La idea de mayor generalidad, respecto al proceso por el cual conocemos al mundo en el que estamos inmersos, implica que podemos considerarlo en una forma unificada. Tal unificación consiste en establecer una teoría general del conocimiento que involucrará tanto al proceso cognitivo individual como al social, que es el conformado por la ciencia experimental. Tal intento unificador tiene en cuenta al proceso evolutivo, mediante selección natural, que la propia naturaleza ha empleado para lograr la gradual adaptación del hombre al orden natural. Sergio F. Martínez y León Olivé escriben: “Una corriente importante dentro de la epistemología naturalizada consiste en una abigarrada serie de intentos por utilizar la teoría de la evolución para plantear y resolver una serie de preguntas acerca de la naturaleza del conocimiento científico. A esta corriente se la conoce con el nombre de «epistemología evolucionista»” (De “Epistemología evolucionista”-Editorial Paidós Mexicana SA-México 1997).
La ciencia experimental le da al hombre la posibilidad de establecer una adaptación adicional, que es la adaptación cultural. Justamente, podemos considerar tanto a la evolución biológica, como a la evolución cultural, regidas bajo un mismo proceso. De ahí la opinión de Karl Popper, quien escribió: “Podemos distinguir los tres niveles de adaptación: adaptación genética, aprendizaje conductual adaptativo e investigación científica, que es un caso especial de aprendizaje conductual adaptativo” (Citado en “El método en las ciencias” de R. Ruiz y F. J. Ayala-Fondo de Cultura Económica-México 1998).
En principio, podemos decir que tanto el proceso de adaptación biológica como cultural, asociada esta última al conocimiento individual y social (ciencia) admiten el proceso básico de la evolución biológica mediante selección natural, el que implica:
1- Variaciones de tipo genético (al azar) que se transmitirán a través de la herencia
2- Selección natural en la búsqueda de mayores niveles de adaptación
En realidad, el conocimiento adquirido por el individuo, como por la sociedad, no se transmiten en forma hereditaria, de ahí una diferencia esencial que debe mencionarse. Si bien se dijo que la evolución cultural, asociada a la ciencia, puede considerarse en una forma análoga a la evolución biológica, este aserto tiene validez en cuanto al surgimiento del conocimiento y a su posterior adquisición por parte del individuo común, pero no así respecto de su transmisión de generación en generación. Resulta evidente que el conocimiento humano se transmite según “la herencia de los caracteres adquiridos”, que es el proceso propuesto por Jean B. Lamarck respecto de la evolución biológica y que fuera rechazado en ese ámbito, mientras se aceptaba el esquema propuesto por Charles Darwin y Alfred Wallace. Podemos establecer la siguiente secuencia para la adaptación cultural:
1- Generación del conocimiento por parte de la ciencia (Prueba y error + Axiomatización)
2- Transmisión del conocimiento (Herencia del conocimiento social adquirido = lamarckismo)
3- Asimilación del conocimiento (Prueba y error + Agrupamiento en la memoria)
Podemos hacer una analogía para poder interpretar mejor el proceso de “prueba y error”. Tal analogía consiste en la descripción de la forma empleada para la fabricación de resistencias eléctricas que se utilizarán en circuitos electrónicos. Si necesitamos disponer de resistencias con un valor de 10.000 ohmios, por ejemplo, un procedimiento elemental consistirá en calcular las dimensiones que con cierto material conductor podríamos realizarlas. Sin embargo, tal procedimiento resulta bastante caro y dificultoso, por lo que se procede a establecer un método más efectivo y económico que consiste esencialmente en producir una gran cantidad de resistencias cuyos valores óhmicos variarán al azar. Luego, habrá de medirse cada resistencia para, posteriormente, ser agrupada con otras de su mismo valor resistivo estableciendo así una “selección artificial” de resistencias. Las que no respondan a los valores óhmicos estandarizados, serán desechadas.
El método utilizado por la ciencia experimental también implica una realización libre de hipótesis que luego serán puestas a prueba bajo el proceso experimental. Será aceptada la teoría que mejor se adapte a la realidad del fenómeno natural que se trata de describir. En el caso de que tal descripción considerara varios fenómenos relacionados, resultará conveniente organizar a la teoría en forma axiomática. Así, será posible deducir, a partir de los principios básicos, cada uno de los fenómenos descriptos. Podemos sintetizar el método de la ciencia en el siguiente esquema:
a- Realización libre de hipótesis a verificar (ensayo o prueba o conjetura)
b- Axiomatización (organización del conocimiento)
c- Verificación experimental (determinación del error)
d- Descarte o refutación de la hipótesis si el error es grande, o aceptación si es pequeño o admisible
Albert Einstein escribió al respecto: “El desarrollo de la ciencia occidental se basa en dos grandes consecuciones: la invención de un sistema de lógica formal (con la geometría euclideana) por parte de los filósofos griegos y el descubrimiento de la posibilidad de encontrar relaciones causales mediante la experimentación sistemática (el Renacimiento)”. (Citado en “La nariz de Cleopatra” de D.J. Boorstin).
