Aunque la Biblia prohibe hacerse imágines de Dios, es común que la gente lo materialice en una forma humana y le asocie atributos humanos. En este caso se imagina a Dios "a imagen y semejanza" de los seres humanos. Luego, se busca tranquilidad espiritual suponiendo que el Dios justo distribuye premios y castigos según la conducta de cada uno. Finalmente, se trata de ser merecedor de los premios y no de los castigos.
Algunos van más allá y le rinden homenajes al Creador bajo diversas formas de adulación, en forma similar a cómo los habitantes de un país totalitario lo hacen con el líder máximo. De ahí que algunos autores aducen que el socialismo es una forma de religión en la cual el cambio casí único es el de Dios por el Estado. Así, las actitudes de algunos creyentes resultan bastante similares a las actitudes del habitante del país socialista, que debe hacer un culto al gobernante ya sea si está de acuerdo con él como si no lo está.
En todos estos casos, se asocia a Dios el atributo de su poder, de su capacidad para actuar en la vida cotidiana de los seres humanos. Si se lo imagina en los momentos de la creación del mundo, se le asocia cierta capacidad de crear lo existente mediante sucesivos golpes de magia, que responden a su libre voluntad.
Desde el punto de vista del científico, en especial del físico teórico, se supone que el ente Creador sólo ha tenido que establecer las leyes que rigen los fenómenos de la escala atómica y nuclear, previendo, eso sí, la futura evolución de la materia y la vida, hasta llegar a conformar la vida inteligente. Esta vez no se valora el poder sino una inteligencia que supera casi infinitamente la inteligencia humana.
El Dios de los científicos (no de todos, por supuesto) se reduce a su obra consistente en esas pocas leyes de la física que son precisamente a las que apuntan las "teorías de todo", o teorías de gran unificación, si bien ninguno supone que va a encontrar las leyes simples establecidas por el entre Creador.
Por lo general, quienes tienen una idea de un Dios de tipo antropomórfico (forma humana) aducen que quienes tienen otra visión son simplemente ateos, y es por ello que rechazan todas las alternativas distintas a sus creencias. Si nos acostumbramos a describir a Dios a través de su obra, las leyes naturales, nos haremos conscientes que nuestra misión en esta vida consiste esencialmente en adaptarnos a las mismas.
miércoles, 27 de marzo de 2024
lunes, 25 de marzo de 2024
El "buen terrorismo"
En la Argentina se advierte una importante adhesión al que podría llamarse "el buen terrorismo", para diferenciarlo del "terrorismo malo". En este sentido se sigue fielmente el ideal y la moral impuesta por Vladimir Lenin: "Moral es lo que favorece el advenimiento del socialismo, inmoral lo contrario". De ahí que los 1.094 asesinatos, 2.368 heridos, 756 secuestros extorsivos y 4.380 bombas, atribuidos a Montoneros y al ERP, son considerados bajo el criterio leninista como un terrorismo necesario para instaurar el socialismo. Por el contrario, existió un "terrorismo malo", el ejercido por las Fuerzas Armadas, principalmente por haber impedido la mencionada instauración, y no tanto por las vidas que eliminó, por cuanto es de cierta ingenuidad suponer que a los marxistas-leninistas les interese la integridad de las vidas individuales, aun cuando sean de su propio bando. Quienes aplauden y admiran a asesinos en gran escala, como Mao y Stalin, o a otros de menor escala, como los hermanos Castro y el Che Guevara, no parece cierto que les afecte de alguna manera las muertes ajenas.
En cierta ocasión, Stalin le comenta a Churchill que la matanza de millones de campesinos ucranianos fue algo "necesario". La cifra estimada por Stalin era de unos 10 millones de individuos, aunque posteriormente se habló de "solamente" 6 o 7 millones. Actualmente es frecuente justificar, entre los socialistas, las atrocidades de Mao y de Stalin, aduciendo la necesidad de tales genocidios como etapa previa a la instauración del socialismo. De ahí que tales líderes aun reciben un agradecimiento póstumo por haber cumplido el sueño de muchos, tal el de observar el avance socialista por el mundo.
Las palabras de Aldous Huxley reflejan la perversa prioridad de beneficios materiales o personales por sobre la vida de millones de vidas inocentes: “Varios millones de paisanos fueron muertos de hambre deliberadamente en 1933 por los encargados de proyectar los planes de los Soviets. La inhumanidad acarrea el resentimiento; el resentimiento se mantiene bloqueado por la fuerza. Como siempre, el principal resultado de la violencia es la necesidad de emplear mayor violencia. Tal es pues el planteamiento de los Soviets; está bien intencionado, pero emplea medios inicuos que están produciendo resultados totalmente distintos de los que se propusieron los primeros autores de la revolución” (De “El fin y los medios” de Aldous Huxley–Editorial Hermes–Buenos Aires 1955).
Puede decirse que los buenos medios conducen a buenos fines, y que los malos medios conducen a fines malos, en oposición a lo mencionado por Huxley, como pudo comprobarse en todo país en donde se implantó alguna forma de socialismo.
A lo largo de la historia ocurren situaciones en las que interviene ocasionalmente el altruismo de los mártires, que dan voluntariamente sus propias vidas en beneficio de vidas ajenas. Mientras que Cristo acepta su muerte en la cruz, para beneficiar a toda la humanidad, los marxistas suponen que asesinando a miles o millones, en contra de la voluntad de sus "mártires" designados, incluso liquidando clases sociales enteras, se habrá logrado beneficiar a muchas más personas en el futuro. Albert Camus escribió: "Marx podía justificar, como lo hizo, la guerra de 1870, pues era la guerra del fusil Chassepot y además estaba localizada. En las perspectivas del marxismo, cien mil muertos no son nada, en efecto, si constituyen el precio de la felicidad de centenas de millones de hombres".
"Pero la muerte cierta de centenas de millones para lograr la presunta felicidad de los que queden, es un precio demasiado caro. El progreso veriginoso de los armamentos, hecho histórico ignorado por Marx, obliga a plantear de un modo distinto el problema de los medios y el fin" (De "Moral y política"-Editorial Losada SA-Buenos Aires 1978).
Durante el desembarco de los aliados en Normandía, en la Segunda Guerra Mundial, se advirtió que las defensas alemanas podían estar atrincheradas en un pueblo costero en Francia. De ahí que un militar inglés consideró conveniente bombardear el pueblo aun con la consigueinte pérdida de vidas inocentes, o no militares. Posteriormente se supo que los alemanes estaban en posiciones alejadas del pueblo, muriendo unos 2.000 civiles. Lo sorprendente del caso es que algunas organizaciones de la resistencia francesa aceptaron la posibilidad del bombardeo masivo, aduciendo que en la guerra era inevitable la muerte de inocentes.
También quienes decidieron arrojar bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki razonaron que, de no rendirse Japón y de continuar la guerra tradicional, morirían millones de soldados norteamericanos y japoneses. Por ello, encontraron un justificativo razonable para tan mostruoso suceso.
Como los socialistas creen en la posibilidad del paraíso en la Tierra, a pesar de los reiterados fracasos, justifican todo tipo de matanzas masivas considerando la felicidad de los que quedarán vivos. Algo absurdo, pero, posiblemente, sea la única manera de entender el permanente apoyo y reivindicaciones de terroristas como Montoneros y ERP, sin reconocer jamás la muerte de gente inocente a quienes consideran casi como insectos no merecedores de recibir alguna forma de recordación o una simple placa de bronce que les rinda un pequeño homenaje. Lamentablemente, el último 24 de marzo (Día de La Memoria) mostró que todavía la adhesión al terrorismo marxista sigue siendo bastante importante.
