miércoles, 2 de agosto de 2023

Falsa virtud y agresividad

Mientras el hipócrita finge poseer una virtud que no tiene, mantiene al menos la valoración positiva de la virtud. Por el contrario, el cínico se jacta de actuar en forma opuesta a toda acción orientada por alguna forma de virtud. De ahí que predomine la hipocresía cuando se trata de atacar a las personas que realmente poseen virtudes personales en grado aceptable.

"Hipocresía: vicio consistente en manifestar opiniones, sentimientos y, sobre todo, virtudes que no se tienen" (Del "Diccionario del Lenguaje Filosófico" de Paul Foulquié-Editorial Labor SA-Barcelona 1967).

Cuando alguien quiere atacar a otro, mediante palabras, es posible que adopte ciertos aires de "superioridad moral", de manera de dejar en claro que posee ciertas virtudes de las que carece el atacado. Se eleva de la misma manera en que rebaja al otro, de manera de obtener una victoria moral completa y segura.

En épocas de crisis moral esto resulta bastante común, como es el caso de los "protectores de animales" que parecen decirle al resto de la sociedad: "Sólo nosotros nos interesamos por los animales; el resto es cruel y salvaje". Respecto de esta actitud cabe la siguiente expresión: "Dime de qué te jactas y te diré de qué careces".

Los "protectores de animales" han logrado que, en Mendoza, surjan leyes municipales que prohiben la exhibición de animalitos domésticos enjaulados en locales de venta de alimentos para animales, impidiendo una forma de intermediación gratuita entre quienes quieren regalar un animal y quienes quieren adoptarlo, perjudicando una posible adopción que favorecería y aseguraría la supervivencia del animalito.

También los defensores del medio ambiente, los "únicos que se interesan" por esa cuestión, han presionado para que los políticos sancionen leyes que prácticamente prohiben la mineria en la Argentina. Mientras que Chile exporta unos 50.000 millones de dólares anuales en ese rubro, la Argentina exporta 3.000 millones (con la misma cordillera de Los Andes, compartida por ambos países). La pobreza extrema de muchos sectores podría atenuarse si no existiera tal prohibición. Además, parece que los chilenos no se han muerto todavía debido a la contaminación producida por la minería en ese país.

Con los promotores de los "derechos humanos" ocurre otro tanto. Generalmente tales derechos son promocionados por sectores de izquierda; los mismos que aplauden a personajes como Fidel Castro y el Che Guevara, que se destacaron por no respetar tales derechos en quienes se oponían a sus andanzas y proyectos.

El socialista tiende a hablar todo el tiempo "a favor de los pobres", pero no porque en realidad les interese demasiado tal precaria situación de muchos, sino para ubicarse en una postura de superioridad moral que les permita atacar al resto de la sociedad supuestamente indiferente al sufrimiento ajeno, es decir, un resto supuestamente carente de sentimientos humanos y casi en situación de salvajismo.

A medida que la crisis moral recrudece, mayor es la cantidad de "supremacistas morales" que en forma encubierta vuelcan su agresividad hacia el resto de la población culpándola por todos los males y autoexcluyéndose de toda culpabilidad. Es posible que, de tanto fingir la virtud, terminen creyéndose virtuosos. E. y J. de Goncourt escribieron: "Las máscaras acaban por pegarse a la piel. La hipocresía llega a ser de buena fe".

1 comentario:

agente t dijo...

De hecho, las políticas de izquierda sobrepasado cierto punto de progresividad y recaudación fiscal lo único que hacen es generar más pobres a medida que se aplican, más dependientes de la ayuda oficial, menos capaces de ser empleables y, en definitiva, personas con menos autonomía y futuro.