domingo, 30 de octubre de 2022

Éxodo socialista

Debido a la prohibición a lograr o mantener ambiciones y objetivos de vida individuales, impuesta en los sistemas socialistas, existe la alternativa siempre presente de huir hacia países capitalistas. También ocurre un proceso similar cuando los jóvenes pierden toda esperanza en los políticos populistas, que poco o nada se interesan por la nación, ya que sólo aspiran a satisfacer sus ambiciones políticas personales, como es el caso de la Argentina.

Según el Canal 7 de Mendoza, en cierta encuesta, el 100% de los menores de 27 años afirmó tener decidido irse del país si tienen la posibilidad de hacerlo. Ello se debe, entre otros aspectos, a que prácticamente no se crean puestos de trabajo en los últimos 10 años. Pocos son los que están dispuestos a seguir en un país en el cual gran parte del impuesto inflacionario está destinado a mantener empresas públicas que presentan pérdidas anuales por U$S 5.363 millones, además de tener un gobierno que paga mensualmente, mediante planes sociales, a gran cantidad de parásitos para que no trabajen, y para que voten masivamente por el partido gobernante.

Ante la masiva emigración de jóvenes emprendedores y capacitados, el país pierde gran parte de su capital humano, mientras muchos padres y abuelos se desesperan ante la posibilidad de alejarse de hijos y nietos, a los cuales no podrán ver muy seguido. Mientras tanto, gran parte del electorado sólo piensa en votar para que su líder (CFK o MM) venza al tradicional rival en las próximas elecciones, a pesar de los fracasos de ambos en sus gestiones previas.

El muro de Berlín ha sido el símbolo más elocuente del socialismo, ya que, de no haberse construido, pocos habitantes habrían quedado en el "paraíso socialista", siendo en realidad lo más parecido a una cárcel. Al respecto, Vicente Massot escribió: "En Berlín, en medio del territorio oriental, sólo los controles de seguridad allí no fueron tan estrictos y hasta principios de la década del sesenta los habitantes de la zona soviética podían trasladarse libremente a la otra parte de la ciudad".

"La migración que pronto se produjo no pasó inadvertida ni a Malenkov, quien fue de los primeros en entreverlo, anunciándoles a sus camaradas del Kremlin que casi medio millón de personas se había marchado entre 1953 y 1956. Tampoco dejó de notarla el embajador soviético en la República Democrática Alemana, Mijail Pervukhin, quien le informó a sus jefes, en 1959, que una frontera abierta, como la allí existente, daba lugar a la comparación de las dos zonas con resultados no siempre favorables para el sistema colectivista".

"En quince años, cerca de tres millones de berlineses del este, cansados del sueño socialista, se habían marchado con el propósito de alcanzar la libertad que cada día se les negaba, malgrado las promesas en contrario del régimen imperante".

"El presidente de la República Democrática Alemana (RDA, prosoviética), Walter Ulbricht, desesperado ya a comienzo de los cincuenta de encontrarle una solución pacífica al fenómeno, pensó en detener el tránsito de súbditos hacia el lado occidental con un muro que dividiese la urbe".

"Tras largos cabildeos, triunfó la postura de Ulbricht y el 12 de agosto comenzó la construcción. Un atribulado Nikita Kruschev habría de confesar luego: «Fue odioso, pero ¿qué podría haber hecho? Se estaba yendo la gente más calificada y la economía de Alemania Oriental hubiera colapsado de no haber obrado algo contra la huida en masa...El muro era la única opción que quedaba»" (De "Las caras de la historia"-Editorial El Ateneo-Buenos Aires 2015).

La Cuba de los Castro no necesitó edificar ningún muro, ya que, rodeada de mar, existe una imposibilidad natural para el tradicional éxodo socialista, si bien muchos cubanos arriesgaron sus vidas, o la perdieron, en sus intentos por emigrar en unas rudimentarias balsas construidas con troncos. A pesar de todo, los intelectuales de izquierda siguen hablando maravillas del socialismo y embaucando ignorantes. También Bergoglio pide a Dios y a los gobiernos capitalistas que ayuden a los que deben emigrar de sus países, mientras simpatiza con todo dictador socialista que favorece las masivas emigraciones.

viernes, 28 de octubre de 2022

Dignidad y felicidad

Puede decirse que una persona es digna cuando responde adecuadamente a su naturaleza humana, es decir, cuando se adapta a los fines con que ha sido creado por un Dios Creador o bien por las leyes naturales eternas que constituyen el orden natural.

Debido a que estamos constituidos por un cuerpo, un intelecto y una emocionalidad, nuestra dignidad está asociada a la predisposición a valorar y potenciar tales atributos en respuesta a la voluntad aparente del orden natural. De lo contrario, cuando ignoramos alguno de esos atributos, aparece el hombre automutilado, por lo que tiende a perder algo o bastante de su dignidad como ser humano.

Al respecto leemos: "Principio de la dignidad humana: Kant lo ha formulado así: «Obra siempre de tal suerte que trates a la humanidad, en tu persona tanto como la persona del prójimo, como un fin y no como un simple medio». Este principio se halla integrado en todas las morales que no sitúan el fin de la vida en el placer egoísta".

"Moral de la dignidad humana: Doctrina según la cual el principio fundamental de la moral es el respeto a la naturaleza humana en sí y en los demás. Está implicada en toda moral puramente racional, p. ej. en la moral de los estoicos, para quienes es preciso vivir conforme a la propia naturaleza de hombre, es decir, conforme a la razón. Antaño centrada en los deberes hacia sí mismo, hoy considera sobre todo los deberes hacia los demás" (Del "Diccionario del Lenguaje Filosófico" de Paul Foulquié-Editorial Labor SA-Barcelona 1967).

Por lo general, las personas se sienten dignas de su naturaleza humana en cuanto cumplen adecuadamente con las leyes establecidas por el Estado y cuando respetan las costumbres arraigadas en la sociedad en que viven. Sin embargo, la referencia debe situarse en las leyes naturales antes que en las leyes y costumbres decididas por los propios seres humanos. Así, mientras las leyes positivas y las costumbres no respetadas reciben sanciones por parte de la justicia humana y por la sociedad, las leyes naturales no respetadas reciben sanciones del propio orden natural utilizando a cada uno de nosotros como el propio "verdugo", ya que actúan a través de nuestra conciencia moral. De ahí la expresión de Marco Tulio Cicerón cuando afirma respecto de la ley natural: "Desconocerla es huirse a sí mismo, renegar de su naturaleza y por ello mismo padecer los castigos más crueles aunque escapara de los suplicios impuestos por los hombres".

La dignidad humana se pierde también cuando un sistema de gobierno totalitario le niega a todo individuo la posibilidad de realizar todas sus potenciales creativas, familiares, intelectuales, laborales, etc., como ocurre con los sistemas socialistas. Incluso las "ayudas sociales" tienden a marginar de la sociedad a quienes son convertidos en parásitos sociales que sólo podrán vivir a costa del trabajo ajeno, a pesar de que los favorecedores de la indignidad generalizada atribuyan a los sectores liberales una culpabilidad similar de la que ellos se excluyen; de la tan difundida marginación social.

A veces la dignidad se asocia a objetos distintos a las personas, como es el caso de la "vivienda digna" o el "trabajo digno", por lo cual existirían viviendas indignas y trabajos indignos. Al respecto puede decirse que una vivienda digna es aquella construida con medios legales por parte de personas dignas, en forma independiente de sus comodidades o de la seguridad que brinda. También un trabajo es "digno" cuando sus efectos resultan favorables a alguien sin perjudicar a nadie.

Si el camino hacia la dignidad humana requiere de nuestra atención a los valores y atributos asociados a nuestro cuerpo, a nuestra mente y a nuestros sentimientos, puede advertirse que es el mismo camino que conduce a la felicidad. Este sería el premio que el orden natural nos otorga al adaptarnos a sus leyes.

Quizá la idea más importante que podamos extraer de estos planteos consista en concluir con que el camino a la felicidad está asociado a la virtud, y que la felicidad resulta accesible a quienes, siendo inteligentes, eligen el camino de la virtud. De esa forma se descalifica a gran parte de la sociedad por buscar la felicidad por otros medios, como el poder, el dinero, el lujo, el placer como único objetivo, etc. Nuevamente encontramos las ideas socráticas por las cuales se asocia la felicidad a la virtud y al conocimiento, y la infelicidad a la ignorancia.

martes, 25 de octubre de 2022

Orígenes y funciones del Estado

En toda época encontramos tres posturas, más o menos definidas, respecto de la naturaleza humana. Una de ellas es la que considera que el hombre es perverso por naturaleza, otra que es esencialmente bueno y generoso, siendo la tercera una postura intermedia, es decir, no es ni bueno ni malo, aunque es factible su mejoramiento permanente. Erich Fromm escribió: "Hay muchos que creen que los hombres son corderos; hay otros que creen que los hombres son lobos. Las dos partes pueden acumular buenos argumentos a favor de sus respectivas posiciones" (De "El corazón del hombre"-Fondo de Cultura Económica-México 1967).

A partir de estas posturas han surgido diversas teorías respecto del origen del Estado, si bien tal proceso formativo no tiene tanta relevancia como lo tiene definir las funciones que debería cumplir y los medios para lograrlas. Así, unos piensan que el Estado debe dirigir y orientar la vida de quienes, en su ausencia, vivirían en un permanente caos. Otros piensan que, dadas las virtudes naturales de los seres humanos, el Estado no debería existir, mientras la tercera postura es la que lo considera como un factor de seguridad ante posibles desvíos parciales de individuos o grupos que se alejan demasiado de la ética natural.

Luego de tener presentes las distintas formas de Estado y de sus efectos, a lo largo de la historia, resulta necesario tenerlas presentes a fin de optimizarlo adecuadamente. En primer lugar aparece la prioridad básica que ubica al individuo, o bien al colectivo, como el prioritario sujeto de interés. Así, quienes parten de una idea negativa de la naturaleza humana, por lo general proponen un Estado que conduzca a una sociedad similar a un hormiguero o una colmena en las cuales todo integrante sólo tiene como objetivo colaborar con la supervivencia y crecimiento del conjunto, sin prestar demasiada atención a sus intereses y a su integridad individuales. Este ha sido el caso de los colectivismos asociados a los totalitarismos del siglo XX. La otra postura implica que es el Estado el que debe existir para beneficio de todos y de cada uno de los integrantes de la sociedad, siendo la democracia liberal la que apunta a ese objetivo.

Los colectivismos totalitarios apuntan a gobiernos ejercidos por una sola persona, con riesgos ciertos de que alteraciones psicológicas, de quien ejerce el mando, conduzcan a verdaderas catástrofes sociales, como aconteció con nazis y comunistas. La democracia liberal, por el contrario, tiende a que se ejerza un gobierno de leyes previamente establecidas quedando limitadas las posibilidades de gobiernos autoritarios.

El Estado, con funciones similares a los actuales, se asocia a la labor del cardenal Armand du Plessis de Richelieu, ministro de Luis XIII. Vicente Massot escribió: "A Richelieu le había conferido Luis XIII el privilegio y, sobre todo, la responsabilidad que le iba aneja de concentrar en sus manos el diseño y ejecución de la estrategia real, nada menos. A partir de ese instante se dedicó a servir también a otro Dios, distinto del que había aprendido a adorar desde pequeño y al que se había consagrado cuando entró al seminario y terminó tomando los hábitos. Este, sin mengua del Altísimo, era un Dios mortal del cual, en Francia, fue él, en buena medida, su fundador: el Estado moderno".

