jueves, 27 de julio de 2023

El pecado original

Teniendo presente que el Antiguo Testamento fue escrito hace unos 3.400 años, se advierte que su contenido está expresado en un lenguaje simbólico que apunta a una mejora ética de todo hebreo. En esas épocas era poco posible que se vislumbrara la posibilidad de la existencia de un universo autoorganizado y sustentado por un orden natural regido por leyes invariantes. Incluso en la actualidad tal posibilidad es rechazada por un gran sector de la población mundial, por lo que mantiene su vigencia la idea de un Dios que dirige al universo tomando decisiones localizadas en el tiempo.

En forma independiente de lo que pretendieron simbolizar los primeros realizadores de la Biblia, es necesario e imprescindible reinterpretar algunos pasajes a la luz de los conocimientos que actualmente poseemos. Ello se debe a que todo desvío respecto de las leyes naturales que rigen todo lo existente, ha de conducir hacia alguna forma de sufrimiento, además de establecer un injustificable gobierno mental del hombre sobre el hombre, estrictamente prohibido en la Biblia.

Respecto de la prohibición de Dios a Adán y a Eva acerca de "comer del árbol del conocimiento del bien y del mal", resulta ser una simbología que prohíbe a los seres humanos separarse de las leyes de Dios (leyes naturales) para actuar como si fueran dioses. Una magnificada desobediencia pudo comprobarse en el caso del comunismo, cuando Marx y Lenin "diseñan" una sociedad en la que el vínculo de unión entre seres humanos no proviene de los aspectos afectivos o emocionales, sino materiales, produciendo las catástrofes sociales de Rusia, China y otros países. La prohibición del conocimiento que no contempla las leyes de Dios es esencialmente una prohibición al conocimiento anticientífico o no verdadero, por lo que en realidad no se trata de "conocimiento" sino de mentira o error.

Este es esencialmente el significado del "pecado original" que, desde luego, ha tenido variadas interpretaciones que no siempre han favorecido a los seres humanos. Si la única alternativa para nuestra supervivencia implica el descubrimiento y la descripción de leyes naturales y una posterior adaptación a las mismas, ya sea que el universo esté bien o mal hecho, requiere la permanente prohibición de intentos humanos por establecer nuevos "diseños" de sociedades o de individuos, lo que se conoce como "ingeniería social".

Louis de Wohl escribió: "Dios había pedido a sus hombres una prueba de fidelidad. En cambio ellos ofrecieron la prueba de su infidelidad. ¿Por qué? Porque un seductor les susurró: «Comed y seréis como Dios». Esa fue la gran tentación. Dios era el centro del hombre. Ahora el hombre tenía la oportunidad de convertirse a su vez en centro y echó mano de esa oportunidad. Y se convirtió en el centro, en el núcleo de sí mismo. Se hizo egocéntrico. Su propio insignificante Yo se convirtió en su dios y estaba dispuesto a sacrificar a este Yo todo lo demás. La caída fue el nacimiento del egoísmo".

"Hacia afuera parecía infidelidad, desobediencia. Pero el motivo fue la soberbia. Ahora ya no dependía de nadie y, por tanto, era «libre». Ahora era su propio legislador, y su propia ley era: Yo siempre el primero".

"El deseo de ser «como Dios», es decir de ser Dios, es en definitiva el único pecado que existe, pues todo lo que es pecado y delito y vicio parte de esta...única condición básica de que se es «libre» e «independiente», y que se puede hacer y dejar de hacer lo que se quiera" (De "Adán, Eva y el mono"-Ediciones Palabra SA-Madrid 1985).

Entre las interpretaciones más reconocidas del pecado original se encuentra la propuesta por San Agustín. Al respecto leemos: "Pablo yuxtapone el pecado de Adán con la justicia de Cristo: «Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos» (Romanos 5:19). En contraste con sus teólogos contemporáneos, a partir de su lectura de este texto Agustín concluyó que el pecado se transmitía biológicamente de Adán a todos sus descendientes a través del acto sexual, con lo que igualó el deseo sexual con el pecado; pero ¿por qué llegar a esta interpretación cuando en la sociedad judía de los tiempos de Cristo y de Pablo las relaciones sexuales dentro del matrimonio se consideraban buenas y honorables?"

"El punto de vista de Agustín respecto al sexo estaba distorsionado por ideas del mundo ajenas a la Biblia. Debido a que gran parte de la filosofía estaba basada en el dualismo, en el cual lo físico estaba catalogado como malo, pero lo espiritual como bueno, algunos filósofos idealizaron el celibato. Las relaciones sexuales eran físicas y, por tanto, malas".

"La relación de Agustín con los filósofos neoplatónicos le llevó a introducir su punto de vista a la Iglesia, lo cual afectó el desarrollo de la doctrina. Por ejemplo, se consideraba que Jesús había sido concebido inmaculadamente, es decir, sin pecado, puesto que su Padre era Dios. No obstante, debido a que su madre, María, tenía un padre humano, ella había padecido el efecto del pecado original. A fin de presentar a Jesucristo como un hijo perfecto sin haber heredado pecado alguno de cualquiera de sus padres, la Iglesia tenía que encontrar la forma de calificar a María como una mujer sin pecado, y lo hicieron al idear la doctrina de la inmaculada concepción de María, aunque esto inevitablemente nos conduce a otras preguntas". (De www.vision.org.es)

1 comentario:

agente t dijo...

El acto sexual es indudablemente físico, pero no puede negarse que puede tener un alto componente espiritual, el que da el amor entre los oficiantes. Se ha defendido muchas veces que el deseo sexual es una expresión, consciente o inconsciente según los casos, de la hondamente sentida necesidad de amar del ser humano.