domingo, 16 de mayo de 2021

Ideologías que dividen

Todo conjunto de ideas lleva asociada cierta cantidad de información que influye de determinada manera en quienes la aceptan. Este es el medio por el cual se ejerce cierto gobierno mental desde el hombre sobre el hombre. Si la información transmitida resulta incompatible o poco compatible con la realidad, tal gobierno mental tiende a esclavizar al receptor haciéndolo dependiente del emisor. Por el contrario, si la información transmitida es compatible con la realidad, concretamente con las leyes naturales que rigen todos los acontecimientos humanos, el ideólogo es sólo un intermediario entre el orden natural y el ciudadano común, por lo cual no es adecuado decir que se trata de un gobierno mental humano, sino una forma indirecta de establecer el gobierno de la ley natural, o ley de Dios, sobre todo ser humano.

Si bien el cristianismo, basado en la empatía emocional, ha sido revestido de imágenes y conceptos que tienden a encubrir su carácter eminentemente ético, estableciéndose una falsa teocracia, es imprescindible apuntar hacia el surgimiento de una teocracia directa a través de la explicitación de las leyes naturales que rigen a todo ser humano, de manera de evitar, en lo posible, toda forma de intermediación.

Debido a la universalidad de la ley natural, que en el caso del ser humano implica su validez en cada uno de los habitantes del planeta, toda ideología que no contemple dicha ley, tiende a tener una validez parcial y a ser dirigida y aceptada sólo por un sector de la sociedad, creándose las condiciones favorables para las divisiones entre sectores y estimulando la violencia entre los mismos. Erich Fromm escribió: "Una ideología es un sistema de ideas. Hablando, por ejemplo, de la ideología conservadora, uno se está refiriendo al sistema de pensamiento conservador, etc. Este empleo del vocablo puede llamarse descriptivo. Pero desde mediados del siglo XIX se encuentran otros conceptos, más dinámicos. El concepto dinámico de la ideología que aquí empleo se basa en el reconocimiento del hecho de que el hombre tiene anhelos y pasiones hondamente enraizados en su naturaleza y en las condiciones mismas de la existencia humana".

"Esas necesidades inherentemente humanas son la libertad, la igualdad, la felicidad y el amor. Si esas necesidades quedan insatisfechas, ellas se pervierten, convirtiéndose en pasiones irracionales, como el ansia de sumisión, poderío, destrucción y otras por el estilo. En muchas culturas esas pasiones irracionales son las principales fuerzas impulsivas, pero sólo pocas sociedades admiten abiertamente que desean la destrucción o la conquista. La necesidad del hombre de creer que está movido por impulsos humanos y constructivos es tan grande, que hace que siempre disfrace (para sí mismo y para los otros) sus impulsos más inmorales e irracionales, haciéndolos aparecer como nobles y buenos" (De "¿Podrá sobrevivir el hombre?"-Editorial Paidós SAICF-Buenos Aires 1974).

La empatía emocional hace que sintamos como propias las penas y las alegrías ajenas. De ahí que sea el proceso de supervivencia esencial de todo individuo e incluso de la humanidad. Sin embargo, siguen teniendo vigencia las ideologías que resaltan los "valores" nacionales, o los étnicos o de clase social, etc. Tales "valores", en realidad, son elecciones humanas que poco o nada tienen en cuenta a la mencionada empatía emocional, conduciendo a los conflictos políticos, religiosos o sectoriales que impiden que haya paz en el planeta. Fromm agrega: "La ideología sirve para tener unida a la gente y para hacer que se someta a aquellos que administran el uso debido del ritual ideológico; sirve para racionalizar y justificar toda la irracionalidad y la inmoralidad existente dentro de una sociedad. Al mismo tiempo, como la ideología contiene en sí misma la idea congelada, por así decirlo, satisface a los adherentes del sistema; ellos creen estar compenetrados íntimamente con las más fundamentales necesidades del hombre, con el amor, la libertad, la igualdad, la fraternidad, porque oyen y dicen esas palabras".

"Las ideologías son administradas por burocracias que fijan su significado. Estas desarrollan sistemas, deciden cuál es el pensamiento recto y cuál el erróneo, quién es el fiel y quién el herético; en una palabra, la manipulación de las ideologías se convierte en uno de los medios más importantes para el gobierno de las gentes a través del gobierno de sus pensamientos. Las ideologías van sistematizándose y adquieren su propia lógica; las palabras tienen un significado específico y -lo que es muy importante- ideas nuevas y aun opuestas se expresan en los términos de la antigua estructura ideológica de referencia".

