miércoles, 15 de diciembre de 2021

El marxismo de Marx

El matemático Girolamo Cardano pronosticó el día de su muerte. Para mostrar a los demás sus habilidades predictivas, se suicida en el día anunciado. Algo similar ocurre con Karl Marx, quien supone que en toda sociedad humana existe una lucha de clases sociales; como ello no ocurre con la frecuencia supuesta, dedica su vida a promover dicha lucha. Es oportuno mencionar que, en una economía de mercado, por lo general, los empresarios compiten entre sí, por una parte, y los empleados compiten dentro de una empresa buscando ascensos, por otra parte. La lucha entre empleadores y empleados se establece principalmente cuando algún ideólogo marxista logra convencerlos acerca de "la ley de Marx".

Para el cristianismo también existe una lucha histórica entre el bien y el mal, o entre justos y pecadores, pero, al contrario del marxismo, trata de limitar esa lucha buscando la conversión de los segundos al bando de los primeros. Esta es la forma de intentar mejorar los aspectos negativos, no resueltos por la evolución biológica, y que deberán ser solucionados mediante la evolución cultural.

En los casos de Cardano y de Marx se advierte la típica actitud egoísta de intentar forzar la realidad en lugar de intentar cambiar los pronósticos o las teorías establecidas. Mientras que Cardano sólo pone fin a su propia vida, Marx propone revoluciones que en el siglo veinte costaron la vida de decenas de millones de personas. Aún así, sus ideas mantienen su vigencia en numerosos sectores de la población.

La finalidad práctica del marxismo implica la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción, condición necesaria y suficiente, según la creencia generalizada, de resolver todos los problemas sociales existentes. Tal eliminación implica la destrucción de la economía de mercado, o capitalismo.

La economía de mercado implica la división del trabajo y el intercambio posterior. Además, implica el ahorro individual, que ha de constituir el camino hacia la capitalización de la sociedad. Así como se requieren virtudes morales para trabajar eficazmente, para el ahorro se requiere vivir en una manera sencilla y ordenada. Sin embargo, como el marxista ignora los vínculos afectivos que subyacen en todo grupo humano, sólo observa en los medios materiales el único vínculo posible entre individuos que viven en sociedad, por lo que asocia a las virtudes burguesas todo tipo de corrupción moral.

A continuación se transcribe un artículo de Alberto Benegas Lynch (h) respecto del marxismo:

EL MARXISMO DE MARX

Parece mentira, pero en la actualidad hay un revivir del marxismo en ámbitos universitarios y no universitarios. Esto va para el tontaje que afirmaba cándidamente después de la caída del muro de Berlín que "Marx está muerto". Ninguna idea está muerta mientras haya quienes la sostengan. La historia está plagada de muertes y resurrecciones. Todo depende de los diversos e intrincados vericuetos que recorren las corrientes de pensamiento predominante sin menospreciar para nada a las incipientes que muchas veces son las predominantes del mañana.

En todo caso, después de la muerte de Karl Marx, muchos han sido los intelectuales y también los activistas que han pretendido mostrar un Marx hecho a imagen y semejanza del expositor de turno, ya sea para un lado o para el otro en el amplio espectro de las ideas económicas y de la filosofía política. Recientemente ha aparecido una nutrida bibliografía en la que se pintan retratos del "nuevo Marx". Conviene entonces resumir, aunque más no sea de modo telegráfico, los puntos más sobresalientes esbozados directamente por Marx eludiendo exégetas e intermediarios, sean estos entusiastas o apáticos.

Primero y principal, Marx sostiene que "pueden sin duda los comunistas resumir toda su teoría en esta sola expresión: abolición de la propiedad privada" (párrafo 36, capítulo III del Manifiesto Comunista, 1848). Este consejo que Marx considera parte esencial de su propuesta significa que no habrá precios ya que nadie puede usar y disponer de propiedad, lo cual a su vez implica que no hay forma de asignar racionalmente los recursos. No se sabe si conviene construir los puentes con plata o con otro material ni si debe construirse una pared con ladrillos o con platino.

Se podrá decidir arbitrariamente la producción de zapatos o cinturones pero no podrá saberse cuál es el método más económico para hacer lo uno o lo otro. Como lo señaló Ludwig von Mises en 1920, la contabilidad, la evaluación de proyectos y el cálculo económico no resultan posibles sin precios de mercado que, a su vez, sólo pueden ponerse de manifiesto si tiene vigencia la institución de la propiedad privada, no sólo de los bienes de consumo sino también y principalmente los factores de producción. A Marx le preocupaba la economía, pues bien, lo que propuso es un imposible económico. Es un sinsentido económico: no hay tal cosa como el sistema económico marxista desde el momento que, en ese sistema, resulta imposible la economía.

