martes, 9 de mayo de 2023

Estoicos

Las diversas terapias psicológicas, surgidas en los últimos tiempos, en cierta forma tienden a ocupar el lugar de las antiguas filosofías con sentido práctico, mientras que éstas disputaban un lugar de preeminencia con las religiones. Como el ser humano es esencialmente el mismo, desde hace algunos miles de años, todas las sugerencias de vida tienen posibilidades de ser útiles en la época actual.

Las sugerencias orientadoras de vidas individuales presentan rasgos distintivos. En un primer grupo tenemos las antropocéntricas, esto es, aquellas que parten del ser humano individual como centro para una básica descripción. Por otra parte tenemos las teocéntricas, es decir, aquellas que comienzan preguntándose cuál ha de ser la voluntad de un Creador respecto de la vida de cada ser humano. O bien se preguntan por los atributos de un orden natural que impera sobre todo lo existente.

El estoicismo, como filosofía adoptada por los antiguos romanos, es una filosofía de tipo teocéntrica, si bien supone la existencia de un orden natural en lugar de un Dios con atributos humanos. Debido a la adopción de una visión del universo similar al cristianismo, esta coincidencia parece ser una de las causas por la que el cristianismo finalmente fuera aceptado por los romanos.

A continuación se transcribe una entrevista aparecida en La Prensa:

ESTOICOS

Por Pablo S. Otero

En el marco de esta renovada vigencia del estoicismo, acaba de publicarse en nuestro país Cómo ser un estoico. Utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna (Ariel. 255 páginas). Su autor es Massimo Pigliucci, quien creció en Roma pero desde hace años es profesor de Filosofía en el City College de Nueva York. Doctorado en Genética, Biología Evolutiva y Filosofía, tiene en su haber más dieciséis libros y sus artículos se publican en los diarios más importantes de los Estados Unidos.

Como especialista y practicante de la milenaria filosofía, explica que el objetivo principal de este último trabajo es aprender algo sobre cómo responder a la pregunta más fundamental: ¿cómo debemos vivir nuestra vida? Con ese norte, y en un diálogo imaginario con Epicteto, va abordando diferentes temas que hacen a la problemática actual del hombre como el carácter, las decisiones, la resolución de problemas, la muerte, la amistad, la ansiedad, la maldad, la soledad y la ira, entre otros.

En un diálogo exclusivo con La Prensa desde Nueva York, Pigliucci brinda las principales características del estoicismo, sus beneficios y los caminos para poder ser parte de una corriente filosófica en pleno auge.

-La filosofía estoica existe desde hace dos mil años. ¿Cuál es la razón de su validez en el siglo XXI?

-El estoicismo es útil en el siglo XXI porque las cosas no han cambiado mucho. Claro, la ciencia y la tecnología han avanzado a grados increíbles. Pero la naturaleza humana es la misma. Todavía queremos y tememos las mismas cosas: todavía luchamos por evitar el conflicto, buscamos el amor y la amistad, evitamos el dolor y tememos a la muerte. Lo que significa que las ideas de los antiguos estoicos siguen siendo válidas hoy en día, al igual que las de otras tradiciones antiguas, como el cristianismo y el budismo.

LA SEMANA

-Esta vigencia, por ejemplo, se evidencia en la "Semana Estoica".

-Sí, la “Semana Estoica” es una cita anual organizada por el grupo de “Estoicismo Moderno” al que pertenezco. Es una forma de tomar contacto con la filosofía estoica estudiándola y practicándola durante una semana con la guía de personas que lo han estado haciendo durante mucho tiempo. Si alguien está interesado en el estoicismo y quiere probarlo, entonces la “Semana Estoica” es una forma divertida y efectiva de hacerlo.

-¿Por qué eligió el estoicismo como estilo de vida?

-Porque lo percibí como una brújula moral práctica. Todos necesitamos algún marco para vivir nuestra vida, elegir nuestros valores y decidir nuestras prioridades. El estoicismo es una forma de hacer precisamente eso. La idea básica es que lo más importante que podemos hacer en la vida es mejorarnos a nosotros mismos, convertirnos en seres humanos mejores y más éticos. La forma de hacerlo es practicando conscientemente las cuatro virtudes cardinales en todo lo que hacemos. Estas virtudes son la prudencia, la fortaleza, la justicia y la templanza. La prudencia nos dice cómo navegar situaciones difíciles de la manera más ética. La fortaleza significa hacer lo correcto, aunque nos cueste a nivel personal. La justicia consiste en tratar a otras personas con respeto y dignidad. Y la templanza consiste en hacer las cosas en su justa medida, ni muy poco ni demasiado. Así que cada vez que estoy a punto de tomar una decisión, o de actuar de alguna manera, tengo que preguntarme: ¿lo que estoy a punto de hacer es prudente, fuerte, justo y moderado? Si es así, lo hago; si no, no lo hago.