"Poco de lo que caracteriza al Estado tenía alguna envergadura o siquiera existía antes de asumir el cardenal en funciones. No había nada que se pareciese ni remotamente a un sistema impositivo regular y obligatorio. El gobierno se financiaba con recursos excepcionales, fuera de los viejos tributos feudales y los provenientes de las propiedades de la corona".

"Tampoco hubiese sido dable hallar unas fuerzas armadas permanentes. Cuando se las necesitaba, se las reclutaba mediante levas. En cuanto a la justicia y a la administración, no dependían directamente del ejecutivo. Fue Armand du Plessis quien puso el manejo de las cuestiones contables en cabeza de los intendentes y en desmedro de los nobles y de los gobernadores provinciales, que hasta su ascensión al poder eran autoridades de gran autonomía".

"Logró imponer un sistema impositivo -recusado por los grandes señores y los pequeños propietarios- forzoso, racional y calculable que, a la larga, explica las razones en virtud de las cuales transmitió a sus sucesores, como heredad, la nación más poderosa del mundo" (De "Las caras de la historia"-Editorial El Ateneo-Buenos Aires 2015).

Desde el liberalismo se propone siempre, como un factor de seguridad, la división de poderes, ya que la concentración del mando en una persona, o en un grupo reducido, conlleva una potencial posibilidad de catástrofe social. Así, la división de poderes en el Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y la economía de mercado, con su división del trabajo y la competencia entre empresas apuntan a dicho factor de seguridad.

Entre las posturas liberales, o libertarias, sin embargo, han surgido propuestas para la eliminación del Estado, y no solamente una abstención a intervenir en la economía. Al respecto, cabe mencionar que, desde hace varios años, las facturaciones de empresas son similares a los PBI (Producto Bruto Interno) de algunas naciones. Así, la facturación anual de Nestlé era comparable al PBI de Egipto, cuando ese país contaba con unos 55 millones de habitantes.

Es por ello que es necesaria la presencia del Estado, como un poder más, para ayudar a mantener el equilibrio de poderes. De lo contrario, es posible la injerencia desmedida de los grandes grupos empresariales respecto a instalar orientaciones sociales no siempre beneficiosas para los integrantes de la sociedad.

Este es el caso de empresarios como Bill Gates, Nelson Rockefeller y George Soros, entre otros, quienes, al menos según varias versiones, promueven orientaciones sociales poco beneficiosas para las poblaciones actuales, si bien varios Estados, en realidad, aceptan sus directivas en lugar de oponerse.

Lo que nunca debemos perder de vista, aunque sea poco "visible", es la orientación individual y social que nos impone el orden natural a través de sus leyes, especialmente las que rigen nuestras conductas individuales y que nunca deberían ser relegadas por leyes positivas que las desconocen. Mariano Grondona escribió: "El Estado desciende de la cúspide de la escala de valores. Es un «servidor» de una realidad más alta. Representa lo temporal frente a lo eterno. La ley positiva que él dicta, por lo tanto, no sólo queda sometida a la ley de Dios que surge de la Revelación, sino a la ley natural que Dios ha inscripto en las cosas. El Estado halla su razón de ser y el fundamento de su potestad de mando en el sometimiento de la ley positiva a la ley natural" (De "Política y Gobierno"-Editorial Columba-Buenos Aires 1969).

lunes, 24 de octubre de 2022

Adoctrinamiento de los niños e hipersexualización como puerta a la pedofilia

Por Agustina Sucri

Alerta a los padres: adoctrinamiento de los niños e hipersexualización como puerta a la pedofilia.

La advertencia de la psicóloga clínica española Lourdes Relloso sobre los objetivos detrás de las delirantes políticas de salud sexual que se impulsan de forma coordinada en diferentes países. Perversión, confusión de género y creación de trastornos con motivaciones ideológicas, que llevan a la esterilización de niños convertidos en clientes de por vida de las farmacéuticas.

Existe desde hace tiempo una despiadada lucha contra la vida, en un plan en el que es necesario sacar a los padres del medio, es necesario destruir las familias, es necesario desdibujar los roles de varones y mujeres. Es necesario sembrar el caos y la confusión, mediante una evidente manipulación perpetrada desde las instituciones de los países que participan de ese plan. Claros ejemplos de ello son las recientes declaraciones de Irene Montero, la ministro de Igualdad del gobierno de España, al asegurar sin vergüenza que “les niñes tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana”, o la campaña lanzada en la Argentina por el ministerio de Salud para la esterilización irreversible de adolescentes desde los 16 años sin la necesidad de consentimiento de los padres. Una acción esta última por la que la titular de la cartera sanitaria, Carla Vizzotti, ya fue denunciada ante la Justicia Federal.

Es en este maremágnum que la psicóloga clínica y sexóloga española Lourdes Relloso ha enviado un mensaje de alerta a padres y madres del mundo desde sus redes sociales. “Bajo la misma base delirante y enferma de que los niños, como seres sexuados, tienen derecho a recibir conocimientos sexuales, hipersexualizantes y erotizantes, se legitiman programas en los colegios donde se normaliza una erotización de la infancia, se da una normalizacion de conductas genitales, utilizando encuestas, debates, sobre anticonceptivos, o clases magistrales sobre distintos tipos de relaciones sexuales como perfecta ventana de Overton donde el mayor riesgo es la dependencia emocional en las relaciones sexuales o la falta de libertad si no tenemos la suficiente cantidad de genitalidad. Todo ello para normalizar algo que en la infancia no es de ningún modo normal. Hoy en día se sabe que esto derriba las barreras defensivas que los niños tienen y les aleja del mayor equilibrante emocional existente: la vinculación emocional”, argumenta la especialista en su video que ya alcanzó miles de visualizaciones. En una entrevista con La Prensa, Relloso amplió su mirada crítica sobre la actual manipulación de los niños en pos de oscuros objetivos.

- ¿Qué la llevó a la necesidad de alertar a los padres y madres del mundo?

- Mi propia alerta. El ver que se estaba confundiendo la identidad de género con algo muy frecuente que les ocurre a los niños en su primera infancia, que es identificarse con un rol. De igual manera que un niño se disfraza de Superman y dice “soy Superman” y se identifica con Superman, pero no le echamos por la ventana esperando que vuele. Los niños se pueden identificar con un rol o las niñas con otro. Si a una niña le gustan aquellos juegos que se asocian más con los niños, puede decir que es un niño. Pero esto no quiere decir que haya una disforia de género, que haya un problema de identidad de género, ni muchísimo menos. En el 80% de los casos esto revierte de una forma espontánea.
Sin embargo, cuando en este enfoque nuevo de la ideología de género se le pregunta al niño cómo se siente, con qué roles se identifica y se le confunde -y esto se confunde con una identidad de género- lo que las personas adultas creemos, lo vamos a crear. En la psicología ya se sabe que la observación determina a los niños. Y cuando yo le pongo una etiqueta, estoy determinando a estos niños o a estas niñas. La profecía autocumplida es algo que la psicología sabe perfectamente. Aquello que yo estoy describiendo es algo que voy a prescribir. Cuando estoy describiendo que ese niño que se identifica con roles de niñas o a la inversa es una identidad de género, una disforia de género, voy a prescribir aquello que estoy describiendo. Por lo tanto, vamos a crear trastornos donde de ninguna manera los hubiera habido. Esto es crear enfermedad, sumado con la Ley trans, que establece que un niño puede autodiagnosticarse, entendiendo que es suficiente con esto... Y algo que todos los padres y madres tienen que saber es que los profesionales que toda la vida hemos acompañado a transitar las disforias de género, ahora si lo que decimos es que puede ser una dismorfofobia, un problema con la corporeidad, o una identidad con un rol que nada tenga que ver con la identidad de género, se nos puede acusar -por no favorecer esa transición- de estar aplicando “terapias de conversión”. Como las antiguas terapias en las que a una persona homosexual se le aplicaba electroshock para convertirse.
Quiere decir que tenemos la obligación -porque de alguna forma estamos contra las cuerdas- de favorecer una llamada “terapia afirmativa”, de favorecer esa transición en niños que lógicamente han sido empujados a esa confusión. Estamos de alguna forma todos atados de pies y manos.

- ¿Cuáles son los objetivos detrás de esta manipulación de los niños? Hablemos también de la educación sexual integral, como uno de los componentes utilizados.

- Por desgracia, se suele decir que se pueden matar dos pájaros de un tiro. En este caso, probablemente se estén matando tres o más. Tenemos que saber que todos estos niños o niñas van a ser clientes potenciales de las farmacéuticas y de por vida. Porque la hormonización luego no va a ser reversible. Por mucho que estos niños o niñas se arrepientan, van a tener que seguir estando hormonados. Pero además estamos creando una esterilidad. Es decir, todos estos niños no serán hombres fértiles. Todas estas niñas no serán mujeres fértiles. Podrán convertirse en un hombre trans o una mujer trans, pero desde luego habrá una infertilidad.

- Tendrán que acudir a centros de fertilización o de subrogación de vientres, otros negocios en crecimiento.

- Efectivamente. Y luego algo que creo que será quizá lo más importante: lo que más estabiliza a un ser humano, lo que más fuerza le da, lo que más le equilibra, siempre ha sido la familia. La familia, el vínculo seguro, es lo que nos ha dado fortaleza. Es lo que nos da la fuerza para enfrentarnos con todas las adversidades de la vida. También es lo que hace que las personas no seamos fáciles de manipular. Cuando terminamos con la familia, cuando un ser humano no tiene un vínculo seguro, no tiene un refugio estable a nivel de afecto, como somos animales gregarios, vamos a sumarnos a cualquier "ismo". Y yo puedo sumarme al feminismo, al socialismo, al capitalismo, al ecologismo… Pero todos los ismos son absolutamente manipulables. Sobre todo, son muy fáciles de radicalizar. Esto hará, por lo tanto, que sea muy fácil llevarnos a los unos contra los otros, a crear divisiones. Esto hace que las personas formemos parte de una ideología que evidentemente va a ser llevada por las élites y vamos a ir donde ellos quieran que vayamos. Vamos a seguir un camino que ellos están trazando y vamos a estar enfrentados, divididos, radicalizados, para ir donde ellos nos quieran llevar.

- En su video menciona las consecuencias que tienen esta hipersexualización y erotización en los menores.

