esclavitud es menos mala que la muerte.

Otro de los aspectos negativos que en un país producen los malos empresarios es que son los principales "fabricantes de peronismo" (y de marxismo). Cuando alguien se siente perjudicado por tales personajes, tiende a simpatizar con todo sector político antiempresarial y a votar a favor de tal sector, durante el resto de sus días. Es así como hemos caído hasta niveles de pobreza nunca antes visto en el país, con la posibilidad de seguir cayendo todavía más.

martes, 22 de febrero de 2022

El derecho natural a lo largo de la historia

La existencia de leyes naturales invariantes resulta ser el fundamento tanto de la ciencia experimental como de la religión moral. Al tenerse presente la existencia de tales leyes, que involucran al propio ser humano, surge el derecho respectivo. Es decir, en forma semejante en que las leyes establecidas por los seres humanos dan lugar al derecho positivo, las leyes naturales dan lugar al derecho natural.

Se advierte la existencia del derecho natural, históricamente, por la necesidad de protección que los débiles requieren ante los excesos de los tiranos. Jacques Leclercq escribió: "El derecho natural sirve de argumento de oposición contra los gobernantes injustos en aquellos que se consideran con el derecho a sublevarse. Es el recurso de los débiles. Se cita por doquiera, como una de sus primeras afirmaciones, un fragmento de la Antígona de Sófocles. Como se le prohíbe enterrar a su hermano, ella opone al tirano «los decretos divinos, leyes no escritas e inmutables. No son -dice ella- ni de hoy, ni de ayer y nadie sabe a qué lejano pasado se remontan»".

"Los gobernantes no ven, generalmente, con buenos ojos el derecho natural, porque no se lo invoca, como no sea más que para hacerle resistencia. Esto se ve ya en la sociedad familiar, en que los padres no gustan de que sus hijos pretendan tener derechos. La inclinación natural de todo gobernante va hacia el paternalismo: quiere que sus subordinados se abandonen a su sabiduría y bondad; cree por costumbre que hace más de lo que debe, y que sus subordinados le deben reconocimiento. Discutir sobre si hay derecho a hacer tal cosa o a tomar una medida es poner en duda o su sabiduría o su virtud".

"Además que mientras los súbditos estén contentos, no se habla de derecho natural. No se discute sobre la justicia sino cuando hay injusticia, y el derecho natural sirve para afirmar los derechos del hombre. Estos derechos del hombre son tanto el derecho de hacer lo que se quiere, cuanto, como en el caso de Antígona, el derecho de cumplir con el deber-derecho frente al gobernante, derecho dictado por la moral. El derecho del hombre es, pues, en ciertos casos, el derecho de la persona a disponer de sí misma, en otros, el primado de la moral" (De "Introducción a las ciencias sociales"-Ediciones Guadarrama SL-Madrid 1961).

La libertad individual tiende a consolidarse en cuanto reemplazamos el gobierno de seres humanos concretos por el gobierno imparcial de alguna forma de ley. Así, las sociedades democráticas establecen leyes fundamentadas en la ley natural, lo que constituye esencialmente un objetivo del liberalismo político. Por otra parte, el gobierno de Dios sobre el ser humano, a través de leyes naturales, simbolizado por el Reino de Dios, apunta a objetivos similares. Sin embargo, las sociedades en crisis anteponen el gobierno del Estado, materializado por políticos que rechazan la ley natural, con los pobres resultados advertidos por todos. El citado autor agrega: "La idea de ley natural superior a la ley positiva se encuentra a todo lo largo de la historia occidental. A finales de la antigüedad, los estoicos han insistido sobre la idea de que los hombres tienen derechos y deberes independientes de las leyes positivas, y que estos derechos y deberes descansan sobre una justicia que domina las relaciones humanas, que la ley debe ser justa para que pueda atar las conciencias".

"Cicerón, especialmente, que es el principal testigo de la tradición estoica de su tiempo, desarrolla la idea de ley natural con extrema abundancia; y Cicerón es particularmente interesante, puesto que él es al mismo tiempo jurista, es decir, profesional del derecho positivo. Se forma de ese modo la noción de un derecho que no está fundado en la opinión o la voluntad de los hombres, sino en la naturaleza, y que se impone al espíritu. Y ese derecho natural se opone, para controlarlo, al derecho positivo, realizado por los pueblos en sus instituciones".

Teniendo presente la existencia de leyes naturales, podemos definir con mayor precisión el significado de "creyente" y de "ateo". El creyente es quien admite la existencia de leyes naturales, o leyes de Dios, y está dispuesto a acatarlas adaptándose a las mismas. El ateo es el que niega esa existencia y propone establecer un orden social "artificial" bajo leyes positivas que ignoran las leyes naturales.

domingo, 20 de febrero de 2022

Argentina: el país que rinde homenajes y encubre a terroristas

ENTREVISTA A CEFERINO REATO

Por Diamela Rodriguez

“Masacre en el comedor” es el décimo libro publicado por el periodista Ceferino Reato sobre el atentado “más sangriento” de los ‘70 en manos de Montoneros. Con una bomba vietnamita -por su estilo y potencia- provocaron la muerte de 23 personas y 110 heridos que se encontraban en la Superintendencia de Seguridad Federal aquel 2 de julio de 1976, donde funcionaba, además, un centro de represión ilegal de la última dictadura. El escritor recurre al testimonio de las víctimas, de familiares y documentos que apuntan a uno de los máximos referentes del periodismo como el responsable de la operación: Rodolfo Walsh.

“¿Qué vamos a hacer con los ‘70?”, es una de las incógnitas que plantea Ceferino durante una entrevista con Infobae. A aquella época la define como una “mochila” en la sociedad argentina porque “no queremos ver la totalidad de lo que pasó”. Como ejemplo, Ceferino relató el rol que cumplió Walsh en el atentado y planteó: “¿Vamos a perdonar a algunos? ¿Nos vamos a olvidar de esto? Porque fueron 23 muertos, no fue una travesura infantil”.

Según relata en su libro, el atentado al comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal “no despertó el interés de periodistas, ni de historiadores; tampoco el de la Justicia que 45 años después sigue sin haberlo investigado”. Reato recrea la explosión y reconstruye el minuto a minuto de aquel día con el relato de protagonistas, familiares de las víctimas y del propio José Pepe Salgado, el auto material del hecho.

— ¿Podemos decir que su libro cuenta otra parte de la historia?

Sí. Yo llego tarde a los ‘70. Llego en 2008. Había vivido en Brasil. Cuando vine acá ya todos habían escrito la parte más cómoda, que es la parte que le interesaba al kirchnerismo y que le sigue interesando al peronismo. Es la parte de la violencia estatal: la dictadura. Y este es un libro sobre un hecho ocurrido en la dictadura pero protagonizado por Montoneros: un atentado con una bomba vietnamita, que es especial por el tipo de carga que tiene. Mutila, corta. No sólo mata sino que corta. Hay 110 heridos, muchos de los cuales quedan mutilados y mueren, o viven miserablemente porque quedan lisiados. Y hay 23 muertos. Es el atentado más sangriento no sólo de los ‘70, sino de la Argentina hasta la AMIA en 1994. No se había escrito nada de eso.

Tiene una dificultad que es un atentado en dictadura, tiene una segunda dificultad porque al relato más oficialista le molesta porque al principio Montoneros se mostró orgulloso de ese atentado, que fue una obra de inteligencia, desde ese punto de vista muy eficiente. Pero después a la gente le cayó mal, lo vio como un atentado terrorista, entonces hoy los que reivindican los ideales de la juventud maravillosa le resulta incómodo porque al final murieron 23 policías de muy baja graduación, cinco mujeres, entre ellas una persona que era empleada de YPF que estaba de visita. 23 personas de los sectores populares y eso es contradictorio para los jóvenes revolucionarios. En el fondo fue un gran error estratégico político de Montoneros pero que, además, inaugura una discusión sobre si esa guerrilla hacía terrorismo o no.

— En su libro usted se detiene a definir el concepto “terrorismo”, según distintos autores. ¿Cuál sería la suya?

Es muy difícil ponerse de acuerdo. De hecho, Naciones Unidas nunca se ha puesto de acuerdo sobre una definición. Pero esto es claramente un acto de terrorismo porque es una bomba, una bomba siempre es como la firma de un acto terrorista pero, además, porque las definiciones más aceptadas así lo indican. Básicamente, los muertos no eran el objetivo final del ataque. El objetivo final del ataque era la Policía, la dictadura pero también parte de la sociedad. La que apoyaba al gobierno militar de entonces y eso indica que es un acto terrorista.

Pero es una palabra que yo no uso en mis libros “terrorismo” porque estigmatiza mucho. Se habla de terrorismo de Estado y yo no lo uso, hablo de represión ilegal de la dictadura. Algunos hablan de terrorismo de los grupos guerrilleros, yo no hablo de eso, yo hablo de atentado. Porque quiero ponerme sobre encima del conflicto y tratar de relatar lo que pasó. Y, para eso, necesito lectores que piensen en forma diversa: los que están de acuerdo con uno y los que están de acuerdo con otros. Yo lo que trato de hacer es periodismo y esas palabras, como “terrorismo”, me alejan lectores.

— ¿Por qué cree que no hay documentales o más investigación sobre el caso? Porque usted apunta contra dos involucrados muy respetados como Rodolfo Walsh y Horacio Verbitsky

Más que nada Rodolfo Walsh porque, en realidad, Rodolfo Walsh es el gran santón de la intelectualidad argentina y de muchos políticos también. Una persona fascinante, varias personas a la vez. Un gran escritor, periodista de investigación que inaugura un modo de hacer periodismo antes que Capote, varios años antes, magnífico libro Operación Masacre, y a la vez, un cuadro revolucionario, orgulloso de ser combatiente. Es decir, deja de escribir, se hace revolucionario. Pasa del nacionalismo de derecha a la izquierda marxista. Peronista, más o menos. Marxista más. Hace todo un tránsito, se convierte en combatiente y se convierte en la persona clave del Servicio de Inteligencia de Informaciones de Montoneros. De la SIDE de Montoneros. Una de sus misiones, tenía varias, era ocuparse de todos los infiltrados que Montoneros tenía en las fuerzas armadas y de seguridad, que eran muchos. Porque Montoneros tuvo esa capacidad de captar jóvenes que eran hijos de generales, de comisarios, de personal superior de la Fuerza Aérea, de la Marina. Todas esas personas que eran claves para Montoneros las manejaba Walsh. Entre ellos, al autor material del atentado, el que pone la bomba, José Pepe Salgado. Pero él es el que diseña la operación.