En segundo lugar, Marx predecía la inexorabilidad del socialismo en base a supuestas leyes históricas inexorables sin comprender que en las relaciones sociales nada hay inexorable. Seguramente Marx intuía esto último puesto que se daba cuenta que si no escribía libros y panfletos y si otros no provocaban revoluciones y ponían bombas, "la inexorabilidad" no se producía. Es que en realidad los sucesos humanos dependen de lo que sucede en el terreno de las ideas.

Como bien ha explicado Popper al combatir el historicismo, nada hay inexorable ni existen leyes de la historia independientes de los sucesos que genera el hombre. Por otra parte, las predicciones "científicas" de Marx han resultado también un fiasco: que la revolución comunista aparecería en los países de mayor desarrollo capitalista y, sin embargo, apareció en la Rusia zarista; que la propiedad estaría concentrada cada vez en menos manos en el capitalismo y solamente las sociedades por acciones produjeron una dispersión colosal de la propiedad y que las revoluciones comunistas se originarían en los obreros cuando en verdad todos surgieron de intelectuales-burgueses.

El tercer aspecto está vinculado con el tema anterior. Se trata del materialismo dialéctico referido a los procesos de tesis-antítesis-síntesis hegelianos como correlato necesario de la lucha de clases y como explicación de la historia. A su vez, la lucha de clases se basa en lo que podemos considerar como un cuarto punto: el polilogismo, esto es la diversa estructura lógica que tendría el proletario respecto del burgués, aunque nunca aclaró Marx en qué consistía concretamente esta diversidad de las ilaciones lógicas. Nunca explicó qué sucede en la cabeza de un proletario que se gana la lotería ni en la de un burgués que quiebra.

El quinto aspecto es el llamado materialismo histórico que consiste en que, según Marx, los procesos productivos determinan todo lo demás en el ser humano sin percatarse de que es lo espíritual lo que determina lo material y no al revés. Según Marx las cosas comenzaron con los métodos de producción, lo cual, a su vez, determinó las concepciones respecto del resto de las cosas.

Por último, para referirnos muy esquemáticamente a los puntos de mayor relevancia, Marx aludió a la teoría de la explotación basada en lo que llamó "plusvalía", esto es, siempre según el mismo autor, aquello que el empleador se apropia indebidamente y que en verdad le pertenece al empleado. Esto tiene lugar -continuaba Marx- debido al fenómeno de alienación, es decir la expropiación y el arrebato que sufre el propio ser del trabajador. Este análisis pasa por alto el significado de la contratación voluntaria en una sociedad abierta y que, en ese contexto, los salarios e ingresos en términos reales se deben exclusivamente a la estructura de capital que hace de apoyo logístico al trabajo para aumentar su rendimiento.

Los niveles de salarios en las diversas partes del mundo son consecuencia exclusiva de la inversión per capita. Cuanto mayor el capital mayores los ingresos en términos reales y mayor el tiempo libre para las actividades culturales y recreativas y msyores las posibilidades de escapar a la especialización rutinaria. La caricaturización del empleador barrigón con la cadena de oro y la galera frente al obrero descalzo y desnutrido no permite ver que los salarios no dependen de la buena voluntad ni de las ganas que puedan tener uno y otro.

Los salarios están determinados por la tasa de capitalización que permite mejoras en el nivel de vida y, a su vez, esa capitalización tiene lugar cuando los marcos institucionales garantizan la propiedad y no la destruyen con la voracidad fiscal, la inflación y controles burocráticos de todo tipo y especie que invariablemente recaen sobre los consumidores más débiles.

Combinando un título en alemán con la búsqueda de significado en español, bien se ha dicho que Marx al escribir Das Kapital en realidad quiso decir "quitas capital" con lo que el empobrecimiento y la pauperización se hacen patente.

(De "El juicio crítico como progreso"-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 1996)

1 comentario:

agente t dijo...

El reduccionismo marxista respecto de las causas de los fenómenos humanos bien podría etiquetarse de pensamiento mágico. Y con ello acabamos de alejar otra vez al marxismo de su pretensión científica.

Notable el chiste sobre Das Kapital.