lunes, 23 de octubre de 2023

Massa vs. Milei

Ante la desastrosa situación económica y social existente en la Argentina, era poco esperable (suponiendo que la mayoría de la población tema la miseria y la inseguridad extremas) que los votantes apoyaran al candidato del partido gobernante, Sergio Massa. Dicho candidato estuvo cerca de ganar la presidencia en primera vuelta, ya que le faltó alrededor de un 3% de los votos para concretarlo.

Debido a que, quizás, sectores del radicalismo y del catolicismo voten en segunda vuelta por Massa, es posible que el futuro presidente sea, nada menos, que uno de los principales responsables del aumento de la inflación y de la pobreza extrema. Esta posibilidad se debe a la opinión adversa y descalificación permanente, por parte de Javier Milei, del radicalismo y de Jorge Bergoglio. Al menos tales sectores nunca votarían a favor de Milei, ya que fue tan exitoso en la conquista de votos a favor como en la forma de ahuyentar votos de varios sectores. Incluso cometió el serio error de considerar, como el mayor culpable de la decadencia argentina, al radicalismo en lugar del peronismo.

Llama la atención, además, que importantes medios periodísticos, tradicionalmente democráticos, como La Nación, se hayan sumado a la campaña de desprestigio y degradación de Milei, lo que condujo al crecimiento del candidato peronista. Si bien puede un periodista no tener simpatía por un candidato, debería al menos mantener cierta neutralidad ante la evidente posibilidad de ser funcional a un personaje siniestro que comanda parcialmente una verdadera mafia enquistada en el poder.

Entre los factores del crecimiento de Massa aparece la masiva compra de votos que le permitió su actual función de Ministro de Economía, ya que redujo algunos impuestos sin reducir gastos, permitió el ingreso al Estado de miles de partidarios, repartió dinero en cantidades fabulosas a costa de imprimir billetes aumentando la inflación y la pobreza extrema. Pero, como el argentino típico sólo piensa en su propio interés inmediato, y nada le interesa el país, acepta gustosamente toda ventaja personal aunque sepa que se trata de algo esencialmente delictivo.

La propaganda de Massa se basaba, entre otros aspectos, en mencionar que se "hizo cargo" de "la mayor deuda pública contraída en la historia por un país". Se refería a la deuda de Mauricio Macri contraída con el FMI, que actualmente representa en 10 u 11% de la deuda total argentina, inferior al aumento de la deuda contraída durante el actual gobierno peronista. Para la efectividad de tal mentira necesitó el valioso silencio de Macri y su sector, ya que "el que calla, otorga".

Entre los posibles errores de Milei aparece la dudosa efectividad de una futura dolarización, como si todos los problemas morales de la población fueran a solucionarse a través de tal proceso. Si bien podrá solucionar algunos problemas económicos, lo principal será reducir drásticamente el gasto público, algo que tiene previsto.

El cierre del Banco Central, propuesto por Milei, no sería necesario si fuese administrado eficazmente. De todas maneras, si lograra cerrarlo, estableciendo la dolarización de la economía, seguiríamos teniendo como Banco Central al de los EEUU. Estos procesos, y sus efectos, si bien sólo son accesibles a los economistas, presentan ciertas dudas a los ciudadanos comunes, ya que en las propuestas de Milei se destaca siempre una actitud de destrucción, antes que de reparación, lo que a veces es mal interpretado por la sociedad.

La propuesta educativa de Milei implicaría un serio trastorno, con el sistema de váuchers, ya que, por lo general, los alumnos concurren a escuelas públicas cercanas a sus domicilios, por lo cual la posible elección de una mejor escuela resulta poco práctica. No toda la sociedad debe ser adaptada al mecanismo del mercado, sino que principalmente la economía debería serlo. Si bien esta propuesta no implica eliminar la educación pública, la mentirosa oposición ha proclamado en todas partes que "Milei propone la destrucción de la educación pública".