En cierta ocasión, Stalin le comenta a Churchill que la matanza de millones de campesinos ucranianos fue algo "necesario". La cifra estimada por Stalin era de unos 10 millones de individuos, aunque posteriormente se habló de "solamente" 6 o 7 millones. Actualmente es frecuente justificar, entre los socialistas, las atrocidades de Mao y de Stalin, aduciendo la necesidad de tales genocidios como etapa previa a la instauración del socialismo. De ahí que tales líderes aun reciben un agradecimiento póstumo por haber cumplido el sueño de muchos, tal el de observar el avance socialista por el mundo.
Las palabras de Aldous Huxley reflejan la perversa prioridad de beneficios materiales o personales por sobre la vida de millones de vidas inocentes: “Varios millones de paisanos fueron muertos de hambre deliberadamente en 1933 por los encargados de proyectar los planes de los Soviets. La inhumanidad acarrea el resentimiento; el resentimiento se mantiene bloqueado por la fuerza. Como siempre, el principal resultado de la violencia es la necesidad de emplear mayor violencia. Tal es pues el planteamiento de los Soviets; está bien intencionado, pero emplea medios inicuos que están produciendo resultados totalmente distintos de los que se propusieron los primeros autores de la revolución” (De “El fin y los medios” de Aldous Huxley–Editorial Hermes–Buenos Aires 1955).
Puede decirse que los buenos medios conducen a buenos fines, y que los malos medios conducen a fines malos, en oposición a lo mencionado por Huxley, como pudo comprobarse en todo país en donde se implantó alguna forma de socialismo.
A lo largo de la historia ocurren situaciones en las que interviene ocasionalmente el altruismo de los mártires, que dan voluntariamente sus propias vidas en beneficio de vidas ajenas. Mientras que Cristo acepta su muerte en la cruz, para beneficiar a toda la humanidad, los marxistas suponen que asesinando a miles o millones, en contra de la voluntad de sus "mártires" designados, incluso liquidando clases sociales enteras, se habrá logrado beneficiar a muchas más personas en el futuro. Albert Camus escribió: "Marx podía justificar, como lo hizo, la guerra de 1870, pues era la guerra del fusil Chassepot y además estaba localizada. En las perspectivas del marxismo, cien mil muertos no son nada, en efecto, si constituyen el precio de la felicidad de centenas de millones de hombres".
"Pero la muerte cierta de centenas de millones para lograr la presunta felicidad de los que queden, es un precio demasiado caro. El progreso veriginoso de los armamentos, hecho histórico ignorado por Marx, obliga a plantear de un modo distinto el problema de los medios y el fin" (De "Moral y política"-Editorial Losada SA-Buenos Aires 1978).
Durante el desembarco de los aliados en Normandía, en la Segunda Guerra Mundial, se advirtió que las defensas alemanas podían estar atrincheradas en un pueblo costero en Francia. De ahí que un militar inglés consideró conveniente bombardear el pueblo aun con la consigueinte pérdida de vidas inocentes, o no militares. Posteriormente se supo que los alemanes estaban en posiciones alejadas del pueblo, muriendo unos 2.000 civiles. Lo sorprendente del caso es que algunas organizaciones de la resistencia francesa aceptaron la posibilidad del bombardeo masivo, aduciendo que en la guerra era inevitable la muerte de inocentes.
También quienes decidieron arrojar bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki razonaron que, de no rendirse Japón y de continuar la guerra tradicional, morirían millones de soldados norteamericanos y japoneses. Por ello, encontraron un justificativo razonable para tan mostruoso suceso.
Como los socialistas creen en la posibilidad del paraíso en la Tierra, a pesar de los reiterados fracasos, justifican todo tipo de matanzas masivas considerando la felicidad de los que quedarán vivos. Algo absurdo, pero, posiblemente, sea la única manera de entender el permanente apoyo y reivindicaciones de terroristas como Montoneros y ERP, sin reconocer jamás la muerte de gente inocente a quienes consideran casi como insectos no merecedores de recibir alguna forma de recordación o una simple placa de bronce que les rinda un pequeño homenaje. Lamentablemente, el último 24 de marzo (Día de La Memoria) mostró que todavía la adhesión al terrorismo marxista sigue siendo bastante importante.
domingo, 24 de marzo de 2024
Por la Memoria Completa
Publicación del Diario La Prensa
Por el 24 de marzo, el Gobierno difundió un video por "la Memoria, la Verdad y la Justicia completa"
En el marco del 24 de marzo, a 48 años de la última dictadura cívico-militar, el gobierno de Javier Milei compartió un video denominado por "la Memoria, la Verdad y la Justicia completa".
Con las voces del Juan Bautista "Tata" Yofre, Luis Labraña y la hija del ex capitán Humberto Viola, la administración libertaria priorizó darle voz a las víctimas de agrupaciones armadas que cuestionan la cifra de 30.000 desaparecidos, califican de "guerra" lo sucedido 1976 hasta 1983, piden indemnizaciones para las víctimas de terrorismo y cuestionan con dureza al gobierno de Néstor y Cristina Kirchner.
Con una cita del escritor Milán Kundera, de su obra El libro de la risa y el olvido, el video inicia planteando que "para liquidar a las naciones lo primero que se hace es quitarles la memoria".
La voz en off que lee la cita es la de Juan Bautista "Tata" Yofre, quien amplía: "Se destruyen sus libros, su cultura, su historia y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia. Entonces la nación comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que ha sido. Y el mundo circundante lo olvida aún mucho antes".
En otro pasaje de su participación, Yofre denunció que los sucesos se contaron de manera incompleta por razones monetarias. "El secretario de Derechos Humanos era Eduardo Luis Duhalde, junto con su socio en el estudio Rodolfo Ortega Peña, eran los abogados del ERP. Se hizo por plata, porque hubo un reconocimiento a quienes habían destrozado la Argentina, o iban a destrozar la Argentina, y se quedaron con mucho dinero. Cifras enormes, de aquel entonces y de hoy, 200 mil dólares para cada uno", rememoró.
"La otra razón es que, ¿cómo van a condenar con el terrorismo si el terrorismo estaba en el gobierno de (Néstor) Kirchner; hay que acordarse que fue el presidente que terminó con todo, con el indulto del presidente (Carlos) Menem, con el Punto Final y la Obediencia Debida, que había aceptado Raúl Alfonsín años antes. Estaban en el poder. No solamente sus guerrilleros, los terroristas que habían tomado las armas en aquel entonces, sino también sus ideólogos", completó.
María Fernanda Viola, hija de Humberto Viola, cuenta además detalles del asesinato de su padre en manos de un ataque del Ejército Revolucionario del Pueblo el 1 de diciembre de 1974 en San Miguel de Tucumán.
"Hablan mucho de los derechos humanos, pero pienso dónde están los derechos humanos de mi hermana. Eso pienso y me da bronca", se pregunta Viola, y cuestiona que sólo se contó una parte de la historia. En la misma línea, sostuvo que si se cuentan los sucesos con "un ojo tapado" no es historia, planteó que de sus perspectiva "ha sido una guerra donde ha caído gente inocente de ambos lados".
Por eso, pidió que se elabore un listado de víctimas del terrorismo hasta alcanzar la "memoria, la verdad y la justicia". "Mientras estaban los Kirchner se habían prohibido hasta los actos que se hacían en el cementerio en homenaje a mi papá. Tengo la esperanza de que se haga justicia; este año van a hacer 50 años desde que mataron a mi papá", recordó María Fernanda Viola.
Por su parte, el ex guerrillero de Montoneros Luis Labraña cuestiona además los métodos de las organizaciones que combatían a la dictadura al plantear: "¿Qué hombre puede ser revolucionario o humano poniendo una bomba vietnamita en el centro de la ciudad? ¿Qué es lo que sucedió? ¿Por qué nos construimos en monstruos?".
