Tanto la Religión como el Derecho buscan consolidar un orden social determinado, si bien no siempre concuerdan en ese objetivo. En épocas pasadas, tanto las reglas morales como las sanciones ante diversas faltas estaban escritas en los Libros Sagrados, como la Biblia. Ello implica que no existía una división visible entre Religión y Derecho, lo que posteriormente se consideró como división entre Iglesia y Estado. Georges Gurvitch escribió: "La Religión y, más ampliamente, las creencias en lo sobrenatural (incluyendo lo mágico) han jugado un papel preponderante en la vida del Derecho de la sociedad primitiva y teocrático-carismática".
"En otros tipos de sociedad el papel de la Religión varía de acuerdo con la intensidad de las creencias y la estructura de la iglesia, así como de acuerdo con sus relaciones con otros grupos. La sujeción de la iglesia a la ciudad antigua, por ejemplo, reducía en gran medida la influencia de la Religión sobre el Derecho" (De "Sociología del Derecho"-Editorial Rosario SA-Rosario 1945).
En la Edad Media europea, predomina un gobierno social de dos poderes; Iglesia y Monarquías, que a veces coiciden y a veces tienen conflictos. Esta división presenta una ventaja ante el gobierno único de tipo religioso, ya que los mayores peligros que sufre una población surgen cuando el poder es ejercido desde un solo mando, o desde una sola persona. De ahí que la tendencia general ha sido establecer sistemas democráticos con la división de poderes en el Estado (Ejecutivo, Legislativo, Judicial), como también la propiedad privada, con la cual existen pocas posibilidades de establecer monopolios totales (similares a un Estado socialista).
Debido a que son varias las religiones que adoptan posturas poco racionales, es imprescindible la división entre Religión y Derecho. Georges Gurvitch escribió: "Toda tentativa de oponer la Magia a la Religión como elementos irreductibles encuentra habitualmente tres objeciones previas:
A. Cómo separar la Magia de la Religión, cuando, en la realidad de los hechos, están interpenetradas y la mayor parte de las religiones conocidas contienen elementos de magia blanca, e inversamente la Magia, incluso la Magia negra (hechicería) implica a menudo apelaciones a las divinidades.
B. Separar enteramente la Magia de la Religión sería separar la magia de los estados de conciencia colectiva, es decir, de la Sociedad, cuya encarnación es la Religión.
C. La oposición entre fuerza sobrenatural trascendente (Dios, Totem) y fuerza sobrenatural inmanente (fuerza mágica, Mana) presupone que los arcaicos son generalmente capaces de distinguir entre lo «sobrenatural» y lo «natural», suposición ingenua y errónea que les atribuye nuestras representaciones actuales de lo natural" (De "Las formas de la sociabilidad"-Editorial Losada SA-Buenos Aires 1941).
En varios países con poblaciones musulmanas, sigue vigente la unificación entre Religión y Derecho. Recientemente, los medios informativos indican que en Irak han aceptado, desde el Estado, la edad de 9 años, como edad mínima permitida para el casamiento de niñas, cuyos "maridos", bastante mayores, son elegidos por sus padres. Tal ley o reglamentación deriva de que Mahoma contrajo matrimonio, con sus 53 años, con una niña de 6 años, comenzando sus vínculos íntimos cuando la niña tenía 9 años.
Cuando, con el trascurso de los años, los musulmanes sean mayoría en los países europeos, y sean mayoría en los parlamentos, seguramente podrán imponer la sharia, o ética islámica, les guste o no a los europeos no musulmanes hasta ese momento. Les darán la opción de convertirse al islam, o a irse a otro país o a ser asesinados por infieles. Toda estas opciones aparecen en el Corán, entendido como una traducción de la voluntad de Dios, o Alá. La peligrosidad islámica aumenta cuando el terrorista suicida "sabe" que por sus acciones en "defensa de la fe", tendrá asegurada la vida eterna.
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