martes, 28 de mayo de 2013

La corrupción en la Argentina

En los primeros meses del 2013 comienza a trascender públicamente la existencia de corrupción de una magnitud pocas veces vista y que tiene como protagonistas a políticos del alto mando gubernamental. Si nos atenemos a la versión de la diputada nacional Elisa Carrió, que ha dedicado bastante trabajo para esclarecer tal proceso, estima en unos 10.000 millones de dólares el capital aproximado que poseerían los involucrados. En mayo de 2013, Cristóbal López anunció la compra de acciones de Petrobras por unos 900 millones de dólares, aunque luego la empresa desistió de la operación. Este monto posibilita la veracidad de la estimación previa. Carlos Mira escribió: “Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica, presentó ante la Justicia recientemente una denuncia penal por asociación ilícita en la que plantea que el poder ha sido copado por una banda organizada con el premeditado objetivo de utilizarlo para cometer delitos. La Justicia hizo lugar a la denuncia. Según Carrió, el organigrama de la asociación estaría integrado por Néstor Kirchner, Julio De Vido, el empresario Lázaro Báez, Rudy Ulloa Igor, Cristóbal López, Carlos Zanini, Claudio Uberti y Ricardo Jaime”.

“Algunos de los hechos denunciados comprenden irregularidades en la construcción de cárceles con sobreprecios en Salta, Córdoba, Santa Fe y Mercedes; en la de rutas que favorecieron a las empresas Austral Construcciones, Juan Felipe Gancedo SA y Gotti SA en tramos de las provincias del Chaco, Río Negro y Santa Cruz; en la de viviendas a favor de las mismas empresas con sobreprecios de hasta 200%; en las concesiones petroleras a empresas de Báez y Cristóbal López en Formosa, Chubut y Santa Cruz; en el intento de soborno de «Tragamonedas» López al entonces intendente de Córdoba, Luis Juez, para poder instalar casinos allí, a cambio del financiamiento de las campañas políticas de aquél; en la desaparición de U$S 90 millones de un fideicomiso con Venezuela integrado por lo que la Argentina pagaba por el combustible venezolano que, teóricamente, debía destinarse a la compra de productos argentinos; en la contratación irregular por el Occovi para la construcción de rutas; en el lavado de dinero a través de operaciones de las empresas Austral Construcciones, Kank y Costilla SA y Gotti SA con el banco de Tierra del Fuego en las que habría intervenido Báez; en las irregularidades en la concesión de los ramales ferroviarios a Metrovías, Ferrovial y Trenes de Buenos Aires y por sobreprecio en la remodelación de 120 vagones del ferrocarril Belgrano Norte y en la compra de vagones para los subtes; en la licitación del tren bala, de la constitución de Lafsa y en los subsidios a Southern Winds; y, finalmente, en los desvíos de fondos cobrados por las facturas de luz que debían ser destinados a inversiones, a la extensión de una interconexión de una red de extra alta tensión y en los sobreprecios en la ampliación de esta obra”.

“Un colega que prefirió el anonimato cuando fue consultado, lo ponía de este modo: «Los Kirchner van por todo. Detrás de la argentinización de empresas privadas, está la construcción de un inmenso proyecto político y financiero, sostenido por un discurso ideológico. Los negociados del menemismo tenían que ver con la coima. Pero el kirchnerismo se queda directamente con las empresas. Al lado de estos, Menem era un pichón»” (De “La idolatría del Estado”-Ediciones B Argentina SA-Buenos Aires 2009).

Adviértase que el libro citado apareció en el año 2009 y en ese momento ya estaba hecha la denuncia de Carrió, mientras que recién en el 2013 algunos periodistas hicieron investigaciones para corroborar detalles de algo que ya venía relatado en libros que aparecieron desde el 2009, y posiblemente antes. Respecto de las causas de ese atraso, puede decirse que al ciudadano común no le interesa lo que le ocurra al país, o a un sector de la sociedad, mientras su situación económica personal sea considerada buena o muy buena. Y si esa bonanza económica personal es atribuida al gobierno de turno, entonces rechazará cualquier información que pueda debilitar a quienes posibilitaron su bienestar. De ahí que vayamos de crisis en crisis, porque sólo cuando la situación económica empeora bastante, es posible algún cambio.

Además, como la justicia argentina está integrada, precisamente, por argentinos, muy pocos fiscales se van a atrever a comenzar una investigación que pueda involucrar a integrantes de un gobierno “nacional y popular”. Ellos cumplen con su trabajo para recibir un sueldo a fin de mes, sin apenas interesarles cumplir con sus obligaciones. Además, jueces leales al gobierno nunca dictaminarán en su contra ya que la lealtad está por encima de la responsabilidad y de las obligaciones laborales contraídas.

Si un periodista comienza a investigar algún hecho de corrupción, podrá perder su trabajo, en caso de que trabaje para un medio oficialista, o bien podrá recaer la venganza del gobierno en el medio informativo respectivo. Carlos Mira escribió: “La firma Electroingeniería, que recientemente se quedó con Radio del Plata, y protagonizó el hecho de dejar sin trabajo radial al periodista Nelson Castro porque tuvo la peregrina idea de entrevistar en el aire a uno de los directivos respecto de una poco clara operación de obra pública de la empresa en el sur, también muestra una extraordinaria perfomance desde que los Kirchner son gobierno”. “Electroingeniería fue acusada de sobrepreciar sus trabajos en el segundo tramo de la construcción del interconectado eléctrico entre Puerto Madryn y Pico Truncado, tema por el cual Castro fue despedido cuando quiso averiguar las justificaciones”.