Al tocar a Walsh, estamos tocando a una persona que es, de los revolucionarios, el que más homenajes tiene. Hay hasta barrios con el nombre de Rodolfo Walsh. En las Facultades hay cátedras, hay premios, centros de salud, hay escuelas, calles, plazoletas, monumentos, hay una estación de subtes a doce cuadras del lugar donde se hizo el atentado. Y esa denominación, “Estación de subtes Rodolfo Walsh Entre Ríos”, fue aprobada por la Legislatura en forma unánime. Siendo mayoría el PRO, una fuerza de centro derecha o derecha. Quiere decir que es una persona por encima de un partidismo. Entonces tocar a Walsh es tocar un poco un tema clave: ¿Qué vamos a hacer con los ‘70? ¿Vamos a perdonar a algunos? ¿Nos vamos a olvidar de esto? Porque fueron 23 muertos, no fue una travesura infantil. ¿Vamos a perdonar algunos y vamos a condenar a otros? ¿Vamos a buscar la verdad en una alguna parte y en la otra nos vamos a hacer los tontos? Eso es lo que me gustaría dejar con el libro pero es riesgoso y por eso creo que muchos colegas no ven los libros como un elemento en sí, sino como un elemento de prestigio.

— ¿Qué piensan los familiares? Por ejemplo, sobre los homenajes a Rodolfo Walsh

Las víctimas, los heridos y los hijos de los muertos son personas invisibles. No las vemos, se sienten mal. Hay una que me dijo: “Yo nunca conté la historia de mi mamá -era cabo- porque no podría soportar que alguien me dijera que los militares hicieron cosas malas porque mi mamá no tenía ni arma”. Hay otro testimonio, un sargento, que tenía cinco hijos y tres trabajos. Y vivían en un casa en Villa Ballester, la esposa era ama de casa y cuando se murió el sargento se les vino el mundo abajo. No sólo por la pérdida del padre, el esposo, si no porque la mamá tuvo que salir a trabajar y no estaba capacitada. Los echaron del inmueble que alquilaban. Yo creo que hay una gran injusticia con los ‘70 en este plano. La última frase del libro es que, al final, las víctimas de los ‘70 son todas las víctimas. No son algunas. Son las víctimas de la dictadura, pero también las víctimas de los grupos guerrilleros. Todas son víctimas. No hay mejores que otras. En cambio, los 23 muertos no tienen ni una placa en la Ciudad.

— También menciona los subsidios que reciben unos y otros

Los guerrilleros que participaron de la operación, Walsh, pero también Pepe Salgado, todos los parientes han cobrado. Y no discuto si cobraron bien o mal. Acá otras víctimas no cobraron nada. Y esas dos cosas: la falta de placa de un recuerdo y la falta de una indemnización, de una reparación patrimonial, me parece que indica que la clase de dirigente nuestra y una parte de la sociedad importante mira la historia con un solo ojo. Me parece un error. El hecho de que nosotros no podamos ver toda la historia como ocurrió, explica que los ‘70 siempre vuelvan. Y que vuelvan de una forma de un atraso. Como la historia no se ha asumido bien, ahora se repiten errores.

— ¿Las entrevistas a los agentes de inteligencia fue la parte más difícil?

Si, porque los agentes de inteligencia de la Policía Federal tienen una larga tradición. La Policía Federal comienza el 1° de enero del 1945 pero sucede a la Policía de la Capital, que había sucedido a la Policía de la Ciudad. Estamos hablando de una fuerza desde 1821. Hace poco cumplió 200 años. Los agentes, los infiltrados, están siempre con sus nombres cambiados entonces es difícil que hablen. La Policía Federal es interesante porque siempre estuvo identificada con Perón. Perón era una persona que le daba mucha importancia a la información y a la inteligencia. Fue la fuerza de seguridad preferida de Perón. Por lo tanto, en la Policía Federal había mucho contacto con Montoneros, tenían muchos infiltrados en la Policía y la Policía tenía varios infiltrados en Montoneros. Yo trato de contar esa porosidad que había y cómo eso se quiebra con este atentado. Por eso es un error estratégico grave de Montoneros haber atacado Policía Federal.

— Retomando el planteo inicial, ¿Qué hacemos con los ‘70?

Yo creo que los ‘70 se han convertido en una mochila porque no queremos ver lo que pasó. Porque queremos ver una parte, queremos perdonar a algunos y en esto creo que hay que ser generoso con la historia. Ver todo lo que pasó. Creo que es la única manera de salir del atraso. Porque esto es historia. Los ‘70 no se van a ir nunca en el plano histórico. Si escuchas a un sector del Gobierno, La Cámpora, a Cristina (Kirchner) es como que los ‘70 fueron el norte como, por ejemplo, cuando tenían que explicar por qué la Sputnik sí y por qué la Pfizer no. Un discurso setentista que no tenía nada que ver con el Covid-19. Era totalmente arcaico y los llevó a cometer grandes errores. Los ‘70 son una mochila porque no queremos verlos totalmente en su integridad.

(De www.infobae.com)

sábado, 19 de febrero de 2022

El socialismo como secta

El socialismo constituye una ideología que conduce a cierta y determinada forma de sociedad, una vez que se ponen en práctica sus sugerencias teóricas. Por lo general, los líderes que la gobiernan tienden a ejercer un fuerte gobierno mental y material sobre sus seguidores, incluso ordenando a quién amar y a quién odiar, como ocurre en la mayoría de las sectas religiosas. Si bien los socialistas se oponen a la religión, no lo hacen por descalificarla como una tendencia desactualizada del pensamiento, sino por constituir la principal competencia que deben superar para alcanzar el mayor poder posible.

Por lo general, el socialismo es combatido a causa de sus pobres resultados económicos, cuando en realidad su mayor peligro reside en la esclavitud mental y material a la que someten a los integrantes de la sociedad y por el temor, o el terror, que experimentan ante la posibilidad de mostrar desvíos ideológicos respecto de lo que se ordena desde el Estado.

Milovan Djilas, quien fuera uno de los jerarcas del gobierno socialista de la desaparecida Yugoslavia, advierte las semejanzas existentes entre secta y socialismo, escribiendo al respecto: "En el sistema comunista el ciudadano vive oprimido por los constantes tormentos de su conciencia y el temor de haber cometido alguna transgresión. Teme constantemente que en algún momento tendrá que demostrar que no es enemigo del socialismo, así como en la Edad Media un hombre tenía que mostrar constantemente su devoción a la Iglesia".

"El sistema escolar y toda la actividad social e intelectual llevan a este tipo de conducta. Desde el nacimiento hasta la muerte un hombre está rodeado por la solicitud del partido gobernante, solicitud por su conciencia. Los periodistas, los ideólogos, los escritores a sueldo, las escuelas especiales, aprueban las ideas predominantes, y tremendos medios materiales están consagrados a esta «elevación del socialismo». En último análisis, todos los diarios son oficiales, y lo mismo sucede con la radiofonía y otros medios semejantes".

"Los resultados no son grandes. En ningún caso están en proporción con los medios y las medidas empleados, excepto en lo que se refiere a la nueva clase, a la que convencen siempre. Sin embargo, se consiguen resultados importantes en cuanto hacen imposible que se manifieste una conciencia distinta de la oficial y se combate las opiniones contrarias".

"Aunque las razones científicas dificultan el descubrimiento científico, los motivos principales de esa dificultad son sociales. A la nueva clase le interesa mucho que su monopolismo ideológico no se vea en peligro. Todo gran descubrimiento científico es el resultado de una nueva visión del mundo por parte del descubridor. Una visión nueva no se ajusta a la forma de la filosofía oficial ya adoptada. En el sistema comunista todo hombre de ciencia tiene que detenerse bruscamente ante ese hecho o correr el riesgo de que lo declaren «hereje» si sus teorías no coinciden con el dogma confirmado, prescrito y deseable".

"Los monopolistas actúan como si toda la historia se hubiera producido sólo para que ellos pudieran aparecer en el mundo. Miden el pasado y todo lo sucedido en él de acuerdo con su propia imagen y semejanza y aplican una medida única, dividiendo a todos los hombres y fenómenos en «progresistas» y «reaccionarios». De este modo erigen monumentos. Elevan a los pigmeos y destruyen a los gigantes, sobre todo a los gigantes de su época".

"Los hombres piensan inclusive bajo el comunismo, pues no pueden dejar de pensar. Lo que es más, piensan de una manera distinta de la prescrita. Su pensamiento tiene dos caras: una para ellos mismos, la propia; y otra para el público, la oficial".

"Ni siquiera bajo los sistemas comunistas quedan los hombres tan atolondrados por la propaganda uniforme que les sea imposible llegar al conocimiento de la verdad o de ideas nuevas. Sin embargo, en el campo intelectual el plan de los oligarcas consigue una producción menor que el estancamiento, la corrupción y la decadencia".

"Esos oligarcas y salvadores de almas, esos protectores vigilantes que se esfuerzan para que el pensamiento humano no caiga en «ideas criminales» o siga «líneas antisocialistas», esos alcahuetes inescrupulosos de bienes de consumo baratos y en realidad los únicos asequibles, esos poseedores de ideas anticuadas, invariables e inmutables, han demorado y congelado los impulsos intelectuales de su pueblo. Han inventado las palabras más inhumanas -«arrancar de la conciencia humana»- y actúan de acuerdo con esas palabras, como si se tratara de raíces y cizaña y no de ideas humanas".

"Al ahogar la conciencia de los otros y castrar la inteligencia humana para que no pueda tener coraje y remontarse, se hacen ellos mismos grises, estériles de ideas y carentes por completo del entusiasmo intelectual que produce la meditación desinteresada. Es un teatro sin espectadores en el que los actores actúan y caen en éxtasis ante sí mismos. Piensan tan automáticamente como comen; sus cerebros cocinan los pensamientos en respuesta a las necesidades más elementales. Eso es lo que sucede a esos sumos sacerdotes que son simultáneamente policías y dueños de todos los medios que la inteligencia humana puede utilizar para comunicae sus ideas -La prensa, el cinematógrafo, la radio, la televisión, los libros, etc.-, así como de todo lo que mantiene vivo a un ser humano, como los alimentos y el alojamiento".