- Dentro de la educación sexual integral está la idea de que los niños nacen con una capacidad de erótica o de sexualidad. Y evidentemente es cierto que somos seres sexuados con capacidad y la cualidad de poder llegar a ser sexuados, pero un niño evidentemente no tiene erótica. Un niño no tiene una capacidad de tener una tendencia de atracción sexual. ¿Qué ocurre? Que toda esta ideología -que de alguna forma considera que los niños tienen derecho a tener relaciones sexuales- parte de los estudios del biólogo Alfred Kinsey. El escribió un libro que fue muy revolucionario, muy bueno en su momento y tuvo un éxito de ventas increíble: "Respuesta sexual masculina". Después escribió "Respuesta sexual femenina". Lo que es increíble es que en estos libros se había recurrido a datos registrados por pedófilos exconvictos y se había descrito, por ejemplo, en una tabla bebés que habían estado durante 24 horas siendo computadas sus respuestas sexuales o sus orgasmos supuestos. Lo terrible es que en este libro se describen como orgasmos en los niños o niñas gritos, llantos, pataletas. Es decir, se estaba violando a los niños. Fíjate qué atrocidad. Esto no solamente no fue un escándalo, sino que todas las universidades aceptaron la base teórica de Kinsey como biólogo, de que la Iglesia nos había castrado sexualmente. Y, por lo tanto, el biólogo Kinsey nos había quitado el tabú de la Iglesia y había demostrado que cualquier persona desde su nacimiento podía tener esta tendencia y esta respuesta sexual. Esto, evidentemente, es una puerta para la pedofilia. Todos sabemos que la agenda 2030, el lobby LGTBI, que está tan bien patrocinado y viene de la mano de asociaciones como la NAMBLA, quieren legalizar la pedofilia diciendo que no es una violación, que solamente es amor hacia los niños, que ellos no pueden elegir a quién amar. Es decir, la puerta que se abre con todo esto es terrible.
Cuando estudié sexología, estudié a Kinsey como un salvador, que había quitado el tabú de la Iglesia y había conseguido demostrar algo que era la sexualidad de una forma natural. Evidentemente, hasta que uno no coge estos libros y los analiza y ve estas tablas, donde se habla de niños de meses sometidos a esto, no te echas las manos a la cabeza y llegas a entender que pasó a la historia como un referente, habiendo aceptado este tipo de estudios. Esto es lo que no se dice y lo que todos los padres y madres, cuando se dice que en un colegio van a hacer una educación sexual integral, tenemos que saber. Por ejemplo, aquí en colegios de Navarra estuve viendo un programa de niños de entre 3 a 6 años donde se decía literalmente "Actividad para cultivar el auto erótica a los niños". ¡Fíjate qué barbaridad! La auto erótica. Los niños no tienen ningún tipo de referencia, o sea, de necesidad de cultivar la auto erótica. ¿No es una barbaridad?

- Absoluta. Desde la pediatría, a veces, el mensaje también parece confuso respecto de la "autoexploración" de los niños.

- Algo que las personas tenemos que saber es que un niño si se empieza a explorar, evidentemente puede llegar a tener una excitación porque el órgano biológicamente es funcional. ¿Qué ocurre? Que el niño no va a tener ninguna necesidad de explorarse, pero si se encuentra con una excitación, como el sexo es adictivo, sí puede tener después unas conductas compulsivas de búsqueda de esa excitación. Sería lo mismo que si tú a un niño le dices “bueno, déjale que explore con los alimentos y si quiere comer un donuts que coma donuts, o si quiere beber una coca cola, déjale que explore”. Precisamente si a un niño le das algo que es adictivo, él va a tener una tendencia a buscar aquello que es adictivo. Por lo tanto, de la misma manera que ningún pediatra dice deja al niño que juegue con los alimentos azucarados, sino que dice "No, esto es adictivo, no es saludable, no es lo más conveniente".
Ningún padre o madre en la actualidad le dice a una niña o niño no te toques. Todos sabemos perfectamente que, si un niño se toca, se toca. Pero no tengo por qué empujarle a un niño a nada. El desarrollo y la evolución de los niños es algo espontáneo y natural.
De la misma forma que es una barbaridad que se intente que un niño esté de pie antes de tiempo y es un maltrato poner a un niño en un orinal antes de que esté preparado su esfínter, es un maltrato a la infancia que yo lo empuje en la sexualidad antes de tiempo. Eso es lo que tenemos que tener muy claro.

- ¿Se ha estudiado de qué manera puede afectarlos más adelante en la vida el hecho de estar expuestos a este tipo de estímulos disfrazados de educación sexual integral?

- Claro. Esto hipersexualiza a los niños y hace que tengan un acercamiento a lo sexual antes de poder tener una defensa ante ello. Es decir, se están quitando incluso las barreras naturales del pudor, de la vergüenza. Esto hace que estén en esa búsqueda de algo que es adictivo. Les convierte en víctimas potenciales ante cualquier persona que se les pueda acercar. Si yo consumo algo que a mí me gusta, en un primer momento no voy a tener un rechazo, no voy a tener una respuesta negativa. Pero posteriormente, cuando sea consciente de lo que yo he vivido, voy a tener un trauma. Son personas que luego tienen problemas con su sexualidad, con su corporeidad, muchísimos sentimientos de culpa. ¿Por qué? Porque cuando uno lo ha vivido, no lo ha hecho con la conciencia de qué era lo que yo estaba viviendo. Por lo tanto, cuando se habla de los derechos sexuales de los niños, “siempre y cuando sean consentidos”, no podemos olvidar que en todo abuso sexual en el niño no tiene por qué usarse la violencia. ¿Por qué? Por la confianza del abusador, el conocimiento del abusador, que sabe perfectamente qué es lo que tiene que tocar. Hace que el niño tenga una respuesta y esa respuesta de excitación, es algo que en un primer momento le va a agradar, de la misma manera que si le damos cocaína. Pero lógicamente después le va a destrozar su futuro. La excitación no tiene por qué ser algo que luego no genere un trauma, al contrario. Eso va a hacer que el trauma sea aún mayor y que el sentimiento de culpa sea aún mayor.

-Es terrible. Otra de las cuestiones que usted menciona, que es muy importante, es el intento de sacar del medio a los padres de la educación sexual o de decisiones como estas que ofrecen aquí en la Argentina de métodos anticonceptivos irreversibles. ¿Realmente la escuela es el ámbito adecuado para hablar de educación sexual o son los padres los que deberíamos tomar ese rol?

- Si la educación sexual es respetuosa y lo que tú estás haciendo simplemente es romper la posibilidad de que haya tabú o de que haya prejuicios, puede ser. Se puede entender hoy en día que es muy difícil que en una casa haya tabú o haya censura. Los padres son los que tienen que ofrecer ese espacio, pero sobre todo teniendo en cuenta que la educación sexual que se quiere ahora mismo implantar en los colegios, lo único que está generando es un empuje a los niños en una ideología de género, una hipersexualización. Es meter un gran enemigo dentro de los colegios. Y algo que todos tenemos que saber es que el objetivo que se tiene a futuro es que dentro del propio entorno académico escolar todas aquellas informaciones y servicios médicos que puedan necesitar nuestros hijos van a estar a su alcance sin que los padres tengamos ninguna opción de opinar o de proteger a nuestros hijos. Es decir que si un niño es empujado en esa hipersexualización y quiere, por ejemplo, la píldora del día después, en ese mismo centro educativo se la podrán dispensar sin que nosotros podamos proteger a nuestros hijos ni en la formación ni en el consumo de fármacos. Esto les deja el camino libre a las farmacéuticas, a la pedofilia. Todo lo que estamos viendo que supone esta terrible evolución del ser humano al transhumanismo parece como una autopista al infierno. Y se va a dar desde la infancia.

- Desde el colectivo LGTBI ya no se trata de instaurar una aceptación o una “igualdad”, sino que hay una publicidad permanente en los medios de comunicación, en los dibujos animados de los niños, donde se busca de algún modo instaurar la homosexualidad, o sea, fomentar la homosexualidad. ¿Qué opina al respecto?

- Sí, creo que todo es o bien lo andrógeno, o bien la transexualidad o bien la homosexualidad. Todo es cualquier tipo de tendencia que nos lleve a la ausencia de creación de vida. Cualquier pareja que no sea biológicamente funcional para engendrar es lo que están de alguna forma divulgando y potenciando al máximo. Parece además que el mensaje es que ser hombre o mujer y ser heterosexual es algo retrógrado, pasado de moda. De la misma manera que en su momento para hacer fumar a las mujeres se les dijo si quieres ser libre, tienes que fumar, pues ahora parece que si quieres ser libre, evolucionado, tienes que ser cualquier cosa que hombre o mujer heterosexual. Esto es como un mensaje simplemente de manipulación de masas, como otros tantos, es una labor mercantil.

- ¿Qué consejos les daría a los padres para proteger a sus hijos de los múltiples bombardeos que recibe la familia hoy?

- Lo que les diría es que no tengan miedo a decidir que sus hijos no tengan un teléfono en la mano. Porque si les protegemos de la educación sexual integral en los colegios y les dejamos un teléfono lleno de canales donde van a estar permanentemente bombardeados con este tipo de ideas, difícilmente les vamos a poder ayudar. Que estén con sus hijos, que les miren a la cara y que les acompañen, pero sobre todo que les eduquen en que la libertad y la valentía en esta vida es tener la capacidad de no ser el que tenga reconocimiento del grupo, sino ser aquel que, independientemente de ser criticado por el grupo, haga aquello que puede resultar más ecológico para él mismo. Por desgracia, esto se puede volver en todos los sentidos, una fortaleza. Y digo por desgracia porque estamos viendo que estamos siendo empujados en lo sanitario, empujados en lo sexual, empujados en la idea de ecologismo, empujados en la idea de naturalismo. Estamos siendo empujados en todos los pensamientos que podamos llegar a tener. Y el hecho de enseñarles a ser fuertes y valientes y no ser reconocidos en positivo por el grupo, es enseñarles a discrepar el día de mañana de toda esta ideología que ahora mismo nos puede crucificar simplemente por atrevernos a dudar.

(De www.laprensa.com.ar)

sábado, 22 de octubre de 2022

“¿Qué es una mujer?”: el exitoso documental que cuestiona la ideología de género

Los procesos de masificación, por los cuales el individuo masificado adopta como referencia lo que dice, piensa o cree la mayoría, puede llegar a convertirse en una locura colectiva, entendiéndose por "locura" una incompatibilidad entre tales ideas o creencias respecto de la realidad y de las leyes naturales que la rigen. Este es el caso de la creencia en que no existe herencia genética en el caso de los seres humanos y que todos nuestros atributos dependen de la influencia social del medio en que vivimos.

A continuación se transcribe un artículo al respecto:

“¿QUÉ ES UNA MUJER?”: el exitoso documental que cuestiona la ideología de género y que la crítica boicotea

Por Claudia Peiró

En el ránking de Rotten Tomatoes esta película de Justin Folk, protagonizada por Matt Walsh, estuvo al tope en las preferencias del público pero ningún crítico la quiso ver ni comentar. El boicot del pensamiento mainstream a quien osó remar contra la corriente

El documental “What is a woman?” (¿Qué es una mujer?), estrenado en junio, tiene tanta audiencia como condenas de gente indignada con su temática. Es un largometraje muy exitoso desde que se estrenó, en junio pasado, en los Estados Unidos, en la web de noticias Daily Wire, creada en 2015 por el comentarista político Ben Shapiro y el director de cine Jeremy Boreing. “Es a la vez el documental más comentado y el más ignorado del mundo”, dijo el escritor y periodista Matt Taibbi, colaborador de Rolling Stone. La mayoría de los críticos de cine se negó siquiera a verla.

Dirigido por Justin Folk y protagonizado por Matt Walsh, consiste en un recorrido por varias ciudades estadounidenses -con un vuelo a Nairobi intercalado- y por diferentes escenarios para entrevistar a profesionales, especialistas y ciudadanos de a pie a los que se les formula una misma pregunta: ¿qué es una mujer?

Con ese simple recurso, el documental logra exponer las contradicciones y debilidades de la ideología de género que, para el protagonista y relator del documental, “es realmente un asalto a la mismísima verdad”. Es decir, la teoría que divorcia por completo la identidad sexual de la biología, que pretende que el sexo es “asignado” al nacer.

