lunes, 25 de mayo de 2020

Mentalidades individuales y sociales

A cada individuo se lo puede caracterizar mediante una actitud, o predisposición, que es adquirida por herencia genética sufriendo ciertas variaciones en conformidad con la influencia del medio familiar y social. Esta influencia se traduce en ideas y creencias predominantes, a nivel individual, que tienden también a establecer cierta "mentalidad generalizada" de la sociedad. Algunos individuos son muy influyentes mientras que otros son muy influenciables, admitiéndose un amplio espectro de casos intermedios.

La psicología social se identifica con la "psicología de las actitudes" y también con la descripción de las ideas y creencias predominantes en un individuo, o en un grupo, junto a los efectos que tales ideas y creencias han de producir. Si los efectos son negativos, seguramente que tales aspectos cognitivos serán erróneos, o incompatibles con el orden natural. A. J. Pérez Amuschategui escribió: "Llamaremos «ambiente» a la síntesis de los factores externos e internos que nos afectan. Y así, «mentalidad» equivale a conciencia del ambiente".

"La mentalidad, pues, no es nada definitivo, permanente, inmutable. Es algo que sufre cambios, rápidos o lentos, intensos o minúsculos, según cambien o se modifiquen las condiciones del ambiente en que desarrollamos nuestra acción vital. Por eso, hablaremos de «situación mental» para referirnos a una mentalidad localizada espacial y temporalmente".

"Estimamos, por consiguiente, que hay por lo menos cuatro grados o clases de «situación mental». En los extremos, dos situaciones-límite: la individual anónima y la individual del líder; la primera es susceptible de ser modificada por la vida de relación; la otra se esfuerza por modificar otras mentalidades. En el medio, hay también dos situaciones: la del grupo social y la de la elite; una y otra están en continuo choque y mutua adecuación" (De "Mentalidades argentinas 1860-1930"-EUDEBA-Buenos Aires 1984).

A manera de ejemplo, es oportuno mencionar una descripción del proceso ideológico y cultural que se establece en el siglo XV europeo; en este caso tomando como referencia a Juan Luis Vives. Su autor, José Ortega y Gasset, no sólo debe considerarse como un filósofo sino también como un psicólogo social importante. Al respecto escribió: "La arquitectura de nuestra vida tiene sus cimientos en el subsuelo; este cimiento soterraño son las creencias, no sólo religiosas, sino de cualquier orden. Son lo que nos es absolutamente incuestionable; de eso depende todo lo demás de nuestra vida. Tanto que, a veces, de tal modo nos es incuestionable eso en que creemos, nos es la realidad misma, que no reparamos, de puro creer en ello, en que se trata de una creencia nuestra. De nuestras creencias depende la figura de nuestra vida en lo fundamental. Sobre su profundo estrato se levantan los edificios ya un poco artificiales de nuestras ideas y opiniones; incluso de las que tienen rango de verdades científicas".

"Para definir al hombre Vives lo primero, pues, que sería forzoso filiar son sus creencias. Pero ahí está: las creencias, en el tiempo de Vives, son materia confusa que sólo con métodos de gran precisión se pueden definir. Vives es cristiano, pero con esta palabra se ha dicho muy poco. ¡Ha habido tantas maneras profundamente distintas de ser cristiano, es decir, de creer en el Dios de la Biblia y del Dogma! En el café o en el diario se presumirá haber dicho algo muy estricto cuando se ha dicho de alguien que es cristiano; pero en verdad, no se ha hecho más que usar una palabra equívoca que significa innúmeras cosas".

"Vives es cristiano, pero era eramista. ¿Es cristiano un eramista? ¿Un eramista es cristiano? Desde luego no lo es como lo era Santo Tomás de Aquino, ni como lo fue San Agustín, ni siquiera como lo va a ser Ignacio de Loyola".

"Pero junto a esta creencia firme, al fin y al cabo, con toda pureza cristiana, opera en el fondo de la vida de Vives otra fe contrapuesta menos compacta, menos precisa, pero, por ser más reciente, también más vivaz: la fe en la concepción del mundo que tuvieron los clásicos grecorromanos, por tanto, en el paganismo. No se olvide que Vives nace en las generaciones humanistas, y ese mundo pagano es, en verdad, un mundo sin dioses auténticos, sin orbe trascendente, es el mundo natural sin nada de sobrenatural".

"La Edad Media europea se identifica con el cristianismo; éste es la vida interpretada como vía, como viaje a la ultravida que es donde reposa y se vive en plenitud. En realidad, pues, el cristiano -en la medida en que es vigorosa y eficaz su fe- está fuera de este mundo anticipando el otro. Este mundo, el intramundo, es fantasma y alucinación para el cristiano; el otro mundo, el transmundo o ultramundo, es el auténtico".

"El Humanismo, ya preparado por el enriquecimiento de la vida en todos los órdenes, principalmente en las ciudades italianas y flamencas, introduce en los hombres -desde fines del siglo XV- esa concepción de la vida como «intramundanidad», como mundanidad, como consistiendo sólo en esta vida y no en preparación para la otra vida eterna, la cual vida eterna va esfumándose para estas generaciones, dejando de preocupar a los hombres y convirtiéndose, más que en otra vida, en lo otro que la vida" (De "Vives-Goethe"-Revista de Occidente SA-Madrid 1973).