"¿No hay razones, por lo tanto, para comparar al comunismo contemporáneo con las sectas religiosas?".

(De "La nueva clase"-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 1957)

domingo, 13 de febrero de 2022

Entrevista a la economista Diana Mondino

Por Eugenio Palopoli

La economista cordobesa Diana Mondino dice que el acuerdo con el FMI sólo le permitirá al gobierno persistir en sus errores. Las ventajas del shock frente al gradualismo y su viabilidad política.

Diana Mondino (Córdoba, 1959), economista, directora y profesora de Finanzas de la Universidad del CEMA, cree que del acuerdo con el Fondo no le preocupa tanto si se aprobará o no en el Congreso, sino que le permitiría al gobierno kirchnerista continuar con déficit fiscal y endeudamiento sin que nadie sepa cuáles serán los instrumentos para financiarlo. Decidida partidaria de las políticas de shock, advierte que las condiciones en las que deberá asumir el próximo gobierno en 2023 (sea éste del signo que fuere) hacen que los intentos gradualistas se vuelvan mucho más difíciles de implementar. Sus razones para no creer que “cuanto peor, mejor” y cómo lograr que la sociedad acompañe los cambios necesarios.

La principal discusión política y económica en las últimas semanas gira en torno al acuerdo del gobierno con el FMI. ¿Cuál es su impresión acerca del acuerdo y qué cree que pueda suceder en el Congreso?

Desde el punto político, no tengo idea. La deuda con el Fondo no era un asunto relevante cuando fueron las PASO y las elecciones generales de 2019, no lo era el día que asumió el gobierno de Alberto Fernández. Desconozco cuáles fueron las razones para haber demorado dos años esta negociación, más allá de que nadie podía imaginar que nos iba a tocar enfrentar una pandemia. Recordemos que a poco de asumir el gobierno actual declaró nueve emergencias (energética, previsional, administrativa, laboral, sanitaria, etc.), con lo cual se suponía que contaría con los instrumentos suficientes como para hacer todo tipo de cambios, en alguna dirección. Fue sorprendente que se eligiera renegociar en primer lugar la deuda con los tenedores privados y discutir recién ahora con el Fondo, que es la deuda más barata que tenemos. Como profesora de Finanzas te puedo asegurar que lo mejor es pagar primero lo más caro y mantener la deuda más barata, cuanto más tiempo, mejor. A mí no me preocupa tanto entonces esta deuda con el Fondo, sino el resto de la deuda, la deuda cara.

Más allá de eso, a partir de lo comunicado por el presidente y el ministro de Economía, lo más saliente que se observa es que hasta 2025 seguiremos con déficit fiscal sin ninguna explicación acerca de cómo se piensa reducirlo progresivamente y cómo se lo piensa financiar. ¿Se lo hará por el crecimiento de la economía, por baja del gasto, por suba de impuestos? Cada opción tiene efectos muy diferentes sobre la macroeconomía y sobre las finanzas familiares. Si al mismo tiempo que se piensa reducir la emisión monetaria y el financiamiento por parte del BCRA, se va reduciendo el déficit, eso es conveniente y necesario. Pero entonces de dónde se financia lo que falta: más deuda. No hay otra forma de hacerlo que no sea con más deuda o más impuestos, entre ellos el inflacionario. Entonces si vamos a seguir tanto tiempo con déficit, sabemos que, hasta que éste se reduzca, el endeudamiento va a subir. La cuestión general termina haciéndose circular: si el problema político era por el endeudamiento, entonces ahora estamos anticipando un nuevo aumento del endeudamiento.


¿Es correcto decir entonces que la economía kirchnerista necesita de una alta inflación para financiarse?

Hay un límite para la cantidad de déficit que puede ser financiado con emisión. La emisión tiene un impacto inflacionario que se va espiralizando, incluso ante un nivel de emisión constante. Y además, como a los ministros les gusta decir que la inflación es multicausal, hay otros elementos que ellos mismos introducen que es la distorsión de precios relativos, como los subsidios energéticos o al transporte, los Precios Cuidados, el tipo de cambio oficial, las restricciones a las exportaciones, cuestiones que en algún momento habrá que liberar. Todo eso tiene efectos muy fuertes y sólo se puede solucionar de dos maneras: con un impacto recesivo o con mayor inflación. Lo que hace el gobierno es apretar todo lo que puede un resorte que en algún momento se deberá liberar. Más allá de la aparente intención de querer reducirle tensión al resorte con la reducción subsidios a la energía, con el resto de las cosas lo sigue apretando.

La segmentación de tarifas que se anunció en estos días no sólo es muy discutible, sino que en definitiva supone un ahorro de apenas 200 millones de dólares.

Pero cualquiera que sea la cifra, 200 o 2.000, da lo mismo: el tema es que simplemente está pasando de un bolsillo a otro. El Estado deja de gastar y lo pasan a gastar las empresas y las familias, o se le pasa el gasto a otra jurisdicción. Pero el gasto total sigue siendo el mismo, ése es el error espantoso de la economía argentina. El gasto total se tiene que reducir, y el estatal, no el privado, porque si se sigue reduciendo el privado nos quedamos sin actividad económica. En el tema energético hay algo mucho peor que las tarifas, que es la importación de gas. Estamos pagando a los productores locales una cifra muy inferior al gas que se importa. Además de que esas importaciones se pagan en dólares, qué sentido tiene tener la producción limitada (porque con los precios que se pagan no se cubren los costos) y pagar importaciones de gas.

Un caso no muy distinto al de las limitaciones a las exportaciones ganaderas.

Bueno, poneme esto de título: la limitación a exportar es robar. Porque para los productores —no importa si son agropecuarios, de carteras o de tuercas—, ¿cuál sería la diferencia entre que te roben un camión de mercadería y que no te dejen venderlo? Puede ser un poco fuerte esto, pero hay que empezar a llamar a las cosas por su nombre, y si en el sector privado no lo podemos decir, los políticos siempre van a preferir algún eufemismo.

¿Entonces cuánto tiempo más podría el gobierno seguir tensando ese resorte sin que se le escapen las variables?

¿Se pueden controlar mucho tiempo los precios? Sí, pero se te hacen pedazos las cantidades. El desabastecimiento se da porque no se produce o porque no se entrega. El gobierno puede llegar a mantener todo así hasta las elecciones, e incluso podría ganarlas, pero a costa de una recesión muy grande. ¿Qué pasaría si, por el contrario, no se pudieran controlar estas variables? Dependería de cómo quisieran liberar ese resorte, si fuera junto con otras modificaciones de expectativas y cambios en las reglas de juego de la economía, entonces quizás se podría crecer. Si se fuera liberando todo junto a la economía le costaría acostumbrarse, aunque menos tiempo que si se fuera liberando de a poco.

Acerca de la discusión gradualismo o shock, tanto para este gobierno como para el anterior o el que venga, yo soy de las que piensan que el shock es mejor, siempre lo pensé. El shock puede no funcionar siempre, pero tiene una serie de ventajas. En Argentina vamos a un deterioro tal de tantos elementos que va a ser muy difícil administrar el gradualismo de decidir cuál es el más importante de mejorar primero. Suponete que tuvieras el 100% del poder y nadie pudiese objetarte ninguna decisión, ¿qué harías primero? ¿Subir las jubilaciones, bajar los subsidios, cambiar la estructura impositiva, reinsertar a Argentina en el mundo, liberar las exportaciones, cuál hacés primero? Por eso es bastante difícil armar algo que sea coherente. No hay dos países en el mundo que tengan las mismas estructuras, puede haber parecidos, pero no iguales, ¿cómo sabés cuál es el límite? Por ejemplo, en el mercado laboral, la gente cree que hacer una reforma laboral es poder despedir más fácilmente. Pero también es poder contratar más fácilmente. Y también que la persona pueda ser trasladada, o que se le cambie su tarea, o que se pueda capacitar.

Ese tipo de cosas no se hablan por el temor a que alguien crea que estás pensando en que lo importante sería poder despedir. No tenemos trabajo flexible en la Argentina, si vos necesitás tomar a alguien por tres horas, o por cinco, tenés que hacerlo en negro. En definitiva, los cambios conviene hacerlos todos juntos, explicando mucho y con claridad, para que la gente pueda ir entendiendo y viendo qué elementos la pueden ayudar. Si los hacés de a poquito, bueno, que Dios te ampare en elegir el camino correcto. Como total no hay ninguno correcto, espero que nadie te critique (risas).

Planteaba recién una situación hipotética de un gobierno sin limitaciones políticas, algo difícil de imaginar para un eventual nuevo gobierno de JxC, incluso si trasladáramos a 2023 los números de la última elección. ¿Cree que la oposición es consciente de estas limitaciones y de cómo enfrentarlas?

Es difícil de saber, si me guío por lo que trasciende en la prensa veo opiniones muy diversas según con quién hables. No veo que haya una unanimidad de criterios —que es imposible que la haya, desde luego, tampoco pido imposibles—, una dirección clara que apunte a lo que habría que hacer. Para mí hay una dirección que se podría plantear con toda claridad si vos identificaras el objetivo, pero en general en Argentina siempre se habla del instrumento, no del objetivo. Entonces es difícil, porque instrumentos hay muchos. ¿Qué es lo que estás buscando, más empleo, más crecimiento, mejorar los ingresos de la clase media, que son tus votantes naturales? No tenemos una manta corta, tenemos una bufandita así chiquita. Si no ponés en claro cuál es el objetivo no podés elegir los instrumentos.