"Después aparecieron los militares, también se construyeron en monstruos, pero es que la guerra generaba monstruos. No es que los militares fueran malos o nosotros fuéramos malos, nos convertimos en monstruos. No fueron dos demonios, fueron dos ángeles caídos porque desde ambos lados peleamos por la libertad, por la patria", completó reflotando así los conceptos de la conocida teoría de los dos demonios.
Asimismo, subrayó que los desaparecidos "fueron un negocio", y se adjudicó haber "inventado" el número de 30.000 desaparecidos, y argumenta que los ataques de las agrupaciones armadas fueron influidos por los Unión Soviética y por (Juan Domingo) Perón.
(De www.laprensa.com.ar)
Por el 24 de marzo, el Gobierno difundió un video por "la Memoria, la Verdad y la Justicia completa"
En el marco del 24 de marzo, a 48 años de la última dictadura cívico-militar, el gobierno de Javier Milei compartió un video denominado por "la Memoria, la Verdad y la Justicia completa".
Con las voces del Juan Bautista "Tata" Yofre, Luis Labraña y la hija del ex capitán Humberto Viola, la administración libertaria priorizó darle voz a las víctimas de agrupaciones armadas que cuestionan la cifra de 30.000 desaparecidos, califican de "guerra" lo sucedido 1976 hasta 1983, piden indemnizaciones para las víctimas de terrorismo y cuestionan con dureza al gobierno de Néstor y Cristina Kirchner.
Con una cita del escritor Milán Kundera, de su obra El libro de la risa y el olvido, el video inicia planteando que "para liquidar a las naciones lo primero que se hace es quitarles la memoria".
La voz en off que lee la cita es la de Juan Bautista "Tata" Yofre, quien amplía: "Se destruyen sus libros, su cultura, su historia y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia. Entonces la nación comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que ha sido. Y el mundo circundante lo olvida aún mucho antes".
En otro pasaje de su participación, Yofre denunció que los sucesos se contaron de manera incompleta por razones monetarias. "El secretario de Derechos Humanos era Eduardo Luis Duhalde, junto con su socio en el estudio Rodolfo Ortega Peña, eran los abogados del ERP. Se hizo por plata, porque hubo un reconocimiento a quienes habían destrozado la Argentina, o iban a destrozar la Argentina, y se quedaron con mucho dinero. Cifras enormes, de aquel entonces y de hoy, 200 mil dólares para cada uno", rememoró.
"La otra razón es que, ¿cómo van a condenar con el terrorismo si el terrorismo estaba en el gobierno de (Néstor) Kirchner; hay que acordarse que fue el presidente que terminó con todo, con el indulto del presidente (Carlos) Menem, con el Punto Final y la Obediencia Debida, que había aceptado Raúl Alfonsín años antes. Estaban en el poder. No solamente sus guerrilleros, los terroristas que habían tomado las armas en aquel entonces, sino también sus ideólogos", completó.
María Fernanda Viola, hija de Humberto Viola, cuenta además detalles del asesinato de su padre en manos de un ataque del Ejército Revolucionario del Pueblo el 1 de diciembre de 1974 en San Miguel de Tucumán.
"Hablan mucho de los derechos humanos, pero pienso dónde están los derechos humanos de mi hermana. Eso pienso y me da bronca", se pregunta Viola, y cuestiona que sólo se contó una parte de la historia. En la misma línea, sostuvo que si se cuentan los sucesos con "un ojo tapado" no es historia, planteó que de sus perspectiva "ha sido una guerra donde ha caído gente inocente de ambos lados".
Por eso, pidió que se elabore un listado de víctimas del terrorismo hasta alcanzar la "memoria, la verdad y la justicia". "Mientras estaban los Kirchner se habían prohibido hasta los actos que se hacían en el cementerio en homenaje a mi papá. Tengo la esperanza de que se haga justicia; este año van a hacer 50 años desde que mataron a mi papá", recordó María Fernanda Viola.
Por su parte, el ex guerrillero de Montoneros Luis Labraña cuestiona además los métodos de las organizaciones que combatían a la dictadura al plantear: "¿Qué hombre puede ser revolucionario o humano poniendo una bomba vietnamita en el centro de la ciudad? ¿Qué es lo que sucedió? ¿Por qué nos construimos en monstruos?".
"Después aparecieron los militares, también se construyeron en monstruos, pero es que la guerra generaba monstruos. No es que los militares fueran malos o nosotros fuéramos malos, nos convertimos en monstruos. No fueron dos demonios, fueron dos ángeles caídos porque desde ambos lados peleamos por la libertad, por la patria", completó reflotando así los conceptos de la conocida teoría de los dos demonios.
Asimismo, subrayó que los desaparecidos "fueron un negocio", y se adjudicó haber "inventado" el número de 30.000 desaparecidos, y argumenta que los ataques de las agrupaciones armadas fueron influidos por los Unión Soviética y por (Juan Domingo) Perón.
(De www.laprensa.com.ar)
viernes, 22 de marzo de 2024
Copérnico, el canónigo tímido
Mientras que Galileo Galilei discutía con eclesiásticos y aristotélicos, promoviendo y fundamentando experimentalmente la validez del sistema heliocéntrico copernicano, Nicolás Copérnico había guardado su libro sin editar por algunas decenas de años. No temía la posible censura de la Iglesia sino el ridículo ante la incomprensión de la sociedad. Arthur Koestler escribió: “Todas las pruebas indican que no era el martirio lo que temía sino el ridículo, porque se sentía desgarrado por las dudas respecto a su sistema, pues sabía que no podía ni probarlo a los ignorantes ni defenderlo contra las críticas de los expertos. De ahí la huída hacia el secreto pitagórico y la entrega a regañadientes, poco a poco, de su sistema al público” (De “Los sonámbulos” (I)-Salvat Editores SA-Barcelona 1986).
Entre los impedimentos que presentaba el sistema planetario solar con el Sol en el centro y los planetas girando a su alrededor, aparece el posible desplazamiento de la Tierra a un lugar secundario, considerada hasta el momento como el centro del universo porque allí había nacido el Hijo de Dios. Además, en el Antiguo Testamento se leía que Josué ordenó al Sol que se detuviera, de ahí que ello implicaba que el Sol se movía.
Si la Tierra se movía junto a la Luna, suponían que “la iba a perder por el camino”. Sin embargo, Galileo, el primer observador del cielo con telescopio, observó que Júpiter se movía junto a sus cuatro satélites naturales “sin perderlos por el camino”, afianzando la posible veracidad del sistema copernicano.
Pero lo que más costaba aceptar es el movimiento de la Tierra, ante la evidencia cotidiana de que está quieta. El dilema se aclaró posteriormente al advertirse que existe una total equivalencia entre el estado de reposo que es indistinguible del movimiento exento de aceleración. Como la Tierra se mueve en una órbita muy extensa, cada tramo es casi una línea recta, por lo cual se establece la equivalencia mencionada.
Copérnico fue quizás el primero en advertir un principio ligado a la inercia, que fue advertido luego por Galileo y Newton. También está vinculado al principio de relatividad al sostener Einstein que las forma matemática de las leyes de la física debería ser la misma para el movimiento rectilíneo uniforme que para el reposo, extrayendo importantes conclusiones.