EJEMPLOS

-La mejor manera de vivir para un estoico es saber reconocer y tomar en serio la diferencia entre lo que podemos y no podemos controlar. ¿Qué significa? ¿Podría dar un ejemplo concreto de la vida cotidiana que le haya sucedido?

-Esa idea fue expresada por el estoico Epicteto del siglo II, uno de los filósofos antiguos más influyentes. La noción es que algunas cosas dependen de nosotros y otras no, y que una buena vida deriva de enfocar nuestra atención en lo que depende de nosotros mientras desarrollamos una actitud de ecuanimidad y serena aceptación hacia las cosas que no dependen de nosotros. Le voy a dar dos ejemplos: uno mundano, el otro un poco más profundo. Comencemos con el mundano. Supongamos que llego al aeropuerto y mi vuelo ha sido cancelado. En ese caso… ¿qué depende y qué no depende de mí? No depende de mí cambiar el horario de la aerolínea, o hacer aparecer mágicamente un nuevo avión. Por el contrario, depende de mí abordar primero los aspectos prácticos del problema: ¿puedo reservar un vuelo posterior?¿O tengo que esperar hasta mañana? En segundo lugar, depende de mí decidir cómo pasar mi tiempo mientras espero: en lugar de gritarle al empleado de la aerolínea, lo que no lograría nada, puedo ir al bar, sentarme, pedir una copa de vino y leer un libro antes del próximo vuelo.

Ahora, el ejemplo más difícil. Hace algunos años mi madre murió de cáncer. ¿Qué dependía y qué no dependía de mí en esa ocasión? Lo que no dependía de mí era hacer que la enfermedad desapareciera, porque eso es imposible. Lo que dependía de mí era hacer todo lo posible para consolarla a ella y a mis hermanos, hablar con los médicos para asegurarme de que recibiera la mejor atención médica, y así sucesivamente. Lo mismo ocurre con todo lo demás en la vida. Según Epicteto: necesitamos enfocar nuestra atención donde podamos hacer una diferencia, de lo contrario, aceptar lo inevitable porque va a suceder.

-¿Debe un estoico ocultar sus emociones?

-En absoluto. Esa es una idea errónea común con respecto al estoicismo, que trata de ocultar las emociones y vivir la vida con el labio superior rígido, por así decirlo. Pero el estoicismo consiste en “modular” nuestras emociones, hablando con ellas, en cierto sentido, para alinearlas con lo que es razonable y bueno. Los estoicos creen que las emociones son en parte cognitivas, es decir, hay un componente de pensamiento detrás de ellas. Y la terapia cognitiva conductual moderna está de acuerdo. Considere la ira, por ejemplo. Si te estás enojando por algo y te pregunto: "¿Por qué estás enojado?", podrás contarme una historia, darme una explicación. Tal vez digas que ese tipo de allí te insultó, y que los insultos son malos, y es por eso que estás enojado. Así que un estoico comenzaría interpelando la historia detrás de su reacción emocional. ¿Por qué, exactamente, es malo ser insultado? ¿A quién le importa lo que digan los demás? ¿No sería mejor ignorar al tipo y seguir adelante? Así es como los estoicos tratan las emociones, para que podamos vivir una vida de razón durante la cual tratemos a los demás seres humanos con amor y compasión, en lugar de ira y odio.

-¿Qué otras características definen a un estoico?

-Cosmopolitismo. La palabra literalmente significa ser un ciudadano del mundo. Los estoicos piensan que las fronteras nacionales y las culturas son sólo un accidente de la historia. Pueden tener relevancia práctica, pero no definen quiénes somos. Un estoico se esfuerza por tratar a todos los demás en el planeta como si fueran nuestros hermanos y hermanas, tratando de resolver conflictos y hablando entre sí en lugar de golpear o matar a la gente. Me parece que esta es una idea que necesitamos cultivar en un mundo marcado por el conflicto, la guerra y la violencia.

-¿En qué pilares se basa el estoicismo?

-El estoicismo se basa en dos pilares fundamentales: que los seres humanos son por naturaleza sociales y capaces de razonar. De esto derivamos la noción de que una buena vida humana es aquella en la que usamos la razón (en lugar de la fuerza) para resolver nuestros problemas y lo hacemos de manera cooperativa con otros seres humanos (en lugar de participar en conflictos).

-¿Cuáles serían las principales virtudes y hábitos que nos permitirían adoptar esa posición ante la vida?