En el comienzo del film, Matt Walsh, escritor y analista político, se presenta a sí mismo como un padre de familia inquieto por sus hijos ante una realidad que describe así: “Nuestra cultura dice que las diferencias entre niños y niñas no importan, que si te identificas como ‘algo’ entonces eres ese algo”. Y se pregunta: “¿Cómo ayudamos a nuestros hijos a entender estas cosas cuando están siendo bombardeados con mensajes de género e identidad que están en conflicto?”

No se trata de los derechos de los trans, ni de discriminación, sino del postulado de que el género es una construcción social y por lo tanto fluido, que se lo puede cambiar casi a piacere, mientras que para el común de la gente y para la ciencia el género tiene una base biológica innegable. Negar el binarismo es negar la naturaleza que dota a las personas de órganos con diferentes funciones reproductivas. “El sexo ha sido binario por millones de años”, dice por ejemplo en el film el profesor canadiense Jordan Peterson, psicólogo clínico, cancelado por la universidad de Cambridge por no plegarse al pensamiento políticamente correcto.

Los críticos de cine adoptaron frente al documental la misma actitud que los entrevistados por Walsh, que indignados cortan la charla apenas empiezan las preguntas “difíciles”, recibidas como una agresión. Muchos críticos se negaron a verlo aunque era tendencia en redes y pese a que fue la transmisión en vivo de más tráfico en la historia del Daily Wire. Lo descalificaron como transfóbico y tildaron a su realizador de fanático e intolerante.

Una excepción fue el citado Matt Taibbi, que es progresista, y que cuestionó la actitud de sus colegas: “La película, que intenta y no consigue que los activistas trans, los académicos y los profesionales de la medicina ofrezcan una definición de la feminidad, es tendencia”. Y ello a pesar de los críticos, acotó. “Ese es el problema: que nadie del otro lado, ningún crítico de cine prominente, tiene ni la libertad ni el valor de cubrir esto. Me parece extraño que todo el mundo tenga tanto miedo”, señaló.

Hay personas que verdaderamente sufren de disforia de género, es decir, una distorsión entre su identidad sexual y su cuerpo; pero es un número ínfimo de casos. Acá se trata de otra cosa: “Este aumento de la identificación transgénero no se debe a la disforia de género”, dice Walsh, sino a un “contagio social” y a una “moda”.

Según el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DMA, publicación de la American Psychiatric Association) de EEUU, se calcula que entre el 0,005 y el 0,014% de los varones y el 0,002 a el 0,003% de las mujeres entran en los criterios diagnósticos de disforia de género. Pero muchos cultores de la ideología de género pretenden que las transiciones se hagan con la sola expresión de la voluntad de la persona, sin ningún período previo de evaluación, ni intervención de profesionales. Denuncian que lo contrario es “patologizar” el transgenerismo; cuando la intención que ellos tienen es naturalizarlo.

Las entrevistas de Walsh revelan hasta qué punto esta ideología ha penetrado en ambientes médicos, académicos y en el público en general.

Es especialmente impactante escuchar a Michelle Forcier, una pediatra especialista en “transiciones” (de un sexo a otro), cuando Walsh le pregunta si decir que un niño es varón porque tiene pene es una asignación arbitraria de sexo, responder: “Decirle a una familia, basándose en ese pequeño pene, que su criatura es absolutamente cien por ciento varón, sin importar qué más pueda ocurrir en su vida, eso no es correcto”.

Cuando Walsh le menciona sus “gametos masculinos”, ella es categórica: “No, tu esperma no te hace varón”. Para Forcier, hasta la gallina tiene un sexo asignado -porque pone huevos-, pero “no tiene identidad de género”. Menos mal.

El sexo es biológico e incambiable, aun si la persona hace una transición. “Soy una mujer biológica. Nunca seré un hombre”, le dice Scott Newgent, un hombre trans, a Walsh.

Matt Walsh entrevista a profesionales y políticos y todos pasan a un estado de incomodidad cuando él les pide sencillamente que digan qué es una mujer. O caen en tautologías, como Patrick Grzanka, profesor asociado de la Universidad de Tennessee, que respondió que una mujer es “una persona que se identifica como mujer”. Enojado, le cuestionó al documentalista el porqué de esa pregunta... El diálogo con este académico es muestra de una tendencia a la que pocas universidades escapan: la proliferación de especializaciones, maestrías, doctorados, etc., en estudios de género de dudoso rigor. Basta ver la poca solidez del especialista ante las preguntas del entrevistador. Reacciona indignado. Se molesta especialmente cuando Walsh le dice que busca la verdad: “Esa es una palabra incómoda, transfóbica…”, le espeta.

Pero no hay que creer que la pregunta es antojadiza: en la audiencia de confirmación de la jueza Ketanji Brown Jackson, como magistrada asociada a la Corte Suprema de EEUU, la senadora republicana Marsha Blackburn, de Tennessee, le pidió que definiera a una mujer. Jackson se negó: “No en este contexto. No soy bióloga”.

¿Por qué es tan difícil o incómoda esa pregunta? Es que la corrección política ha instalado un clima de terror por el que nadie quiere ser calificado de transfóbico. Como el dogma dice que las mujeres trans son mujeres, y los hombres trans, hombres, se cae en eufemismos como personas menstruantes o personas con vagina o con útero y ya no se puede llamar mujer a una mujer.

Esto se ha extendido al punto de llevar a la cancelación de personas que están muy lejos de ser “conservadoras” (como sí lo es Matt Walsh), como la autora de Harry Potter, J.K. Rowling, por quejarse de que no se llame “mujer” a una “mujer”. Por eso no sorprende que los críticos de cine estadounidenses no hayan querido ni siquiera ver el documental.

“What is a Critic?”, ironizó un comentarista, porque mientras el film de Walsh recibía las mejores calificaciones del público en Rotten Tomatoes, el numero de críticas era ínfimo.

Ya sabemos que el progresismo, hoy hegemónico en el plano cultural, es tanto o más autoritario que “la derecha” a la que siempre denunció por represiva y censuradora. El que se atreve a cuestionar sus postulados, es racista, homófobo, transfóbico, sexista, intolerante, etc, etc.

Cuando Walsh le dice a la pediatra Michelle Forcier que Lupron, la droga que bloquea la pubertad, es la misma que se usa para la castración química de violadores, ella se ofende: “Cuando usas ese lenguaje estás siendo maligno y dañino”.

De ahí a la censura hay poco trecho. Walsh denunció en su cuenta de Twitter que la Asociación Médica Americana les está pidiendo a las Big Tech y al Departamento de Justicia “que censuren, desplacen, investiguen y persigan a los periodistas que cuestionan la ortodoxia de las cirugías de género radicales para menores, argumentando que la crítica pública es ‘desinformación’”

Matt Walsh advierte de que quieren censurar toda crítica a las terapias hormonales para la transición de género

¿No tienen derecho los padres, el público en general, a interrogarse sobre estos tratamientos que antes que invasivos son castradores? La pediatra Forcier le explica a Walsh que las “afirmaciones de identidad” -esta ideología ama los eufemismos- empiezan cuando el paciente está listo. Recordemos que está hablando de menores. “Esto puede suceder en una chica que está en el comienzo de la pubertad y entra en pánico porque le crecen los senos, o un chico cuyo pene se está haciendo más grande y más activo”, dice a modo de ejemplo. Ahí entran en acción las “afirmaciones”: terapias hormonales que bloquean la pubertad y que, según Forcier, no tienen efectos secundarios ni permanentes… De acuerdo a esta pediatra, es como poner en pausa la reproducción de un video… Luego se da play en cualquier momento y acá no pasó nada. Pero muchos especialistas cuestionan la supuesta inocuidad de esos tratamientos. Sin mencionar las cirugías.

Otra especialista dice: “¿Cómo pueden hacer mastectomías a adolescentes de 16? ¿Cómo puede estar pasando esto?”

Buena parte del documental está dedicada a exponer este uso de bloqueadores hormonales de pubertad. ¿Qué adolescente no se inquieta cuando empieza el desarrollo de sus órganos sexuales? ¿Corresponde poner en duda su identidad por la sola incomodidad que generan los cambios típicos de esa edad? Cada vez más, estos tratamientos hormonales son usados con una liviandad que asusta, apenas un adolescente expresa dudas sobre su identidad sexual. Políticos, médicos y psicólogos promueven alegremente la idea de que los humanos pueden cambiar de sexo, cuando las cirugías y las hormonas solo modificarán la apariencia exterior de la persona y, además, no son tratamientos inocuos.

Walsh aborda el caso de un padre, Robert Hoogland, condenado a seis meses de prisión en Canadá por oponerse a la hormonación de su hija para cambiar de sexo. “Se considera violencia criminal usar el pronombre equivocado”, dice Hoogland que fue condenado por negarse a llamar “hijo” a su hija. La madre de la adolescente tiene de su lado al gobierno y a la ley. El hombre está en libertad bajo fianza. No crean que estos temas nos son ajenos, porque en Argentina el Congreso ha votado una Ley de Identidad de Género que habilita la transición hormonal y quirúrgica de niños.

En el film se ve también el testimonio de Scott (Kellie) Newgent, transgénero, víctima de mala praxis, que ha creado TReVoices, para oponerse a la transición médica de niños; él desmiente categóricamente que la hormonación sea inocua y reversible.

Entrevistado por National Review, Matt Walsh dijo que el transgenerismo es “como la vaca sagrada” y que los activistas trans “se sienten autorizados a decir cualquier cosa y a amenazarte”, porque “si los cuestionas eres la peor clase de blasfemador”.

A los que lo llaman “extremista” y “dinosaurio”, Walsh les recuerda que las cosas que él dice eran consideradas “hechos biológicos” hasta hace apenas dos décadas. “Esta es una lucha que podemos ganar”, dijo. Y aclaró: “Cuando digo ‘nosotros’, me refiero a las personas racionales y cuerdas... No hace falta ser conservador para darse cuenta de que los hombres son hombres y las mujeres son mujeres”.

Y en cuanto a cómo descoloca a sus entrevistados, dice que, si pueden “ser puestos de rodillas por una pregunta” es porque “ahí hay una verdadera debilidad”.

“Creo que la ideología de género puede ser vencida porque no resiste ningún tipo de escrutinio -insistió-. Lo único que hace falta es que tengamos un poco de audacia, que la miremos a la cara y hagamos algunas preguntas básicas”.

Sin embargo, son llamativas las entrevistas callejeras del documental -a jóvenes al azar y a mujeres en una marcha feminista- por la naturalidad con la que asimilan realidad a subjetividad: “Si es real para vos, entonces es real”...

En eso consiste su documental: tiene momentos desopilantes y otros angustiantes porque hay testimonios fuertes. Su principal mérito es exponer este pensamiento y mostrar hasta qué punto está impregnando las mentalidades.

Particularmente graciosa es su visita a una comunidad rural de Nairobi para indagar sobre estos temas. Los locales ni siquiera entienden de qué les está hablando Walsh, que entonces concluye que esto del transgenerismo es una preocupación exclusivamente occidental.

Otro momento insólito es cuando Gert Comfrey, psicoterapeuta, le dice que no puede definir qué es una mujer porque ella no lo es… cuando visiblemente sí lo es.

Debbie Hayton, periodista y docente británica trans, pero que cuestiona la ideología de género, sostiene que el documental crea conciencia sobre una realidad. Pero señala que Walsh “no explica por qué una idea tan extraña ha cautivado a la sociedad”. “¿Por qué tanta gente -especialmente joven- se identifica como transgénero o no binaria?

