sábado, 10 de junio de 2023

Limitación de la población mundial

En un año, el exceso de nacimientos sobre decesos, a nivel mundial, es de unos 100 millones de individuos. Debido a las limitaciones que impone el tamaño de nuestro planeta, resulta evidente que existirá una población límite más allá de la cual se producirán conflictos por falta de alimentos y de viviendas.

Si bien dicho límite poblacional no se conoce con exactitud, existen dos formas extremas de limitar la población mundial previendo no superar tal límite natural. Y son las siguientes posibilidades:

a) Afianzar las economías nacionales junto a los sistemas jubilatorios.
b) Promover métodos antirreproductivos (aborto, homosexualidad, etc).

En el primer caso, se justifica tal forma de encarar el problema teniendo presente que, en un pasado no tan lejano, los matrimonios tenían una gran cantidad de hijos por cuanto, al no existir sistemas jubilatorios adecuados, la única posibilidad de sobrevivir en la vejez implicaba tener el apoyo de gente joven, como sus hijos y nietos. Además, en épocas de gran mortalidad infantil, sólo teniendo varios hijos se lograría cierta seguridad para afrontar la vejez.

En la actualidad, el aumento poblacional está asociado a un encarecimiento de los alimentos, mientras que la adquisición o el alquiler de viviendas también actúa como una presión del medio para desalentar la formación de familias numerosas. De ahí que algunas versiones optimistas indican que estamos llegando a una etapa en que la duplicación de la población mundial se extenderá por un periodo de años bastante extenso.

Para calcular el tiempo de duplicación de una población se utiliza una regla práctica que implica dividir 70 por el porcentaje de aumento anual de la población. Así, si la población mundial crece a un 2% anual, el tiempo de duplicación será de 70/2 = 35 años, aproximadamente.

Una mejora en las condiciones económicas, previamente morales, podrá conducir al desaliento de familias numerosas sin necesidad de promover la "reducción artificial" o "antinatural" promovida por organismos y poderes económicos internacionales, vía aborto y homosexualidad, principalmente.

Las principales víctimas de esta alternativa son los niños por nacer, que serán mutilados por sus propias madres. Los niños que logran evitar tal destrucción, desde niños serán inducidos a cambiar de "preferencia sexual", es decir, serán inducidos a preferir la opción contraria a la que traen desde nacimiento. Ello conducirá posteriormente a formar "matrimonios" del mismo sexo con la imposibilidad de seguir trayendo nuevos habitantes al planeta.

Cuando intentamos comprender la mentalidad generalizada que se está imponiendo en el planeta, que a veces consideramos como una locura colectiva y en ascenso, podemos encontrale cierto sentido en la existencia de presiones de organismos que promueven una limitación artificial de la población mundial.

Respecto del aborto, la Madre Teresa de Calcuta, expresó: "La amenaza más grande que sufre la paz hoy en día es el aborto, porque el aborto es hacer la guerra al niño; el niño inocente muere a manos de su propia madre. Si aceptamos que una madre pueda matar a su propio hijo ¿cómo podremos decirle a otros que no se maten? El país que acepta el aborto no está enseñando a su pueblo a amar sino a aplicar la violencia para conseguir lo que quiere".

"Mucha gente se siente preocupada por los niños de la India o del África, donde tantos mueren de hambre. Muchos otros también están preocupados por la violencia en este gran país, los EEUU. Y estas preocupaciones son muy buenas. Pero muy a menudo esa misma gente no muestra la menor preocupación por los millones de niños que son asesinados por la deliberada decisión de sus propias madres. Este es hoy el mayor destructor de la paz -el aborto- que lleva a esa gente a tal ceguera".

"El aborto destruye la paz y causa ceguera hacia el enfermo, el hambriento y el desnudo. ¿El aborto guía a la ceguera entre las naciones? Por supuesto que sí, ya que la vida es tan débil y destruirla se hace tan trivial, tan clínico, tan fácil. ¿Por qué deberían las personas y las naciones dignificar la vida, si florece el aborto? ¿Por qué se atormentan por la muerte indiscriminada en Bosnia, cuando los niños son asesinados mucho más eficientemente y fuera de la vista de las cámaras de televisión?".

"Gustosamente acepto cualquier niño condenado a ser abortado. Yo les daré esos niños a un matrimonio que los ame y a su vez sea amado por ellos" (Citado en "Derecho a la vida: cultura de la muerte" de Alfredo Sáenz-Ediciones Gladius-Buenos Aires 1994).

1 comentario:

agente t dijo...

El problema del aborto (moral, social, clínico) quedaría reducido a modestos términos si se extendiera la educación afectiva y sexual y se facilitara el acceso a los anticonceptivos de una forma realista y efectiva entre los adolescentes de todo el mundo. Lo que de ninguna manera será posible de aquí a futuro es dejar el asunto en manos de técnicas primitivas como la marcha atrás o la simple represión sexual.