Al morir su padre, cuando Copérnico tenía diez años, queda bajo la protección de un tío materno eclesiástico, que lo hace entrar en las filas de la Iglesia. Estudia Derecho canónico y también medicina, pasando sus últimos treinta años en una torre que le permitía observar las estrellas. Sin embargo, su teoría la establece en base a observaciones de astrónomos experimentales, por lo que Copérnico puede considerarse como un astrónomo teórico. Koestler escribió: “La designación de Nicolás como médico de la casa no era simplemente un pretexto oficial. Aunque nunca obtuvo el título de médico, había estudiado medicina –disciplina conveniente en aquellos tiempos para un clérigo distinguido- en la renombrada Universidad de Padua”.
“Desde los veintidós hasta los treinta y dos años, el joven canónigo estudió en la Universidad de Bolonia y en la de Padua; añadido esto a sus cuatro años en Cracovia, hace un total de catorce años pasados en distintas universidades. Según el ideal del Renacimiento de l’uomo universale, estudió un poco de todo: filosofía y leyes, matemáticas y medicina, astronomía y griego. Se graduó de doctor en Derecho Canónico en Ferrara, en 1503, a la edad de treinta años. Aparte de pagar su matricula y graduarse, no dejó el menor rastro, ni de distinción ni de escándalo, en los registros de las distintas universidades”.
“Otra cuestión muy discutida estribaba en por qué, tras completar sus estudios en Derecho Canónico en la mundialmente famosa Universidad de Padua, Copérnico eligió graduarse en la pequeña e insignificante Universidad de Ferrara, donde nunca había estudiado. No se resolvió este enigma hasta finales del siglo pasado, cuando un erudito italiano descubrió que allá por el año 1500, los grados podían conseguirse en Ferrara no sólo más fácilmente, sino a mucho menor precio. Se esperaba que un recién proclamado doctor en Bolonia o Padua ofreciera una fiesta para celebrar el acontecimiento; al escapar de sus profesores y compañeros a la oscura Ferrara, el canónigo Nicolás, siguiendo el precedente de otros miembros de la natio Germanorum, eludió con éxito las cargas de la hospitalidad”.
La visión que la humanidad tenía del universo, desde varios siglos atrás, cambia abruptamente, ya que el sistema geocéntrico (la Tierra al centro) era también un “sistema egocéntrico”. Los distintos conflictos que se sucedieron entre científicos y religiosos se debieron esencialmente a que la religión bíblica es una cuestión de ética, por lo cual no debiera entrometerse en cuestiones ajenas a ese ámbito. Galileo dijo que: “La Biblia nos indica como ir al Cielo y no de qué está hecho el Cielo”.
Entre los impedimentos que presentaba el sistema planetario solar con el Sol en el centro y los planetas girando a su alrededor, aparece el posible desplazamiento de la Tierra a un lugar secundario, considerada hasta el momento como el centro del universo porque allí había nacido el Hijo de Dios. Además, en el Antiguo Testamento se leía que Josué ordenó al Sol que se detuviera, de ahí que ello implicaba que el Sol se movía.
Si la Tierra se movía junto a la Luna, suponían que “la iba a perder por el camino”. Sin embargo, Galileo, el primer observador del cielo con telescopio, observó que Júpiter se movía junto a sus cuatro satélites naturales “sin perderlos por el camino”, afianzando la posible veracidad del sistema copernicano.
Pero lo que más costaba aceptar es el movimiento de la Tierra, ante la evidencia cotidiana de que está quieta. El dilema se aclaró posteriormente al advertirse que existe una total equivalencia entre el estado de reposo que es indistinguible del movimiento exento de aceleración. Como la Tierra se mueve en una órbita muy extensa, cada tramo es casi una línea recta, por lo cual se establece la equivalencia mencionada.
Copérnico fue quizás el primero en advertir un principio ligado a la inercia, que fue advertido luego por Galileo y Newton. También está vinculado al principio de relatividad al sostener Einstein que las forma matemática de las leyes de la física debería ser la misma para el movimiento rectilíneo uniforme que para el reposo, extrayendo importantes conclusiones.
Al morir su padre, cuando Copérnico tenía diez años, queda bajo la protección de un tío materno eclesiástico, que lo hace entrar en las filas de la Iglesia. Estudia Derecho canónico y también medicina, pasando sus últimos treinta años en una torre que le permitía observar las estrellas. Sin embargo, su teoría la establece en base a observaciones de astrónomos experimentales, por lo que Copérnico puede considerarse como un astrónomo teórico. Koestler escribió: “La designación de Nicolás como médico de la casa no era simplemente un pretexto oficial. Aunque nunca obtuvo el título de médico, había estudiado medicina –disciplina conveniente en aquellos tiempos para un clérigo distinguido- en la renombrada Universidad de Padua”.
“Desde los veintidós hasta los treinta y dos años, el joven canónigo estudió en la Universidad de Bolonia y en la de Padua; añadido esto a sus cuatro años en Cracovia, hace un total de catorce años pasados en distintas universidades. Según el ideal del Renacimiento de l’uomo universale, estudió un poco de todo: filosofía y leyes, matemáticas y medicina, astronomía y griego. Se graduó de doctor en Derecho Canónico en Ferrara, en 1503, a la edad de treinta años. Aparte de pagar su matricula y graduarse, no dejó el menor rastro, ni de distinción ni de escándalo, en los registros de las distintas universidades”.
“Otra cuestión muy discutida estribaba en por qué, tras completar sus estudios en Derecho Canónico en la mundialmente famosa Universidad de Padua, Copérnico eligió graduarse en la pequeña e insignificante Universidad de Ferrara, donde nunca había estudiado. No se resolvió este enigma hasta finales del siglo pasado, cuando un erudito italiano descubrió que allá por el año 1500, los grados podían conseguirse en Ferrara no sólo más fácilmente, sino a mucho menor precio. Se esperaba que un recién proclamado doctor en Bolonia o Padua ofreciera una fiesta para celebrar el acontecimiento; al escapar de sus profesores y compañeros a la oscura Ferrara, el canónigo Nicolás, siguiendo el precedente de otros miembros de la natio Germanorum, eludió con éxito las cargas de la hospitalidad”.
La visión que la humanidad tenía del universo, desde varios siglos atrás, cambia abruptamente, ya que el sistema geocéntrico (la Tierra al centro) era también un “sistema egocéntrico”. Los distintos conflictos que se sucedieron entre científicos y religiosos se debieron esencialmente a que la religión bíblica es una cuestión de ética, por lo cual no debiera entrometerse en cuestiones ajenas a ese ámbito. Galileo dijo que: “La Biblia nos indica como ir al Cielo y no de qué está hecho el Cielo”.
miércoles, 20 de marzo de 2024
La prédica de la violencia por parte de un Nobel de la Paz
Así como los argentinos nos sentimos orgullosos por los tres Premios Nobel de argentinos que los lograron en Ciencias (Houssay, Leloir, Milstein), algunos nos sentimos avergonzados por Adolfo Perez Esquivel, Premio Nobel de la Paz.
En épocas en que los marxistas produjeron, en los años 70, 1.094 asesinatos, 2.368 heridos, 756 secuestros extorsivos y 4.380 bombas, luego de una exitosa campaña ideológica destinada a esos fines, el mencionado personaje sólo se dedicó a criticar la represión estatal. Hubiera sido mejor que mostrara algo de hipocresía en lugar de un ostentoso cinismo materializado en un absoluto silencio ante el terrorismo cubano-soviético.
Posteriormente, siguiendo con su tácito apoyo a la violencia, criticó a Juan Carlos Blumberg, quien realizaba una campaña para favorecer la seguridad y los derechos humanos elementales de toda la población. Tales críticas las realizaba porque Blumberg pedía, entre otras cosas, bajar la edad de imputabilidad de los menores que delinquen. Recordemos que Blumberg es el padre de un joven asesinado luego de un secuestro extorsivo.
