viernes, 2 de septiembre de 2022

La sociedad paranoica

En épocas pasadas, las diversas crisis sociales se asociaban al alejamiento de la gente respecto de los mandamientos bíblicos y a las preferencias por los pecados. Si bien tal descripción mantiene esencialmente su vigencia, debe tenerse presente que tales comportamientos resultan relacionados con aspectos cognitivos, y no sólo con los aspectos puramente emocionales, de los cuales se deriva lo moral.

En lugar de decir que toda crisis está causada por un alejamiento respecto de la ética natural, lo cual es exacto, debe agregarse que también se debe a un alejamiento cognitivo respecto de las leyes naturales elementales que gobiernan nuestros comportamientos individuales.

Esta descripción coincide esencialmente con la establecida desde las épocas de Sócrates, quien asociaba los pecados a la ignorancia, estableciendo un vínculo estrecho entre razonamiento y emoción, como lo confirma la neurociencia actual. De ahí aquello de que "No somos seres racionales, somos seres emocionales que razonan" (Daniel López Rosetti).

Desde este punto de vista, puede decirse que el alejamiento mental respecto de la realidad, con sus leyes naturales invariantes, nos induce a pensar que existe una generalizada predisposición a reemplazarlas por alguna forma de delirio. S. H. Frazier y Arthur G. Carr escribieron: "Delirio: alteración grave del juicio, representada por la sustentación de una idea o creencia falsa, o un conjunto de ideas que no tienen base en la realidad y no son susceptibles a la influencia de la razón, la lógica, el sentido común, la persuación o la explicación racional".

"Si bien muchas personas sostienen ideas que quizá no tienen apoyo en la realidad, éstas son por lo general comunes en la cultura o subcultura en que viven. Por otra parte, un delirio es una distorsión muy personal de la realidad, motivada por necesidades también muy personales. Como el término casi siempre se aplica solamente a las ideas que reflejan gran deformación de la realidad, se considera al delirio el sello de una psicosis" (De "Introducción a la psicopatología"- Editorial El Ateneo-Buenos Aires 1969).

En toda sociedad existen personas influyentes y personas influenciables, por lo cual el surgimiento de líderes con síntomas psicóticos puede interpretarse tanto como un producto de la sociedad o bien que tales líderes contagian a la sociedad con sus alteradas personalidades patológicas. En ambos casos, es necesario ser conscientes de los desvíos emocionales y cognitivos por los cuales el caos social avanza sostenidamente.

Especialmente entre los líderes políticos de izquierda, que muestran ilimitadas ambiciones de poder, vía Estado, se advierten algunos de los principales delirios informados por los especialistas. Los citados autores dan la siguiente lista:

"Delirios de persecusión, en los cuales el individuo tiene la falsa creencia de que los demás tratan de lastimarlo o destruirlo de alguna manera".
"Delirios de referencia, en los que la persona siente que los otros la observan y están hablando de ella".
"Delirios de grandeza, en los que se magnifica la propia importancia, apartándose de la realidad y creyendo ser una figura de gran valor e influencia, por ejemplo: Napoleón, Dios, Franklin Roosevelt".
"Delirios corporales, en los que la persona tiene ideas raras de su cuerpo, representadas por la creencia de que su organismo se está decomponiendo, cambiando de sexo o que despide malos olores".
"Delirios de influencia, en los que el individuo se cree influido contra su voluntad por medios que generalmente no tienen asidero real".

Para entender la política, e incluso para intentar entender las nuevas ideas vigentes en la sociedad, no resulta del todo conveniente acudir a los libros sobre historia de las ideas políticas, sino a los libros de psiquiatría. En la Argentina estamos contemplando, por ejemplo, que la idea de "igualdad" ha llegado al extremo de que no se hace distingo entre el delincuente y la persona decente, por lo cual el político delincuente tiene un apoyo sectorial masivo aún cuando se conozcan sus fechorías.

En un diario digital podemos leer que gremialistas de la educación convocaron a un paro de actividades en apoyo de un docente condenado a prisión por abuso sexual a pequeños niños de un jardín de infantes: "Gravísimo: docentes pararon para defender a un profesor condenado a 35 años de cárcel por abuso sexual en La Plata. Afectó a los niveles inicial, primario y secundario. El inesperado reclamo fue en rechazo a la pena contra el profesor de música Lucas Puig, encontrado culpable de abuso de, al menos, dos alumnos de 3 y 4 años" (De www.infobae.com).

Si seguimos así, la historia recordará a la Argentina junto a Babilonia, Sodoma y Gomorra.

1 comentario:

agente t dijo...

Todo el marxismo no es más que el cultivo de un delirio de persecución en el proletariado por parte, supuestamente, de la burguesía.