En todo caso, en 2023 las condiciones van a ser peores que en 2019. Podés traer a la Madre Teresa o a Winston Churchill, y te va a costar un montón que la gente te crea, ha habido muchas expectativas defraudadas en Argentina. Es cierto que al gobierno de Macri le tocaron inundaciones, sequías y precios internacionales de la soja en promedio de la mitad de los de ahora, pero nadie puede confiarse a la buena suerte de un clima favorable o de buenos términos de intercambio. Eso además supone algo que está mal: que los recursos del fisco son más importantes que los del que trabaja. Qué pasa ahora con la sequía: la hay aquí, en Brasil y en Uruguay. “Qué bueno, la soja se va a 600, entonces los recursos del fisco no se deterioran tanto”. Ajá, ¿y el señor que perdió todo en su campo?

Siempre estamos pensando en lo fiscal, pero hay que ver que ese señor que perdió todo el año que viene pueda volver a sembrar, no reparamos en la continuidad del sector privado. Si le subimos mucho los impuestos al que este año ganó mucho, el año que viene no puede trabajar. Hay varias de estas creencias que son dogmas en la Argentina y hay que tratar de modificarlas. Ésas son cosas que sí se pueden cambiar con un shock, el primer día, por decreto, sin necesidad de que haya demasiada discusión. ¿La sociedad acompañaría? Todo lo que sea mejoras para el sector privado, reducciones de impuestos, baja del gasto, yo creo que sí, que acompañaría.


Suele decirse que en Argentina son necesarios eventos disruptivos (como una hiperinflación o el colapso de las empresas públicas en los ’80) para que luego haya consenso para las reformas y la desregulación. ¿Es necesario llegar a tanto?

Yo quiero creer que no, porque es terrible eso de “cuanto peor, mejor”, nunca sabés para qué lado va a salir la tortuga. Ojo, además que hay 100 países en el mundo que jamás han logrado desarrollarse, y no es porque no lo hayan intentado. O sea, una vez que estás en una muy mala situación, salir es extremadamente difícil. Las condiciones que tenemos hoy son dramáticamente peores que las que teníamos en 2002 y 2003: la infraestructura era nuevita, tenías el capital de trabajo de las empresas intacto. Ahora no hay nada de eso, menos aún rentabilidad. El deterioro actual no es sólo social (el nivel educativo de la gente, las expectativas, las costumbres), sino que hay un deterioro económico y financiero muy profundo. El nivel de endeudamiento argentino sólo se va a poder mantener estable (ni te pido reducirlo) si se genera superávit, lo necesitás para pagar los intereses. Y volvemos al principio, lo tenemos al FMI que nos permite continuar con déficit, por lo tanto vamos a sumar más deuda sin poder pagar la que ya tenemos.

Otro tema que la sociedad debería considerar: muchas de las actividades que el Estado realiza ahora seguramente ni deberían existir, no al menos de la manera que existen ahora: por qué el Estado debería ser el que decide qué película se puede hacer y cómo, por qué contrata a un cantante, de acuerdo a qué criterio y a qué precio, cómo sabemos cuánto vale, cuánto merece, cuánta gente habría de ir a verlo. Aun descartando corrupción o mala intención tenemos al Estado tomando decisiones que no son las que yo querría. Y las demandas sociales apuntan a veces a incrementar esto, no a disminuirlo, si total es “gratis”: si hay espectáculos gratis en la Costa Atlántica, ¿por qué no podría haberlos en Córdoba, o por qué no en Chilecito, en La Rioja?

En definitiva, creo que la sociedad aceptaría cosas que le den la convicción de que sus hijos van a estar mejor. Como la convicción y la comprensión pueden ser difíciles de lograr, necesitás dar la experiencia o la expectativa de que hay algunas cuestiones que pueden mejorar en el corto plazo, mañana mismo: desregular, sacar problemas, burocracias, facilitar trámites por internet, que las cosas resulten más fáciles y baratas de hacer. Con esas cosas el humor social podría cambiar, más aún si además los chicos tuvieran clases todos los días, si en algunos lugares los chicos pudiesen comer en la escuela todos los días, y ni te digo si llegaran a aprender algo. Más allá de eso, lo que más preocupa hoy es la seguridad y la inflación, y eso no se va a solucionar con rapidez, va a tomar varios años para que haya una mejoría contundente.


Por último, su presencia en Twitter no ha pasado desapercibida en los últimos meses, ¿cómo fue que se convirtió en una estrella de las redes?

Ah, pero me estoy tratando de moderar, porque veo cada cosa que… “no, mejor lo borro” (risas). Pero bueno, he aprendido un montón, fijate que yo publico artículos en los diarios con bastante frecuencia. Pero tuiteo un chiste y tengo un montón de likes y comentarios, en cambio tuiteo alguna cosa con datos y meh, no pasa nada. Es impresionante, el chiste moviliza, tengo tuits en chiste con 10.000 likes y otros en serio con 100. En fin, es así.

(De http://seul.ar)

jueves, 10 de febrero de 2022

Los vaivenes del proceso cultural adaptativo

En cada época aparecen pensadores que, disconformes con la sociedad en que viven, proponen cambios para producir mejoras sociales e individuales. Ellos se enfrentan con la tradición, con los filósofos, con los políticos, con los religiosos, principalmente. Pero los cambios propuestos, a veces aceptados, a veces rechazados, pueden en realidad mejorar o empeorar las cosas. Uno de tales innovadores fue Sören Kierkegaard, respecto de quien Carlos Goñi escribió: "Kierkegaard fue un pensador apasionado. Vivió, pensó y escribió con pasión. y lo hizo porque creía que la pasión de la interioridad era la única manera que tenía el ser humano de salir del pozo sin fondo de la indiferencia".

"Había caído allí empujado por tres fuerzas: la filosofía, la religión y la trivialidad de la época. La filosofía racionalista, en su afán de explicar la realidad, no contaba con el individuo real existente, por lo que lo convirtió en una abstracción, en algo prescindible. La religión que Kierkegaard tildó de «oficial» se presentaba como una instancia expendedora de tranquilidad y justificación, y había convertido la fe en un mero conjunto de rituales desapasionados. Y la época misma, primera mitad del siglo XIX, sólo invitaba a salvar las apariencias, a obrar como se espera, a pensar con corrección, a vivir como todo el mundo y a no salirse del redil que la sociedad había cercado para enclaustrar al individuo".

"Urgía, por tanto, rescatar al sujeto del tranquilo mar de la indiferencia. Ese era el propósito de Kierkegaard. Para conseguirlo tuvo que despertar las conciencias adormecidas y rescatar esa pasión de la interioridad que nos hace humanos y que él llamaba «subjetividad»" (De "Kierkegaard"-RBA Coleccionables SA-Madrid 2015).

A partir de las experiencias exitosas y fallidas, observadas a lo largo de la historia, se puede encontrar un criterio optimizador de intentos adaptadores al orden natural. El primer aspecto a considerar es, precisamente, que nos debemos adaptar al orden natural y a las leyes naturales que lo conforman. De ahí que todo intento por imponer "modelos" de individuo o de sociedad que no contemplen aquellas leyes, conduce al absurdo de que un ser humano pretenda orientar o dirigir a la sociedad, y a la humanidad, por un criterio personal.

El otro absurdo que aparece frecuentemente implica establecer un modelo de sociedad sin antes haber propuesto un modelo de individuo; lo que equivale a la construcción de una vivienda comenzando por el techo y terminando por los cimientos. Los sistemas totalitarios se caracterizan por este absurdo, mientras que la ética cristiana sólo sugiere cumplir con los mandamientos bíblicos ya que "(el sistema social emergente)...se os dará por añadidura".

Un caso frecuente implica rechazar propuestas al observar en ellas algún error y de ahí suponer que la propuesta completa es errónea, y que debe reemplazarse por otra totalmente opuesta. Esta parece haber sido una de las causas ideológicas que implicaron el rechazo del liberalismo, y aún del cristianismo, y el surgimiento de los nefastos totalitarismos.

El medioevo se basaba en la fe religiosa, seguido por una etapa racionalista hasta llegar al imperio de la "voluntad". En todos los casos se descartó, total o parcialmente, el seguro método de la ciencia experimental, el cual se desinteresa un tanto de la fe, la razón o la voluntad, para atenerse estrictamente a los efectos producidos por una determinada ética una vez puesta en práctica. Pennington Haile escribió: "La teoría de Kant de la naturaleza del conocimiento, suministró la base para desacreditar los cimientos filosóficos del mundo democrático occidental. Porque si Locke o Hume habían errado en su teoría del conocimiento debido a un concepto equivocado del carácter de la mente humana, su interpretación de la naturaleza del ser humano no era exacta".

"Eso significaba que las recomendaciones que Locke había formulado para la sociedad política no eran correctas, ya que sólo regían para el individuo humano según lo contemplaba Locke. Dado que Hume había errado más que Locke al negar toda actividad a la mente humana, toda teoría económica fundada en su filosofía era más inexacta todavía. En consecuencia, los sistemas políticos y sociales de occidente descansaban en cimientos inadecuados y deberían ser suplantados por nuevos sistemas".

"La voluntad estaba llamada a convertirse en la esencia del ser humano, en vez de la razón interpretativa, según había sido para la concepción de Locke. Lo que caracteriza al ser humano no es que sea observador e intérprete del mundo independiente. No, su carácter esencial es la capacidad para la voluntad del bien, para ser un «yo» activo, esforzado, poseído de voluntad".

"Fitche, como Locke, hablaba de «derechos naturales», pero su concepto de esa naturaleza y del mérito que el hombre tenía para esos derechos era sumamente diferente. Este mérito del individuo es la libertad de su persona y a la proyección de su libertad descansaba, para Fitche, en que era necesario que el individuo gozase de esta libertad y esta protección para el cumplimiento del deber. Para Locke no existía semejante necesidad contingente; los derechos eran absolutos, «inalienables». Para Fitche sólo se deben disfrutar mientras el hombre cumpla con su deber".

"En este punto debemos preguntar: ¿Su deber ante qué? ¡Ante el Estado! Es la respuesta. Aquí mismo podemos ver cómo el pensamiento de Fitche se inclina en una dirección peligrosa. Kant había dicho que el deber del hombre era la Ley Moral que hallaría en su propio corazón y no principalmente en las leyes de su Estado, pues éstas eran meras aproximaciones de la Ley Moral".