Ante la peligrosidad manifiesta de muchos menores, sería adecuado separarlos de la sociedad buscando algún tipo de mejora y de adaptación social. De lo contrario, implica que varios argentinos habremos sido condenados a muerte sin que sepamos sobre quienes recaerá esa condena. Tampoco, de esa forma, se logrará insertar al menor en la sociedad.
Perez Esquivel aduce que los menores delinquen porque “han sido marginados de la sociedad”, es decir, se supone que han sido marginados de la sociedad por personas como Blumberg y no como el propio Perez Esquivel. Culpa a los demás, tanto como al empresario Blumberg, que es de los que dan trabajo a varias personas, mientras que los que no dan trabajo a nadie estarían libres de culpa en tal proceso de marginación.
Con sus discursos, Pérez Esquivel les brinda un mensaje exaltador de la violencia a los marginados, no tanto por el tono o por las palabras, sino por los efectos que han de producir. Les hace ver que su marginación y su infelicidad están producidas por gente como Blumberg. La violencia social está estimulada por este personaje que hace ver que el Premio Nobel le queda demasiado grande, o que este Premio no es tan grande como imaginamos que debería ser.
En otras épocas, los marxistas usaban a jóvenes inexpertos, fáciles de convencer, como vehículos para la violencia social, ahora utilizan la propia violencia urbana tratando de encauzarla contra la clase empresarial o contra la clase productiva en general. De todas formas, nadie está seguro ante la violencia urbana, algo que a los marxistas poco les importa.
Es posible que el que trabaja y produce, con el tiempo, llegue a tener una aceptable posición económica. Tendrá medios económicos suficientes y creará, de esa forma, cierta “desigualdad social”. Luego se lo culpará por marginar a los que menos tienen. ¿Qué debería hacer entonces esa persona para satisfacer a los marxistas como Perez Esquivel? Si trabajar es malo, si dar trabajo es malo, ¿entonces convendría no trabajar y ser un marginado?. Luego, siendo marginado, ¿debería descargar su violencia ante los sectores productivos de la sociedad (siguiendo los consejos del Premio Nobel de la Paz)?. Todo parece ser que la violencia es lo que busca este siniestro personaje.
El Nobel de la Paz parece ser un personaje que distingue entre el "terrorismo bueno" y el "terrorismo malo", dependiendo de quien lo realiza para promover el socialismo y quien para evitarlo. Gustavo D. Perednik escribió: “Adolfo Pérez Esquivel encabezó una solicitada del 21 de septiembre de 2001, fecha en la que correspondía solidarizarse con el pueblo norteamericano, que había sido objeto de una feroz agresión. Por el contrario, la mentada solicitada explicaba que la respuesta a «un ataque demencial no puede ser el terrorismo de Estado contra los pueblos». Es decir, que si EEUU lanzaba una operación contra Afganistán, en donde se refugiaba Bin Laden, sería ipso facto terrorista. En cuanto a Bin Laden, bueno, fue sólo «demencial». El mismísimo adjetivo pareciera condonar el crimen. Habrá que pedir que Osama sea internado en un psiquiátrico, pero a Bush hay que castigarlo por cómo iba a responder” (De “Matar sin que se note”-Grupo Editorial Planeta SAIC-Buenos Aires 2009).
En épocas en que los marxistas produjeron, en los años 70, 1.094 asesinatos, 2.368 heridos, 756 secuestros extorsivos y 4.380 bombas, luego de una exitosa campaña ideológica destinada a esos fines, el mencionado personaje sólo se dedicó a criticar la represión estatal. Hubiera sido mejor que mostrara algo de hipocresía en lugar de un ostentoso cinismo materializado en un absoluto silencio ante el terrorismo cubano-soviético.
Posteriormente, siguiendo con su tácito apoyo a la violencia, criticó a Juan Carlos Blumberg, quien realizaba una campaña para favorecer la seguridad y los derechos humanos elementales de toda la población. Tales críticas las realizaba porque Blumberg pedía, entre otras cosas, bajar la edad de imputabilidad de los menores que delinquen. Recordemos que Blumberg es el padre de un joven asesinado luego de un secuestro extorsivo.
Ante la peligrosidad manifiesta de muchos menores, sería adecuado separarlos de la sociedad buscando algún tipo de mejora y de adaptación social. De lo contrario, implica que varios argentinos habremos sido condenados a muerte sin que sepamos sobre quienes recaerá esa condena. Tampoco, de esa forma, se logrará insertar al menor en la sociedad.
Perez Esquivel aduce que los menores delinquen porque “han sido marginados de la sociedad”, es decir, se supone que han sido marginados de la sociedad por personas como Blumberg y no como el propio Perez Esquivel. Culpa a los demás, tanto como al empresario Blumberg, que es de los que dan trabajo a varias personas, mientras que los que no dan trabajo a nadie estarían libres de culpa en tal proceso de marginación.
Con sus discursos, Pérez Esquivel les brinda un mensaje exaltador de la violencia a los marginados, no tanto por el tono o por las palabras, sino por los efectos que han de producir. Les hace ver que su marginación y su infelicidad están producidas por gente como Blumberg. La violencia social está estimulada por este personaje que hace ver que el Premio Nobel le queda demasiado grande, o que este Premio no es tan grande como imaginamos que debería ser.
En otras épocas, los marxistas usaban a jóvenes inexpertos, fáciles de convencer, como vehículos para la violencia social, ahora utilizan la propia violencia urbana tratando de encauzarla contra la clase empresarial o contra la clase productiva en general. De todas formas, nadie está seguro ante la violencia urbana, algo que a los marxistas poco les importa.
Es posible que el que trabaja y produce, con el tiempo, llegue a tener una aceptable posición económica. Tendrá medios económicos suficientes y creará, de esa forma, cierta “desigualdad social”. Luego se lo culpará por marginar a los que menos tienen. ¿Qué debería hacer entonces esa persona para satisfacer a los marxistas como Perez Esquivel? Si trabajar es malo, si dar trabajo es malo, ¿entonces convendría no trabajar y ser un marginado?. Luego, siendo marginado, ¿debería descargar su violencia ante los sectores productivos de la sociedad (siguiendo los consejos del Premio Nobel de la Paz)?. Todo parece ser que la violencia es lo que busca este siniestro personaje.
El Nobel de la Paz parece ser un personaje que distingue entre el "terrorismo bueno" y el "terrorismo malo", dependiendo de quien lo realiza para promover el socialismo y quien para evitarlo. Gustavo D. Perednik escribió: “Adolfo Pérez Esquivel encabezó una solicitada del 21 de septiembre de 2001, fecha en la que correspondía solidarizarse con el pueblo norteamericano, que había sido objeto de una feroz agresión. Por el contrario, la mentada solicitada explicaba que la respuesta a «un ataque demencial no puede ser el terrorismo de Estado contra los pueblos». Es decir, que si EEUU lanzaba una operación contra Afganistán, en donde se refugiaba Bin Laden, sería ipso facto terrorista. En cuanto a Bin Laden, bueno, fue sólo «demencial». El mismísimo adjetivo pareciera condonar el crimen. Habrá que pedir que Osama sea internado en un psiquiátrico, pero a Bush hay que castigarlo por cómo iba a responder” (De “Matar sin que se note”-Grupo Editorial Planeta SAIC-Buenos Aires 2009).
Empresaurios (buscadores de rentas) vs. Empresarios (apasionados por crear)
Por Antonio I. Margariti
Buscadores de renta y la pasión por crear
Dos son los modelos posibles de empresarios: los cortesanos que buscan el beneficio fácil e inmediato, por un lado, y quienes encuentran placer en el trabajo creador, por el otro.
