viernes, 23 de diciembre de 2022

Ayer y hoy del peronismo

En forma similar a lo que ocurre a nivel internacional con el marxismo, ocurre a nivel nacional con el peronismo; ideologías incoherentes y contradictorias que sólo tienen como finalidad la conquista y el mantenimiento del poder, con un alto costo de sufrimiento para quienes los han de padecer.

Sus respectivas vigencias se deben, en gran parte, a las debilidades de sus "opositores", ya que se trata de ideologías con diversos rostros cuyas falsedades son difíciles de captar por parte de los desprevenidos. Así, es frecuente en la Argentina confundir el totalitarismo de las primeras presidencias de Perón con la democracia, por el hecho de haber accedido al poder mediante elecciones. Ello se debe a que sólo se tiene en cuenta la legitimidad del acceso al poder desconociendo la legitimidad ausente en la gestión de dicho poder.

Durante el peronismo de los años 50, explícitamente se consideraba "enemigo" (del peronismo y de la patria) al antiperonista, y a veces al neutral que no adhería al régimen. De ahí que no era extraño que un médico ajeno al peronismo fuera encarcelado mientras ejercía sus actividades docentes. Marcelino Cereijido escribió: "Cuando salimos de la reunión, Horacio se acercó a aclararme que, dadas las circunstancias, no creía justo que yo lo reemplazara. Yo, que compartía su posición, insistí en dictar la clase, y continué haciéndolo por algunas semanas más. No sé si mi obstinada no afiliación al partido gobernante, mi asistencia al Instituo Católico de Ciencias, mi concurrencia a lo de Houssay, las clases en el CUM o las discusiones en el Café de los Estudiantes, me habrán puesto en la mira de las autoridades".

"Lo cierto es que, en octubre de 1954, estalló una huelga a raíz de la intervención policial en un acto que realizó «La Línea Recta», el centro de estudiantes de ingeniería. Los de medicina nos adherimos, y el doce de ese mes me llevan preso a la cárcel de Villa Devoto, de la que no saldría sino tres meses y veintiún días después".

"Al llegar al cuadro quinto nos encontramos con unos treinta guatemaltecos, a quienes el presidente Perón, en un rapto de euforia panamericanista, había otorgado asilo político con gran despliegue de propaganda. Más tarde, al percatarse de que no habrían de ser ellos quienes se quedaran con el poder, en un astuto gámbito diplomático los mandó sin más a la prisión. «¡Nada de 'prisión': en la Nueva Argentina de Perón no hay presos políticos!» afirmaban los periódicos oficialistas, es decir, casi todos. Sólo se trata de personas a «disposición del Poder Ejecutivo». Pues bien (¡bendita semántica!), entonces no estuve preso, sino a disposición de dicho poder" (De "La nuca de Houssay"-Biblioteca Médica Aventis-Buenos Aires 2001).

En cuanto al kirchnerismo, "fase superior del peronismo", fue sintetizado en redes sociales mediante una reseña de la personalidad de Néstor Kirchner: "Político enfermo de avaricia y poder, corrupto profesional en igual medida, tipo de perfil bajo y ruin. Se hacía el amigo y quería quedar bien haciendo bromas de mal gusto".

"Torpe, ordinario y extorsionador serial, siempre tenía el puñal bajo el poncho. A la semana de asumir como Presidente, este nefasto personaje fue a la casa de Héctor Magnetto (CEO del Grupo Clarín) a cenar. Fueron tres años de una sociedad inquebrantable. Hasta que un día, la voracidad del poder y de controlar todo de NK pudo más y quiso comprar Clarín".

"Clarín es el diario de habla hispana de mayor tirada en Latinoamérica, formador de opinión como ningún medio. Si este delincuente tenía Clarín, tenía todo. Y el tipo fue por todo. Le dijo a Magnetto que pusiera un precio. Néstor siempre fue generoso con nuestra plata".