Es “la” pregunta que hay que responder.

El film apunta contra Alfred Kinsey y sus estudios sobre la conducta sexual, y sobre todo contra John Money y su teoría de que el niño nace con un género neutro.

Algunos pocos críticos que sí vieron el film lamentan que Walsh no haya entrevistado a varias ensayistas que han realizado críticas exhaustivas de la ideología de género, como Helen Joyce, Kathleen Stock y Julie Blindel.

Debbie Hayton comparte sin embargo la preocupación del autor del documental por la multiplicación de intervenciones transgénero en niños. Walsh entrevista a Marci Bowers, mujer trans, cirujana que lleva practicadas unas 2000 vaginoplastias, operaciones de transición. Al respecto, Hayton dice: “Seamos claros en lo que esto significa. A un niño demasiado joven para tener un tatuaje se le extirpan los testículos y se le filetea el pene”.

Y en cuanto a la insistencia en que atletas trans compitan en la categoría femenina, Hayton dice: “Al imponer esta vil tontería a los estudiantes, al punto de obligar a las chicas jóvenes a compartir los vestuarios con los chicos, se los priva de la seguridad y la privacidad, y también de algo más fundamental, que es la verdad”. Este tema también es abordado en el film con testimonios de mujeres deportistas que están obligadas a callar por miedo a la sanción o la expulsión. Cuando se animaron a protestar, la respuesta fue: “Eres transfóbica”. O, en el mejor de los casos: “Podemos ayudarte a superar esto con psicoterapia”.

Por último, ¿qué hubiera respondido el propio Matt Walsh a su pregunta?: “Habría dado una respuesta biológica, porque esa es cien por ciento la respuesta. ¿Qué es una mujer?: una hembra humana adulta”.

(De www.infobae.com)

viernes, 21 de octubre de 2022

La acción humana y sus motivaciones

De la misma manera en que la ética nos exige conocer tanto el camino del bien, para buscarlo, como el camino del mal, para evitarlo, nuestras acciones cotidianas, al menos en el aspecto económico, son impulsadas por la ambición, por una parte, y también por el miedo a la pobreza, por otra parte.

Así como los alimentos son esenciales para la vida, mientras que un exceso de ellos son perjudiciales, la excesiva ambición nos puede llevar a perjudicar a los demás, mientras que el miedo excesivo puede llevarnos a una extrema inactividad.

La tensión motivadora de nuestras acciones se advierte en una diferencia entre lo que deseamos y lo que tenemos, constituyendo el motor que nos impulsa hacia adelante, y que puede sintetizarse de la siguiente manera:

Tensión = Lo que deseamos - Lo que tenemos

La insatisfacción permanente deriva de no saber valorar todo lo que poseemos, por lo que Arthur Schopenhauer escribió: "Nunca pensamos en lo que tenemos sino siempre en lo que nos falta".

Otro exceso posible implica orientar todos nuestros proyectos hacia las conquistas económicas dejando de lado los aspectos intelectuales y emocionales, o familiares, que necesariamente ocupan tiempo y dedicación. De ahí la necesidad de buscar un equilibrio entre lo material, lo intelectual y lo espiritual.

Si las metas que nos imponemos son inalcanzables, debido a nuestras naturales limitaciones, y no somos conscientes de ellas, surgirá la sensación de fracaso. Sin embargo, si apuntamos hacia objetivos inalcanzables, siendo conscientes de ello, es posible que nos sirva como una meta superadora. Así, el jugador de fútbol que sueña con jugar en un campeonato mundial, y se prepara para ello, aunque nunca alcance esa meta, al menos le habrá ayudado a alcanzar otras metas intermedias.

La ausencia de ambiciones personales conduce a la inactividad, ya sea que provenga de la propia elección individual o bien por imposición del sistema económico adoptado o impuesto. Así, en los sistemas socialistas, se considera "pecaminosa" tanto la propiedad privada como también las ambiciones y metas individuales, por lo que son desalentadas y prohibidas. Ello conduce a anular parcialmente el sentido de la vida individual, con todas las consecuencias negativas que han sido descritas por autores como Viktor Frankl.

Existe una posibilidad más amplia respecto de la descripción de la acción humana, ya que podemos considerarnos como un sistema complejo adaptativo, por lo que admitimos una descripción en base a un sistema de realimentación negativa.

Este proceso reconoce un objetivo a lograr (que será la causa), un resultado logrado (que será el efecto) y una posterior comparación entre causa y efecto a través del lazo de realimentación y del detector de error. La acción posterior del hombre será promovida esencialmente por el error detectado y apuntará esencialmente a que se lo reduzca hasta que la causa y el efecto sean iguales.

Lo que desea lograr (÷/-) => Hombre => Lo que logra
.............................<= Realimentación <=

El esquema anterior resulta representativo de la “acción humana”, ya que lo que motiva nuestras acciones cotidianas es la existencia de deseos y necesidades (Lo que desea lograr), con la consiguiente búsqueda de la satisfacción parcial de las mismas (Lo que logra), siendo la diferencia entre ambas el error (o la tensión básica) que nos impulsa a continuar con la acción emprendida buscando dar una plena satisfacción a nuestras necesidades y a nuestros deseos.

Tensión = Lo que desea lograr – Lo que logra

Cuando el resultado obtenido es similar al objetivo inicial, la tensión motivadora se anula y el sistema se estabiliza, cesando la acción humana (al menos en relación con el logro del objetivo considerado).

Este esquema permite describir el comportamiento básico del “hombre económico” que resulta esencial en la ciencia económica. Recordemos que Ludwig von Mises titula su libro básico como “La acción humana”, enunciando que el fundamento de la economía consiste en postulados no accesibles a la experimentación, como los adoptados por la lógica y las matemáticas, mientras que la descripción del hombre como sistema complejo adaptativo permite describirlo en base a un proceso evidente y accesible a la observación y a la comprobación directa.

El hombre dispone de una actitud o respuesta característica, diferente en cada persona, que puede definirse como la relación entre Respuesta y Estímulo; pudiendo simbolizarse de la siguiente manera:

Actitud característica = Respuesta / Estímulo

O bien:

Respuesta = Actitud característica x Estímulo

En el caso considerado previamente, se advierte que el estímulo que desencadena la acción posterior es la tensión mencionada:

Respuesta = Actitud característica x Tensión

La palabra que mejor define a la actitud es "predisposición", o disposición previa a la acción con cierta finalidad o significado.

jueves, 20 de octubre de 2022

Ética y estética

El intelectual preocupado y ocupado por la tendencia caótica y decadente por la que se conduce la sociedad, encuentra en la descripción de las causas que producen el Bien y el Mal, una forma de promover la introspección psicológica que permitirá vislumbrar la solución a tal problema.

Sin embargo, tanto el Bien como el Mal tienen sentido para quienes aceptan la existencia de ambos conceptos, mientras que gran parte de la población desconoce la posible causalidad a ellos asociada. De ahí que la sociedad parezca estar fraccionada en dos grupos que hablan idiomas distintos.

Si el hombre buscara, en forma permanente, recibir satisfacciones morales, o emocionales, lograría un aceptable nivel de felicidad. Su autoestima estaría en un alto nivel y todo valor material tendría el significado de ser sólo un medio para hacer su vida más cómoda. Por el contrario, si tiene como objetivo buscar las comodidades para el cuerpo, relegando a un segundo plano los valores emocionales, será pobre el nivel de felicidad alcanzado y, seguramente, su autoestima será reducida.

El filósofo danés Søren Kierkegaard (1813-1855) planteó el problema humano en forma bastante precisa. En uno de sus libros, titulado “Lo uno o lo otro” (Enten-Eller) distingue las dos principales tendencias a las que puede adherir el ser humano: la vida ética o la vida estética. Y, al verlas como tendencias opuestas, sugiere elegir la mejor de las dos. Estas tendencias corresponden a la antigua descripción religiosa del espíritu o la carne, como tendencias opuestas.

Como ejemplo podemos mencionar la actitud de dos personas, cada una representando a uno de los grupos, que actúan en forma distinta ante una circunstancia similar. Supongamos que se trata del pago de una deuda. El hombre ético buscará sentir tranquilidad en su conciencia y hará el correspondiente esfuerzo por lograr el dinero necesario para saldar la deuda. Su mayor castigo será considerarse a sí mismo como un estafador. Por el contrario, el hombre estético encontrará “doloroso” trabajar y más “doloroso” aún desprenderse del dinero que tanto esfuerzo le costó. Incluso es posible que el hombre ético haga lo imposible por evitar pedir dinero a alguien, mientras que el hombre estético lo hará ante cualquier circunstancia desfavorable.

Respecto de uno de los personajes del libro de Kierkegaard, Pablo Da Silveira escribió: “Su objetivo es «vivir estéticamente», es decir, vivir en una continua búsqueda de experiencias y de sensaciones, manteniéndose en un eterno presente que no se preocupa del tiempo. Se trata de ir de lo interesante a lo interesante, de sumergirse en el ahora, de disolver la vida en una serie de instantes agradables e inconexos. El seductor desconoce el compromiso y la responsabilidad. Busca permanentemente lo nuevo y, cuando lo que tiene entre manos pierde novedad, pasa rápidamente a otra cosa. La chica de turno no es más que una excusa y su único interlocutor real es el aburrimiento. El seductor vive cada aventura con pasión, pero sabe que todo va a agotarse en un instante. Ese es el clásico lamento de Don Juan, con el que Søren estaba obsesionado” (De “Historias de filósofos”-Alfaguara-Buenos Aires 1997).

Más adelante escribe: “La otra respuesta consiste en lo que Søren llamaba la «vida ética», cuyo representante, el juez Wilhelm, nunca alcanzó la fama de su rival. «Vivir éticamente» significa vivir con el propósito de construir una vida moralmente buena. Por eso, el hombre que vive éticamente mira su vida como una unidad y se preocupa de su coherencia. Tiene que darse buenas explicaciones acerca de lo que ha hecho y tiene que hacer de su vida una historia con sentido. Quien elige vivir éticamente, dice Søren, «se posee a sí mismo como tarea». El modelo de este tipo de vida es el matrimonio, es decir, una relación que progresa con el tiempo y que enlaza nuestro presente con nuestro pasado y con nuestro futuro. Quien vive éticamente ve la vida del seductor como una existencia que se agota en una serie de comienzos sucesivos. Pero eso no es auténtica variedad sino repetición de la misma cosa. Lo interesante está en poder ir más allá del comienzo”.

Una forma de describir a la sociedad de consumo, o época postmoderna, implica considerar el predominio de la vida estética sobre la vida ética. De ahí que prevalezca el relativismo moral y el caos progresivo. Para revertir la tendencia, por lo tanto, debemos buscar, a nivel individual, el predominio de una vida ética.

La vida ética está materializada por la actitud cooperativa, siendo el objetivo imprescindible a lograr a fin de reencauzar la sociedad hacia etapas de menor conflictividad y mayores niveles de felicidad. A continuación se transcribe un artículo en ese sentido, para ser tenido en cuenta en países como la Argentina:

ACTITUD

Los deseos primarios de todas las personas son: salud, dinero y amor. Una forma de lograr esos objetivos consiste en ser rico y próspero.

Así como hay personas pobres y ricas, hay países pobres y ricos.

