domingo, 11 de diciembre de 2022

La "coherencia" en el discurso socialista

Es posible advertir, en el discurso socialista, ciertas incoherencias lógicas, o contradicciones, a pesar de las cuales siguen adelante con sus proyectos expansionistas. Una de tales contradicciones es la cuestión del "imperialismo", ya que, mientras basan sus invectivas en contra del "imperialismo yanqui", provocan éxodos de capitales materiales y humanos que van a refugiarse en dicho "imperialismo", favoreciéndolo, una vez que inician el proceso socializador de la propiedad privada en un país.

Además, la tendencia socialista a gobernar mental y materialmente a toda población, vía Estado, promueve imperialismos en pequeña escala, y que, al expandirse, llegan a establecer imperialismos en gran escala. Algunos pensadores "resuelven" tales contradicciones al afirmar que la coherencia lógica del socialismo se advierte en la prioridad absoluta de la conquista del poder total afirmando cualquier cosa y realizando acciones con criterios opuestos según las circunstancias lo requieran.

Como ilustración de tal comportamiento, puede mencionarse la invasión de la China maoísta al Tibet. Salvador de Madariaga escribió al respecto: "El ataque de la República Comunista de China a Tibet presenta un ejemplo típico de conducta comunista, ya que reúne un catálogo completo de los rasgos a que nos ha acostumbrado el comunismo".

"En primer lugar, la violación de compromisos expresamente contraídos. En 1950, China aseguró a India que no abrigaba la intención de incorporar a Tibet ni por la fuerza ni de ninguna otra manera, y que estaba dispuesta a negociar con Tibet sobre las relaciones futuras entre ambos países. Semanas después China invadió a Tibet. Este proceder se ajusta al estilo comunista. La misma indiferencia para con las promesas, las firmas, las declaraciones y los tratados se observará en la historia de la expansión de la Unión Soviética en Europa".

"En segundo lugar, la invasión de Tibet constituye un monstruoso abuso de fuerza cometido por una nación enorme contra otra mucho más chica. En China viven más de seiscientos millones de chinos, mientras que los tibetanos no llegan a diez millones. Hay algo de repugnante en este espectáculo de una nación gigante como China maltratando y mutilando a otra diminuta por el mero crimen de hallarse situada en sus fronteras. Con casos de abuso de poder tan crueles y tan cínicos como este ha constituido la Unión Soviética su imperio europeo".

"En tercer lugar, el ataque se hizo invocando toda suerte de textos incoherentes, ambiguos y hasta hipócritas. La incoherencia es inevitable en el comunismo, ya que se desprende de la filosofía política del partido. Todo, absolutamente todo -así lo prescribe esta filosofía- ha de sacrificarse al éxito final del comunismo. Por lo tanto, el partido no se va a dejar inhibir de tomar tal o cual actitud o decisión por el hecho de que resulta incoherente respecto a otras actitudes o decisiones anteriores o simultáneas. La coherencia resultará de la convergencia de las vías incoherentes hacia el triunfo final del comunismo".

"Dramática confirmación de esta doctrina (si vale el vocablo) fue la actitud de los comunistas franceses ante la segunda guerra mundial: cruzada de libertad mientras Hitler fue aliado de Stalin, empresa imperialista en cuanto Hitler decidió atacar a la Unión Soviética. Otra ilustración brillante de la misma incoherencia es la declaración de Kruschev afirmando que no hay nación que pueda imponer sus ideas a otra, pese a que sus tanques y verdugos ha impuesto el comunismo a Hungría".

"He aquí pues a la China comunista, muy ufana de su modernidad, en total olvido o desprecio de la sabiduría de sus grandes filósofos clásicos, de Confucio como de Lao-Tse, a no ser que pueda probarse que fueron preencarnaciones de Marx; he aquí pues a China aplastando a Tibet bajo el pretexto de que se trata de un pueblo primitivo, atrasado, anticuado, embebido en religión y desdeñoso de nuestra novísima economía. Muy bien. Pero ¿cómo justifica China su invasión? Alegando que Tibet es parte integrante de China por estar bajo su señoría feudal (suzerainty) y nacional (sovereignty), es decir, haciendo valer ideas medievales y nacionalismos ya anticuados" (De "Obras escogidas. Ensayos"-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 1972)

1 comentario:

agente t dijo...

Aquí sí que Madariaga está totalmente acertado y describe a la perfección la actuación comunista. Esa inmoralidad no ha cambiado y sigue presente en el movimiento comunista actual y sus adláteres.