Respecto de la década kirchnerista puede decirse, en una apretada síntesis, que fueron años en que se promovió el consumo para distraer a la gente mientras la asociación ilícita hacía de las suyas. Roberto Cachanosky escribió: “La brutal forma en que Duhalde salió de la convertibilidad le dejó a Kirchner un tipo de cambio real muy alto, lo cual le permitió iniciar un proceso de sustitución de importaciones sin necesidad de obtener más inversiones. Sólo había que pasarle el plumero a las máquinas que estaban sin funcionar, comprar materias primas y otorgar algunas horas extras para empezar a producir. No hubo crecimiento en todos esos años, hubo reactivación, que no fue otra cosa que poner en funcionamiento una capacidad instalada que no estaba funcionando”.

“Pero ojo que el kirchnerismo no se valió solamente del precio de la soja y del tipo de cambio alto para impulsar una artificial fiesta de consumo. En su proyecto de poder hegemónico fue destruyendo el stock de capital acumulado para mantener feliz a la gente con más consumo. El kirchnerismo destruyó el sistema energético, el transporte público, las rutas, el stock ganadero, nuestros ahorros en las AFJP y la moneda. Seguramente me debe quedar algo en el tintero”.

“¿Por qué pudo destruir tanto? Porque guste o no, la gente estaba feliz comprando televisores, celulares, elctrodomésticos y todo tipo de bienes gracias a que el gobierno impulsaba el consumo artificial consumiendo el stock de capital”. “Hasta aquí uno podría decir que es normal que la gente no tenga por qué saber cómo se financia el consumo artificial. Es decir, así como en los 90 se decía que las privatizaciones era como vender las joyas de la abuela, en la era K el consumo de stock de capital fue como dilapidar la herencia de la tía, pero la gente no lo sabía o no le importaba. Podía consumir”.

“Con una lectura muy clara del comportamiento de la mayoría de la oposición, el matrimonio dijo: quieren fiesta de consumo, les damos fiesta de consumo y mientras tanto nos cargamos la república, que en última instancia es lo que nos interesa. El poder absoluto. Cuanta más borrachera de consumo artificial, mejor porque la gente no va a ver ni la destrucción del orden republicano ni los casos de corrupción que hoy brotan como hongos. ¿Por qué hoy la gente se indigna con la corrupción y no se indignó antes? Porque hoy el modelo económico flaquea, la inflación destroza el nivel de vida de la población y el miedo a perder el trabajo ya es palpable” (De “Diez años de destrucción económica e institucional” en www.economiaparatodos.com).

En la Argentina, a partir de 1983, se han alternado gobiernos radicales y peronistas, los primeros abandonaron unos meses antes el periodo legal otorgado, por evidente incapacidad, mientras que los segundos se caracterizaron por una tendencia a la corrupción, si bien en distintas magnitudes. El peronismo ha actuado como una especie de organización delictiva que se va adaptando ideológicamente a lo que más conviene en el momento, es decir, no a lo que más le conviene al país, sino a ellos mismos. De ahí que justicialistas hayan sido tanto el Menem privatizador disfrazado de liberal, como el Kirchner estatizador disfrazado de “redistribuidor de las riquezas”. En el futuro adoptarán el disfraz que más les convenga para seguir repartiendo el botín entre todos. James Neilson escribió:

“A diferencia del nazismo, fascismo, falangismo, comunismo y sus muchas copias latinoamericanas, el peronismo, un producto tardío de la voluntad de tantos de crear una alternativa viable a la democracia capitalista de raíz anglosajona, se las arregló para adaptarse a circunstancias cambiantes y, a pesar de dar lugar a una serie de desastres descomunales, consiguió fortalecer su hegemonía sobre el resto del país hasta tal punto que en virtualmente todas las agrupaciones políticas pueden detectarse genes peronistas”.

“Si algo caracteriza a la criatura del Gral. Juan D. Perón, es su extraordinaria plasticidad. Los compañeros cambian de ropa con mayor facilidad que los comprometidos con movimientos de doctrinas más rígidas. Cuando el progresismo está de moda, se afirman izquierdistas, a menudo con toques católicos; si la gente, harta de la inoperancia estatal, reclama una dosis de liberalismo, se traslada sin complejos al lado derecho del mapa ideológico. Puesto que últimamente muchos se han puesto a atribuir las dolencias del país a la falta de democracia, los «disidentes» peronistas que prevén apoderarse del movimiento luego de agotarse el ciclo kirchnerista, dicen que se aferrarán a la Constitución, a la libertad de expresión, a la división de poderes, a lo que fuera”.

“Los beneficiados por Menem, entre ellos Kirchner, lo calificaban como «el mejor presidente desde Perón»”. “Los Kirchner, que, lo sabían o no, resultaron ser discípulos aplicados del jurista nazi Carl Schmidt, optaron por una actitud diametralmente opuesta a la elegida por el riojano. Tuvieron que hacerlo porque les fue necesario aprovechar en beneficio propio el fracaso espectacular del «modelo» menemista” (De “Perón y sus muchachos” en Revista Noticias Extra Nº 58-El libro negro: 10 años de kirchnerismo-Buenos Aires 2013).

En otras épocas se le pidió al pueblo que eligiera liberar a Barrabás o a Cristo, eligiendo al primero. En la Argentina, el pueblo ha tenido que elegir entre peronismo y cristianismo, eligiendo al primero; reeditando la antigua elección. Aunque todo tiene su precio.

No hay comentarios: