lunes, 10 de noviembre de 2025

Semillas de maldad

La intensificación del sufrimiento humano está asociada a la proliferación de líderes violentos que se encargan de sembrar el odio a nivel masivo. Quienes luego los idolatran, pocas veces reconocen que han sido estafados, ya que han llenado sus vidas de odio y que por ello mismo tales líderes los han denigrado. Incluso muchas veces los han convertido en asesinos o en cadáveres al seguir las directivas de los trastornados que dirigieron sus vidas. Harold Lasswell escribió: "La mente patológica es como un automóvil con la palanca de cambios trabada en una marcha; por el contrario, la mente normal tiene la capacidad de cambiar".

Generalmente se asocia a los políticos todas las culpas por los males que afectan a una sociedad, sin tener en cuenta que a tales políticos los eligió la gente, acerca de la cual nadie dice nada y la considera como una víctima, y no como cómplice. Vivian Green escribió: "Un dictador es un político cuya mente, enferma de poder, va por un solo carril, y cuyo deseo consiste en imponer su voluntad y sus valores a todos los ciudadanos y eliminar a quienes no los aceptan. La búsqueda y la conservación del poder se convierten en el único objetivo de su existencia" (De "La locura en el poder"-Editorial El Ateneo-Buenos Aires 2006).

El derrumbe moral de las sociedades gobernadas mentalmente por líderes violentos, no es el único efecto negativo que se produce, ya que tales líderes inculcan a sus gobernados que todo conocimiento o toda versión que se oponga a la ideología promovida, provendrá del "enemigo", o que toda crítica adversa será una "mentira", anestesiando al embaucado en una especie de aislamiento intelectual que reducirá sus aptitudes intelectuales. Así, los líderes totalitarios se asemejan a las garrapatas que anestesian a la víctima para que no advierta que le están sacando la sangre.

Un caso concreto es el del peronista, el cual niega toda opinión contraria a su líder, burlándose de quienes supuestamente han sido engañados por la propaganda enemiga. Se burlan ante cada verdad incómoda y suponen que los estafados no son ellos, sino los opositores. Pareciera que Perón les ha dado un sentido para sus vidas eligiendo a quienes odiar, para satisfacer la posibilidad de dirigir la cuota de burla y envidia que generan diariamente.

Un "exitoso" líder, sembrador de odio a nivel masivo, ha sido Mahoma, ya que contaría mundialmente con unos 1.800 millones de seguidores; y van en ascenso. Entre sus exigencias está la "guerra santa", por la cual es una virtud islámica combatir al infiel (cristianos y judíos, especialmente), incluso llegando al asesinato y sólo por ese motivo. La variante, respecto de otros líderes totalitarios, radica en que ha convencido a sus seguidores que el Corán no ha sido por él redactado, sino escuchado directamente de la voz de Alá, o de Dios.

Entonces, quien no quiere a cristianos ni a judíos, incluso buscando su exterminio, no es el Profeta Mahoma, sino el propio Alá. Y así, el Dios de los islámicos es imaginado como un perfeccionamiento de Mao, Hitler o Stalin. O mejor, Mao, Hitler y Stalin serían los individuos que más se parecerían a Dios. La religión de la fe, en este caso, serviría para cualquier finalidad y la locura ya afectaría a una parte importante de la humanidad.

No hay comentarios: