miércoles, 23 de julio de 2025

La reverencia por la vida

En forma similar en que René Descartes adopta como principio filosófico el conocido "Pienso, luego existo", para, luego, deducir de tal principio toda una visión del vínculo entre el hombre y el universo, otros pensadores adoptan principios diferentes para fundamentar sus diversas visiones al respecto. Por lo general, tales principios son adoptados luego de tener presentes gran parte de las ideas elaboradas para constituir la visión filosófica respectiva.

Albert Schweitzer adopta como punto de partida la expresión "reverencia por la vida". Al respecto, Frederick Franck escribió: "La norma de Albert Schweitzer «Reverencia por la vida» es el principio sobre el que se puede fundar una ética viable. «Reverencia por la vida» fue el principio guía en todo lo que hizo. Estaba totalmente libre de todo sentimentalismo. Simplemente era evitar infligir un sufrimiento innecesario en cualquier ser vivo y generar alivio del padecimiento con todos los medios médicos y humanos a su disposición. La reverencia por el misterio de la vida era para él la base no sólo de la ética sino también de todas las relaciones realmente humanas, tanto con nuestros pares humanos como también con todo lo que vive".

"No fue simplemente un pionero en la defensa de los derechos humanos, lo fue también en cuanto a la ayuda externa -sin ningún lazo político o ideológico de por medio. e incluso un precursor en el trabajo misionero: no convirtió a nadie, no predicó el amor cristiano, sino que simplemente lo practicó".

"Al mismo tiempo fue un adelantado en ecumenismo práctico: «El Dogma divide, el Espíritu une», escuché que le decía a un periodista del Time a quien paró en seco cuando este último comenzó a teologizar" (De "¿Qué significa ser humano" de F. Franck, J. Roze y R. Connolly-Editorial Kier SA-Buenos Aires 2001).

Por lo general, quienes priorizan las acciones concretas, son orientados por actitudes simples, como las propuestas por los Evangelios, dejando de lado dogmas y teologizaciones varias que tienden a reemplazar lo simple y lo efectivo. Harvey Cox escribe al respecto: "La pregunta, para mí, no es si creemos en este o ese credo, o cuánto descreemos, todavía creemos o creemos por la mitad. La pregunta es: ¿podemos nosotros, como cristianos contemporáneos, como seguidores de Jesús, sumergirnos en nuestra cultura pospatrialcal de esta era, descontruccionista, religiosamente plural, manejada por la tecnología, global, nacionalista, con Internet y una red global de comunicaciones, con la misma pasión e imaginación con que nuestros antepasados se sumergieron en la de ellos?".

"Lo peor en cuanto a los credos de la Iglesia es que nos han dividido más que unido. Han echado a personas que debieron ser parte de la familia e incluido a personas que podían decir las palabras, pero no podían transitar por el camino. En lugar de servir como señales en el camino, los credos se transformaron en jaulas. En vez de poesía, se hicieron declaraciones juradas con puntos suspensivos al final" (De "¿Qué significa ser humano").

No hay comentarios: