viernes, 19 de septiembre de 2025

Cooperación social vs. Altruismo

Para muchos autores, el mérito o virtud moral de nuestras acciones radica en lo "desinteresadas" que ellas sean, es decir, cuando el principal objetivo sea el beneficio de otra persona o de la sociedad en general y no de uno mismo. Luego, cuando nuestras acciones consisten en beneficiarnos conjuntamente con los demás, se perdería todo mérito o toda virtud, incluso hasta llegar a ser una actitud reprobable. David Hume escribió: "Hay un principio, que supone domina entre muchos, que es completamente incompatible con toda virtud o sentimiento moral y que como no puede proceder de otra cosa que de la más depravada disposición, tiende siempre, a su vez, a estimular esta disposición más y más".

"El principio a que nos referimos es el de que toda benevolencia es mera hipocresía; la amistad un engaño; el patriotismo, una farsa; la fidelidad, una artimaña para procurarnos confianza y fe, y que mientras que todos nosotros, en el fondo, sólo perseguimos nuestro interés privado, usamos estos bellos disfraces a fin de desarmar a los demás y exponerlos más a nuestros fraudes y maquinaciones" (De "Investigación sobre moral"-Editorial Losada SA-Buenos Aires 1945).

Así, pareciera que incluso la acción solidaria de la Madre Teresa fuera una benevolencia interesada y carente de mérito por cuanto, al recibir satisfacciones emocionales por realizar su obra, estaría pensando en su propio bienestar o en su propia felicidad. Incluso a veces escuchamos que el verdadero mérito moral consiste en "ayudar hasta que duela".

Si la ayuda que podemos ofrecer resultaría meritoria sólo si existe de nuestra parte algo de sacrificio y poco o nada de felicidad, ello implica que careceríamos de empatía emocional suficiente, por lo que, en el largo plazo, toda posible cooperación sería poco atractiva y cesaría definitivamente.

Si tenemos presente que la empatía emocional nos lleva a intentar compartir penas y alegrías ajenas como propias, el mérito de nuestras acciones no habría de ser tan valorado por los demás por cuanto el bien ajeno resulta simultáneo con el bien propio. Así, el mérito de la Madre Teresa, y su ejemplo, no radica en su "sacrificio" realizado por ayudar a los necesitados, sino en el ejemplo que brinda al considerar que ella "recibía de los demás más de lo que ella les daba".

Mientras que la cooperación social implica un beneficio simultáneo entre lo que damos y lo que recibimos, incluyendo en la ecuación los aspectos emocionales, se advierte cierto atractivo inmediato. Por el contrario, el altruismo asociado al beneficio unilateral de los demás, lleva implícita la ausencia de empatía emocional, por lo que el mérito asociado resulta bastante dudoso.

Es oportuno señalar que los totalitarismos se basan en la creencia y en la imposición de que todo individuo debe sacrificarse en beneficio del Estado, que es el que luego distribuirá igualitariamente los bienes materiales entre todos los integrantes de la sociedad. Por el contrario, las sociedades democráticas se basan en una previa existencia de empatía emocional que, en un marco de libertad personal, favorecerá a los demás en forma conjunta con uno mismo.

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