domingo, 22 de enero de 2023

Críticas a la ciencia experimental

Varias son las críticas que se destinan a la ciencia y a los científicos; a veces justificadas y otras veces no tanto. Debemos distinguir, sin embargo, entre las críticas constructivas y aquellas que no lo son. En general, todos estamos de acuerdo en que la humanidad dista bastante de funcionar adecuadamente, por lo que debemos buscar soluciones factibles en lugar de intentar su destrucción esperando construir un mundo mejor sobre sus cenizas; tal como pretenden los revolucionarios.

En primer lugar es oportuno distinguir entre ciencia y tecnología, ya que son dos actividades distintas. La ciencia busca describir leyes naturales sin interesarle al científico la aplicación concreta que ese conocimiento pueda tener. La tecnología busca aplicaciones concretas sin interesarle al tecnólogo el fundamento científico del conocimiento que aplica. Estas serían las actitudes predominantes en los científicos y en los tecnólogos “puros”, mientras que en realidad el científico puede interesarse por las aplicaciones concretas de su actividad y al tecnólogo pueden interesarle los fundamentos científicos de lo que ha de aplicar. De ahí que exista una transición gradual entre ambos extremos.

Quizás la mayor crítica que se le hace a los científicos es haber construido armas nucleares, que constituyen la mayor amenaza contra la seguridad del planeta. Sin embargo, la misma tecnología que permite realizar bombas de fusión, o bombas de hidrógeno, será la que permitirá algún día proveer de energía a la humanidad cuando el petróleo y el uranio se hayan agotado. En cuanto al mal empleo del conocimiento científico, es un problema ético que deberá resolverse a partir de un conocimiento más profundo del comportamiento humano. Todo nuevo conocimiento podrá emplearse tanto para el Bien como para el Mal; por ello no debe culparse al que descubrió algo nuevo, sino al que lo aplicó con fines perjudiciales para los seres humanos.

Se citan a continuación algunas críticas que aparecen en el libro “Introducción a la Metodología de la Ciencia” de Javier Echeverría (Ediciones Cátedra SA-Madrid 1999). En primer lugar aparece una crítica sobre su utilización, por parte del Estado, como un medio para afianzar su poder: “Concediendo los medios para la investigación, el Estado controla y selecciona, pero se convierte al mismo tiempo en apoyo, si no en promotor, de la ciencia. Los sabios son así incitados a adoptar una conciencia de servidores del Estado, sutilmente mezclada con la conciencia de trabajar por el bien público. A cambio, la ciencia aporta al Estado la garantía de su universalidad, reforzando la clase de autoridad que él pretende obtener de la «voluntad general»” (por Sonia y Maurice Dayan).

Comentario: Esta descripción se adapta mejor a las sociedades con mayor concentración de poder estatal, tal el caso de los países comunistas. El físico Andrei Sajarov escribió sobre la ex URSS: ”La influencia de estos mismos factores anti-intelectuales es más indirecta sobre las ciencias exactas y la técnica, pero no menos destructiva. La comparación de los logros de la URSS en el campo de la ciencia, la técnica y la economía, con los obtenidos por los países extranjeros lo demuestra con toda claridad”.

“No es casualidad que sea precisamente en nuestro país donde, durante largos años, se hayan visto privados de su normal desarrollo muchos y prometedores intentos científicos de la biología y la cibernética, mientras, revestidas de suntuosos colores, la demagogia descarada, la ignorancia y la charlatanería ganaban florecientes la luz pública. No es casualidad que hayan sido realizados en otros países todos los hallazgos importantes de la ciencia y de la técnica modernas: la mecánica cuántica, las nuevas partículas elementales, la fisión del uranio; el descubrimiento de los antibióticos y de la mayoría de los nuevos preparados farmacéuticos de alta efectividad; la invención del transistor, de las calculadoras electrónicas y del rayo láser; la generación de nuevas especies vegetales de gran rendimiento agrícola, el descubrimiento de otros componentes de la «revolución verde» y la creación de una nueva tecnología en la agricultura, la industria y la construcción” (De “Mi país y el mundo”–Editorial Noguer SA-Barcelona 1975).

Otras críticas que aparecen en el libro de J. Echeverría se deben al grupo Survivre: “La ciencia ha creado su propia ideología, que tiene muchas de las características de una nueva religión, que podríamos llamar el cientificismo. Dicha ideología ha reemplazado a las religiones tradicionales. Se enseña obligatoriamente en todos los niveles educativos y está difundida en todas las clases sociales, si bien resulta más poderosa en los países más desarrollados y en las profesiones intelectuales”.

“La ciencia, y la tecnología surgida de la ciencia, y sólo ellas, pueden resolver los problemas del hombre” (Mito)

Comentario: Hay veces en que se critica la religión tradicional desde una postura científica, pero sin ofrecer una alternativa válida, por lo que no es honesta tal postura. El hombre no puede vivir sin religión, o sin una ética o sin un sentido de la vida, por lo que, debido a las crisis internas de las propias religiones, busca aferrarse a otras alternativas que supone válidas, tal como la ciencia. Sin embargo, la ciencia todavía no ha podido responder aceptablemente a los interrogantes cuyas respuestas eran antes brindadas por la religión tradicional.

Desde un punto de vista científico, nadie puede oponerse a que los problemas del hombre sean resueltos por la religión o por la filosofía, pero si estas disciplinas se deterioran cada vez más, le están dejando a la ciencia la principal responsabilidad respecto del futuro de la humanidad; la de resolver no sólo los problemas materiales sino también los espirituales. La ciencia no busca reemplazar a la filosofía y a la religión, sino que trata de fundamentarlas.