"Pero Fitche encontró que era natural buscar en la organización del Estado un foco de voluntad mucho más efectivo que un simple individuo. Debido a que el Estado era más capaz de poner en ejercicio la libertad que el individuo, era digno que éste se le sometiese. En consecuencia, para Fitche fue natural el hacer que los derechos del hombre dependiesen del cumplimiento del deber frente al Estado".

"En los escritos de Hegel, quien llegó a convertirse en el sumo sacerdote de la filosofía alemana, estos conceptos de la nsturaleza del hombre y de su relación con el Estado toman formas en las que podemos discernir claramente las bases del Estado Totalitario. Hegel escribió sobre todas estas cuestiones. Su «Sistema», que mereció el respeto y la admiración del mundo filosófico, lo explica absolutamente todo: lógica, psicología, ley ética, gobierno, arte, religión, todo lo que se desee aparecerá en esta vasta exposición filosófica. El Sistema es completo, lógico, consistente. Las dificultades sólo comienzan cuando se trata de encuadrarlo en la experiencia directa y real del hombre en el mundo en que vive".

"Con Hegel se concebía la idea de que el Estado cuenta con una especie de sanción divina, la idea de que el hombre está llamado a desarrollar Estados cada vez mejores y debe someterse a ellos para traducir en historia real la revelación de un plan preexistente".

"Ahora bien, para muchos de nosotros esto se presenta como un cúmulo de incongruencias. ¿Acaso el concepto de que el mundo es la revelación de un Plan Divino no estaba expresado mejor y con más sencillez por el criterio cristiano? Ese criterio jamás identificaba el desarrollo de las instituciones políticas del hombre con una revelación de esa índole. Si se hace eso, como sucedió con Hegel, se imprime al Estado y a su autoridad un carácter místico e imperioso que es inmerecido, inapropiado y extremadamente peligroso".

"No es de maravillarse que los ciudadanos adoctrinados del Estado totalitario dediquen seria devoción a su país y a sus dirigentes: ¡este es el resultado del traspaso de la actitud religiosa al campo político! ¡No debe sorprender que el nazismo y el comunismo pasen a reemplazar a la religión y absorban los atributos de la religión misma! La idea hegeliana de la naturaleza del Estado esclarece mucho más este punto porque es su propio origen" (De "El águila y el oso"-Editorial Ágora-Buenos Aires 1957).

domingo, 6 de febrero de 2022

La Iglesia y los pobres

Por Mariano Grondona

Al condenar la "teología de la liberación", la Congregación para la Doctrina de la Fe que preside el cardenal alemán Josef Ratzinger en el Vaticano no ha podido eludir profundos interrogantes. Como se sabe, la Congregación condenó aquella parte de la "teología de la liberación" -de base latinoamericana- que postula la lucha de clases como clave de la acción en procura de un mundo más justo. Aceptar la lucha de clases implica adoptar también explícita o implícitamente sus premisas marxistas y, por lo tanto, la deificación de la historia. Para Marx, la historia es todo y la liberación se logra aquí en la Tierra a través de la lucha de clases. Esto supone negar toda trascendencia, llevaría al mismo tiempo a la Iglesia a identificarse con una clase social, contra las demás.

Pero la Iglesia no puede, no quiere ser clasista. El mensaje evangélico es para todos. La Iglesia está "con" los pobres en cuanto opta en favor de ellos en función de la caridad. No puede ser "de" los pobres, solamente de ellos, porque perdería su condición "católica", esto es "universal".

"Con" los pobres, la Iglesia Católica no quiere ser "de" los pobres. Pero habría que preguntarse si aquel estar "con" los pobres no es justamente lo que permite deslizamientos hacia este otro "de" que ahora se condena.

Lo que me atrevo a preguntar es si los "teólogos de la liberación" no extraen las consecuencias lógicas, últimas, de la "opción por los pobres" que también admiten quienes los condenan.

De alguna manera, no hay escapatoria a este dilema sino desde una nueva perspectiva. Si la Iglesia está "con" los pobres en función de la caridad, ¿qué habrán de hacer sus teólogs una vez que comprueban que la caridad no basta, que sigue habiendo pobres, que el corazón de los ricos es insensible? La acción caritativa por los pobres se agota pronto, no bien se advierte que la limosna actúa sólo en casos extremos, marginales. Si lo que ocurre no es el desarrollo económico general, ¿qué otra escapatoria queda a quienes se movilizaron por los pobres que resolverse a ser "de" ellos y encaminarse, por ahí, hacia una visión de clase?

La Iglesia "de" los pobres se prenuncia en la Iglesia "con" ellos en la medida que la caridad no basta; por ello, los teólogos de la liberación resultan solamente los discípulos más avanzados, más osados, de aquellos mismos que ahora los censuran.

Ocurre, creo, que a la Iglesia le ha faltado en todos estos años una doctrina del desarrollo económico. Toda su prédica social se ha concentrado en la distribución, en la justicia social. De ahí que siga atribuyendo a la caridad, a la limosna, un papel central. Pero en una sociedad subdesarrollada la caridad no basta; en una sociedad desarrollada es casi innecesaria. Insuficiente en unos casos, innecesaria en otros, la caridad adorna las almas pero no puede ser propuesta como la palanca de la promoción social.

La palanca es esta otra: la "generación" de nueva riqueza. Las inversiones. El desarrollo. Ante esto, ni siquiera Populorum Progressio, la encíclica sobre "El desarrollo de los pueblos" de Pablo VI, pudo desprenderse del distribucionismo inicial. Mientras el protestantismo, en sus orígenes, impulsó con fuerza la mentalidad desarrollista del capitalista y el inversor, facilitando la ventaja que aún nos llevan los anglosajones, a la Iglesia Católica le interesó sobre todo la distribución de la riqueza que ya estaba allí, preexistente.

Esta mentalidad, apropiada para las sociedades estancadas donde lo que uno gana otro lo pierde -y donde la justicia sólo se busca entonces con la caridad o la revolución- no lo es para sociedades en crecimiento donde cuando alguien gana el otro también gana porque hay beneficios y no solamente capital para distribuir. La Iglesia, eterna en sus verdades espirituales, tiene que cambiar su visión económica-social, incorporando las virtudes que tienen que ver con el trabajo productivo y la inversión multiplicadora. Entonces, cuando ponga tanto énfasis en la creación como en la distribución de la riqueza, podrá superar el dilema entre el "estar con" los pobres o "ser de" ellos a través de una tercera consigna: que no haya más pobres.

La Iglesia debería aspirar estar "sin" pobres por su agotamiento, por su extinción. Aunque parezca paradójico, la Iglesia debiera apuntar a ser solamente de los ricos, porque en la sociedad plenamente desarrollada todos lo son. Los pobres no han de ser el permanente motivo para que algunas almas se adornen con la caridad ni tampoco la permanente excusa de los violentos. Los pobres tienen que desaparecer como consecuencia del desarrollo. Entonces algunos perderán banderas políticas, pero a los pobres de verdad, ¿acaso les importará?

Ante una favella, una "barriada" o una "villa miseria", hay tres actitudes posibles. Una,ir todos los días a llevar el pan a cambio de gratificaciones espirituales. Otra, encender el lenguaje de la violencia revolucionaria. La tercera, poner una fábrica y dar trabajo digno y bien remunerado a sus habitantes. Solamente en el tercer caso la favella desaparecerá. En los otros dos, alguien vivirá espiritual o políticamente de ella.

El debate entre los espiritualistas y los políticos, en ese caso, será entre primos hermanos porque unos y otros viven "de" la favella en tanto sus presuntos beneficiarios siguen viviendo "en" ella. Pero éste no es el camino del progreso ni la vía de la dignidad humana, que no se exalta con dádivas y proclamas sino con efectivas oportunidades de trabajar, ganar y ahorrar como partícipes de un esfuerzo económico creador, eficiente, bien orientado.

(De "Bajo el imperio de las ideas morales"-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 1993)

La Iglesia vs. El capitalismo

POR LOS POBRES

Por Mariano Grondona

La reciente pastoral económica [escrito en 1987] de los obispos católicos de los Estados Unidos desarrolla una visión muy crítica de la sociedad norteamericana en torno de dos proposiciones centrales. La primera, de orden teórico, proclama como un "escándalo moral" que todavía existan, en el país más rico del mundo, treinta millones de pobres. La segunda, de alcance práctico, sostiene que para eliminar tal escándalo no sirven ni el mercado libre ni la caridad privada; lograrlo es responsabilidad primordial del Gobierno a través de una política de distribución de la riqueza.

La proposición teórica de los obispos norteamericanos viene a reflejar un nuevo criterio de justicia social en el mundo actual. Por mucho tiempo, la consigna utilitarista fue que la meta de la vida social es lograr el bienestar del mayor número. Ella se ha cumplido, básicamente, en los países más avanzados. Si los obispos afirman que hay en los Estados Unidos treinta millones de pobres, implícitamente aceptan que hay doscientos veinte millones de personas que no lo son.

El utilitarismo cumplía la regla democrática al atender al bienestar de la mayoría. Pero el utilitarismo, que fue "de izquierda" mientras "la mayoría" eran los pobres -todavía lo son, por supuesto, en América Latina- pasó a ser "de derecha" con el progreso económico, al ser los ricos, y no los pobres, la mayoría.

A quienes los sigue moviendo la inclinación por los pobres, ni la teoría utilitaria ni la democrática les sirven ya. Pensadores actuales giran entonces hacia otros principios. John Rawls, el más destacado de ellos, sostiene en su Teoría de la justicia que ningún enriquecimiento es legítimo a menos que promueva el avance de los más desfavorecidos.

Los obispos norteamericanos se han colocado decididamente en esta posición. Lo que legitima a una sociedad, según la pastoral, no es el bienestar del mayor número sino el bienestar de los más pobres. Desde este punto de vista (revolucionario desde la propia tradición aristotélico-tomista del pensamiento social católico, ya que Aristóteles hablaba del "bien común", no del bien sectorial de los más pobres) la sociedad norteamericana deja de ser legítima. Es un "escándalo moral" porque en ella, todavía, quedan pobres.

