Puede establecerse cierta analogía entre las actitudes de los integrantes de algunos grupos ecologistas con las actitudes de los seguidores del nazismo y del socialismo. Así, los nazis promovían el mejoramiento de las razas humanas destruyendo a las que consideraban "inferiores"; por otra parte, los socialistas promovían el mejoramiento de las sociedades eliminando a la clase social "incorrecta". En los últimos tiempos han surgido grupos ecologistas que, promoviendo la mejora del medio ambiente, tienden a limitar de alguna forma a la humanidad, incluso tratando de destruirla si fuera posible.
La limitación de la población humana es promovida por tales ecologistas apoyando el aborto legal y los vínculos homosexuales, ya que éstos no pueden tener hijos. Luego, favorecen el bloqueo de toda tecnología favorable a la agricultura, el bloqueo de varias formas de generación eléctrica y la oposición a la minería y al consumo de alimentos de origen animal. Con economías nacionales bloqueadas en estos rubros, se garantiza un nivel de pobreza que facilitará la interrupción del avance demográfico.
Acerca de este tema, se transcribe un artículo:
LOS ECOLOGISMOS ANTIHUMANOS
Por Franco Ricoveri
El hombre moderno se ha ocupado de destruir todo, inclusive la naturaleza y eso indigna.
El difunto Felipe de Edimburgo, príncipe, rey consorte, o garrapata real según de donde se lo miraba, padre del actual rey Charly, dijo una frase proféticamente atroz (y chequeada, porque en verdad semejante salvajada es inconcebible): "Me gustaría reencarnar como virus mortal, para contribuir a resolver la sobrepoblación". Finó el geronte y al tiempo apareció el virus ese de la corona. Diga que uno no cree en la reencarnación. Pero no es el caso, el tema es que tan "digno" personaje era un famoso ecologista, miembro fundador y caracterizado de la WWF, una de las más fuertes organizaciones "defensoras del medio ambiente" del mundo, y otras "sociedades ecologistas".
No era una broma lo que dijo, es que existe un "ecologismo" perverso que cree que para salvar al planeta tienen que desaparecer los hombres: "el hombre es el cáncer de la naturaleza. La desaparición del ser humano es el único modo de salvar el medio ambiente". Claro, desaparición de todos los que no sean "ellos", no vaya a ser, porque los que sobran son siempre los otros, no los amigos del club. A ninguno de estos tipos se les ocurrió colgarse de una viga para cuidar el medioambiente, como no se les cayó una moneda para ayudar a los necesitados y a las víctimas de este mundo deshumanizado. Por supuesto que no es una tara que acaparen los anglosajones, aunque sean en todo sus máximos publicistas: Hitler y Stalin fueron de esa misma laya, por sólo dar un par de ejemplos cercanos y no llegar hasta Calígula. Herman Göring, vegetariano por convicción como su jefe, prohibió la vivisección de los animales porque era una crueldad. Stalin amaba a sus perros, al mismo tiempo que masacraba sin piedad a millones de sus paisanos y mataba de hambre a otros millones de ucranianos sin que occidente interviniese. Hay muchos defensores del ecologismo de esa laya, no distintos al desgraciado Felipe.
Por acá también abundan y desde hace tiempo. Hoy parece ser más grave maltratar a un animal que abusar o directamente asesinar a un niño (que en paz descanse el querido Lucio.). En nuestra despoblada Patria, gracias al tándem Macri-Fernández (x 2) y sus cómplices hoy nos faltan más de 100.000 niños que debieran haber nacido y gozado del amor de sus padres, abuelos, tíos, amigos. Irrecuperables. Si fuesen ballenas, pichiciegos, yaguaretés, o lo que venga, sería un escándalo, pero son "seres humanos" y parece que están de más.
