domingo, 12 de diciembre de 2021

Nuevas ideas y nuevos hábitos

La decadencia argentina, debida principalmente a una severa crisis moral, no parece que vaya a resolverse sólo desde la política, o desde la economía, sino que se requiere de información adicional asociada a las actitudes y a los aspectos emocionales vinculados a todo individuo.

Incluso puede decirse que la recuperación económica, mediante inversiones y trabajo, no podrá establecerse si siguen vigentes las ideas predominantes, por cuanto pocos se atreverán a invertir en un país cuya población, en cualquier momento, puede volver a votar masivamente por candidatos esencialmente totalitarios.

Mientras que, a estas ideas vigentes y predominantes, no se las critique adecuadamente y, además, no se establezcan otras que sean compatibles con la realidad, el proceso decadente seguirá su marcha. Karl R. Popper escribió: "En la búsqueda de la verdad, el mejor plan podría ser comenzar por la crítica de nuestras más caras creencias. Puede parecer un plan perverso, pero no será considerado así por quienes desean hallar la verdad y no la temen" (De "Conjeturas y Refutaciones"-Paidós-Barcelona 1963).

Si bien los temas humanos y sociales no han cambiado esencialmente desde las épocas de Platón y Aristóteles, hace falta una nueva ideología, es decir, una que trate todos esos temas desde un fundamento básico nuevo, o bien que se pueda "resucitar" alguna ya establecida. Erwin Schrödinger escribió: “La cuestión no es tanto ver lo que nadie ha visto todavía, sino pensar lo que aún nadie ha pensado acerca de lo que todo el mundo ve”.

De ahí que, desde la Psicología social, y a partir del concepto de "actitud característica", con sus componentes emocionales y cognitivas, surge una alternativa para aclarar ideas, ya que tales conceptos permiten establecer deducciones sencillas que conducen a un esquema ideológico que puede constituir la ideología necesaria para revertir la decadencia moral.

En la Biblia leemos: "La Verdad os hará libres", lo que implica que: "La mentira os hará esclavos". El hábito generalizado de no respetar ninguna forma de ley o reglamento, involucra también el irrespeto a las elementales normas de convivencia que surgen de cualquier código moral, como las que aparecen en los Libros Sagrados de las diversas religiones. Así, el hábito de la mentira generalmente conduce a la difamación de otras personas seguido de una interminable sucesión de venganzas. Cuando el egoísmo personal supera ampliamente todo interés por la sociedad, y por la nación, todo un país se convierte en un conjunto de seres naturales distantes de lo que el orden natural "espera" de cada uno de nosotros.

Por lo general, toda sugerencia moral se interpreta como que debemos intentar respetar a los demás, junto a los reglamentos y costumbres básicos, asociándolos a cierto "sacrificio" personal, lo que resulta poco atractivo. Por el contrario, toda acción ética debe realizarse pensando en el bienestar propio, ya que nos hará sentir verdaderos seres humanos que respetamos nuestra natural esencia social.

La gravedad de la actual Argentina radica esencialmente en las ideas predominantes en la sociedad, que surgen de un descontento esencial motivado principalmente por el odio y la envidia. Y el odio va ligado siempre a la mentira, ya que el individuo odioso jamás va a reconocer una verdad positiva de alguien a quien odia intensamente. De ahí que rechazará sus creencias, su religión, sus vestimentas, sus amistades, etc, etc. Esta es la causa del antagonismo entre sectores, especialmente proveniente de las personas para quienes no existen otros valores distintos del dinero. Si advirtieran que también existen valores intelectuales y morales, se dedicarían a lograrlos dejando de lado el odio que los esclaviza y los castiga permanentemente.

Como existe la necesidad imperiosa de revertir la decadencia económica y social, deberíamos apuntar a reconocer errores y a liberar la economía de tal manera que aumenten las inversiones productivas y el trabajo. Pero esto, por ahora, es imposible, precisamente porque las masas llenas de odio nunca van a reconocer las ventajas del capitalismo y no soportarán observar la riqueza lograda por empresarios exitosos, ya que la ilusión secreta implica poder observar algún día cómo el otrora empresario exitoso tiene que revolver tachos de basura para poder sobrevivir; de ahí el importante caudal de votos que logran los partidos políticos populistas, totalitarios y socialdemócratas, que reciben más del 80% de los votos en los comicios electorales y cuyos votantes apoyan todas las medidas gubernamentales que llevan a la venezuelización de la nación. Las diferencias esenciales entre los partidos mayoritarios radica en la velocidad con que nos conducen al socialismo pleno.

2 comentarios:

agente t dijo...

Lo jodido del caso es que ese odio se ha inculcado por un tercero, no proviene generalmente de experiencias personales directas, y el vehículo utilizado para su traslado desde la fuente emisora a la persona receptora es la mala información, el fraude intelectual, la excitación emocional calculada y ensayada. Es terrible, pero la maldad usa técnicas de experimentada eficacia que pasan normalmente inadvertidas como tales en quienes las sufren, y sólo son detectadas a posteriori tras trauma o concienzuda reflexión.

Bdsp dijo...

A Arthur Koestler, alguien que pensaba bastante, le llevó ocho años advertir la mentira del marxismo, ya que ese es el tiempo en que fue integrante del Partido Comunista alemán. De ahí que uno pueda imaginarse el tiempo que le llevará a quienes piensan muy poco...