Esta tesis ignora el hecho decisivo de que la gran mayoría de los norteamericanos vive arriba y no abajo de la frontera de la pobreza. Este es un logro extraordinario si se observa que el resto de las sociedades no capitalistas de hoy y todas las que hubo en el pasado, incluso bajo la hegemonía de la Iglesia, son y han sido formadas por una inmensa mayoría de pobres. Que haya pobres, por cierto, es una imperfección, y el capitalismo, como todo lo humano, es imperfecto. Pero resulta irónico que se lo condene moralmente por ser el sistema menos imperfecto de la Tierra.

En los Estados Unidos, por otra parte, los pobres no lo son siempre, como entre nosotros, sino los inmigrantes más recientes -muchos de ellos, latinoamericanos- que han ido allí precisamente para salir de la pobreza al parecer irremediable de sus países de origen. Los obispos están tomando como una situación permanente de pobreza lo que no es sino el escalón inicial por el cual también pasaron en su momento las demás minorías migratorias que participan hoy de la riqueza norteamericana. Están condenando a la sociedad que recibe a los pobres del mundo, abriéndoles una esperanza.

De la refutación de esta visión teórica resulta la refutación práctica de la pastoral: si la sociedad norteamericana, lejos de ser un "escándalo moral", es un éxito que atrae a millones de inmigrantes de todo el mundo, no puede decirse que el mercado libre y la caridad privada -ambos, poderosos en los Estados Unidos- deban ser reemplazados por el Estado en su papel de promotores principales de la justicia económica. Este reemplazo ya ocurrió en América Latina, sumiéndonos en una pobreza muy distinta de la que denuncian los obispos norteamericanos: permanente y generalizada.

Al escribir estas líneas, no pienso en los norteamericanos sino en los latinoamericanos. La pastoral que comento no tendrá en la Unión otro efecto que halagar a las minorías pobres y latinas que están en la base de la escala social y son la clientela espiritual más nutrida de la Iglesia Católica norteamericana, de tal modo que en el Norte el mercado y la caridad privados seguirán impulsando un fantástico desarrollo; lo más que hará la pastoral es sensibilizar a más personas acerca de la necesidad de ayudar a los pobres. Lo cual es positivo. Entre nosotros, en cambio, la pastoral podría confirmar a muchos en su falso camino, hundiéndose aún más en nuestra pobreza. Es una cruel paradoja que, en tanto sigue aplicando su propio método de desarrollo, la potencia imperial nos aconseje a través de una voz disidente allí pero no entre nosotros, que sigamos con nuestro propio método de subdesarrollo, creyendo en el Estado y no en la libertad.

(De "Bajo el imperio de las ideas morales"-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 1993).

jueves, 3 de febrero de 2022

La catástrofe educativa

La tragedia o la catástrofe educativa en la Argentina puede sintetizarse en los siguientes aspectos:

a) Pobre valoración del conocimiento y la cultura por parte de la sociedad
b) Indisciplina generalizada motivada principalmente por la eliminación de sanciones en establecimientos educativos
c) Reemplazo de contenidos educativos por adoctrinamiento ideológico izquierdista
d) Reemplazo de métodos pedagógicos tradicionales y eficaces por métodos inadecuados

Respecto de este último aspecto, puede mencionarse que, en algunas universidades, junto al curso preuniversitario, se les dicta a los aspirantes un curso de "lectura comprensiva" por cuanto muchos no saben leer adecuadamente. Es común, por otra parte, advertir en un alumno secundario, gran dificultad para escribir lo que alguien le dicta.

Mientras que en el pasado una maestra escribía en el pizarrón la letra "m", mientras los alumnos repetían a coro y en voz alta el sonido asociado "mmmmmmmmmmmm...", en la actualidad se coloca el gráfico de una casa, por ejemplo, y abajo aparece la palabra "casa", para que el alumno adivine el significado y sonido de las letras. Con esto se llega a que la educación en la Argentina promueve a semianalfabetos, como condición normal.

A continuación se transcribe una extensa entrevista en la que se detalla este aspecto destructivo de la educación:

LA ESCUELA ESTÁ GENERANDO NIÑOS PRESCINDIBLES Y LA CAUSA TIENE NOMBRE Y APELLIDO

Por Claudia Peiró

Los chicos egresan de la primaria y aun de la secundaria sin saber leer ni escribir correctamente y con deficiente comprensión de textos. Infobae entrevistó a una experta del Conicet que acusa al método global o psicogénesis de la escritura por este patente fracaso escolar

Entrevista a Ana Borzone, doctora en Filosofía y Letras (UBA) e investigadora principal del Conicet

Cuando se habla de la crisis de nuestra escuela, casi siempre se evocan motivos económicos -bajo presupuesto, caída general de la economía, pobreza, etc.- pero Ana Borzone, investigadora principal del Conicet que desde hace décadas coordina equipos que estudian los métodos de enseñanza de la lectoescritura, apunta a una causa de orden ideológico: la psicogénesis de la escritura, el método global, la creencia de que el niño aprende solo, por intuición, por tanteo, y que el maestro es apenas un guía. Son teorías tan ampliamente aplicadas como fracasadas.

El problema, explica Borzone, es que la reacción de las burocracias ministeriales es la de disimular el fracaso con medidas tales como unir los tres primeros años de enseñanza en un sólo ciclo y prohibir la repitencia. Se ha abandonado la enseñanza intensiva de la lecto-escritura en los primeros meses de escolaridad. Las consecuencias son dramáticas y se experimentan a lo largo de toda la primaria y secundaria. “Esto es una gran estafa -sostiene Borzone-: si los chicos no aprenden es porque se ha instalado en los Ministerios una línea ideológica que prohíbe la enseñanza sistemática de la lectura y la escritura”.

En esta charla con Infobae, la especialista también afirma que, con el método tradicional, que hizo grande a nuestra escuela, todos los niños pueden aprender a leer, escribir y comprender textos en primer grado, incluso en contextos vulnerables, como ciertos medios rurales, las villas de emergencia o las escuelas bilingües de los qom; todos ambientes en los que ha trabajado y confirmado su teoría.

— Últimamente se constata con frecuencia que los chicos terminan la primaria, y el secundario incluso, sin saber leer y escribir correctamente. ¿Cuál es la razón?

En general tenemos buena información sobre las consecuencias de la crisis educativa, pero no se habla de las causas. Las consecuencias son que los chicos terminan primaria y aún secundaria sin leer ni escribir y sin comprender textos. Esto sucede desde hace varios años. Entonces, lo que tenemos que analizar son las causas y es lo que hemos hecho como equipo de investigación del Conicet y de distintas universidades nacionales. Y el nombre y apellido de la causa de la gran tragedia educativa y del fracaso escolar que tenemos en nuestro sistema educativo es “psicogénesis de la escritura”. Esta es una propuesta de enseñanza de la lectura y de la escritura, que se instala a través de un discurso ideológico en el sistema educativo a fines de la década del 80 y se consolida en la década del 90. ¿Qué plantea la psicogénesis? Que los niños, así como aprenden por inmersión a hablar, por contacto con otros que hablan, van a aprender a leer y a escribir por inmersión en un medio escrito.

— ¿Por qué es errado ese planteo?

Ambas hipótesis son erradas. Primero, es verdad que el habla, el lenguaje, tiene una base biológica y que todos los chicos van a aprender a hablar, salvo ciertas excepciones. Sin embargo, también la oralidad tiene que enseñarse. Es decir que ya partimos de una premisa falsa. Tiene que enseñarse vocabulario, enseñarse los diferentes géneros discursivos. Los chicos tienen que aprender a describir, a explicar, a argumentar, porque si no se les enseña, no aprenden. Además se les tiene que enseñar a comprender textos oralmente y a producir textos orales. Por otro lado, la escritura es una invención cultural, no se puede reinventar, ya está inventada. Lo que plantea la psicogénesis es que los chicos tienen que descubrir. Es el aprendizaje por descubrimiento que ya hace años se ha cuestionado como metodología de enseñanza. Lo grave es que de ahí se desprende una metodología de enseñanza del sistema de escritura.

— ¿Cómo debe enseñarse la escritura?

El sistema de escritura es dominar las correspondencias sonido-letra y poder leer y escribir palabras. La psicogénesis plantea un método global para ese tipo de enseñanza y prohíben, prohíben, la enseñanza sistemática de las correspondencias entre letras y sonido y el desarrollo de la conciencia fonológica.

— ¿Sería el viejo método silábico o letra a letra como se aprendía antes?

No silábico, no, es el método fónico tradicional pero con un cambio, un cambio que hete aquí qué interesante y quiero remarcarlo porque los promotores de la psicogénesis se consideran progresistas porque no enseñan a leer y a escribir y esperan que el niño aprenda solo. El gran cambio lo dio un investigador soviético, (Daniel Borisovich) El Konin, cuando en la década del 60 planteó y cambió y mejoró el método fónico, que es la línea que nosotros seguimos, la línea que se adoptó en Cuba por ejemplo y por eso los chicos cubanos aprenden a leer y a escribir y los argentinos no. Es decir, primero se desarrolla conciencia fonológica, los chicos toman conciencia de que las palabras están formadas por sonidos, se introducen las letras y se van estableciendo las correspondencias y de esa manera a través de este camino aprenden a leer y a escribir.

— El método global, ¿cómo funciona en la práctica?. Por ejemplo, ¿a los chicos se les da una palabra, un texto, y ellos tienen que deducir?

Claro, tiene que inventar. Tiene que adivinar lo que dice. Tiene que adivinar la palabra por el largo. O por el dibujito que pueda tener el texto. Y el modelo que toma la psicogénesis se llama precisamente “la lectura, un juego psicolingüístico de adivinanzas”. En lugar de leer el chico tiene que adivinar. Se dejó de enseñar a leer y a escribir y entonces los chicos no aprendieron en tiempo y forma como aprendían en la escuela pública de excelencia que tuvimos. Y qué hicieron, como los chicos no aprendían, la gran estafa, la primera gran estafa, fue agrupar los tres primeros grados y que tuvieran promoción automática.

— Cuando se estableció que no se podía repetir primer grado el argumento fue que al chico le toma dos años aprender a leer y escribir.