"Magnetto le contestó que no se ofendiera, pero que Clarín no estaba en venta. A Kirchner le podían insultar a la madre y no pasaba nada, pero le decís que no a algo y morías lentamente".

"Néstor se tomó unos días y volvió a la carga. Magnetto sabía que estaba negociando contra un monstruo con chequera robada. Le pidió unos días más para tratar el tema (todo chamuyo, no se lo quería vender a ningún precio)".

"Al final volvió a decir que no. A Néstor le salía espuma por la boca. Ahí se desató el infierno y Clarín sufrió los ataques más bajos que puede sufrir un medio de comunicaciones con miles de puestos de trabajo en juego. La Ley de Medios de Comunicación y el payaso de Sabbatella yendo con los abogados a intervenir el diario".

"Los camiones de Moyano tapando la salida de los repartos de los diarios. Guillermo Moreno poniendo su revolver sobre el escritorio de los directivos de Clarín. La justicia culpando a Ernestina de Noble, directora del Grupo, de apropiarse de hijos de desaparecidos, los hijos de Ernestina humillados públicamente por los Kirchner (un día fue la policía sin autorización con dos médicos a la casa de Ernestina, hicieron desvestir a la hija de 25 años delante de la prensa para tomarle una muestra de ADN)".

"Había carteles en las calles con el lema «Clarín devuelvan a los nietos» con Estela de Carlotto al frente del reclamo. Al tiempo y con todos los análisis negativos se comprobó que los hijos no eran apropiados. Jamás pidieron disculpas".

"Toodo era un delirio mafioso en gran escala. Néstor sometía a quien lo criticara".

"Marcelo Longobardi fue su próxima víctima. Longobardi, que estaba en C5N y Radio 10, era muy crítico con el kirchnerismo. Daniel Hadad era el propietario de esos medios. Néstor le pidió la cabeza de Longobardi; no lo quería escuchar más. Néstor le ofreció a Hadad «un pozo de petróleo» para echar a Longobardi, así como se lee".

"No andaba con chiquitas porque nuestra plata era de él y la gastaba como quería. Hadad le dijo que no vendía. Le explicó que con C5N y Radio 10 había logrado el sueño de su vida, además por la amistad que tenía con Longobardi, que era el periodista estrella del Grupo".

"Néstor, a los sueños de la gente, lo tenían sin cuidado".

"A los pocos días del no rotundo, se avalanzó sobre Hadad la tormenta perfecta. Una noche estaba festejando el cumpleaños de su esposa en un restaurante de Pilar y aparecieron tres personas armadas y balearon el lugar sin robar nada".

"A los pocos días el helicóptero de C5N iba a cubrir un evento y se desplomó al suelo. Murieron los ocupantes y nunca se supo qué sucedió".

"Al poco tiempo se incendió la antena de Radio 10, algo insólito, y el Grupo estuvo un par de días sin transmitir. Nunca se esclareció el hecho".

"Para despejar todas las dudas, al poco tiempo apareció Cristobal López, a comprar los medios de Hadad y sin Longobardi. Hadad, acorralado y asustado, vendió".

"Aclaro que la persona que estaba a cargo de todas estas negociaciones y quién ponía la cara era nuestro actual presidente, Alberto Fernández".

El grave problema de la Argentina no radica en la existencia de varios políticos delincuentes, sino en la existencia de un 25 a un 30% de la población que apoya incondicionalmente a todo candidato peronista bajo el tácito lema popular: "Criminal o ladrón, queremos a Perón".

1 comentario:

agente t dijo...

...y es que la gente es como es, y estas "minucias" violentas no parecen importarles, es más, les atraen. Por ejemplo, Hugo Chávez antes de ganar las elecciones que le convirtieron por primera vez en presidente de Venezuela había protagonizado un intento de golpe de estado que fracasó pero que dejó un reguero de cientos de muertos, pero pese a ese antecedente ganó las citadas elecciones a los pocos años.