El marxismo-leninismo es una ideología promotora del odio entre clases sociales. Sus adeptos son admiradores de Ernesto Che Guevara, que promovía el odio como una forma efectiva de lucha para, aparentemente, mejorar la sociedad. Sin embargo, tanto en la Venezuela chavista como en la Argentina peronista, tales seguidores asocian el odio a la gente decente. Tal incoherencia resulta un tanto llamativa para el lector desprevenido, pero no tanto para quien conoce los nefastos resultados producidos por tal ideología. Guevara expresó: “El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una eficaz, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así: un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal” (Citado en “Por amor al odio” de Carlos Manuel Acuña-Ediciones del Pórtico-Buenos Aires 2000).

La transición del peronismo hacia el kirchnerismo guevarista no ha sido un cambio demasiado importante por cuanto el propio Perón predicaba el odio en contra de los enemigos internos y externos, no del país, sino enemigos de su persona y opositores a su liderazgo. Algunas de sus directivas explican su actitud y dan respuesta parcial a la severa decandencia de un pueblo que mayoritariamente acepta sus planteos. Perón expresó:

“El día que se lancen a colgar, yo estaré del lado de los que cuelgan” (2-8-46)

“Entregaré unos metros de piola a cada descamisado y veremos quien cuelga a quien” (13-8-46)

“Con un fusil o con un cuchillo, a matar al que se encuentre” (24-6-47)

“Levantaremos horcas en todo el país para colgar a los opositores” (8-9-47)

“Vamos a salir a la calle de una sola vez para que no vuelvan nunca más ellos ni los hijos de ellos” (8-6-51)

“Distribuiremos alambre de enfardar para colgar a nuestros enemigos” (31-8-51)

“Para el caso de un atentado al presidente de la Nación….hay que contestar con miles de atentados” (Plan político Año 1952)

“Se lo deja cesante y se lo exonera…por la simple causa de ser un hombre que no comparte las ideas del gobierno; eso es suficiente” (3era. Conferencia de Gobernadores, pág. 177)

“Vamos a tener que volver a la época de andar con alambre de fardo en el bolsillo” (16-4-53, horas antes del incendio de la Casa del Pueblo, la Casa Radical, la sede del Partido Demócrata Nacional y el Jockey Club)

“Leña…leña….Eso de la leña que ustedes aconsejan, ¿por qué no empiezan ustedes a darla?” (16-4-53)

“Hay que buscar a esos agentes y donde se encuentren colgarlos de un árbol” (16-4-53)

“Compañeros: cuando haya que quemar, voy a salir yo a la cabeza de ustedes a quemar. Pero entonces, si eso fuera necesario, la historia recordará la más grande hoguera que haya encendido la humanidad hasta nuestros días. Los que creen que nos cansaremos se equivocan. Nosotros tenemos cuerda para cien años” (7-5-53)

“Aquel que en cualquier lugar intente alterar el orden contra las autoridades….puede ser muerto por cualquier argentino. Esta conducta que ha de seguir todo peronista no solamente va dirigida contra los que ejecutan, sino también contra los que conspiren o inciten” (31-8-55)

“Y cuando uno de los nuestros caigan, caerán cinco de ellos” (31-8-55)

“Que sepan que esta lucha que iniciamos no ha de terminar hasta que no los hayamos aniquilado y aplastado” (31-8-55)

“Yo pido al pueblo que sea él también un custodio del orden. Si cree que lo puede hacer, que tome las medidas más violentas contra los alteradores del orden” (31-8-55)

“¡Ahh…si yo hubiese previsto lo que iba a pasar…entonces sí: hubiera fusilado al medio millón, o a un millón, si era necesario. Tal vez ahora eso se produzca” (9-5-70)

“Si yo tuviera 50 años menos, no sería incomprensible que anduviera ahora colocando bombas o tomando la justicia por mi propia mano” (30-12-72)

(Extractos del Diario “La Nación”, Domingo 4 de Marzo de 1973, página 11)

1 comentario:

agente t dijo...

Pese a un matonismo tan evidente es indiscutible que los peronistas también saben tocar la fibra sensible no violenta del hombre y la mujer comunes. Y es que tiempo y oportunidades han tenido para practicar tanto lo uno como lo otro.