jueves, 28 de julio de 2022

Especulación en economía

Especialmente en épocas de fuerte inflación, promovida por gobiernos populistas, no resulta extraño que los políticos a cargo del gobierno culpen a los "especuladores" por la suba de los precios. En realidad se trata de una protección, o sobre protección, que los agentes económicos desarrollan para evitar pérdidas y poder mantener abiertos sus negocios o sus empresas.

En épocas normales, fuera de contextos inflacionarios, se advierten atributos positivos en la especulación, y también negativos. A continuación se transcribe un artículo al respecto:

ESPECULACIÓN

Por Claudio Napoleoni

Es la actividad mediante la cual se compran (venden) ciertos bienes al precio que tienen éstos en determinadas circunstancias de tiempo y lugar para revender (volver a comprar) bienes idénticos o fungibles a los mayores precios (menores) que se dan en diversas circunstancias de tiempo y lugar para lucrarse con la diferencia.

La especulación se puede ejercitar respecto a cualquier categoría de bienes: bienes de consumo, bienes instrumentales, títulos, divisas; las únicas condiciones que se requieren para que sea posible la especulación son, por un lado, que los precios de tales bienes presenten variaciones en el espacio y en el tiempo de entidad superior al coste de las operaciones especulativas, y, por otro, que el mercado no esté en condiciones de compensar por su cuenta tales variaciones.

Como el ejercicio de la actividad especulativa requiere la posesión en medida notable de conocimientos y capacidad de previsión, la especulación se ejercita con mayor facilidad y mayor éxito en los mercados que tienen un grado suficiente de organización, como son, en general, las bolsas de productos y las bolsas de valores. La especulación puede efectuarse en las formas fundamentales de contratación propias de estos mercados: la contratación inmediata y la contratación a plazo.

Tradicionalmente se han atribuido a la especulación los tres efectos siguientes favorables a la actividad económica:

1) La nivelación de los precios en el espacio. El especulador, comprando la mercancía en un lugar A donde el precio es bajo, para revenderlo en un lugar B donde el precio es alto, contribuye a aumentar la demanda -y, por lo tanto, el precio- en A y a aumentar la oferta, y, por lo tanto, a disminuir el precio en B.
2) La disminución de las fluctuaciones de los precios a lo largo del tiempo. En previsión de un aumento futuro del precio (por disminución de la oferta o por aumento de la demanda), el especulador adquiere stocks de mercancías para revenderlas cuando las condiciones de venta sean más favorables. De este modo, aumenta la especulación la demanda actual y los precios, y aumenta la oferta y disminuye los precios futuros. O bien, en previsión de una futura baja del precio, el especulador puede vender stocks de bienes en su poder para volver a comprarlos en el futuro, contribuyendo de esta forma a aumentar la oferta y rebajar el precio actual, para aumentar la demanda y el precio futuros.
3) En el caso de la especulación de títulos, además de los dos efectos generales anteriores, existe otro que le es específico, y es que, a falta de aquélla, sería o inexistente o muy imperfecta la indicación de cuáles han de ser los empleos más útiles del ahorro respecto a la inversión. En efecto, el especulador que normalmente actúa por la fuerza de las cosas con títulos nuevos, procura obtener todas las informaciones útiles sobre el funcionamiento de las empresas, y si prevé buenas perspectivas futuras, y, por lo tanto, futuras alzas en los precios de las acciones, compra hoy para volver a vender mañana; si prevé malas perspectivas, vende hoy para volver a comprar mañana a precios menores, y de tal forma acredita las iniciativas que ofrecen garantía de ser productivas, y desacredita las otras. En la medida en que las previsiones del especulador se manifiestan justas, tiene el mercado una orientación positiva, porque el ahorro se canalizará por los empleos más productivos y el beneficio del especulador coincidirá con la utilidad colectiva.

La especulación puede surtir, sin embargo, efectos desfavorables en la actividad económica que muy a menudo compensan con largueza los efectos favorables antes descritos. Tales efectos desfavorables pueden resultar de los dos órdenes siguientes de circunstancias.

a) Es posible que la actividad especulativa sobrepase los límites entre los cuales serviría simplemente para atenuar las variaciones de los precios, y dé lugar a movimientos anormales de precios no asimilables a fenómenos económicos «reales» de la esfera de la producción o del consumo. Por ejemplo, un vasto movimiento de especulación dirigido a la revalorización de los títulos cuyo buen fin esté confirmado inicialmente por la evolución económica general, puede suscitar ondas de optimismo que lleven a adquirir mayor cantidad de títulos por círculos cada vez más numerosos de especuladores, improvisados la mayoría, sin que ello, en una primera fase, desmienta las previsiones hechas, y, por lo tanto, provocando pérdidas a los especuladores, dado el continuo movimiento de la demanda. En tales circunstancias la más pequeña referencia a una flexión de los precios es posible que pueda derribar todo el edificio de valores ficticios creados en la primera fase, con grandes pérdidas para todos (valga, como ejemplo la caída de Wall Street en 1929).
b) Por otra parte, es posible que la especulación se ejercite sobre la base no de variaciones de los precios existentes, esto es, independientemente de la existencia de la especulación, sino de variaciones provocadas artificialmente. Las diferencias artificiales de los precios se determinan por medio de acaparamientos, difusión de noticias falsas que den lugar a determinadas orientaciones temporales del mercado, etc. Estas acciones repercuten, generalmente, en un aumento de la incertidumbre y el riesgo presentes en la vida económica, y, específicamente, en pérdidas para determinadas categorías de empresarios.

(Del "Diccionario de Economía Política" de Claudio Napoleoni-Ediciones Castilla SA-Madrid 1962)

1 comentario:

agente t dijo...

La especulación es inseparable de una economía libre, y es esencial para ella porque transmite a su través la información relativa al precio de bienes y servicios, lo que redunda en la mejor eficacia y eficiencias posibles. Cuando un empresario establece el precio de lo que vende está especulando porque usa la información que posee acerca de las expectativas que supone en sus potenciales clientes y las que sabe sobre las suyas propias para conseguir un buen retorno a su inversión. Este tipo de proceso es el que caracteriza en su forma pura un sistema de economía no intervenida o libre. Evidentemente, este elemento en la práctica se conjuga en diversos grados y medidas con disposiciones estatales que rebajan dicho contenido como son la manipulación monetaria (de repercusión generalizada y causante de inflación), los precios intervenidos (bastante frecuente) y la regulación arbitraria antiempresarial (también bastante frecuente y al alza desde que se ha impuesto la alarma climática).