Los "peligros" atribuidos a Milei se verían limitados por el Congreso y por la Constitución Nacional, por lo que, de no ganar la presidencia, no parece posible que Massa vaya a hacer exactamente todo al revés de lo que hizo hasta ahora. Massa resulta ser el típico politiquero argentino, que aspira llegar a la presidencia de la nación como un objetivo personal, mientras que poco o nada le interesa el destino de la nación.

A continuación se transcribe un artículo al respecto:

AHORA HAY SÓLO UNA OPCIÓN

Por Santiago González

El escenario político ganó en nitidez, y la reducción de la incertidumbre siempre es un alivio. Si antes de la elección del domingo La Libertad Avanza era una de las opciones disponibles para revertir el descalabro argentino -probablemente la más audaz, la más drástica-, a partir de hoy es la única.
En un comicio limpio y sin incidentes, los votantes sacaron del juego a la coalición de macristas y radicales, asestando un castigo previsible (este cronista lo vaticinó en su cuenta de Twitter en marzo pasado, y nuevamente en mayo) a su arrogancia y su torpe campaña de manipulación de la opinión pública, señales inequívocas de desprecio por la gente.

MERECIDA REPRIMENDA

Las huestes de Javier Milei deberían tomar nota, porque también su sigla recibió una merecida reprimenda: su nivel de respaldo no ascendió una décima desde las PASO hasta ahora.
Sus dirigentes no aprovecharon ese lapso para dar algún tipo de carnadura a su oferta y prefirieron entregarse a la hipnosis de un triunfo en primera vuelta y a los fuegos de artificio apocalípticos. Milei desperdició su intervención en los debates, y su cierre de campaña fue desastroso.
Debería prestar más atención a su compañera de fórmula, que no cometió un solo error en toda la campaña y supo responder con firmeza y elegancia a los violentos ataques de que fue objeto.
Quizás los votantes fueron más benévolos con los libertarios que con los cambiemitas en atención a su condición de recién llegados a la política.
De aquí al balotaje, las fuerzas del cielo tendrán que descender a la tierra, describir su oferta de manera más precisa, y aprender aceleradamente las artes y mañas de la política, si es que quieren atraerse el respaldo de los votantes huérfanos del macrismo.
En ese empeño se van a encontrar con la competencia de Sergio Massa, que emerge de esta elección como nuevo líder de la variopinta familia peronista: el kirchnerismo ya es apenas un recuerdo, incluso para su propia conductora como lo reconoció ella misma al depositar su voto.

EXCEPCIONALIDAD ARGENTINA

Que Massa, presidente de facto de una inflación de tres dígitos, haya sido el candidato más votado añade un nuevo y curioso capítulo a la historia de la excepcionalidad argentina que sorprende a los eruditos de la politología.
Massa y Milei representan posiciones opuestas y extremas respecto del manejo de la cosa pública, pero en las próximas semanas ambos deberán desplazarse hacia el centro para conquistar a esa franja ciudadana que no optó ni por uno ni por otro.
Massa ya habló de encarar un gobierno de coalición, con la mirada puesta en ciertos radicales sin simpatías por Mauricio Macri y en ciertos peronistas sin simpatías por los Kirchner. Macri también hizo saber de antemano sus coincidencias con Milei. Seguramente ofrecerá su apoyo a los libertarios, lo que le servirá a él personalmente para desembarazarse de los radicales que no lo quieren (que son más que los que quieren a Massa), pero ese apoyo no va a ser gratis.
Costumbres de la casta que el libertario deberá ir aprendiendo con cierta premura. Todo queda para noviembre. Las presiones sobre el dólar, que eran acicateadas desde la política, probablemente habrán de ceder. Otro alivio.

(De www.laprensa.com.ar)

1 comentario:

agente t dijo...

Ojalá esta vez sea cierto eso de que Dios escribe recto con renglones torcidos. Lo más razonable es esperar que una notable mayoría de votantes de Bullrich apuesten por el no peronismo, por Milei.