viernes, 15 de agosto de 2025

La tecnología y sus detractores

Debido a que la evolución biológica es un proceso muy lento, la adaptación del ser humano al orden natural es continuada mediante la evolución cultural, materializada por la ciencia y la tecnología. Mientras la labor del científico radica en la descripción de las leyes naturales que rigen a todo lo existente, la tecnología implica la aplicación de dichas leyes para fines prácticos. Mientras la ciencia es neutral, respecto del bien y del mal, la tecnología puede ser utilizada tanto para buenos como para malos fines. Así, la obtención de energía por medio de la fusión nuclear, algún día constituirá la salvación energética de la humanidad, cuando se agoten el petróleo y el uranio. También, la destrucción del planeta podrá ser factible con la utilización bélica de las bombas de hidrógeno, basadas también en la fusión nuclear.

Un ejemplo concreto de la aplicación de la tecnología lo tenemos en el caso de los lentes, ya que antes de su invención una persona podía quedar imposibilitada para realizar ciertos trabajos, por cuanto a cierta edad la vista comienza a limitarse para la observación a corta distancia. Además, las invenciones tecnológicas han permitido importantes avances en la medicina logrando prolongar el promedio de la vida humana hasta edades impensadas hace algunas decenas de años atrás.

A pesar de las evidentes ventajas surgidas mediante el buen uso de la tecnología, existen autores que tan sólo observan los excesos y la mala utilización de la misma. Mario Bunge escribió: "A continuación, Raynaud distingue dos actitudes ante la tecnología: la tecnofobia y la tecnofilia. Y ambas actitudes se adoptan, ya con moderación, ya con fanatismo. Por ejemplo, el teólogo Jacques Ellul era un tecnófobo fanático, ya que no distinguía entre tecnologías buenas y malas. En cambio, el escribidor Martin Heidegger era ambiguo sobre la cuestión ya que, si bien ensució muchas cuartillas con sus ataques a la tecnología, seguramente admiraba la tecnología militar alemana, desde los misiles hasta los campos de exterminio, ya que fue un fervoroso nazi desde el principio hasta el fin" (Del Prólogo de "¿Qué es la tecnología?" de Dominique Raynaud-Editorial Laetoli SL-Madrid 2018).

Respecto de la postura de Jacques Ellul, Héctor P. Ciapuscio escribió: "Ellul quiere analizar lo que describe como «la tragedia esencial de una civilización crecientemente dominada por la técnica»". "La nuestra es una civilización crecientemente técnica. Por esto Ellul quiere decir que la siempre expansiva e irreversible regla de la técnica se extiende a todos los dominios de la vida. Es una civilización comprometida en la búsqueda de medios continuamente mejorados para fines poco examinados. Por cierto, la técnica transforma fines en medios. Lo que una vez valoramos por sí mismo se convierte ahora en valioso sólo si ayuda a conseguir algo más y, recíprocamente, la técnica transforma los medios en fines. El know-how [saber hacer] se convierte en valor último".

"En la apreciación de Ellul, entonces la vida no es feliz en una civilización dominada por la técnica. Aun el show exterior de la felicidad es comprado al precio de una total aquiescencia [consentimiento]. La sociedad tecnológica requiere hombres contentos con lo que se les da a gustar; para lo que no están contentos, provee distracciones -escape en los medios técnicamente dominados de la cultura y la comunicación popular. Y el proceso es natural: cada parte de una civilización técnica responde a las necesidades sociales generadas por la técnica misma. El progreso consiste así en la progresiva deshumanización -una trabajosa, sin sentido y, al fin, suicida sumisión a la técnica" (De "El fuego de Prometeo"-EUDEBA-Buenos Aires 1994).

En realidad, la tecnología bien utilizada favorece la supervivencia de la humanidad y su finalidad implica constituir uno de los principales medios que materializan al proceso de la evolución cultural de la humanidad. La tecnología mal utilizada, por supuesto, impide tal proceso evolutivo y adaptativo, siendo el mal uso un problema de comportamiento individual inadecuado que muchos teólogos y filósofos no logran solucionar; mientras se dedican a despotricar en contra de la tecnología.

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