sábado, 8 de octubre de 2022

El ataque a los "discriminadores"

Entre las palabras más utilizadas en la actualidad aparecen "discriminación" e "inclusión"; palabras que en décadas pasadas casi no se pronunciaban. Al respecto puede decirse que, desde el punto de vista del cristianismo y del liberalismo, somos todos integrantes de la humanidad, regidos por leyes naturales, con los mismos derechos y obligaciones, y es así como debemos mirarnos.

Sin embargo, seguramente por influencia de la izquierda política, al ir desapareciendo los conflictos como la supuesta lucha entre burgueses y proletarios, fue necesario crear infinidad de antagonismos de manera de culpar al sistema económico capitalista como el causante de tantos conflictos. Así aparece el feminismo extremo como promotor del odio contra el varón, o la legalización del aborto y del "matrimonio igualitario" en una lucha en contra de la tradición y de las leyes naturales.

El individuo influenciado por la corriente mencionada, reacciona mediante una secuencia como la siguiente:

1- Victimización: el individuo muestra a los demás que ha sido discriminado por alguna razón (étnica, social, religiosa, económica, etc).
2- Asignación de culpa: atribuye a un sector de la sociedad, o a toda la sociedad, una actitud discriminadora; generalmente se culpa a la clase media o burguesa.
3- Contradiscriminación: este sector, por ser supuestamente discriminador, es discriminado como el sector "malo y perverso".
4- Reacción antisocial: la difamación y el odio contra el sector "malo y perverso" constituye la motivación y pretexto para un ataque permanente a la sociedad y al sistema económico vigente.

Un ejemplo evidente lo constituye el denominado "lenguaje inclusivo", ya que la primera conclusión que se extrae, luego de su invención, es que el lenguaje tradicional es excluyente. Luego, los únicos que no serían excluyentes han de ser los que utilizan el lenguaje inclusivo ("Dime de qué te jactas y te diré de qué careces").

Con el tiempo, se acepta y se trata de imponer todo lo que está generalizado, como "políticamente correcto", siendo descalificado quien se rebele contra la nueva ortodoxia impuesta. Marcelo Gullo escribió: "Hay una dictadura de lo políticamente correcto. Si uno se sale de eso es sancionado, no sólo en términos legales sino sancionado y repudiado socialmente. La corrección política es uno de los componentes más relevantes del mecanismo de control social que se aplica en Occidente, y ese recurso será usado cada vez con mayor potencia".

"Se puede apreciar que lo políticamente correcto aniquila la democracia porque liquida el pensamiento. Los ciudadanos ya no son libres de pensar ni de expresarse, que es el principal componente del sistema democrático" (De www.laprensa.com.ar).

Como en todo proceso con fines totalitarios, se trata de imponer creencias y costumbres que finalmente producen un rechazo importante, principalmente por la tendencia a no respetar ni siquiera a quienes se rigen por las leyes naturales, o por las leyes de Dios, que es la legítima actitud para lograr acuerdos.

A continuación se menciona un escrito aparecido en redes sociales, de autor anónimo, que sintetiza en forma efectiva todo lo que antes se dijo:

-Nunca me importó que fueras gay hasta que empezaste a refregármelo en la cara y en la de mis hijos.

-Nunca me importó de qué color era tu piel hasta que empezaste a culpar a mi raza por tus problemas.

-Nunca me importó tu preferencia política hasta que empezaste a condenarme por la mía.

-Nunca me importó tu origen hasta que empezaste a suprimir mi historia y a denigrar a mis ancestros.

-Nunca me importó que fueras rico o pobre, hasta que comenzaste a discriminarme por mi progreso.

-Nunca me importó que tus creencias fueran diferentes de las mías, hasta que exigiste que las mías fueran consideradas malignas.

2 comentarios:

Raul Antonio Reina Elias dijo...

Buen escrito, nos ayuda a comprender varias cosas que nos están pasando como individuos y como sociedad.

agente t dijo...

Esta fragmentación social artificial y este fomento del encono minoritario muestra a las claras la falta de objetividad de la ideología izquierdista, ayuna de racionalidad y de lógica, pero bien alimentada-alimentadora de envidia y de odio. Sólo por esto ya debieran despertar la suspicacia y el rechazo de la gente bienintencionada.