La diferencia entre los países pobres y los ricos no proviene de su antigüedad. Esto se verifica mediante el ejemplo de países milenarios, como Egipto e India, que son muy pobres. Por el contrario, países como Australia y Nueva Zelanda, que hasta hace poco más de 150 años eran desconocidos, hoy son países desarrollados y ricos.

La diferencia entre países pobres y ricos tampoco proviene de los recursos naturales que disponen. Así, Japón tiene un territorio muy pequeño y montañoso que no sirve para la agricultura ni la ganadería y sin embargo es la segunda potencia económica mundial.

Su territorio es como una gran fábrica flotante que importa materia prima de todo el mundo, la procesa y el producto resultante es exportado también a todo el mundo acumulando riqueza.

También tenemos el caso de Suiza, sin océanos, que tiene una de las mayores flotas mercantes del mundo. Que no tiene cacao, pero sí el mejor chocolate del mundo. Que en sus pocos kilómetros cuadrados cría ovejas y cultiva el suelo cuatro meses al año ya que durante los restantes es invierno. Que tiene los productos lácteos de mejor calidad de toda Europa. Al igual que Japón no tiene productos naturales pero da y exporta servicios con calidad muy difícil de superar.

Tampoco es la inteligencia de las personas lo que hace la diferencia. Así lo demuestran estudiantes de países pobres que emigran a los países ricos y consiguen resultados excelentes en su educación.

Otro ejemplo son los ejecutivos de los países ricos que visitan nuestras fábricas y al hablar con ellos nos damos cuenta que no hay diferencia intelectual.

Finalmente tampoco podemos decir que la raza hace la diferencia. En los países centro-europeos o nórdicos podemos ver cómo los “ociosos” (latinos y africanos) demuestran ser la fuerza productiva de esos países.

Entonces….¿qué hace la diferencia?

La actitud de las personas hace la diferencia.

Al estudiar la conducta de las personas en los países ricos se descubre que la mayor parte de la población cumple las siguientes reglas (cuyo orden puede ser discutido):

1) Lo ético como principio básico
2) El orden y la limpieza
3) La integridad
4) La puntualidad
5) La responsabilidad
6) El deseo de superación
7) El respeto a las leyes y reglamentos
8) El respeto a los derechos de los demás
9) El amor al trabajo
10) El esfuerzo por la economía y acometimiento

En los países pobres sólo una mínima (casi ninguna) parte de la población sigue estas reglas en su vida diaria.

No somos pobres porque a nuestro país le falten riquezas naturales o porque la naturaleza haya sido cruel con nosotros. Simplemente somos pobres por Nuestra Actitud. Nos falta carácter para cumplir estas premisas básicas del funcionamiento de la sociedad. No esperemos un cambio por parte de los gobernantes, busquemos un cambio en nosotros mismos.

(De www.consultinggroupsa.com.ar)

miércoles, 19 de octubre de 2022

José Hernández vs. Domingo F. Sarmiento

Luego de la independencia lograda en el siglo XIX, respecto de España, le sigue una etapa de "desorganización nacional" y guerras civiles. Uno de los principales motivos fue el antagonismo entre Buenos Aires y el resto, al adoptar ésta una postura asociada a privilegios económicos no compartidos con las provincias.

Tales luchas militares se apartaban de las guerras convencionales, en las cuales se buscan objetivos militares, ya que era frecuente la búsqueda del exterminio del enemigo ocasional. Como ejemplo puede mencionarse la batalla de Rodeo del Medio, Mendoza, en la cual se enfrentaban el General Pacheco contra el General Aráoz de Lamadrid, venciendo el primero en una contienda en la que murieron unos 400 combatientes. Luego de finalizado el conflicto, los ganadores buscan a los sobrevivientes del bando perdedor para aniquilarlos, huyendo la mayoría a Coquimbo, Chile. Unos pocos se esconden en el actual departamento de Maipú, en el distrito conocido como Coquimbito, es decir, "pequeño Coquimbo" por ser un refugio para los perdedores.

José Hernández, el autor del "Martín Fierro", tuvo participación en la política de su tiempo, teniendo como rival, entre otros, a Domigo F. Sarmiento. Mientras que el primero vive una buena parte de su vida entre gauchos, o muy cerca a ellos, Sarmiento muestra cierto desprecio, asociando la civilización a la ciudad y la barbarie a los gauchos, reivindicando incluso asesinatos contra líderes provinciales.

A continuación se trascribe un artículo cuyo autor es José Hernández:

CONTRAPUNTO CON LA TRIBUNA

Empecemos nuestra contestación a La Tribuna con un recuerdo oportuno, que nos servirá de introducción y de punto de partida.

Hace aproximadamente quince años, tuvo lugar en Santa Fe una Convención Nacional para considerar las reformas que Buenos Aires presentaba a la Constitución.

Ocupábamos en ella el puesto de taquígrafo.

En la fila derecha, en el primer asiento, se encontraba un convencional que se revolvía agitándose continuamente en su silla.

Miraba a todas partes como un desaforado, manifestando en todos sus movimientos una agitación, y algo de un malestar que no le permitía permanecer tranquilo.

Ese hombre era el Sr. Sarmiento y ése fue el día y las circunstancias en que lo conocí.

Después de aquella época, el Sr. Sarmiento me persiguió en Corrientes cometiendo una injusticia, y una violación de la Constitución, por la que fue acusado ante el Congreso al principio de su presidencia, y esa acusación tiene mi firma al pie.

Cuando él era candidato, yo había combatido su candidatura y él se vengaba.

Más tarde, siendo él Presidente, tengo noticias de cinco o seis órdenes de prisión dictadas contra mí, pero he tenido la satisfacción de verlo bajar del gobierno, sin que él tuviera la de meterme en la cárcel.

No ocupo puesto público alguno, aunque dice que ocupo varios; y en cambio Ud., desde hace 23 años que pisó el Río de la Plata, no ha trabajado en nada, viviendo siempre a costa del Presupuesto. Yo no sé dónde queda la Tesorería, y desde hace 23 años, no habrá libro de Tesorería en que no registre el nombre del Sr. Sarmiento. Es un caro hijo de la República.

Cuando los que mataban, los que aplaudían la matanza y los que la predicaban como justicia, me llamaban a mí mazorquero, porque condenaba aquellos excesos y defendía en tantos desgraciados el derecho de vivir, yo no podía, ni debía quedarme sin retribuir el sangriento apóstrofe.

Era una injuria recíproca. Recibía una, y devolvía otra que le era correlativa.

Pero los que mataron, Sr. Sarmiento, los que mataron son más culpables, cualesquiera que sean las formas en que lo hicieron, que los que condenaron a los matadores, cualesquiera que sean los términos en que escribieron.

Fínjase muerto, y oirá la opinión de la posteridad respecto de usted.

José Hernández
La Libertad, 23 de septiembre de 1875

(De "José Hernández. Paradigma del escritor"-Editorial Planeta-Buenos Aires 2009).

martes, 18 de octubre de 2022

Entrevista a Javier Milei

Por Gustavo García (2016)

"EL POPULISMO ARGENTINO SE NUTRE DE KEYNES"

El economista liberal Javier Milei cuestiona el rol del Estado en el sistema y analiza el plan de Cambiemos. La experiencia argentina demuestra que cuando hay menos Estado, mejor, asegura el especialista. Toda la heteredoxia habría que tirarla a la basura. Las libertades económica y política son las dos caras de una misma moneda.

En la amplia y variopinta familia de economistas, Javier Milei se destaca por su análisis conceptual que se eleva por encima de la coyuntura. Queda claro que la lectura, como él mismo confiesa, representa una parte importante de su vida. Ha abrevado lo suficiente en los 1.500 libros -y otros 500 digitales- de su biblioteca para darle soporte a cada uno de sus argumentos. El momento de la entrevista lo encuentra especialmente conmovido por los 176 años del nacimiento del economista austríaco Carl Menger.

"La contribución más importante de Menger, que era evidentemente un gigante, es que desarrolló algo que se llama Principio de Imputación o Ley de Imputación y es muy importante porque forma parte del debate económico en Argentina. El Principio dice que son los precios lo que determina los costos, y no los costos lo que determina los precios. Básicamente tiene que ver con la teoría del valor, qué cosas determinan el valor de las cosas. El valor viene determinado por las preferencias y la escasez. Podría tener un bien escaso, pero si nadie lo quiere vale 0. Y puedo tener un bien muy abundante, como el aire, y también vale 0. Esas dos cuestiones determinan el valor".

-¿Se conecta con el escenario actual de alta inflación?

-Un gran número de economistas suelen decir que los sindicalistas son los responsables de la inflación, que los empresarios la levantan en pala y que los consumidores son despilfarradores. En realidad ninguno de ellos tiene la culpa de la inflación porque la inflación viene dada por la emisión de dinero, y el único que puede emitir es el Banco Central.

-¿Cómo juega la demanda agregada en un escenario de oferta escasa, como suele ocurrir cada vez que Argentina ingresa en un ciclo de crecimiento?

-Eso está todo mal. Desde mi punto de vista a toda la heterodoxia hay que tirarla a la basura, no sirve para nada. Incluido el keynesianismo. De allí la importancia de Menger. Los precios vienen determinados por las preferencias y la escasez, y eso determina los costos que se pueden pagar. En cambio, la teoría General de John Maynard Keynes no es un libro de economía sino un panfleto escrito a gusto de la corporación política mesiánica y corrupta de la cual Keynes era parte. Keynes era un ignorante en economía. Básicamente tomó un solo curso de economía en su vida, con Marshall. El rescata la teoría Valor-Trabajo y en el capítulo 21 determina los precios en función del costo laboral y un margen de ganancia. Si eso verdaderamente fuera así, en rigor lo que habría es que la culpa de que los precios suban sería de los sindicalistas y los empresarios. Está mal. La teoría Valor-Trabajo fracasó, fue superada por la teoría Subjetiva del Valor.

MONOPOLIOS

-¿Qué efecto tiene la concentración de la economía en pocas manos?

-Eso está mal por varias cuestiones, algunas obvias. La experiencia empírica muestra que en los "90 también había concentración y sin embargo no había inflación. Por ese lado no viene. De última, lo que hace la estructura concentrada es determinar el nivel de los precios pero no la tasa de variación. La tasa de variación tiene que ver con la emisión monetaria. Si crecen todos los precios es porque se está emitiendo. Otra de las grandes confusiones keynesianas es creer que el precio del dinero es la tasa de interés. Y eso es una aberración.

-¿Qué línea deberíamos haber adoptado para no repetir los ciclos de fracasos económicos?

-Desde mi punto de vista deberíamos habernos abrazado al liberalismo. El fracaso de Argentina se explica por haber adoptado el populismo. A inicios de la década del "40 teníamos un PBI per cápita que representaba el 97% del de Estados Unidos. Argentina era literalmente un país rico, una tierra de oportunidades. Disputaba la supremacía con Estados Unidos. Después pasó algo, vino el populismo. El populismo se nutre de dos elementos: la irresponsabilidad fiscal keynesiana, que deriva del capítulo 22 de la Teoría General, donde Keynes propone expandir el gasto todo el tiempo. Quienes dicen lo contrario mienten. No han leído a Keynes. Keynes decía: dale gas siempre. La contraparte monetaria son los delirios de los estructuralistas locales con Julio Hipólito Guillermo Olivera a la cabeza. Convalidan monetariamente cualquier desastre. Argentina, de ser un país rico y uno de los más potentes del mundo, hoy es un país de frontera y está camino a ser un país pobre.

