sábado, 1 de julio de 2023

El antisemitismo como proceso

La actitud adversa hacia los judíos se advierte en un sector, posiblemente minoritario, de la sociedad argentina. Quien los conozca sin haberse sometido a una influencia negativa, seguramente tendrá una imagen bastante positiva de esas personas. La campaña de desprestigio se verá fortalecida cuando alguien encuentre a uno de sus integrantes con los atributos que se les asignan en forma generalizada, que es lo que ocurre con cualquier grupo de personas.

Como resulta, en general, un sector exitoso en lo económico y cultural, no es de extrañar que se lo denigre de alguna forma. En realidad se trataría del mismo proceso por el cual se acepta y se simpatiza con los pequeños empresarios, pero, cuando se convierten en grandes empresarios, no se les perdona que hayan progresado tanto y la envidia tradicional e histórica favorece el surgimiento de calumnias de todo tipo. De ahí que la lucha de clases no sea algo distinto a la envidia común y corriente.

El proceso del antisemitismo ha sido sintetizado por H. De Vries De Heekelingen, quien escribió: "Es curioso comprobar que el nacimiento del antisemitismo, su desarrollo, su estudio y su apaciguamiento momentáneo han seguido en todas partes el mismo curso. El antisemitismo se ha presentado en todos los pueblos y en todas las edades, en todas las religiones y en todas las civilizaciones. En todas partes, ha recorrido las mismas etapas".

"La primera etapa, instalación. Los judíos llegan a una región cuya población no tiene ningún prejuicio respecto a ellos. Se los acoge con mayor o menor complacencia. En la antigüedad, y hasta el siglo XVII, sentíase a veces dichosa la gente de recibirlos".

"Segunda etapa, consolidación. Los judíos son tolerados o gozan de un tratamiento favorable gracias a lo cual su situación se consolida".

"Tercera etapa, apogeo. Los judíos se hacen notar por sus riquezas, por su crédito y, a veces, por su saber. En ciertas clases populares comienza a hacerse sentir un sentimiento de molestia, de envidia o de odio".

"Cuarta etapa, resistencia. Se entra en un período en que los levantamientos, las luchas, los ataques alternan con períodos de calma. La irritación del pueblo es generalmente contenida por el clero y el gobierno".

"Quinta etapa, la hostilidad abierta. El pueblo, exasperado, rompe todos los diques y masacra a los judíos, o bien, la autoridad los expulsa...y el ciclo comienza de nuevo en otro país" (De "Israel. Su pasado. Su porvenir"-Editorial La Mazorca-Buenos Aires 1939).

El citado autor aclara que solamente en la China no ha existido el antisemitismo que, casi con normalidad, surge en otros lugares.

1 comentario:

agente t dijo...

En realidad, no se sabe a ciencia cierta el tipo de consideración que tenían los judíos en China durante la Antigüedad Tardía y la Edad Media europeas. Aunque se da por cierto que estuvieron instalados en China mucho antes de la llegada de Marco Polo, pero siempre en pequeño número. Esa debe ser la causa de que posiblemente hayan pasado desapercibidos para la mayoría y no hayan generado el proverbial y maligno rechazo que han suscitado en Europa.