LA ABOLICION DEL HOMBRE
Los millones gastados para reubicar los animales de nuestros zoológicos, ¿se justifican cuando al mismo tiempo tenemos desnutrición infantil y arruinamos el futuro de miles de niños por estar mal alimentados? ¿Vale más que la elefanta Cuchuflita termine sus días en un "santuario" a que coman diariamente los chicos wichis? ¿Valen más las mascotas que los viejitos que no pueden pagarse los remedios, que los enfermos oncológicos que reciben tratamientos malos y tardíos... que los miles de abandonados, ofendidos y humillados que pueblan nuestra tierra? Es una distorsión más en un mundo idiota, porque sí, para cierta gente, valen más.
Como valía más esa supuesta ecología cuando, en el Nahuel Huapi, Parques Nacionales implementó casi desde sus orígenes una política cruel persiguiendo a los antiguos pobladores. ¿Mapuches? No señor, los pocos mapuches que hoy abusan del derecho, vinieron desde Chile y son un "negocio" de nuestros días. Los escasos prehispánicos (nómades) de esa zona fueron tehuelches, uno de los tantos pueblos indígenas que sufrieron la política de dominación y exterminio por parte de esos araucanos chilenos. Los mapuches de hoy son un engranaje más de un negocio perverso, por algo tienen sede en... ¡Sí adivinó Ud.! (si tiene dudas, visítenla en el Nº 6 de Lodge Street, Bristol, Reino Unido -o Incalaperra como dice Fierro-).
VICTIMAS
Las primeras víctimas del falso ecologismo de P.N. eran criollos que lentamente fueron arrinconados y expulsados "para preservar la naturaleza". Aunque sólo criaban algunas pocas vaquitas y cultivaban la tierra para sobrevivir.
Quisiera ponerle una cara, un ejemplo (aunque hay más crueles): Víctor Erasmo Pinuer fue expulsado hace unas décadas de su parcela de Brazo Rincón ¡a los 80 años! 50 años había pasado trabajando, plantando más de 400 frutales, miles de árboles, cuidando, ejerciendo nuestra soberanía. Ocupaba legalmente esas tierras, pero todo eso no valió de nada y un decreto (ideológico) "porteño" de Parques Nacionales cruelmente ejecutado en el terreno, convirtió su tierra en juntadero de mugre de turistas y, tirando su casa abajo, lo dejaron en la calle (bueno, en la ruta), para que se arregle. Un pobre viejo solo en la ruta con sus pertenencias tiradas por el piso: ¡hay que cuidar el medio ambiente! ¡Salvemos al planeta! ¡Protejamos la naturaleza! Líbreme Dios de pensar como Cabandié, pero a un "Mr. Coso" cualquiera nunca se lo hubieran hecho.
No era eso lo que soñaba Francisco Pascasio Moreno, el Perito, cuando donó todas esas tierras que se le habían dado en honor de sus méritos, para fundar el Parque Nacional. Porque si Moreno amaba a la naturaleza, esa en la que había vivido, sufrido y gozado, la amaba en función de su gente, nuestra gente. Fue por ella que murió pobre, cuando pudo ser el dueño de una de las fortunas más grandes del país. Fue por amor a su pueblo y a esta tierra. aunque como casi siempre nos pasa, le paguemos con el olvido. Al Perito Moreno le debemos la Patagonia entera, no sólo el Parque Nacional Nahuel Huapi, pero él la soñaba con gente, no vacía. Con buena gente y educada.
Habría ejemplos y caras de estos desastres por todo el mundo, como los pigmeos Baka, expulsados de sus tierras por políticas "conservacionistas". Tristemente sobran historias parecidas. Por todos lados. Porque para el ecologismo inhumano no importa la realidad. Es cruel, desalmado y pide sangre y sacrificios.
La ecología, bien entendida, es una gran ciencia que hace referencia al cuidado de la "casa" (oikos en griego) y la casa se define en función de sus habitantes. No sea que para que la casa quede limpia y ordenada echemos a sus moradores. El "ecologismo" es su perversión vacía y marketinera. Una ecología inhumana se transforma en un instrumento de avasallamiento y esconde siempre perversos intereses económicos.
