martes, 14 de octubre de 2025

Perón y el estupro

El peronismo, al igual que otros totalitarismos, funciona como una especie de religión pagana, por cuanto sus seguidores se orientan por una “moral sectorial” que les permite alabar a sus personajes sagrados aun cuando sus vidas y ejemplos personales se opongan a una moral elemental.

Este es el caso de Perón, denunciado algunas veces por estupro. Al respecto leemos: “En Argentina, el término «estupro» se utiliza para describir el delito sexual que ocurre cuando una persona adulta obtiene consentimiento sexual de un adolescente mediante engaño, aprovechando una posición de superioridad. Aunque el término puede ser entendido en general, el Código Penal argentino moderno aborda estas situaciones bajo figuras como abuso sexual”.

“El estupro se refiere a una relación sexual consentida en apariencia, pero donde el consentimiento es viciado por el engaño del agresor, que generalmente es mayor de edad y abusa de una posición de poder o superioridad” (De “Google”).

Entre las críticas al líder totalitario aparece su vínculo cercano con las integrantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). Diego Recalde escribió: “La quinta de Olivos no era todavía (1953) la vivienda presidencial sino un lugar de recreación para solaz del gobernante. Tal vez por ese motivo, el General dispuso que funcionara, dentro de la misma quinta de Olivos, la sede de la UES. Sólo la rama femenina. Los adolescentes varones tuvieron su propia sede en el barrio de Avellaneda”.

“Perón compró la propuesta [de Armando Méndez San Martín] no tanto por el adoctrinamiento, que lo entusiasmaba, sino por la posibilidad de hacer casting de niñas de manera solapada. Ya no estaba Evita haciéndole marca personal” (De “Relato roto”-Editorial Hojas del Sur SA-Buenos Aires 2025).

El conflicto entre Perón y la Iglesia se agudiza cuando en Córdoba se crea el Movimiento Católico de Juventudes, ya que Perón rechaza toda organización ajena al Estado, es decir, ajena a su poder personal. Félix Luna escribió: “Preocupaba a los círculos católicos cordobeses la actividad de la UES, no en el plano político sino en el terreno moral. –Nos parecía que era corruptor –dice Carnelutti-. No me refiero a la corrupción sexual. Circulaban, desde luego, muchos rumores; se hablaba de los regalos que se les hacían a algunas chicas a cambio de ciertos favores, se aludía a supuestas orgías en la Quinta de Olivos… Pero esto, para nosotros, no era lo más importante, aun si fuera cierto. Lo que nos preocupaba eran los métodos con que se pretendía atraer a la juventud. No se le presentaban ideales ni se le proponían misiones; se los seducía con halagos y sobornos. Compraban a estos chicos y chicas en una carrera de oportunismo que ablandaba el espíritu juvenil. Y esto nos exasperaba: como católicos, no podíamos permitirlo…” (De “Perón y su tiempo” III-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 1986).

Años antes, luego de enviudar, Perón se vinculaba con una menor. Recalde escribe al respecto: “En 1941, siendo coronel, Juan Domingo Perón conoció en la provincia de Mendoza a una chiquilina llamada María Cecilia Yurbel. Era hija de un campesino sin recursos, que se la entregó a Perón cuando ella tenía 17 años. Se la dio «para todo servicio», como solían ser esas entregas”.

“En 1943, siendo coronel y secretario de Trabajo y Previsión, la presentó en la mítica Radio Belgrano como su hija. Para ese entonces ella ya era mayor de edad, tenía 19 años”. “Ella fue su amante durante un largo tiempo, hasta que Eva Perón, la flamante novia del coronel, dejó de jugar a creerse el cuentito de la hija o la sobrina, y la echó de ese mismo departamento a patadas en el culo al grito de: - ¡Salí de acá, negra de mierda!”.

Luego de la muerte de Eva, en 1952, Perón reinicia sus vínculos con menores. Recalde escribe: “Nélida se llama ella. Pero a diferencia de la Jefa Espiritual de la Nación, ella no se tiñe. Se acepta como es: morocha. Nélida Haydeé Rivas. Nelly para los más íntimos. Tiene 14 años. el General muchos más: 58. 44 años de diferencia hay entre ella y él”.

Derrocado en 1955, Perón parte al exilio: “Nélida Rivas estaba decidida a reencontrarse con el General, pero para eso tenía que salir de la Argentina. Sin embargo no pudieron pasar la frontera. La nena no llevaba documentos. No fue un olvido involuntario. La causa penal por estupro, que seguía en curso, le impedía a Nélida salir del país”.

“Ya circulaba el rumor de que Perón andaba con otras chicas, algo que pudo comprobar ella misma con sus propios ojos en la Argentina, cuando estando de novia con él y ambos queriéndose casar, en paralelo el Pocho andaba con una tenista llamada Mery Terán de Weiss, que había conocido en la UES”.

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