jueves, 26 de enero de 2023

Los "fabricantes" de peronismo y marxismo

En los países subdesarrollados, tanto cultural como económicamente, existe una mentalidad antiempresarial que favorece el trabajo en el Estado o bien en relación de dependencia. Al buscarse el empleo seguro y perdurable, junto a la tranquilidad asociada a la poca responsabilidad requerida en muchos trabajos, la cantidad de empresarios existentes impide la formación de un mercado competitivo y, por lo tanto, imposibilita la existencia de una economía de mercado.

Suponiendo que exista sólo un empresario en cada rubro de la industria y del comercio, no resulta raro que tales empresarios aprovechen la situación para pagar bajos sueldos a sus empleados e, incluso, a ejercer un mando despótico sobre los mismos, algo que ese mismo empresario no haría en caso de existir competidores en donde podrían ir a trabajar sus empleados descontentos con el sueldo y con el trato.

Puede decirse que tal tipo de empresario actúa como un eficaz "fabricante" de peronistas y marxistas, es decir, personas descontentas que preferirían una férrea intromisión estatal en la economía e, incluso, la abolición de la propiedad privada de los medios de producción.

Cuando se buscan los culpables de estas situaciones, casi siempre se olvida mencionar al conjunto de la sociedad, por cuanto es incapaz de contar con un plantel adecuado de empresarios de manera de permitir la necesaria competencia empresarial que habrá de favorecer a todos.

Al respecto se menciona una expresión de protesta de un autor anónimo: "Antes que sobrellevar la terrible injusticia de mi condición, la cruel inseguridad a la cual estoy condenado, la imposición arbitraria, mediante la fuerza, de las órdenes de otros hombres para su provecho y en mi detrimento, más bien que sufrir la explotación y la presión intolerable de relaciones puramente mecánicas, prefiero destruir la sociedad bajo la cual he sufrido todos esos males".

"Me vengaré enseguida de los ricos a los cuales no estoy ligado por un lazo humano de lealtad o por un estatuto -dudo que mis amos han negado el valor del estatuto y de los antiguos lazos humanos. Yo, a mi vez, he de despojarlos. Si he de ser un semiesclavo para beneficio de ellos, me contentaré con ser un esclavo total de la comunidad, de manera que nadie se enriquezca gracias a mi trabajo mientras yo estoy sumido en la desesperación".

"Me dicen que al destruir la propiedad estoy destruyendo la familia: contesto que tanto yo como mis compañeros no hemos tenido propiedad y sobre el particular aun el lazo de la familia está casi perdido entre nosotros. Habremos terminado con esto como con todo lo demás. Tendremos un nuevo mundo aunque signifique -y precisamente porque significa- la destrucción violenta del antiguo mundo" (Citado en "La crisis de nuestra civilización" de Hilaire Belloc-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 1966).

El otro "fabricante" de peronismo y marxismo es el pseudointelectual sembrador de odio que promueve y acentúa el descontento generalizado en lugar de buscar las causas que producen la situación de crisis. Hilaire Belloc escribió al respecto: "Este es el espíritu sobre el cual actúa el comunismo y sobre el cual se levanta la rebelión materialista actual. La cosa en sí misma es un levantaminto explosivo contra la justicia. Hasta aquellos que la conducen están inspirados por un sentido luminoso de la justicia, aun cuando la mayor parte, los más aptos, y desde luego los que tienen más aptitudes para mandar, están inspirados en algo muy distinto; los mueve el odio hacia todo aquello que nos ha hecho lo que somos: aquello que ha hecho nuestro arte, nuestra gloria, así como lo que nos ha precipitado a nuestra caída".

1 comentario:

agente t dijo...

En realidad los principales creadores de resentimiento y descontento están dentro y dándole contenido al sistema educativo y a los medios de comunicación de masas, tergiversando la realidad desde su hemiplejía moral. De otra forma los pobres de nuestras sociedades serían tan conformistas como lo habían sido siempre (por desgracia, desde luego) a no ser que recibieran información objetiva sin afán manipulador y que les ampliara horizontes.