En su reciente visita a Brasil [escrito en 2008], la presidente Cristina de Kirchner recibió un baño de luz que le provocó un cierto deslumbramiento. El proceso comenzó cuando presenciaba el vibrante desfile de las fuerzas armadas brasileñas, como aquellos desfiles que su cónyuge y ella misma han proscrito en Argentina por calculado resentimiento antimilitar. Luego tuvo otro descubrimiento: la reunión con un calificado conjunto de hombres de negocios, donde espontáneamente le surgieron palabras de admiración: ¡Siento envidia por los empresarios brasileños!
Claro, la presidente Cristina nunca había tenido la oportunidad de conocer empresarios de verdad. Siempre estuvo rodeada por ejecutivos genuflexos y dispuestos a aplaudir cualquier discurso, ya sea para repudiar la deuda como para adelantar su pago al contado inmediato.
Los empresarios que surgieron al lado de la pareja presidencial, esos que se designan como la nueva burguesía nacional, se parecen a los vivos ejecutivos inmortalizados por la canción de María Elena Walsh.
Pero estos brasileños eran otra cosa. Parecían hombres de carácter, seres de gran energía, no dispuestos a doblar la cerviz por un plato de lentejas, capaces de organizar formidables empresas, habituados a mandar y dirigir sociedades que van a perdurar por varias generaciones.
En cambio la corte de adulones que rodean a la presidente, son otra clase de personajes. Son aquellos que tratan de salir en las fotos del salón blanco de la Casa Rosada, aquellos que cierran la boca para no incomodar a los que mandan, aquellos que formulan declaraciones para halagar a los de arriba. Estos eran los únicos empresarios que conocía la presidente. Por eso los líderes brasileños le produjeron una inusitada impresión.
La señora Cristina empezó a descubrir que existe una clara diferencia. Por un lado, los buscadores de rentas y por otro lado, los que tienen la pasión por crear.
Buscadores de rentas
Los buscadores de renta o rent-seeking son aquellos empresarios cortesanos, perfectamente descriptos por el profesor Gordon Tullock a quienes no les interesa para nada organizar una empresa, ni su progreso y mucho menos contar con un grupo de colaboradores para emprender la tarea común de crear bienes de calidad, capaces de satisfacer las necesidades humanas.
Sólo les preocupa la renta que puedan obtener, ya sea explotando la empresa o desguazándola hasta exprimir el último centavo. Finalmente se desprenden de ella. Para lo cual tratan de acercarse a los que detentan el poder e influyen sobre las decisiones políticas para que el gobierno elabore o interprete reglas en su propio beneficio. Los buscadores de rentas siempre aparecen alrededor de los funcionarios con el fin de obtener privilegios, prebendas o beneficios particulares que nunca coinciden con el interés general de los consumidores. Buscan cambiar el entorno de una sana competencia por un mercado político, cautivo de sus intereses. Cuando lo consiguen con ayuda del gobierno se aprovechan de la incapacidad de organización de los consumidores para defender sus intereses.
Por eso se apoderan de empresas estatales sin poner un centavo, o consiguen monopolios para explotar los juegos de azar, o presentan ofertas con sobreprecios en licitaciones amañadas donde sus cómplices les adjudican todas las obras públicas de manera sistemática.
Este proceso desemboca normalmente en una pérdida de bienestar para el conjunto de los consumidores y en una superrenta para los rent-seeking por incremento de precios, exenciones impositivas o subsidios obtenidos a través de impuestos cobrados a los propios consumidores.
Así sus intereses particulares se elevan a la categoría de preferencial agenda política. Estos buscadores de rentas son parásitos que compiten entre sí para ver quién obtiene más a cambio de lo que ofrecen a los funcionarios.
Godon Tullock dice que «con frecuencia, los burócratas son manipulados por otros rent-seekers y que ciertamente no desarrollarían con tanta eficacia tal actividad sin la extensa red de condescendencia de los políticos y la ignorancia racional de muchos electores». Uno de los aspectos en los que más se ha centrado el análisis del comportamiento rent-seeking se refiere a la perdurabilidad del derecho de monopolio o a la restricción de la competencia que consiguen, por medio de la compra de políticos, la financiación de campañas electorales, los apoyos a candidaturas implícitas y los sobornos explícitos.
La pasión por crear
En cambio el otro tipo de empresario, aquél que no es buscador de rentas, está inspirado por una verdadera pasión por crear. Siente el gozo pleno de compartir el trabajo creador con sus colaboradores y se satisface cuando consigue producir objetos bellos, duraderos y útiles a las necesidades de los consumidores.
No existe una caracterización mejor de este tipo de empresarios que la que hiciera hace muchos años quien fuera uno de los grandes economistas liberales italianos: Luigi Einaudi.
Einaudi era un típico piamontés: trabajador incansable, ahorrativo hasta la médula, afable con todo el mundo, inteligente y respetuoso pero al mismo tiempo irónico, pero por sobre todo poseedor de un inagotable sentido común. Fue uno de los mejores tratadistas de Finanzas públicas del mundo. La ciencia financiera le debe aportaciones definitivas en la clasificación de los ingresos del Estado, el concepto de renta imponible, el análisis del impuesto óptimo, la critica al impuesto-tala y la teoría de la amortización de la deuda. Fue presidente de la República Italiana desde 1948 a 1956. Antes había sido ministro de Finanzas del gobierno de Alcides De Gasperi y gobernador del Banco de Italia donde dirigió la audaz reforma monetaria que salvó a Italia de la hiperinflación de la lira. Einaudi apreciaba sobremanera el valor del esfuerzo personal y en ocasión de una visita a la planta de Maranello -que había sido completamente destruida por bombardeos aliados en 1944 y reconstruida en 1946- rindió homenaje a su amigo Enzo Ferrari il commendatore, destacando que era ejemplo del empresario creador y distinguiéndolo del buscador de rentas.
Dijo entonces Luigi Einaudi:
Miles, millones de individuos trabajan, producen y ahorran a pesar de todo aquello que el gobierno inventa para molestarlos, trabarlos y desanimarlos. Esa fuerza interior que los empuja, no es tanto la sed de dinero. Es el gusto, el orgullo de ver prosperar su empresa, aumentar el crédito, inspirar confianza cada vez mayor en los clientes, ampliar su fábrica, mejorar la condición de sus colaboradores y embellecer la sede de los negocios. Todo esto constituye un aliciente de progreso mucho más potente que el espíritu de ganancia.
Si así no fuese, no se explicaría porqué estos emprendedores, en su propia empresa prodigan toda su energía e invierten todo su capital para retirar una renta personal más que modesta y muy inferior a la que podrían obtener segura y cómodamente con emprendimientos especulativos. A ellos los anima la pasión por crear.
La presidente Cristina descubrió que existe esta clase de hombres en los empresarios brasileños. Pero todavía no se ha dado cuenta que ellos también abundan en nuestro país. Sin embargo no los conoce. No tienen acceso al despacho presidencial, y para colmo en su autismo sólo dispone medidas agresivas, acusaciones injustas, regulaciones insensatas, impuestos crecientes, trabas administrativas y obstáculos legales.
El baño de luz recibido en Brasil todavía no se ha repetido en Argentina. A la presidente Cristina le falta descubrir una realidad que olímpicamente ignora.
Antonio I. Margariti es economista y autor del libro Impuestos y pobreza. Un cambio copernicano en el sistema impositivo para que todos podamos vivir dignamente, editado por la Fundación Libertad de Rosario.
(De www.economiaparatodos.com.ar)
Buscadores de renta y la pasión por crear
Dos son los modelos posibles de empresarios: los cortesanos que buscan el beneficio fácil e inmediato, por un lado, y quienes encuentran placer en el trabajo creador, por el otro.