-¿Cuál debe ser el rol del Estado?

-A la luz de la experiencia Argentina, cuanto menos Estado exista, mejor. La realidad es que tenemos educación pública y en las pruebas PISA cada vez nos va peor. Y paralelamente en el sector privado aparece la oferta educativa. Tenemos salud pública, pero Cristina Fernández no se operaba en los hospitales públicos y los políticos tampoco llevan a sus hijos allí. Con la seguridad pasa otro tanto. Cada vez que el Estado hace algo, me consta que lo hace mal, y que todas las soluciones privadas son muchísimo mejores. Pagamos dos veces por esos servicios. Es una fuente de ineficiencia. A mí no me consta de que el sector público genere un efecto positivo dentro de la economía, más bien todo lo contrario.

-¿Por qué el liberalismo puro no termina de cuajar políticamente en ningún gobierno?

-La intervención del Estado genera un fallo en el sistema y cuando uno mira los resultados, advierte que está peor que antes. Eso genera una mayor demanda de intervención. ¿Quién se beneficia con esto? Los políticos. Porque en el fondo van ganando cada vez más participación. La política, con esta concepción intervencionista, genera resultados positivos para los políticos. Como toda actividad rentable no sujeta a competencia, crece. Y cada vez hay más peso del sector público.

-Cuando uno repasa los mejores momentos de la Argentina, advierte que hubo una fuerte presencia del Estado estableciendo reglas.

-Una de las cosas que pasa es que en realidad la gente no comprende que detrás de todo esto está la libertad y las libertades individuales. Cuando el Estado toma una nueva función, una nueva regulación, se van perdiendo libertades individuales. Friedrich Hayek utiliza Camino de servidumbre para describir al régimen nazi. Arrancó chiquito y se comió todo.

LOS LIBERTARIOS

-Este ideal liberal bien podría darse la mano con el anarquismo.

-Entre los libertarios hay tres familias. Hay un cambio de rótulo porque los liberales nuestros no son los liberals de los Estados Unidos o Gran Bretaña, que son socialdemócratas. Frente a la prostitución del término, derivado del accionar del keynesianismo, los liberales pasaron a llamarse libertarios. En las tres familias están los libertarios clásicos, que están en la línea de Adam Smith y Milton Fridman; después están los minarquistas, donde está Mises, y luego la línea anarcocapitalista, donde se ubica el caso de Rorthbard y Jesús Huerta del Soto, entre otros. Ellos dicen que la solución de intervención del Estado siempre es inestable. Hay distintas vertientes, pero en general todos adhieren a que la intervención del Estado es mala.

-¿El caso argentino puede tener ribetes diferentes desde el momento en que fue un Estado fundador, a partir del impulso de empresas públicas como YPF?

-Lo que pasa es que cuando el Estado comienza a interferir en la economía apaga el funcionamiento del sector privado. Ese es el problema. En el límite está el caso socialista, el comunismo. El socialismo falla por cuestiones estáticas y dinámicas. No puede tener toda la información que tienen en la cabeza todos los agentes todo el tiempo, con lo cual es una utopía.

-Si la regulación es negativa, imagino lo que piensa del control de precios.

-El sistema económico está entrelazado con el sistema político. No se puede tener libertad económica sin libertad política y viceversa. Cuando se hace un control de precios es porque se está fijando el precio por debajo del nivel de equilibrio. El incentivo de los agentes es a evadir los controles. Si el regulador hace la vista gorda, el daño sobre el sistema se achica. El control va minando los cimientos morales de la sociedad, empuja a hacer cosas por afuera de la ley. Y el Gobierno, ante el fracaso, se ve tentado a hacer un mayor uso del poder represivo. Con lo cual la falta de libertad económica termina en una mayor falta de libertades individuales.

(De www.laprensa.com.ar)

Sociedad abierta o sociedad tribal: la historia cambia, el dilema no

Por Loris Zanatta

Sujeción o ciudadanía, obediencia o responsabilidad; de esto se trata en Ucrania ahora como en Polonia antes, con Putin como con Hitler, en la Argentina ayer y hoy; no es una cuestión de “derecha” o “izquierda”

Si fueran consecuentes, los peronistas gritarían :”¡Rusos, go home!” frente a la embajada de Moscú; los kirchneristas desfilarían con pañuelos blancos bajo sus balcones. ¿No son guardianes de la “soberanía nacional”, campeones de los “derechos humanos”? ¿Hay soberanía más negada que la ucraniana, derechos humanos más violados que los ucranianos? Detalles espantosos emergen de los territorios liberados de la ocupación rusa: matanzas, torturas, violaciones. En tiempos en que se invoca el “diálogo”, sería un buen mensaje: sobre los “fundamentos”, sobre la dignidad humana y la democracia, todos estamos de acuerdo. Pero no, eso no pasará, el embajador ruso puede dormir tranquilo. Siempre tan locuaces, indigenistas y curas villeros, sindicalistas y colectivos estudiantiles, militantes ecologistas y grupos feministas callan: cada uno, a su jardín; ¡ay de mirar en el del vecino! Siempre listos para marchas y tomas, misas de desagravio y feriados por decreto, ante estos temas no hay nadie que se indigne, exija, proteste. ¿Por qué?

Porque no creen en ello ni han creído nunca, dirán algunos. Comprensible. Invocar valores universales en defensa de intereses particulares es el deporte más antiguo del mundo: mi soberanía nacional es sagrada, la de los demás depende; los derechos humanos son inviolables, si no los viola un amigo; la paz primero, según el caso; viva la democracia, si me conviene. ¿Cuántos “héroes” humanitarios hemos visto abrazar a odiosos tiranos? ¿Cuántos “pacifistas” aclamar a íconos violentos? ¡Cuántos sofismas para defender lo indefendible, justificar lo injustificable, tratar como verdugo a la víctima! Déjà-vu. Abanderado de los “oprimidos”, Fidel Castro celebró la invasión soviética de Checoslovaquia. ¿Qué importa? La fe es más fuerte que la vergüenza, digiere mejor que los avestruces, se levanta siempre pura de sus miserias.

La verdad, sin embargo, nos guste o no, es que muchos creen en ello, creen en serio defender la soberanía y los derechos humanos ensañándose contra Ucrania, que resiste, y justificando a Rusia, que agrede. Lo que es peor, mucho peor, porque si el cínico puede en algún momento tomar nota de la realidad, el creyente siempre la doblegará a la fe, a costa de prostituir las palabras, de llamar libertad al fascismo, democracia al comunismo, derecho al abuso y progreso a la peor nostalgia reaccionaria. Así fue entre las dos guerras, así es hoy. Al fin y al cabo, ¿qué es un siglo de diferencia ?

Arreciaban entonces como arrecian hoy frenesíes identitarios y tormentas patrióticas, catastrofismos anticapitalistas y cruzadas antiliberales, reacciones antiglobalistas y anuncios apocalípticos. El “populismo de derecha” era nacionalista; el “populismo de izquierda”, comunista. El arquetipo del primero era el fascismo; el del segundo, el estalinismo. Como los populismos de hoy, los populismos antiguos se odiaban, pero sabemos que ninguna pasión es más cercana al amor que el odio: palabra de Molotov, palabra de Ribbentrop. Lázaro Cárdenas se inspiró en ambos para consolidar la “dictadura perfecta” mexicana: corporativismo político y estatismo económico. Desde Bolivia hasta Cuba, desde Chile hasta Brasil, ¡cuántos corazones latían por el Eje, cuántos por el Ejército Rojo! Veinte años después palpitaron por Castro, luego por Chávez, incluso por Ahmadinejad. ¿Por qué no por Putin? ¿Derecha? ¿Izquierda? Nadie lo explicó mejor que el padre Benítez, mentor de Eva Perón: el peronismo es “un comunismo de derecha”; lo que es como decir un “fascismo de izquierda”.

Como hoy, entonces los unía el enemigo común, el “enemigo eterno”: “plutocracia demoliberal”, la llamaban, “oligarquía neoliberal”, la llaman. El lenguaje refleja las genealogías históricas de quien lo usa. En suma, el “enemigo” fue y es el Occidente laico y racionalista, la civilización burguesa e individualista, son sus admiradores en el mundo, sus predicadores que atacan la “pureza” de los “pueblos” y sus “culturas”. Hija de Juan Calvino y de John Locke, tronaba un célebre jesuita porteño, esa civilización es culpable de haber destruido el orden cristiano medieval, jerárquico y corporativo; un pueblo, una fe, un líder: ¡ese sí que era bueno! De ahí el anticuerpo populista: la cruz habitual del habitual Estado ético, la espada habitual del habitual colectivismo. Así, a la “derecha” se unen, como antaño, nación y religión, y a la “izquierda” se unen nación y “pueblo”. “Pueblo” que, huérfano de la “clase”, se volvió “etnia”; la etnia, “cultura”; la cultura, “religión”. ¿Serán tan diferentes entre sí? ¿Serán tan diferentes a los de entonces? ¡Se entiende que a todos los cautive tanto Putin! ¿Lo admira más Evo Morales o Nayib Bukele? ¿Jair Bolsonaro o Lula da Silva? De Orban a Podemos, de Vox a Grillo, de Meloni al Papa, no hay quien no lo haya cultivado y cortejado, halagado y alentado; algunos por pusilánimes, otros por cómplices.

La Argentina no es ninguna excepción. Partiendo de polos opuestos, unos invocando el bolivarianismo y otros el trumpismo; algunos arremetiendo contra la “tiranía de las finanzas” y otros contra la del “género”, kirchneristas y “libertarios” convergen insultándose hacia un mismo punto. Lean sus blogs. Todo el mundo encuentra en Putin lo que busca: unos, el antioccidentalismo barato; otros, el moralismo mojigato. ¿Quién más que él odia como ellos al Occidente “ateo y libertino”? Así lo llamaba un ferviente filósofo católico. Consternado por la grisura democrática de su ribera rioplatense, celoso de los notorios triunfos de los vecinos de enfrente, se definía como un “peronista uruguayo”.

Ante una crisis similar a la de la Segunda Guerra Mundial, ¿la Argentina seguirá los pasos de entonces? ¿Está apostando, otra vez, a un futuro antioccidental? ¿No es todavía suficientemente evidente el efecto trágico de esa elección obtusa, trágico para el desarrollo, la democracia, la reputación? ¿Qué cuento enseñan en las escuelas? ¿Explican acaso que la “tercera posición” era una vieja idea fascista contra los valores democráticos y liberales? El mundo democrático liberal es a veces mediocre e irritante, injusto y petulante, farisaico y presuntuoso. Pero ¿los otros? ¿Lo odian por sus vicios o por sus virtudes? Después de todo, es el único que permite expulsar en paz a los malos gobiernos, juzgar a los gobernantes corruptos, defenderse de los abusos del poder, tratar de construirse un proyecto de vida sin coacciones aplastantes. Sujeción o ciudadanía, obediencia o responsabilidad: de esto se trata, ni más ni menos, en Ucrania ahora como en Polonia entonces, con Putin como con Hitler, en la Argentina ayer y hoy. No es una cuestión de “derecha” e “izquierda”, sino de Atenas o Esparta, de sociedad abierta o sociedad tribal. La historia cambia, el dilema no.