-Mencioné anteriormente las cuatro virtudes cardinales. Se arraigan en nosotros, como usted dice, por hábito. Puede que actualmente no seamos sabios, fuertes, justos y moderados, pero podemos dirigirnos de manera consciente en la dirección de esas virtudes. Por ejemplo, podemos practicar la templanza cada vez que nos sentamos a la mesa, prestando atención a qué y especialmente cuánto comemos y bebemos. Podemos ejercer la fortaleza y obligarnos voluntariamente a participar en situaciones incómodas y diciendo lo que pensamos cuando sea necesario para ayudar a los demás. Y así sucesivamente.

-¿Puede un líder ser estoico? ¿Por qué?

-¡Todos pueden ser estoicos, incluidos nuestros líderes! De hecho, yo diría que especialmente un líder realmente debería considerar un enfoque estoico de la vida y el gobierno. Ser estoico, como mencioné anteriormente, significa trabajar junto con otras personas, usar la razón para abordar los problemas y esforzarse por ser una mejor persona. ¿No sería ese tipo de enfoque un buen liderazgo?

-¿Cómo debe ser la convivencia entre la ira y un estoico?

-No puede existir esa relación. Los estoicos ven la ira como una emoción seriamente malsana, una que debemos superar a favor de emociones saludables como el amor y la alegría. Incluso cuando nuestra ira está justificada, debemos tratar de no actuar sobre su base, porque la ira anula la razón y nos hace hacer cosas de las que probablemente nos arrepentiremos. El autor estoico del siglo I, Séneca, escribió un libro llamado Sobre la ira en el que da el mismo consejo que dan los psicólogos modernos: si sientes que la ira se apodera de ti, desconéctate de la situación lo antes posible. Sal a caminar, discúlpate para ir al baño, cuenta hasta veinte, respira profundamente. Cualquier cosa que te permita recuperar la perspectiva, hacer una pausa y luego preguntarte: ¿por qué me estaba enojando? ¿Qué otra manera mejor hay para resolver el problema?

-¿El estoicismo tiene algo que ver con la resignación?

-No, son cosas diferentes. El estoicismo nos aconseja aceptar lo inevitable, como la muerte de un ser querido, simplemente porque es, de hecho, inevitable. Pero debemos hacer todo lo posible para ayudar a nuestros semejantes y a nosotros mismos siempre que sea posible, por lo que la resignación cuando todavía es posible hacer algo está fuera de discusión. En cuanto a la opinión de los demás, los estoicos intentan hacer lo correcto sin importar las circunstancias, por lo que el conformismo no está en la agenda. Ya sea que otras personas estén de acuerdo o no, ya sea que se enojen o no, debemos tratar de hacer lo correcto y ser útiles.

-¿Cómo debe relacionarse un estoico con la muerte?

-Séneca dijo que la filosofía es, en cierto modo, una preparación para la muerte. La muerte es la prueba definitiva de nuestro carácter, y debemos prepararnos para aceptarla con serenidad porque, de nuevo, es inevitable, por lo que realmente no tenemos otra opción. Además, los estoicos creen que la muerte es la ausencia total de conciencia, por lo que literalmente no habrá un "yo" allí para experimentar estar muerto. Si es así, ¿por qué preocuparse? Más importante aún para un estoico, sin embargo, es que la certeza de la muerte significa que debemos valorar cada momento de nuestra vida, precisamente porque esa vida es finita y posiblemente corta. No debemos desperdiciarla haciendo cosas irrelevantes, sino usarla para tratar de hacer una diferencia en el mundo, y especialmente debemos apreciar cada momento que pasamos con nuestros amigos y seres queridos. De eso se trata realmente la vida.

QUEJAS Y LAMENTOS

-¿Y con las quejas cotidianas?

-No tiene sentido quejarse de nada, solo nos volvemos más tristes. Sólo hay dos posibilidades: o bien se puede abordar el problema, en cuyo caso deberíamos abordarlo; o no se puede hacer nada al respecto, en cuyo caso deberíamos aceptar la situación y seguir adelante. Cualquier otra cosa es un desperdicio de recursos emocionales.

-Para un ciudadano común de la Argentina, sumergido en diferentes preocupaciones como la inseguridad, la inflación, la corrupción, etc... ¿cuál sería una actitud estoica ante esos problemas?

-Seguir a Epicteto y, para cada uno de esos temas, preguntarse: ¿qué me toca a mí de esos temas? ¿Qué no depende de mí? Entonces actuar en consecuencia. Haz lo que puedas y prepárate mentalmente para aceptar con serenidad lo que no puedes cambiar.

(De www.laprensa.org.ar)

1 comentario:

agente t dijo...

Es indudable el parecido del estoicismo con algunos planteamientos cristianos, pero al establecimiento del catolicismo como religión oficial y mayoritaria en el Imperio Romano más que lo anterior ayudaron las disposiciones imperiales coercitivas tendentes a esa oficialización, tales como la que prohibió a los no bautizados la posibilidad de dejar herencia a sus hijos.