El cambio esencial que se va estableciendo, respecto de las ideas o creencias predominantes, desde la Edad Media a la Moderna, radica en que, en el primer caso, se adopta a Dios como referencia, y al hombre en el segundo caso. Ortega agrega: "El tiempo de Dante se vive desde Dios. Este penetra toda la mundana existencia del hombre y convierte cuanto hace por su gusto y cuenta en concupiscencia y pecado. No se olvide la taxativa definición de pecado dada por San Agustín y que aún tiene plena vigencia sobre las almas en tiempo de Dante y aun posterior. Pecado -dice San Agustín- es todo aquello que el hombre hace tomándose a sí mismo como principio. Es decir, que afirmarse el hombre a sí mismo, que todo entusiasmo hacia algo humano y de este mundo es ya pecado; es lo que San Agustín llamaba «concupiscencia»".

"El hombre medieval tiene de la vida una concepción teocéntrica, como la Antigua Edad tenía una concepción cosmocéntrica, y como la Edad Moderna que en este preciso punto empieza ya formalmente con Vives, tendrá una concepción antropocéntrica. (Edad Moderna que tenemos ya, que empezamos a tener a nuestra espalda). Vives es, y en ello consiste lo más importante de su aportación al tesoro de las ideas, el primer antropólogo que ha existido, se entiende, como un primer albor de ello".

Tanto el teocentrismo como el antropocentrismo resultan posturas incompletas, por lo que, para el futuro, se requiere una visión totalizadora que involucre a ambas visiones parciales. De ahí que la única alternativa posible parece ser aquella que adopta como referencia la ley natural, que corresponde a una ley superior a los hombres pero que abarca a los propios hombres. Así, el orden natural asociado a todo lo existente constituye un vínculo que une la figura simbólica de un Dios creador con la humanidad.

También podemos asociar al orden natural una especie de “actitud característica” por cuanto responde de igual manera en iguales circunstancias, dándole sentido a aquella expresión bíblica que nos dice que hemos sido creados “a imagen y semejanza de Dios”. Llegamos, de esta forma, a una postura próxima a la filosofía de Baruch de Spinoza y de la religión natural.

5 comentarios:

agente t dijo...

Es seguro que en las ciudades donde nació el primer capitalismo se dio un salto cualitativo en relación con la etapa anterior nacida del derrumbe del Imperio romano respecto de la percepción de la vida humana. Aquella gente tenía por fuerza que acariciar la idea de que el tránsito por este mundo no tenía por qué ser un valle de lágrimas, haciendo nacer sobre todo por pura praxis un concepto de dignidad humana no constreñido a lo meramente trascendental. Gente que no pertenecía de nacimiento al estamento noble o sin carrera clerical alcanzaba un nivel de vida inimaginable hasta entonces para el pueblo llano gracias a las nuevas actividades económicas y a la participación en el poder que éstas favorecían.

Fernando dijo...

¿CONTINUA LA CENSURA A LA OPINIÓN DIFERENTE? ¿A LAS DISCREPANCIAS?
¡vAYA BLOG PSEUDOCIENTÍFICO!

Bdsp dijo...

Una cosa es la opinión diferente, o la discrepancia, y otra cosa es la descalificación permanente, la ironía, la tergiversación de lo que no se entiende, la burla, etc, etc. Vos sabés que el asco es mutuo. Date cuenta, ya sos grandecito. En cuanto al carácter científico, o no, eso lo puede verificar cada lector comparando mis aseveraciones con la propia realidad. Si mi visión de las cosas resulta compatible con la realidad, seguramente que ha de ser incompatible con quienes aseveran que "el egoísmo es una virtud", que "el amor al prójimo es inmoral", etc. No puedo ni siquiera discutir con alguien que ignora completamente las ciencis sociales, la religión, la ciencia, y sólo tiene en su mente lo que dice la novelista de preferencia....

Bdsp dijo...

Sr. Fernando Razo: Le sugieron tenga a bien dejar de escribir mensajes difamatorios, ya que seguramente a nadie le interesará leer semejantes expresiones descalificadoras. Tampoco puedo permitir que gente como usted difunda su odio personal en mi propio blog. De ahí que, le informo por este medio, todos sus mensajes serán borrados. Usted sabe muy bien que sus difamaciones de carácter personal son contestadas de mi parte en el grupo de Facebook en donde usted las lee, por lo cual no debería reclamar que también aquí debería responderlas.

Fernando dijo...

Pompilio Zigrino:
Si, como dices en tu blog, los cuestionamientos que evades sobre tus propias propuestas los consideras difamatorios ¿Què calificativo han de merecer tus respuestas cargadas de sofismas y abundantes ofensas?
Además, primero tu y después yo, nos advertimos que siempre habría respuesta a cuando fuéramos aludidos. Te debe quedar claro que no cejaré en responder y cuestionar, donde sea, tus necios y ofensivos planteamientos.
Además, a tu blog acudo porque es público y TU MISMO OFRECES EL LINK COMO REFERENCIA.
Debes tener dignidad para afrontar lo que cuestionas y voluntad racional para debatir sin ofensas ad hominem, lo cual haces sistemáticamente para evadir o desviar la atención de los cuestionamientos que no has sido capaz de confrontar.
¿Le seguimos?
Me invitaste al baile y el ritmo que tocas me divierte.
Saludos y al pendiente.
*También saludos a todos tus seudonimos.