jueves, 8 de diciembre de 2022

Memoria, símbolos y creatividad

En ocasión previa a una conferencia a dictar por Jorge Luis Borges, alguien le confiesa que estaba intrigado por saber qué iba a decir, a lo que Borges le responde que a él le pasaba lo mismo. Esta respuesta se debe a que nadie puede saber qué información lleva grabada en su memoria y qué parte de ella habrá de ascender al consciente en determinada circunstancia.

La creatividad, científica o artística, ha de provenir de este proceso, es decir, cada individuo acumula información grabada en su memoria, en forma personal o subjetiva, y en ciertas ocasiones, y en forma casi involuntaria, la información necesaria se hará consciente para establecer el nuevo aprendizaje o el inicial acto creativo. J. A. García Martínez escribió: "El inconsciente es creador por definición y proporciona espontáneamente sus propias formas. La tendencia que determina la idea del mundo se manifiesta en imágenes simbólicas y espirituales que expresan la relación del hombre con el mundo. El arte representa, pues, una mundividencia sintética determinada por las diferenciaciones inconscientes: allí puede buscarse el origen del arte. La creación artística tiene poderes mágicos. Las cosas son percibidas y experimentadas. Luego, diferenciadas" (De "Arte, psicoanálisis y surrealismo"-Ediciones Noé-Buenos Aires 1973).

La mayor parte de nuestros recuerdos yacen ocultos en nuestra memoria, o subconsciente. Ello podemos evidenciarlo en el simple hecho de que sólo podemos elaborar razonamientos acerca de un determinado tema por vez. Es posible que el ejercicio mental nos ayude a facilitar el acceso de la información grabada en nuestra memoria hasta hacerla ascender a nuestro consciente.

Existe un refrán que nos alerta acerca de nuestros aprendizajes y el tiempo destinado a tal proceso: "El colmo de la estupidez es aprender aquello que luego se ha de olvidar". Si nos detenemos a observar la tapa de un libro que hemos leído hace algunos años, es posible que, en ese momento, no nos acordemos de prácticamente nada de lo leído; y nos da la sensación de convalidar el refrán anterior. Sin embargo, cuando comenzamos a releerlo, desde alguna parte del cerebro nos surge la certeza de que tal cosa fue leída y aprendida en su momento.

En cuanto al arte, en cualquiera de sus expresiones, puede decirse que resulta ser un reflejo de la realidad psíquica del individuo que lo creó e, incluso, de la mentalidad predominante en la sociedad que lo acepta o lo rechaza. De ahí que los dibujos simples y elementales que realizan los niños sirven para diagnosticar algunos posibles inconvenientes sufridos. García Martínez escribió: "El arte fue para Freud una vía de acceso al inconsciente, como lo eran el enfermo, el niño y el hombre primitivo. Ahora, en cambio, el inconsciente es, también, una forma de apertura hacia el arte".

"El mecanismo de esa ecuación (inconsciente-arte; arte-inconsciente) encierra el planteo del problema desde el punto de vista de la psicología profunda. Consecuentemente, una dimensión del arte será aquella en que el artista exprese sus contenidos interiores y los traduzca en la obra. Ésta no se explica ni se agota en esos contenidos. Pero el inconsciente vierte en ella una buena parte de sí mismo que aparece como una buena parte, también, de la obra de arte".

"Señala Susan Langer que la diferencia del hombre con el animal es su capacidad de usar símbolos. La obra es significativa en la medida en que ha entrado en ese proceso de simbolización. Cabe preguntarse, pues, cómo se conjuga tal actividad con el arte. La situación es la siguiente: las facultades humanas se encuentran frente al universo y ese encuentro determina los símbolos que se articulan por los sentidos en imágenes sensibles".

"El universo visible es una constelación de símbolos que aparecen como el lenguaje del inconsciente y que llevan directamente a la filosofía del simbolismo o a lo que podría constituir una Crítica de la Razón Simbólica. El arte es a la realidad lo que el símbolo al inconsciente.".

"La ecuación varió con la presencia de otros dos términos y lo que, antes, podía plantearse como situación entre arte e inconsciente, ahora lo ampliamos y modificamos con los agregados del símbolo y la realidad. El concepto de inconsciente colectivo (con el que trabajó Jung), y sus interpretaciones simbólicas abrieron nuevas vías en el estudio de la cultura".

El arte, como medio para transmitir emociones, presenta la posibilidad de ser un medio comunicacional tanto de lo que favorece nuestra adaptación al orden natural como a lo que lo aleja. De ahí que siempre debemos "cargas nuestro cerebro" con imágenes y símbolos que nos permitan elaborar ideas que conduzcan a una mejora cultural. Jean-Marie Guyau escribió: "Es bien lógico suponer en el mundo moral la existencia de fenómenos análogos a la vibración simpática, o, hablando el lenguaje psicológico, de determinación recíproca, de sugestión y como de obligación mutua".

"El exceso de tensión en una parte del cuerpo social se extiende a las otras partes. Toda sociedad no es sino una tendencia al equilibrio de las moléculas vivas que la constituyen, y todo dolor, todo placer, que son rupturas de equilibrios en un punto, tienden esencialmente a propagarse".

"La transmisión de las emociones entre los organismos puede tener lugar de una manera consciente o inconsciente, directa o indirecta, es decir, por medio de signos interpretables".

"La emoción estética es la más inmaterial y la más intelectual de las emociones humanas; los órganos con ayuda de los cuales se produce son sobre todo los ojos y los oídos..." (De "El arte desde el punto de vista sociológico"-Librería de Fernando Fe-Madrid 1902).

1 comentario:

agente t dijo...

No únicamente desde el punto de vista artístico sino desde cualquier otro siempre es mejor tener, a nivel individual y colectivo, la cabeza bien amueblada con los conocimientos, ideas, símbolos e historias que forman ese acumulado que llamamos cultura, con cuya imprescindible ayuda tenemos que desarrollar nuestro futuro, el cual tendrá más y mejores posibilidades cuanto mayor sea ese fondo cultural en el que apoyarse.