(De www.lanacion.com.ar)

lunes, 17 de octubre de 2022

Más pruebas de que éste es realmente el fin de la historia

Por Francis Fukuyama

En el último año, se ha hecho evidente que hay debilidades clave en el núcleo de los Estados autoritarios aparentemente fuertes

En la última década, la política mundial ha estado fuertemente marcada por Estados aparentemente fuertes cuyos líderes no están limitados por la ley ni por los controles constitucionales. Tanto Rusia como China han argumentado que la democracia liberal está en declive a largo plazo, y que su tipo de gobierno autoritario fuerte es capaz de actuar con decisión y hacer las cosas mientras sus rivales democráticos debaten, vacilan y no cumplen sus promesas. Estos dos países fueron la vanguardia de una ola autoritaria más amplia que hizo retroceder los avances democráticos en todo el mundo, desde Myanmar hasta Túnez, pasando por Hungría y El Salvador. Sin embargo, a lo largo del último año se ha hecho evidente que hay puntos débiles clave en el núcleo de estos Estados fuertes.

Los puntos débiles son de dos tipos. En primer lugar, la concentración de poder en manos de un único líder en la cúspide prácticamente garantiza una toma de decisiones de baja calidad, y con el tiempo producirá consecuencias verdaderamente catastróficas. En segundo lugar, la ausencia de discusión y debate públicos en los Estados “fuertes”, y de cualquier mecanismo de rendición de cuentas, significa que el apoyo al líder es poco profundo y puede erosionarse en un momento.

Los partidarios de la democracia liberal no deben ceder a un fatalismo que acepte tácitamente la línea ruso-china de que tales democracias están en inevitable declive. El progreso a largo plazo de las instituciones modernas no es lineal ni automático. A lo largo de los años, hemos visto enormes retrocesos en el progreso de las instituciones liberales y democráticas, con el ascenso del fascismo y el comunismo en los años 30, o los golpes militares y las crisis del petróleo de los años 60 y 70. Y, sin embargo, la democracia liberal ha perdurado y ha regresado repetidamente, porque las alternativas son muy malas. A las personas de diversas culturas no les gusta vivir bajo una dictadura y valoran su libertad individual. Ningún gobierno autoritario presenta una sociedad que sea, a largo plazo, más atractiva que la democracia liberal y, por tanto, podría considerarse la meta o el punto final del progreso histórico. Los millones de personas que votan con los pies -dejando países pobres, corruptos o violentos para vivir no en Rusia, China o Irán, sino en el Occidente liberal y democrático- lo demuestran ampliamente.

El filósofo Hegel acuñó la frase el fin de la historia para referirse al surgimiento del Estado liberal a partir de la Revolución Francesa como la meta o dirección hacia la que se dirigía el progreso histórico. Durante muchas décadas después, los marxistas tomarían prestado a Hegel y afirmarían que el verdadero fin de la historia sería una utopía comunista. Cuando escribí un artículo en 1989 y un libro en 1992 con esta frase en el título, señalé que la versión marxista estaba claramente equivocada y que no parecía haber una alternativa superior a la democracia liberal. Hemos asistido a espantosos retrocesos en el progreso de la democracia liberal en los últimos 15 años, pero los retrocesos no significan que la narrativa subyacente sea errónea. Ninguna de las alternativas propuestas parece ir mejor.

Las debilidades de los Estados fuertes se han puesto de manifiesto en Rusia. El presidente Vladimir Putin es el único que toma decisiones; incluso la antigua Unión Soviética tenía un Politburó en el que el secretario del partido tenía que examinar las ideas políticas. Vimos imágenes de Putin sentado al final de una larga mesa con sus ministros de Defensa y Asuntos Exteriores por miedo a la COVID; estaba tan aislado que no tenía ni idea de la fuerza que había adquirido la identidad nacional ucraniana en los últimos años ni de la feroz resistencia que provocaría su invasión. Tampoco sabía hasta qué punto la corrupción y la incompetencia habían arraigado en su propio ejército, ni el pésimo funcionamiento de las modernas armas que había desarrollado, ni la escasa formación de su propio cuerpo de oficiales.

La superficialidad del apoyo a su régimen se hizo evidente por la carrera hacia las fronteras de los jóvenes rusos cuando anunció su movilización “parcial” el 21 de septiembre. Unos 700.000 rusos han salido hacia Georgia, Kazajstán, Finlandia y cualquier otro país que los acepte, un número mucho mayor del que ha sido movilizado. Los que han sido atrapados por el reclutamiento están siendo lanzados directamente a la batalla sin entrenamiento o equipo adecuado, y ya están apareciendo en el frente como prisioneros de guerra o bajas. La legitimidad de Putin se basaba en un contrato social que prometía a los ciudadanos estabilidad y un mínimo de prosperidad a cambio de pasividad política, pero el régimen ha roto ese trato y está sintiendo las consecuencias.

La mala toma de decisiones de Putin y su escaso apoyo han producido uno de los mayores errores estratégicos que se recuerdan. Lejos de demostrar su grandeza y recuperar su imperio, Rusia se ha convertido en un objeto de burla mundial, y soportará nuevas humillaciones a manos de Ucrania en las próximas semanas. Es probable que toda la posición militar rusa en el sur de Ucrania se derrumbe, y los ucranianos tienen una posibilidad real de liberar la península de Crimea por primera vez desde 2014. Estos reveses han desencadenado una enorme cantidad de señalamientos en Moscú; el Kremlin está reprimiendo aún más la disidencia. Si el propio Putin será capaz de sobrevivir a una derrota militar rusa es una cuestión abierta.

Algo similar, aunque un poco menos dramático, ha sucedido en China. Uno de los rasgos distintivos del autoritarismo chino en el periodo comprendido entre las reformas de Deng Xiaoping en 1978 y la llegada al poder de Xi Jinping en 2013 fue el grado de institucionalización del mismo. Las instituciones significan que los gobernantes tienen que seguir reglas y no pueden hacer lo que les plazca. El Partido Comunista Chino se impuso a sí mismo muchas reglas: edades de jubilación obligatorias para los cuadros del partido, estrictas normas meritocráticas para el reclutamiento y la promoción y, sobre todo, un límite de 10 años de mandato para los dirigentes más veteranos del partido. Deng Xiaoping estableció un sistema de liderazgo colectivo precisamente para evitar el dominio de un único líder obsesivo como Mao Zedong.

Gran parte de este sistema se ha desmantelado con Xi Jinping, que recibirá la bendición de su partido para seguir siendo el líder supremo durante un tercer mandato de cinco años en el XX Congreso del Partido. En lugar del liderazgo colectivo, China ha pasado a un sistema personalista en el que ningún otro alto cargo puede acercarse a desafiar a Xi.

Esta concentración de autoridad en un solo hombre ha provocado a su vez una mala toma de decisiones. El partido ha intervenido en la economía, obstaculizando el sector tecnológico al perseguir a estrellas como Alibaba y Tencent; ha obligado a los agricultores chinos a plantar productos básicos que pierden dinero en busca de la autosuficiencia agrícola; y ha insistido en una estrategia de cero COVID que mantiene a importantes partes de China bajo continuos bloqueos que han restado puntos al crecimiento económico del país. China no puede revertir fácilmente la estrategia de cero COVID, porque no ha conseguido comprar vacunas eficaces y una gran parte de su población anciana es vulnerable a la enfermedad. Lo que hace dos años parecía un éxito triunfal en el control del COVID se ha convertido en una prolongada debacle.

Todo esto se suma al fracaso del modelo de crecimiento subyacente de China, que se basaba en una fuerte inversión estatal en el sector inmobiliario para mantener el ritmo de la economía. La economía básica sugiere que esto llevaría a una mala asignación masiva de recursos, como de hecho ha sucedido. Si buscamos en Internet edificios chinos volados, veremos muchos vídeos de enormes complejos de viviendas dinamitados porque no hay nadie que compre apartamentos en ellos.

Estos fracasos autoritarios no se limitan a China. Irán se ha visto sacudido por semanas de protestas tras la muerte de Mahsa Amini a manos de la policía de la moral. Irán está en una situación terrible: se enfrenta a una crisis bancaria, se está quedando sin agua, ha experimentado un gran declive en la agricultura y está luchando contra las sanciones internacionales y el aislamiento. A pesar de su condición de paria, tiene una población bien educada, en la que las mujeres constituyen la mayoría de los graduados universitarios. Y, sin embargo, el régimen está dirigido por un pequeño grupo de ancianos con actitudes sociales desfasadas varias generaciones. No es de extrañar que el régimen se enfrente ahora a su mayor prueba de legitimidad. El único país que puede calificarse como aún más mal gestionado es uno con otra dictadura, Venezuela, que ha producido el mayor flujo de refugiados del mundo en la última década.

Las celebraciones sobre el ascenso de los Estados fuertes y el declive de la democracia liberal son, pues, muy prematuras. La democracia liberal, precisamente porque distribuye el poder y se basa en el consentimiento de los gobernados, está en mucho mejor forma a nivel mundial de lo que mucha gente piensa. A pesar de los recientes avances de los partidos populistas en Suecia e Italia, la mayoría de los países de Europa siguen disfrutando de un fuerte grado de consenso social.

El gran interrogante sigue siendo, por desgracia, Estados Unidos. Entre el 30 y el 35 por ciento de sus votantes siguen creyendo en la falsa narrativa de que las elecciones presidenciales de 2020 fueron robadas, y el Partido Republicano ha sido tomado por los seguidores del MAGA de Donald Trump, que están haciendo todo lo posible para poner a los negadores de las elecciones en posiciones de poder en todo el país. Este grupo no representa una mayoría del país, pero es probable que recupere el control de al menos la Cámara de Representantes este noviembre, y posiblemente la presidencia en 2024. El líder putativo del partido, Trump, ha caído cada vez más profundamente en una locura alimentada por la conspiración en la que cree que podría ser restituido inmediatamente como presidente y que el país debería acusar criminalmente a sus predecesores presidenciales, incluido uno que ya está muerto.

Existe una íntima conexión entre el éxito de los Estados fuertes en el extranjero y la política populista en casa. Políticos como Marine Le Pen y Éric Zemmour en Francia, Viktor Orbán en Hungría, Matteo Salvini en Italia y, por supuesto, Trump en Estados Unidos han expresado su simpatía por Putin. Ven en él un modelo para el tipo de gobierno de hombre fuerte que les gustaría ejercer en su propio país. Él, a su vez, espera que su ascenso debilite el apoyo occidental a Ucrania y salve su tambaleante “operación militar especial”.

La democracia liberal no resurgirá a menos que la gente esté dispuesta a luchar por ella. El problema es que muchos de los que crecen viviendo en democracias liberales pacíficas y prósperas empiezan a dar por sentada su forma de gobierno. Como nunca han experimentado una tiranía real, se imaginan que los gobiernos elegidos democráticamente bajo los que viven son a su vez dictaduras malvadas que conspiran para quitarles sus derechos, ya sea la Unión Europea o la administración de Washington. Pero la realidad ha intervenido. La invasión rusa de Ucrania constituye una verdadera dictadura que intenta aplastar a una sociedad auténticamente libre con cohetes y tanques, y puede servir para recordar a la generación actual lo que está en juego. Al resistir al imperialismo ruso, los ucranianos están demostrando las graves debilidades que existen en el núcleo de un Estado aparentemente fuerte. Comprenden el verdadero valor de la libertad, y están librando una batalla mayor en nuestro nombre, una batalla a la que todos debemos unirnos.

(De www.infobae.com)
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