viernes, 1 de septiembre de 2023

Perón vs. Victoria Ocampo

La Argentina, a partir del peronismo, quedó dividida en dos sectores irreconciliables. Tal es así, que desde el sector peronista no se considera “argentino” al anti-peronista, ni tampoco el anti-peronista reconoce como argentino al peronista, justamente porque el peronista considera a su héroe político por encima de la integridad de la patria. Alicia Jurado escribió al respecto: “El gobierno peronista, antes de que yo la conociera [a Victoria Ocampo], había demostrado ese odio metiéndola en la cárcel durante un mes, sin que se la acusara de nada ni se le diera explicación alguna al ponerla en libertad; este episodio le produjo una impresión indeleble y se refirió a él muchas veces. Para mí, la prisión de 1945 había sido una semana de exaltación y camaradería juveniles y no le di demasiada importancia; pero para Victoria, persona ya mayor y que en nada había provocado, como lo hicimos los estudiantes, la ira oficial, aquella incomprensible injusticia y el hecho de no verse en compañía de sus pares sino sola entre delincuentes, tiene que haberle parecido una pesadilla semejante a «El proceso de Kafka» o a los insólitos destinos que imagina Borges en «La lotería en Babilonia»”.

“De esas arbitrariedades nadie se vio libre. En una ocasión, por cantar el Himno Nacional en la calle, metieron presas a un grupo de señoras entre las que estaban Adela Grondona, que años después contó el hecho en un librito al que tituló «El grito sagrado». Norah, la hermana de Borges y la propia Leonor Acevedo, madre de ambos, quien por su avanzada edad cumplió la sentencia arrestada en su domicilio. Contaba Leonorcita que el comisario la reconvino por perturbar, a sus años, el orden público y ella respondió:

- No hice más que cantar mi himno.
- El nuestro –le señaló el comisario
- Así es, pero es más mío que suyo.
Y ante el asombro de su interlocutor, añadió:
- Lo escribió mi abuelo Vicente López y Planes
(De “El mundo de la palabra”-Emecé Editores SA-Buenos Aires 1990).

Durante el régimen totalitario peronista, el líder y sus seguidores podían emitir descalificaciones y agravios a los "enemigos de la patria", mientras que éstos deberían quedarse callados ante el riesgo de ser detenidos por la policía y encarcelados posteriormente, como fue el caso de la escritora Victoria Ocampo, encarcelada durante casi un mes por el hecho de ser opositora al régimen.

Ovidio Lagos escribe sobre su madre, que estuvo detenida por silbar en un cine en el momento en que en un noticiero aparecía Perón. Escribió al respecto: "Ya en 1947 el régimen peronista comenzaba a mostrar su espíritu totalitario, y tanto la clase alta como la clase media sintieron la irritación que producían las formas -más que la ideología- producto del gobierno de Juan Perón y de su mujer, María Eva Duarte, que pronto sería Evita".

"El pronóstico que se cernía sobre el futuro es ominoso. Ese segmento no estaba acostumbrado a gabinetes integrados por desconocidos, a una creciente propaganda que comenzaba a asemejarse peligrosamente al fascismo italiano, y a un poder gremial que se consolidaba día a día. Pero aún faltaba mucho por ver".

"Inesperadamente, mi madre apareció en el diario La Razón. El título de la nota decía: «Tres señoras detenidas en un cine por silbar al Presidente». Apenas fue liberada, lo consideró poco menos que una gesta, aunque en realidad se trató de una comedia que denotó su poca paciencia de las épocas que se avecinaban".

"Aquella tarde de julio de 1947, lanzaría su primer desafío antiperonista. Veamos. Sucesos Argentinos era el obligado noticiario que se proyectaba antes de la película principal y mirado desde la perspectiva actual constituía un perfecto ejemplo del kitsch y del candor político".

"La propaganda en el celuloide del régimen de Juan Domingo Perón -básicamente inauguración de obras públicas y actos oficiales- era la esencia de su contenido, aun cuando admitía algunas notas «de color»; por ejemplo, una doma de potros en San Antonio de Areco. La voz del locutor y los textos inverosímiles se convirtieron en una suerte de marca registrada".

"No bien comenzada la proyección, aparecieron las imágenes de Perón visitando la Exposición Rural de Palermo, momento que eligieron estas tres señoras para emitir estridentes silbidos. Cuando se mostraba un toro, en cambio, aplaudían con desbordado entusiasmo...Lo que nunca imaginaron estas reactivas adolescentes tardías es que tres hombres vestidos de civil se les aproximarían".

"-Señoras, están detenidas- sentenciaron".

"Poco después llegaron a la Comisaría 1era donde las recibieron el comisario y un ayudante, que les preguntó sus nombres. Estuvieron más desafiantes cuando se les preguntó por su profesión".

"-Oligarcas- respondieron al unísono".

"El comisario atinó -sabiamente- a aconsejarles que cambiaran su «profesión», ya que, si no lo hacían, la de «oligarcas» quedaría asentada en sus prontuarios. Pero las señoras eran obstinadas...".

"El comisario no se equivocó: cinco años después, en 1952, cuando mi madre intentó viajar conmigo a Punta del Este, el gobierno exigía pasaporte, y se lo negaron por aquella declaración en la Comisaría 1era" (De "Una mujer irreverente"-Editorial El Ateneo-Buenos Aires 2011).

Finalmente, gracias a un militar amigo, peronista, pudo obtener su pasaporte y viajar. Es oportuno mencionar un hecho innegable; que los peronistas odiaban a la "oligarquía" porque en realidad querían estar en esa posición social. Al respecto, Lagos escribió: "Como es habitual en la Argentina, varias fortunas nacen al calor de la política y el gobierno peronista no fue la excepción. A esta clase social que, curiosamente, aspiraba a asemejarse a la aristocracia y no al pueblo, se los llamó jerarcas...Se desvivían por hacerse amigos de los oligarcas".

1 comentario:

agente t dijo...

En la práctica la apetencia de riqueza y posición es el principal signo distintivo de los cuadros intermedios y superiores de los regímenes autocráticos. Las masas creen en el discurso propagandístico de tales regímenes y también esperan mejorar su suerte sin poner esfuerzo en ello, pero la gente mínimamente preparada lo que ve es una oportunidad para promocionarse con rapidez.