El español, aprender a leer y escribir el español toma cuatro meses. Dominar el sistema de escritura, con la metodología adecuada, cuatro, cinco, seis meses. No más. Porque por su ortografía y su fonética, el español es una lengua muy fácil de aprender a leer y a escribir. Entonces, la unidad pedagógica, promoverlos automáticamente, fue la primera estafa que el sistema educativo les hizo a los chicos y a los docentes. Porque a los docentes, que antes lograban que sus chicos aprendieran a leer y a escribir, porque les enseñaban, les prohibieron enseñar. Estafaron también a los docentes. No les enseñaron a enseñar en forma adecuada. La Argentina mantiene un sistema de enseñanza del sistema de escritura y de la comprensión que ha sido abandonado en el resto del mundo. En ningún país de Latinoamérica se utiliza.

— De Latinoamérica.

En ningún país del mundo. Cuando ese método empezó a fallar en Francia, por ejemplo, salían artículos en los diarios que decían que las escuelas se habían transformado en una fábrica de disléxicos. Las escuelas argentinas hoy son una fábrica de disléxicos. ¿Por qué? Los disléxicos tienen un problema real: no pueden desarrollar conciencia fonológica y les cuesta aprender las correspondencias. En este caso, como las correspondencias no se enseñan, los chicos se desempeñan como disléxicos.

— ¿En la práctica qué significa?

Que no pueden leer las palabras, que tratan de adivinarlas. Que se confunden. A mí me han convocado de hospitales como el Gutiérrez o el Fernández de la Ciudad de Buenos Aires porque reciben muchísimos chicos con diagnóstico de dislexia. Ahora, salvo que la Argentina tenga una maldición, no puede haber tantos chicos disléxicos. Entonces qué pasa, que nuestras escuelas son una fábrica de disléxicos.

— ¿Es reversible eso?

Es reversible. Lo que sucede es que esto ya deja huella. Todo el trabajo que no se hizo en su momento, y tenemos que pensar en la plasticidad cerebral, en qué se enseña, en que hay que revertir una mala enseñanza que ya ha desarrollado estrategias erróneas para leer y escribir, y esas estrategias erróneas ya son conexiones neurales, ya son patrones neurales. Entonces, para que ese chico al que le enseñaron mal a leer y a escribir pueda aprender, hay que hacer un esfuerzo muy grande porque el sistema educativo ya no enseña en tiempo y forma como enseñó siempre, por eso la escuela pública argentina tuvo la excelencia que tuvo con el maestro Luis Iglesias, en la década del 50, en la escuela rural perdida en La Pampa chicos de 11 años leían Julio Verne. ¿Pueden hoy los chicos leer Julio Verne? Hoy los chicos no pueden leer nada y no pueden comprender. Tenemos que analizar las causas y todos los que trabajamos en lectura en las universidades nacionales, en el CONICET, y en otros centros de investigación del país, estamos de acuerdo con que la causa del fracaso de nuestros chicos, que tiene consecuencias sociales gravísimas, gravísimas, la causa es que a los chicos no se les enseña a leer y a escribir...

— Usted destaca la importancia de este aprendizaje, porque leer y escribir no es una cosa más que se aprende en la escuela, sino la herramienta definitiva. El que no sabe leer o no entiende lo que lee no puede estudiar.

No puede aprender. Los chicos nuestros no aprenden nada, porque no pueden leer. El lenguaje es el instrumento para el aprendizaje, para todo aprendizaje. Los chicos no pueden aprender todo a través de la experiencia directa. Bueno, ahora los llevamos al Polo Norte para que vean cómo es el Polo Norte. No. Lo aprenden a través del lenguaje. Entonces, si tienen un vocabulario paupérrimo, porque la psicogénesis no enseña vocabulario, la psicogénesis no enseña estrategias de comprensión, no pueden comprender los textos y el primer paso para aprender cualquier contenido de cualquier materia es poder comprender. Si no se les enseña el proceso de comprensión no van a poder comprender el texto y no van a poder aprender de los textos. Es decir que se arma una bola de nieve, que cada vez se hace más grande y cada vez los chicos tienen mayor retroceso lingüístico y cognitivo.

"El lenguaje es el instrumento para el aprendizaje, para todo aprendizaje. El primer paso para aprender cualquier contenido de cualquier materia es poder comprender lo que se lee"

— Usted dice que ya no se usa en el mundo este método global, ¿por qué?

En 1967 se publicó un libro de Jeanne Chall, una investigadora norteamericana, que pasó seis, siete años estudiando, comparando y evaluando a chicos que aprendían con un método global como la psicogénesis y chicos que aprendían con un método fónico. Y el resultado fue que el método global producía graves retrasos en el aprendizaje y por eso se abandonó. Esta metodología a la Argentina llega de la mano de un seudo progresismo que sostiene que los niños tienen que aprender solos, que tienen que aprender descubriendo ellos qué significan las palabras en un texto. No, los chicos no pueden inferir el significado de una palabra que no conocen, el docente tiene que enseñarles el significado de la palabra.

— De ahí viene la costumbre de no corregirles los errores de ortografía, para no coartar su libertad...

Claro. Es todo un discurso político, no es un discurso científico y académico. Es grave que el sistema educativo no atienda a la ciencia, que sea un ámbito no científico. Porque además es un ámbito que está desarrollando cerebros, está trabajando con chicos cuyo futuro depende de la educación. El ex presidente de Uruguay José Mujica decía que estos chicos no van a ser explotados, estos chicos que no comprenden los textos van a ser prescindibles. La escuela está generando miles de chicos prescindibles para la sociedad. Eso es lo grave.

— En 2012, cuando Alberto Sileoni anunció que no se repetiría más primer grado porque según él los chicos tardan dos años en aprender a leer y escribir, dijo que los principales beneficiarios de esta política serían los chicos más carenciados. Hay una subestimación: creen que por ser pobre el chico no puede aprender a leer y a escribir en tiempo y forma, entonces se lo termina condenando a la marginalidad perpetua...

Precisamente. Lo que pasa es que estafan. Tapan los errores, no los reconocen, y los tapan con estafas. Con estafas de promoción, ahora la nueva estafa del secundario. Son todas estafas al sistema. Yo empecé a trabajar en la década del 80 con un grupo de niños de una villa de emergencia, chicos de 5 años. Aprendieron a leer y a escribir a los 5 años. Eran chicos del sector más vulnerable, más vulnerable aún que los de sectores rurales. Luego trabajamos en la ruralidad y todos los chicos aprendían a leer y a escribir en primer grado. Hemos trabajado en escuelas bilingües español-qom, escuelas tobas. ¿Hay más marginalidad que en el Chaco y en las escuelas tobas? Y los chicos a fin de primer grado leían y escribían en su lengua qom y en español. Tenemos todos los datos para demostrar que esto es una gran estafa y que si los chicos no aprenden es porque se ha instalado en los Ministerios una especie de línea ideológica que prohíbe la enseñanza sistemática de la lectura y la escritura. Va en contra de la ciencia y de todo lo que se ha investigado en estos últimos 50 años.

— ¿Encontró receptividad en algún político, en alguna autoridad para cambiar esto alguna vez?

Afortunadamente, antes de asumir como gobernador (de Mendoza), Alfredo Cornejo dijo que el objetivo de su gestión era que los chicos aprendieran a leer y a escribir. Y convocó a científicos, no convocó a los amigos, ni a los conocidos. Me convocó a mí porque hace más de 50 años que estudio este tema y mis investigaciones demuestran que todos los chicos aprenden a leer y a escribir en primer grado. Adoptaron esta propuesta en 2016: desde jardín los chicos empiezan a ingresar al proceso de alfabetización, a aprender a leer y a escribir y continúan en primer grado. Miles de docentes se están capacitando en Mendoza. También tenemos datos con respecto a los resultados de nuestra propuesta en la virtualidad. Con los materiales adecuados y con capacitación docente, los chicos han aprendido a leer y escribir a pesar de la virtualidad. A fin de primer grado pueden escribir textos breves solos, en forma autónoma, sin faltas de ortografía, porque desde un principio se enseña la ortografía, y leer solos y contestar por escrito preguntas de comprensión de un texto. Eso está estudiado, evaluado, están los datos, los presentamos el año pasado en un congreso de ciencias cognitiva en Uruguay y mostramos cómo los chicos pueden alcanzar ese nivel. Un nivel que todos los chicos de nuestro país pueden y deben alcanzar.

— Hay algunas prácticas que, de la mano de la psicogénesis, fueron también desterradas, como la lectura en voz alta y la memorización. ¿Qué piensa de eso?

La lectura en voz alta es fundamental al principio de la escolarización. Los chicos necesitan al comienzo leer en voz alta porque al hacerlo están articulando las palabras, y esa articulación sirve para que recuerden las palabras y puedan establecer relaciones, porque comprender es ir estableciendo relaciones entre palabras, realizar inferencias. Además porque el chico tiene que leer con prosodia y la única manera de incorporar la prosodia, es decir la entonación a la lectura...

— Las pausas.

Las pausas. Ahora bien, ¿por qué se prohibió la lectura en voz alta? Porque al niño se lo colocaba en una situación de vergüenza. Por supuesto, porque nadie le había enseñado a leer y le estaban pidiendo que hiciera algo que no le habían enseñado. Pensemos la situación didáctica para que el chico no se sienta mal leyendo en voz alta. Lo hacemos como un juego, vamos a jugar a la radio, por ejemplo. En nuestro programa “Queremos aprender” tenemos una propuesta de alfabetización, de desarrollo integral para la alfabetización temprana. El avance que han hecho los programas de alfabetización en el mundo es que no se trabaja sólo la enseñanza de la lectura y la escritura sino también las habilidades lingüísticas orales y las habilidades socio-emocionales y cognitivas que sostienen los aprendizajes, que son fundamentales para todo aprendizaje. Tenemos que volver a formar a los docentes en algo más que prohibido enseñar ortografía, prohibido enseñar vocabulario, los chicos tienen que adivinar... Tenemos que empezar a enseñar en forma sistemática e intensiva.

— ¿Y la memorización?

Otra cosa fundamental. No significa que le vamos a enseñar de memoria pero vamos a trabajar con la memoria porque el chico necesita retener información. El tema es cómo. Le vamos a enseñar a retener información explicando, haciendo preguntas, trabajando los textos, enseñándoles las palabras que no conocen y vamos a hacer una lectura interactiva junto con ellos de manera de ir incorporando a su memoria la información. Pero la memoria es fundamental.