Otras críticas son las siguientes: "Sólo el conocimiento científico es un conocimiento verdadero y real, es decir, sólo lo que puede ser expresado cuantitativamente y ser formalizado, o ser repetido a voluntad bajo condiciones de laboratorio, puede ser el contenido de un conocimiento verdadero». De acuerdo con este mito, el conocimiento científico es «universal, válido en todo momento, en todo lugar y para todos, más allá de las sociedades y de las formas culturales particulares»”.

Comentario: En realidad, el conocimiento científico verificado experimentalmente tiene las características mencionadas, de lo contrario estaría al margen de la ciencia. Pero este conocimiento seguro se da principalmente en las ciencias naturales. Además, no es lícito afirmar que no existe verdad fuera de la ciencia, por cuanto parte de la religión o parte de la filosofía pueden ser verdaderas sin que entren en el marco de la verificación experimental.

“Todo lo que puede ser expresado en forma coherente en términos cuantitativos, o puede ser repetido bajo condiciones de laboratorio, es objeto de conocimiento científico y, por lo mismo, válido y aceptable. En otra palabras, la verdad…..es idéntica al conocimiento, es decir, al conocimiento científico”. (Mito)

Comentario: No todo conocimiento es bien interpretado. Incluso en ciencia se cometen errores considerables, tal el caso del científico que recibió el Premio Nobel de Medicina por error. En el libro “Biopsicología”, de John P.J. Pinel (Editorial Prentice-Hall-Madrid 2001), encontramos lo siguiente:

“En 1949, el Dr. Egas Moniz fue galardonado con el premio Nobel de Fisiología y Medicina por la invención de la técnica de la lobotomía prefrontal, un procedimiento quirúrgico en el que se cortan las conexiones entre los lóbulos prefrontales y el resto del cerebro”.
“Aunque parezca increíble, el programa de psicocirugía de Moniz se basaba en una única observación de un único chimpancé en una única situación, lo que demuestra una completa falta de conocimiento de la diversidad cerebral y del comportamiento, tanto entre especies como dentro de una misma especie”.
“El segundo gran punto débil del caso científico de la psicocirugía fue el fallo de Moniz, así como de otros investigadores, de evaluar con sumo cuidado los efectos de este tipo de intervención sobre los primeros pacientes que la sufrieron”.
“A la larga resultó evidente que la lobotomía prefrontal era poco beneficiosa como terapia, y que producía una amplia gama de efectos secundarios indeseables, como amoralidad, falta de previsión, falta de sensibilidad emocional, epilepsia e incontinencia urinaria. Esto llevó al abandono de la práctica de la lobotomía prefrontal en muchas partes del mundo, pero no antes de que más de 40.000 pacientes, sólo en EEUU, hubiesen sido lobotomizados”.
“Esta historia tiene un sombrío epílogo, Moniz fue tiroteado por uno de sus pacientes. La bala se alojó en su columna vertebral, a resultas de lo cual quedó parapléjico (paralítico de cintura para abajo)”.

Otra crítica (en forma de mito): “Átomos, moléculas y sus combinaciones pueden ser enteramente descritos según las leyes matemáticas de las partículas elementales; la vida de la célula en términos de moléculas; los organismos pluricelulares en términos de poblaciones celulares; el pensamiento y el espíritu (incluyendo toda clase de experiencia psíquica) en términos de circuitos de neuronas; las sociedades animales y humanas, las culturas humanas, en términos de los individuos que las componen”.

Comentario: En realidad, tanto no se podría hacer, pero si alguna vez tuviéramos la posibilidad de lograr descripciones tan precisas, es posible que se podrían solucionar varias enfermedades hoy en día incurables, lo que no dejaría de constituir un gran adelanto.

En cuanto a la planificación estricta de la actividad científica, ya sea por parte del Estado o por parte de los directivos de una empresa, es oportuno mencionar la opinión del Premio Nobel de Medicina Arthur Kornberg: “Si realizamos un paralelismo y salvando las distancias, las investigaciones médicas parecen más bien un juego de pool que un juego de billar: los puntos son marcados sin importar en qué agujero entra la bola, porque cada aumento en la técnica y en la comprensión de una enfermedad pueden beneficiar a los esfuerzos de los investigadores que trabajan en otras diferentes enfermedades”.

“Los científicos estuvieron satisfechos cuando el Allopurinol, el cual sintetizaron para la terapia del cáncer, confirmó ser eficaz en el tratamiento contra la gota en un primer paciente estudiado; la droga emerge como un tratamiento excepcional de artritis gotosa. Ni siquiera se desconcertaron cuando el Acyclovir, que siempre ha sido deseado como tratamiento para el cáncer, resultó ser una de las mejores drogas contra las infecciones del virus herpes” (De “La hélice de oro”–Universidad Nacional de Quilmes Ediciones-Buenos Aires 2001).

El conocimiento científico es a veces criticado por ser muy especializado. Se dice que el científico “conoce todo de nada”, mientras que el conocimiento filosófico es demasiado general, por lo que se dice que el filósofo “conoce nada de todo”. Lo ideal es buscar un término medio buscando el complemento entre ambas ramas del conocimiento.

1 comentario:

agente t dijo...

También sería conveniente no perder de vista el objetivo humano y humanista de la ciencia, así como de la filosofía. O lo que es lo mismo, tener en cuenta el aspecto emocional de sus resultados, además de su logro intelectual y su resultado material.