En su reciente visita a Brasil [escrito en 2008], la presidente Cristina de Kirchner recibió un baño de luz que le provocó un cierto deslumbramiento. El proceso comenzó cuando presenciaba el vibrante desfile de las fuerzas armadas brasileñas, como aquellos desfiles que su cónyuge y ella misma han proscrito en Argentina por calculado resentimiento antimilitar. Luego tuvo otro descubrimiento: la reunión con un calificado conjunto de hombres de negocios, donde espontáneamente le surgieron palabras de admiración: ¡Siento envidia por los empresarios brasileños!
Claro, la presidente Cristina nunca había tenido la oportunidad de conocer empresarios de verdad. Siempre estuvo rodeada por ejecutivos genuflexos y dispuestos a aplaudir cualquier discurso, ya sea para repudiar la deuda como para adelantar su pago al contado inmediato.
Los empresarios que surgieron al lado de la pareja presidencial, esos que se designan como la nueva burguesía nacional, se parecen a los vivos ejecutivos inmortalizados por la canción de María Elena Walsh.
Pero estos brasileños eran otra cosa. Parecían hombres de carácter, seres de gran energía, no dispuestos a doblar la cerviz por un plato de lentejas, capaces de organizar formidables empresas, habituados a mandar y dirigir sociedades que van a perdurar por varias generaciones.
En cambio la corte de adulones que rodean a la presidente, son otra clase de personajes. Son aquellos que tratan de salir en las fotos del salón blanco de la Casa Rosada, aquellos que cierran la boca para no incomodar a los que mandan, aquellos que formulan declaraciones para halagar a los de arriba. Estos eran los únicos empresarios que conocía la presidente. Por eso los líderes brasileños le produjeron una inusitada impresión.
La señora Cristina empezó a descubrir que existe una clara diferencia. Por un lado, los buscadores de rentas y por otro lado, los que tienen la pasión por crear.
Buscadores de rentas
Los buscadores de renta o rent-seeking son aquellos empresarios cortesanos, perfectamente descriptos por el profesor Gordon Tullock a quienes no les interesa para nada organizar una empresa, ni su progreso y mucho menos contar con un grupo de colaboradores para emprender la tarea común de crear bienes de calidad, capaces de satisfacer las necesidades humanas.
Sólo les preocupa la renta que puedan obtener, ya sea explotando la empresa o desguazándola hasta exprimir el último centavo. Finalmente se desprenden de ella. Para lo cual tratan de acercarse a los que detentan el poder e influyen sobre las decisiones políticas para que el gobierno elabore o interprete reglas en su propio beneficio. Los buscadores de rentas siempre aparecen alrededor de los funcionarios con el fin de obtener privilegios, prebendas o beneficios particulares que nunca coinciden con el interés general de los consumidores. Buscan cambiar el entorno de una sana competencia por un mercado político, cautivo de sus intereses. Cuando lo consiguen con ayuda del gobierno se aprovechan de la incapacidad de organización de los consumidores para defender sus intereses.
Por eso se apoderan de empresas estatales sin poner un centavo, o consiguen monopolios para explotar los juegos de azar, o presentan ofertas con sobreprecios en licitaciones amañadas donde sus cómplices les adjudican todas las obras públicas de manera sistemática.
Este proceso desemboca normalmente en una pérdida de bienestar para el conjunto de los consumidores y en una superrenta para los rent-seeking por incremento de precios, exenciones impositivas o subsidios obtenidos a través de impuestos cobrados a los propios consumidores.
Así sus intereses particulares se elevan a la categoría de preferencial agenda política. Estos buscadores de rentas son parásitos que compiten entre sí para ver quién obtiene más a cambio de lo que ofrecen a los funcionarios.
Godon Tullock dice que «con frecuencia, los burócratas son manipulados por otros rent-seekers y que ciertamente no desarrollarían con tanta eficacia tal actividad sin la extensa red de condescendencia de los políticos y la ignorancia racional de muchos electores». Uno de los aspectos en los que más se ha centrado el análisis del comportamiento rent-seeking se refiere a la perdurabilidad del derecho de monopolio o a la restricción de la competencia que consiguen, por medio de la compra de políticos, la financiación de campañas electorales, los apoyos a candidaturas implícitas y los sobornos explícitos.
La pasión por crear
En cambio el otro tipo de empresario, aquél que no es buscador de rentas, está inspirado por una verdadera pasión por crear. Siente el gozo pleno de compartir el trabajo creador con sus colaboradores y se satisface cuando consigue producir objetos bellos, duraderos y útiles a las necesidades de los consumidores.
No existe una caracterización mejor de este tipo de empresarios que la que hiciera hace muchos años quien fuera uno de los grandes economistas liberales italianos: Luigi Einaudi.
Einaudi era un típico piamontés: trabajador incansable, ahorrativo hasta la médula, afable con todo el mundo, inteligente y respetuoso pero al mismo tiempo irónico, pero por sobre todo poseedor de un inagotable sentido común. Fue uno de los mejores tratadistas de Finanzas públicas del mundo. La ciencia financiera le debe aportaciones definitivas en la clasificación de los ingresos del Estado, el concepto de renta imponible, el análisis del impuesto óptimo, la critica al impuesto-tala y la teoría de la amortización de la deuda. Fue presidente de la República Italiana desde 1948 a 1956. Antes había sido ministro de Finanzas del gobierno de Alcides De Gasperi y gobernador del Banco de Italia donde dirigió la audaz reforma monetaria que salvó a Italia de la hiperinflación de la lira. Einaudi apreciaba sobremanera el valor del esfuerzo personal y en ocasión de una visita a la planta de Maranello -que había sido completamente destruida por bombardeos aliados en 1944 y reconstruida en 1946- rindió homenaje a su amigo Enzo Ferrari il commendatore, destacando que era ejemplo del empresario creador y distinguiéndolo del buscador de rentas.
Dijo entonces Luigi Einaudi:
Miles, millones de individuos trabajan, producen y ahorran a pesar de todo aquello que el gobierno inventa para molestarlos, trabarlos y desanimarlos. Esa fuerza interior que los empuja, no es tanto la sed de dinero. Es el gusto, el orgullo de ver prosperar su empresa, aumentar el crédito, inspirar confianza cada vez mayor en los clientes, ampliar su fábrica, mejorar la condición de sus colaboradores y embellecer la sede de los negocios. Todo esto constituye un aliciente de progreso mucho más potente que el espíritu de ganancia.
Si así no fuese, no se explicaría porqué estos emprendedores, en su propia empresa prodigan toda su energía e invierten todo su capital para retirar una renta personal más que modesta y muy inferior a la que podrían obtener segura y cómodamente con emprendimientos especulativos. A ellos los anima la pasión por crear.
La presidente Cristina descubrió que existe esta clase de hombres en los empresarios brasileños. Pero todavía no se ha dado cuenta que ellos también abundan en nuestro país. Sin embargo no los conoce. No tienen acceso al despacho presidencial, y para colmo en su autismo sólo dispone medidas agresivas, acusaciones injustas, regulaciones insensatas, impuestos crecientes, trabas administrativas y obstáculos legales.
El baño de luz recibido en Brasil todavía no se ha repetido en Argentina. A la presidente Cristina le falta descubrir una realidad que olímpicamente ignora.
Antonio I. Margariti es economista y autor del libro Impuestos y pobreza. Un cambio copernicano en el sistema impositivo para que todos podamos vivir dignamente, editado por la Fundación Libertad de Rosario.