La actividad científica, teniendo en cuenta el necesario intercambio de información, no es una actividad individual sino colectiva. Así, la demostración del “último teorema de Fermat” requirió de los matemáticos 358 años de investigaciones. Quien pudo realizar la demostración final, Andrew Wiles, expresó respecto del método utilizado: “Era como entrar en una casa a oscuras. Se penetra a tientas en una habitación y, durante meses y hasta años, está uno dándose trompicones con los muebles. Poco a poco se va sabiendo dónde están y puede uno ocuparse de buscar el interruptor de la luz. Cuando se le encuentra y se da la luz, todo resulta claro. Entonces se pasa a la habitación siguiente y se vuelve a empezar” (De “Grandes matemáticos” en Investigación y Ciencia-Temas 1-Prensa Científica SA-Barcelona 1995).
En cuanto a la evolución cultural asociada a las normas vigentes en la sociedad, Friedrich Hayek escribió: “En el ser humano el conflicto no se plantea tanto entre lo emocional y lo racional –como tan repetidamente se afirma- cuanto entre los instintos innatos y las normas aprendidas”. “En los órdenes espontáneos nadie conoce –ni necesita conocer- cuantos detalles afectan a los medios disponibles o a los fines perseguidos. Tales órdenes se forman a sí mismos. Las normas que facilitan su funcionamiento no fueron apareciendo porque los distintos sujetos llegaran a advertir la función de las mismas, sino porque prosperaron en mayor medida aquellos colectivos que, sometiéndose a ellas, lograron disponer de más eficaces esquemas de comportamiento. Esta evolución nunca fue lineal, sino fruto de un ininterrumpido proceso de prueba y error, es decir, de una incesante experimentación competitiva de normativas diferentes. Las prácticas que acabaron prevaleciendo no fueron fruto de un proceso intencionado, aunque la evolución que las originó fuera en cierto modo similar a la evolución genética y produjera consecuencias en alguna medida comparables” (De “La fatal arrogancia”-Union Editorial SA-Madrid 1988).
Además de la lógica simbólica, asociada a los razonamientos del tipo “verdadero o falso”, existe un proceso más general, que podemos denominar lógica analógica, que constituye la base de nuestro proceso cognitivo. Así, cada vez que tratamos de comprender un tema desconocido, vamos formando en nuestra mente una suerte de modelos mentales que, mediante prueba y error, comparamos con el tema en cuestión. Luego agrupamos este nuevo conocimiento en alguna parte del cerebro para poder acceder a él en otra oportunidad. Karl Popper escribió: “Se acepta la teoría neodarwiniana de la evolución; pero se reformula señalando que sus «mutaciones» pueden interpretarse como tácticas de ensayo y error más o menos accidentales, y la «selección natural» como una manera de controlarlas por medio de la eliminación de errores”.
Respecto del proceso creativo, que es el que esencialmente distingue al hombre del animal, resulta ser un proceso de comparación, pero no sólo entre la información recibida por nuestros sentidos y lo que llevamos depositado en nuestra memoria, sino entre dos imágenes o representaciones visuales que llevamos guardadas en la memoria. Karl Popper escribe al respecto: “Podemos considerar que la selección natural favorecerá a aquellos organismos que ensayan, por un medio u otro, los posibles movimientos que pueden adoptarse antes de ejecutarlos. De esta manera, la conducta real de ensayo y error puede ser reemplazada, o precedida, por una conducta sustitutiva de ensayo y error imaginada. Este acto de imaginación puede quizás consistir inicialmente en incipientes señales nerviosas eferentes, que sirven como una suerte de modelo o representación simbólica de la conducta real y de sus posibles resultados” (Citado en “Epistemología evolutiva”).
A manera de síntesis, podemos citar otra opinión de Karl Popper, quien escribió: “Aunque he limitado mi discusión al desarrollo del conocimiento en la ciencia, mis observaciones son también aplicables, creo que sin muchos cambios, al desarrollo del conocimiento precientífico, es decir, a la manera general en que los hombres, e incluso los animales, adquieren nuevos conocimientos fácticos acerca del mundo. El método de aprendizaje de ensayo y error –de aprender de nuestros errores- parece ser fundamentalmente el mismo, ya sea practicado por animales más o menos desarrollados, por chimpancés o por hombres de ciencia. Mi interés no se dirige meramente a la teoría del conocimiento científico, sino más bien a la teoría del conocimiento en general. Ahora bien, el estudio del desarrollo del conocimiento científico es, creo, la manera más fructífera de estudiar el desarrollo del conocimiento en general. Puede decirse que el desarrollo del conocimiento científico es el desarrollo del conocimiento humano ordinario amplificado” (De “Conjeturas y refutaciones”).
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