viernes, 22 de abril de 2022

El liberalismo light

Entendida la libertad como una condición en la cual no existe gobierno del hombre sobre el hombre, por lo general se deja de lado que tal condición debe surgir de un nivel aceptable de responsabilidad personal. Si todos los seres humanos fueramos responsables por nuestros actos, contemplando los efectos que producen en los demás, no habría necesidad de Estado, ni de policías, ni de ningún tipo de sanción, ya que estarían demás.

Podríamos denominar "liberalismo light" a la tendencia a buscar la libertad personal, en el sentido indicado, sin adquirir previamente la responsabilidad personal correspondiente. En la actual época posmoderna, ello se traduce en la exigencia desmesurada por el respeto de nuestros derechos personales, desde la sociedad, sin ocuparnos por cumplir con los deberes que previamente correspondería para legitimar tales exigencias. La libertad, en este caso, implica "hacer cada uno lo que le viene en ganas".

La tradición liberal implica algo bastante distinto a esta tendencia. Jesús Huerta de Soto escribió al respecto: "No podemos hacernos los ciegos y debemos reconocer que el movimiento libertario, que sigue creciendo y expandiéndose por el mundo, está en buena parte contagiado de burguesía materialista, indiferencia moral y nihilismo filosófico".

"Muchos de los hoy llamados libertarios defienden, por supuesto, la libertad, pero se quedan tan sólo en el nivel básico de no coacción y en la defensa del principio de no agresión, sin ser capaces de pensar en nada superior que esté un centímetro elevado del suelo. De ese modo, en lo único que piensan es que un mundo libre les traerá mayor riqueza material para aumentar su comodidad y bienestar, creen que cualquier opción de vida es moralmente indiferente, consideran que filosóficamente no existe algo que objetivamente valga la pena y, en resumen, afirman que nada tiene valor en sí mismo más allá de la utilidad inmediata que le reporte al individuo".

"La mejor línea de la Economía Austriaca, en cambio, ve al hombre como un ser trascendente que la mera acumulación de átomos ordenados y células organizadas. La herencia filosófica que recibieron los pensadores austriacos de los siglos XIX y XX viene de muy antaño, y especialmente merece la pena destacar los siglos XVI y XVII que, durante el llamado Siglo de Oro Español, produjeron desde Salamanca el primer intento (quizás involuntario) de sistematización de lo que podríamos llamar un incipiente pensamiento austrolibertario".

"Esa Escuela Española, madre de la Escuela Austriaca, conocía perfectamente la trascendencia vital del ser humano, que no había venido al mundo a respirar y pastar como lo hace una vaca. Es por eso que este libro intenta volver a los orígenes, rescatar la esencia del pensamiento español sobre la libertad, conservar la línea del auténtico pensamiento austriaco sobre la organización social, y propone continuar la noble tarea intelectual de profundizar en la teoría económica, en la teoría política, en la teoría jurídica y en la teoría ética que conduzca a un mundo más libre, sí, pero también más civilizado y trascendente" (Del Epílogo de "El manifiesto austrolibertario" de Pol Victoria-Unión Editorial SA-Madrid 2018).

2 comentarios:

Daniel Antonio Miraglia dijo...

Jesus Huerta de Soto es un extraordinario pensador que, además, comunica su saber con claridad absoluta.

agente t dijo...

La Escuela de Salamanca es la vertiente española del Humanismo renacentista, de un pensamiento y una forma de ver el mundo con rasgos nuevos respecto de la concepción medieval y que anuncian la Modernidad. Los valores seculares actuales tienen allí sus primeros pasos. Y es en esa dimensión humanista donde los postulados de la Escuela tienen más interés para nosotros dado que tuvieron un fin espiritual y pragmático que buscaba poner al hombre en el centro de la reflexión moral y conocerlo en sus propios términos y valores, no meramente como una creación de Dios obligada ciegamente a cumplir los mandatos de éste, con el fin último de hacer de cada hombre individual una mejor persona y un mejor ciudadano.