— Hay cosas que se tienen que aprender de memoria. Las tablas de multiplicar, el alfabeto...

El alfabeto se tiene que aprender de memoria.

— Las tablas de multiplicar se aprenden de una vez y para siempre. Si uno no las sabe es imposible calcular. Y se aprenden cuando la memoria es una esponja, antes de los 8, 10 años, después es más difícil.

Así es. Pero lamentablemente se estafó a los docentes, se los sigue estafando, diciéndoles no, no pueden poner el alfabeto, no lo pueden enseñar. Todo es “no pueden enseñar”. El resultado es que los chicos no aprenden porque los chicos aprenden cuando se les enseña.

— Hay un aspecto ergonómico de la escritura que tampoco se enseña ya. Los jóvenes de hoy toman la lapicera de cualquier forma, cuando hacerlo correctamente no es una arbitrariedad ni un autoritarismo, es el estudio de cuál es la forma más fácil y cómoda para tomar la lapicera y escribir más rápido...

Lo que pasa es que la psicogénesis, como toda ideología, genera un enemigo. Para posicionarse y seguir estando posicionada genera un enemigo. ¿Cuál es el enemigo? El conductismo. Por eso suprimieron y prohibieron la práctica. Pero todo aprendizaje se logra a través de la práctica. ¿Qué hace el pianista? Practica ocho horas diarias. Todos practicamos. Entonces al suprimir la práctica a los chicos no les enseñan a tomar el lápiz, no practican el trazado...

— Los famosos palotes...

No se practica entonces no desarrollan motricidad fina. Y para la escritura necesitamos motricidad fina. ¿Cómo les cuesta tanto trazar las letras, por qué? Porque no aprendieron a hacerlo. En nuestras investigaciones confirmamos que en tres meses con práctica de trazado desde el jardín los chicos en tres o cuatro meses escriben con una cursiva muy legible e impecable. Como siempre escribimos, cuando nuestra escuela pública era un factor de promoción social. Hoy es un factor lamentablemente de discriminación social.

— De estancamiento.

De discriminación social, porque a los chicos que van a la escuela pública, algunos en la escuela privada van a aprender mejor, pero aun en las privadas tampoco se les enseña bien. Estamos generando una brecha educacional con consecuencias sociales tremendas. Tremendas. Esos chicos son prescindibles, significa que no se pueden incorporar a la sociedad, al mundo laboral, porque no tienen los instrumentos básicos que son la lectura y la escritura. Y lo que implica de desarrollo neurológico ese aprendizaje. Porque los analfabetos o semi-analfabetos, lo estudia la neurociencia, tienen otra organización cerebral y otros problemas cognitivos.

— ¿Qué pasa con la repitencia? Porque todas esas estafas a las que usted hace referencia las justifican con el argumento de que repetir no sirve para nada, que es muy traumático, etcétera.

Primero, empecemos a enseñar en forma adecuada, sistemática e intensiva. Segundo, a mitad de primer grado se evalúa a los chicos. Los chicos que tienen un desfasaje tendrán una maestra recuperadora que intensifica el aprendizaje de tal manera que, excepto que haya realmente dislexia, todos llegan a fin de primer grado leyendo y escribiendo. El sistema primero tiene que cambiar la manera de enseñar a leer y escribir. Si no la cambian no va a cambiar nada y cada vez los resultados van a ser peores. Porque la Argentina hace 20 años que lo único que hace es retrasarse y tener peores resultados en las evaluaciones, lo cual implica que muchos chicos abandonan el secundario. Yo he estado con chiquitos que este año ingresan a secundario y ellos mismos me dicen que no saben leer ni escribir.

— Es terrible eso.

Es terrible lo que están haciendo. Están matando generaciones. Porque no les están dando la posibilidad de una vida distinta. ¿Y todo por qué? Porque se han apoderado de los Ministerios, se han aferrado a los Ministerios y no aceptan el cambio aun cuando uno les muestre los datos. El ámbito educativo está actuando en la Argentina como un ámbito no científico, no atienden a los resultados de las investigaciones. No tienen datos para mostrar, lo único que muestran es fracaso. Pero disfrazan el fracaso diciendo que los chicos tienen tiempo para aprender a leer y a escribir. No tienen tiempo. Tenemos un problema serio. Tenemos que ir a las causas. No hablemos más de las consecuencias, las consecuencias ya las tenemos: los chicos llegan a las universidades, a los institutos, y no leen ni escriben. Y hace años que, cuando dicto un seminario sobre comprensión por ejemplo, los profesores de secundaria o de instituto de profesorado y hasta de la Universidad me dicen: cómo les enseño, cómo les enseñamos a los chicos a leer y a escribir cuando salen del secundario sin leer ni escribir. Entonces ahora hay que enseñarles a leer y a escribir después del secundario. ¿Cuántos años hicieron y no aprendieron a leer ni a escribir? ¿Cuántos años estuvieron en la escuela? ¿Para qué fueron? No hablemos más de los datos del fracaso, hablemos de las causas. Si seguimos hablando del fracaso, seguimos llorando porque nuestros chicos no aprenden. ¿Por qué no nos preguntamos por qué y tratamos de solucionarlo?

— Lo que se hace es barrer bajo la alfombra: no quieren hacer pruebas, no quieren evaluar, no quieren dar cifras. Dar cifras es estigmatizar. Con el argumento de la estigmatización vamos tapando todos los agujeros porque no hay que decir que los chicos salen sin aprender porque los estamos ofendiendo.

Lo vuelvo a repetir: grupos urbanos marginados, escuelas rurales... trabajamos en un momento con todas las escuelas rurales de La Rioja, y todos los chicos aprendían a leer y a escribir en primer grado. Luego se suspendió el programa, por supuesto, a ver si los chicos podían empezar a pensar. Trabajamos también con comunidades aborígenes y aprendían en dos lenguas a leer y a escribir. Los datos están y no los quieren ver. No los aceptan. — Habrá que seguir difundiéndolos...

Hace más de 30 años que peleo contra esto. No voy a morir tan frustrada gracias a Mendoza. Pero es muy doloroso ver con cuán poco se puede enseñar a leer y a escribir y que no se lo ponga en práctica. Lo que siento, y quiero cerrar con esto, es como tener pan en la mano, ver cómo los chicos se mueren de hambre y prohibirme a mí darles el pan.

(De www.infobae.com)

miércoles, 2 de febrero de 2022

La libertad: ¿como principio o como utilidad?

Entre las figuras representativas del liberalismo se advierten dos tendencias principales en cuanto a la libertad, ya que para algunos se trata de un principio prioritario mientras que para otros resulta ser válida en función de los efectos que produce. Pareciera ser un dilema similar al de la moral, admitida como principio prioritario por algunos y valorada según los efectos que produce, por otros.

En realidad, si nos atenemos a la historia de la moral, parece ser un falso dilema, ya que, por lo general, los principios morales (o las éticas propuestas) surgen luego de observar los efectos que producen las diversas acciones y actitudes humanas, es decir, algo similar a lo que hace el científico, quien enuncia los postulados básicos de una teoría luego de tener en su mente la mayor parte de los fenómenos abarcados por la misma.

Desde el punto de vista de las religiones reveladas, sin embargo, se supone que los principios morales vienen "desde arriba" en lugar de haber sido observados por el profeta. De acuerdo a las creencias del pasado, el propio profeta atribuía a cierta intervención de Dios el conocimiento al respecto. Thomas Hobbes escribió: "Decir que Dios le ha hablado en un sueño, no es otra cosa que decir que él ha soñado que Dios le hablaba".

Así como, en economía, no es posible separar la producción del consumo, o de la distribución, ya que forman parte de un mismo proceso, en el caso de la libertad no es conveniente separar su carácter prioritario de los efectos que produce. En realidad, la división entre moralistas y utilitaristas se debe esencialmente a la forma de pensar de cada uno, en lugar de constituir algo más profundo. Estas diferentes formas tienen, por supuesto, su importancia. Mariano Grondona escribió: "Hay varias maneras de ser liberal. El que pretenda excluir a otros liberales estará cometiendo el pecado que no puede cometer un liberal: el dogmatismo".

"En el marco del pluralismo liberal a partir del hecho de que hay varias maneras de decir la libertad, es posible discernir dos grandes tendencias. Una, la de los moralistas y otra, la de los utilitarios. Ocurre que la práctica de la libertad trae beneficios, y esto ha generado dos tendencias de los pensadores liberales: una, ubicar de manera categórica y absoluta -y desprendida de toda consecuencia práctica- la vigencia de la libertad en el plano de la dignidad humana. La otra, fijarse más bien en cuán conveniente es -cuánto progreso trae- la afirmación de la libertad".

"Incluiría dentro de la primera lista a Locke, Kant, Rawls y Nozick. Integrarían la segunda Mill, Alberdi, von Mises y Hayek. Locke dice que no hay que buscar la felicidad ni el placer sino la virtud, y los principios morales; pero que de ellos resulta la felicidad. Para él no hay conflicto entre la idea de virtud y la de utilidad, pero en tanto aquélla es un principio, ésta es una consecuencia".

"Alberdi casi no permite que se penetre en la disyuntiva: lo bueno es lo correcto y lo correcto es bueno. Pero el espíritu general de los escritos de Alberdi es pragmático y utilitario. En von Mises y Hayek, la visión utilitarista llega al punto máximo. Porque en ellos la utilidad es algo subjetivo. En Mill había una escala hacia los placeres más elevados. En cambio, en von Mises el beneficio o la utilidad es algo absolutamente subjetivo, que nadie puede regular desde fuera ni siquiera bajo la forma de una opinión filosófica" (De "Los pensadores de la libertad"-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 1986).

La sugerencia que finalmente Grondona da al liberar es la siguiente: "Debe convertirse en el portador de un mensaje moral, que tiene consecuencias prácticas. Antes, venía a traer un mensaje práctico a personas imbuidas de moral. El giro que debe dar el liberalismo ahora es presentarse como un humanismo. En definitiva, es un humanismo, una manera de querer, promover e impulsar al hombre. ¿Es valioso el hombre? Sí. Entonces, démosle la libertad para desarrollarse, para florecer. He aquí el punto de partida del humanismo liberal".