Despoblar el mundo es una política internacional de supuestos filántropos que sólo quieren mantener el dominio mundial (haga la lista de los amigos de Felipe: Rockefeller, Soros, Gates, etc. etc). "Control de población" disfrazado de "paternidad responsable". Abortos (asesinatos), disfrazados de "vos elegís" y de color verde. Destrucción de la familia. Destrucción de la educación. La superficialidad reinante. El imperio de la droga. La estupidización colectiva. Alarmismo, miedo y desesperación. Todo va en una misma dirección: la abolición del hombre. Y si a algún lector le parece que nos ha dado un ataque "conspiranoico", póngase para leer las fuentes, a leer el Informe Kissinger, por poner un ejemplo, ¡porque a veces estos tipos son sinceros y desvergonzados! No sólo lo fue el terrorífico Felipe, el de Edimburgo.
EL ECOLOGISMO COMO RELIGION
Desde hace muchos años viene creciendo la teoría según la cual los derechos humanos deben someterse a los "imperativos de la tierra". Pregúntese quién es el que dicta estos "imperativos". Sí, adivinó. ¿Y quién pierde con todo estos? Sí, también adivinó. Los que van a perder son siempre los más débiles: los chicos, los enfermos, los minusválidos, los viejos, los pobres, los descartables. Fue Gorbachov, cuando impulsaba la olvidada "Carta de la Tierra" el que se animó a decirlo: sus principios venían a reemplazar los diez mandamientos con nuevos principios. Como olía a azufre y la gente empezaba a sospechar, le fueron cambiando nombres, caras y estrategias: N.O.M., "Cumbre del milenio", la "campaña del Milenio, la agenda 2030, la capa de ozono, la conversión ecológica, el calentamiento global, las pandemias anunciadas (¿y preparadas?), los absurdos premios Nobel a Obama, Kofi Annan, Al Gore y otros pandilleros, la ideología de género, la eutanasia, la droga libre, el aborto, son parte de esta vomitiva ensalada que tiene su bandera más vendedora en el falso "ecologismo" pachamamásico como nueva religión. ¿Por qué? Simplemente porque vende y sirve para engañar a la gente. Como buenos marketineros usan el tema, aunque quizás sus promotores nunca ni siquiera llegaron a regar una maceta. Desde ya que les interesa vender, no nuestro bien.
Un dato sugerente: en el "ecologismo" se unieron los plutócratas del mundo con los huérfanos del marxismo. ¿Será porque en el fondo son dos caras de la misma moneda? ¿Será porque es un "engañagiles"? ¿Será por el negocio siniestro que hay detrás? ¿Qué está pasando? La destrucción de la naturaleza fue su accionar constante hasta hace pocos años y, ¿ahora se ponen hippies?
LA "ANTROPOLATRÍA" CONDUCE A HOMICIDIO
Desde ya que el hombre moderno se ha ocupado de destruir todo, inclusive la naturaleza y eso indigna. Acá lo que pasa es que como siempre, los grandes errores se travisten de medias verdades. Pero la gente sigue desconfiando y oliendo el azufre que emana de sus mentiras, porque sabe o sospecha que en la mira estamos nosotros. Será cuestión de no creerles, no ser cómplices, ni presentarles blancos fáciles, porque, ¡ojo!, son poderosos, creen que gobiernan el mundo, pero no son infalibles. Es más, como todo lo antinatural, están condenados al fracaso y terminarán como el triste Felipe del comienzo: sólo recordados entre las brumas de un whisky y la apagada música de un "pub".
"Las falsas ideologías siempre se terminan derrumbando bajo el peso de sus propios errores, mentiras, hipocresías y caen solas presas de su inmanente debilidad". Esto lo dijo Juan Pablo II cuando se hundió la Unión Soviética, y es una constante de la Historia. Pasó muchas veces y volverá a pasar. Lo triste es el mal que hacen.
(De www.laprensa.com.ar)
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