(De www.economiaparatodos.com.ar)
martes, 19 de marzo de 2024
Ciencia vs. Pseudociencia
Así como el arte decadente tiende a reemplazar al arte genuino, o las mentiras tienden a reemplazar a la verdad, la pseudociencia tiende a reemplazar a la ciencia, especialmente en los sectores sociales poco adeptos al pensamiento y a la búsqueda de la verdad. En cuanto a la ciencia, Albert Einstein escribió: “Algunos hombres se dedican a la ciencia, pero no todos los hacen por amor a la ciencia misma. Hay algunos que entran en su templo porque se les ofrece la oportunidad de desplegar sus talentos particulares. Para esta clase de hombres la ciencia es una especie de deporte en cuya práctica hallan un regocijo, lo mismo que el atleta se regocija con la ejecución de sus proezas musculares".
"Y hay otro tipo de hombres que penetra en el templo para ofrendar su masa cerebral con la esperanza de asegurarse un buen pago. Estos hombres son científicos tan sólo por una circunstancia fortuita que se presentó cuando elegían su carrera. Si las circunstancias hubieran sido diferentes podrían haber sido políticos o magníficos hombres de negocios. Si descendiera un ángel del Señor y expulsara del Templo de la Ciencia a todos aquellos que pertenecen a las categorías mencionadas, temo que el templo aparecería casi vacío. Pocos fieles quedarían, algunos de los viejos tiempos, algunos de nuestros días. Entre estos últimos se hallaría nuestro Planck. He aquí por qué siento tanta estima por él” (Del prólogo de “¿Adónde va la ciencia?” de Max Planck–Editorial Losada SA-Buenos Aires 1960).
También existen quienes utilizan la ciencia en la búsqueda de cierto prestigio personal, ya sea porque saben muy poco o bien porque tienen conocimientos aceptables sobre el tema. Los primeros son, generalmente, los pseudo científicos. Los segundos son los que se oponen a cualquier intento de innovación científica, ya que poco les interesa la verdad y no aceptan que otros puedan descubrirla. Son los que se “negaron a mirar por el telescopio” cuando Galileo se los ofreció, porque la innovación derriba sus creencias particulares. Imitan a los científicos confundiendo la crítica científica con la oposición irracional y destructiva.
Respecto de la pseudo ciencia, Mario Bunge escribió: “¿Qué es lo malo de la pseudo ciencia? No sólo ni precisamente el que sea básicamente falsa, puesto que todas nuestras teorías factuales son, a lo sumo, parcialmente verdaderas. Lo malo de la pseudo ciencia es, en primer lugar, que se niega a fundamentar sus doctrinas y que no puede, además, hacerlo porque rompe totalmente con nuestra herencia científica –cosa que, por cierto, no ocurre en las revoluciones científicas, todas las cuales son parciales, puesto que toda nueva idea tiene que estimarse por medio de otras que no se ponen en discusión en el contexto dado".
"En segundo lugar, que la pseudo ciencia se niega a someter a contraste sus doctrinas mediante la experimentación propiamente dicha; además, la pseudo ciencia es en gran parte incontrastable, porque tiende a interpretar todos los datos de modo que sus tesis queden confirmadas ocurra lo que ocurra; el pseudo científico, igual que el pescador, exagera sus presas y oculta o disculpa todos sus fracasos.”
“En tercer lugar, que la pseudo ciencia carece de mecanismo autocorrector: no puede aprender nada ni de una nueva información empírica (pues se la traga sin digerirla), ni de nuevos descubrimientos científicos (pues los desprecia), ni de la crítica científica (pues la rechaza con indignación). La pseudo ciencia no puede progresar porque se las arregla para interpretar cada fracaso como una confirmación, y cada crítica como si fuera un ataque. Las diferencias de opinión entre sus sectarios, cuando tales diferencias se producen, dan lugar a la fragmentación de la secta, y no a su progreso".
"En cuarto lugar, el objetivo primario de la pseudo ciencia no es establecer, contrastar y corregir sistemas de hipótesis (teorías) que reproduzcan la realidad, sino influir en las cosas y en los seres humanos: como la magia y como la tecnología, la pseudo ciencia tiene un objetivo primariamente práctico, no cognitivo, pero, a diferencia de la magia, se presenta ella misma como ciencia y, a diferencia de la tecnología, no goza del fundamento que da a ésta la ciencia” (De “La Investigación Científica”–Siglo XXI Editores-México 2000).
"Y hay otro tipo de hombres que penetra en el templo para ofrendar su masa cerebral con la esperanza de asegurarse un buen pago. Estos hombres son científicos tan sólo por una circunstancia fortuita que se presentó cuando elegían su carrera. Si las circunstancias hubieran sido diferentes podrían haber sido políticos o magníficos hombres de negocios. Si descendiera un ángel del Señor y expulsara del Templo de la Ciencia a todos aquellos que pertenecen a las categorías mencionadas, temo que el templo aparecería casi vacío. Pocos fieles quedarían, algunos de los viejos tiempos, algunos de nuestros días. Entre estos últimos se hallaría nuestro Planck. He aquí por qué siento tanta estima por él” (Del prólogo de “¿Adónde va la ciencia?” de Max Planck–Editorial Losada SA-Buenos Aires 1960).
También existen quienes utilizan la ciencia en la búsqueda de cierto prestigio personal, ya sea porque saben muy poco o bien porque tienen conocimientos aceptables sobre el tema. Los primeros son, generalmente, los pseudo científicos. Los segundos son los que se oponen a cualquier intento de innovación científica, ya que poco les interesa la verdad y no aceptan que otros puedan descubrirla. Son los que se “negaron a mirar por el telescopio” cuando Galileo se los ofreció, porque la innovación derriba sus creencias particulares. Imitan a los científicos confundiendo la crítica científica con la oposición irracional y destructiva.
Respecto de la pseudo ciencia, Mario Bunge escribió: “¿Qué es lo malo de la pseudo ciencia? No sólo ni precisamente el que sea básicamente falsa, puesto que todas nuestras teorías factuales son, a lo sumo, parcialmente verdaderas. Lo malo de la pseudo ciencia es, en primer lugar, que se niega a fundamentar sus doctrinas y que no puede, además, hacerlo porque rompe totalmente con nuestra herencia científica –cosa que, por cierto, no ocurre en las revoluciones científicas, todas las cuales son parciales, puesto que toda nueva idea tiene que estimarse por medio de otras que no se ponen en discusión en el contexto dado".
"En segundo lugar, que la pseudo ciencia se niega a someter a contraste sus doctrinas mediante la experimentación propiamente dicha; además, la pseudo ciencia es en gran parte incontrastable, porque tiende a interpretar todos los datos de modo que sus tesis queden confirmadas ocurra lo que ocurra; el pseudo científico, igual que el pescador, exagera sus presas y oculta o disculpa todos sus fracasos.”
“En tercer lugar, que la pseudo ciencia carece de mecanismo autocorrector: no puede aprender nada ni de una nueva información empírica (pues se la traga sin digerirla), ni de nuevos descubrimientos científicos (pues los desprecia), ni de la crítica científica (pues la rechaza con indignación). La pseudo ciencia no puede progresar porque se las arregla para interpretar cada fracaso como una confirmación, y cada crítica como si fuera un ataque. Las diferencias de opinión entre sus sectarios, cuando tales diferencias se producen, dan lugar a la fragmentación de la secta, y no a su progreso".
"En cuarto lugar, el objetivo primario de la pseudo ciencia no es establecer, contrastar y corregir sistemas de hipótesis (teorías) que reproduzcan la realidad, sino influir en las cosas y en los seres humanos: como la magia y como la tecnología, la pseudo ciencia tiene un objetivo primariamente práctico, no cognitivo, pero, a diferencia de la magia, se presenta ella misma como ciencia y, a diferencia de la tecnología, no goza del fundamento que da a ésta la ciencia” (De “La Investigación Científica”–Siglo XXI Editores-México 2000).
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