miércoles, 12 de octubre de 2016

Fundamentos de las ciencias sociales

Siendo el hombre un sistema complejo adaptativo, se lo debe describir en base a un sistema de realimentación negativa. Este proceso reconoce un objetivo a lograr (causa), un resultado logrado (efecto) y una posterior comparación entre causa y efecto a través del lazo de realimentación y del detector de error. La acción posterior del hombre será promovida esencialmente por el error detectado y apuntará esencialmente a que lo reduzca hasta que el resultado obtenido sea idéntico al objetivo inicial.

Lo que desea lograr (÷/-) => Hombre => Lo que logra
............................. <= Realimentación <=

El esquema anterior resulta representativo de la “acción humana”, ya que lo que motiva nuestras acciones cotidianas es la existencia de deseos y necesidades (Lo que desea lograr), con la consiguiente búsqueda de la satisfacción parcial de las mismas (Lo que logra), siendo la diferencia entre ambas el error (o la tensión básica) que nos impulsa a continuar con la acción emprendida buscando dar una plena satisfacción a nuestras necesidades y a nuestros deseos.

Tensión = Lo que desea lograr – Lo que logra

Cuando el resultado logrado es similar al objetivo inicial, la tensión motivadora se anula y el sistema se estabiliza, cesando la acción humana (al menos en relación con el logro del objetivo considerado).

Este esquema permite describir el comportamiento básico del “hombre económico” que resulta esencial en la ciencia económica. Recordemos que Ludwig von Mises titula su libro básico como “La acción humana”, enunciando que el fundamento de la economía consiste en postulados no accesibles a la experimentación, como los adoptados por la lógica y las matemáticas, mientras que la descripción del hombre como sistema complejo adaptativo permite describirlo en base a un proceso evidente y accesible a la observación y a la comprobación directa.

El hombre dispone de una actitud o respuesta característica, diferente en cada persona, que puede definirse como la relación entre Respuesta y Estímulo; pudiendo simbolizarse de la siguiente manera:

Actitud característica = Respuesta / Estímulo

Respuesta = Actitud característica x Estímulo

En el caso considerado previamente, se advierte que el estímulo que desencadena la acción posterior es la tensión mencionada:

Respuesta = Actitud característica x Tensión

Nuestra actitud está orientada por dos principios generales: cooperación y competencia. Estos conceptos juntos (actitud, cooperación y competencia) son los constituyentes esenciales de la Psicología Social. De ahí que la economía, basada en la descripción de la acción humana, pueda observar la compatibilidad existente entre la actitud con la cooperación y con la competencia.

Si consideramos que el intercambio económico debe contemplar el beneficio simultáneo de las partes intervinientes, se observa una acción cooperativa. Si la competencia implica lograr una mejor cooperación, se compatibiliza acción, cooperación y competencia. De ahí que el proceso del mercado surja de la compatibilidad de estos conceptos. Puede decirse que, con una actitud ética elemental, junto con la posibilidad de tomar decisiones en libertad, se genera el proceso conocido como “mercado”.

Mercado = Acción libre + Cooperación + Competencia

Se justifica así la propuesta del liberalismo por la cual el mercado resulta ser un proceso autorregulado que surge en forma espontánea, siempre y cuando exista la posibilidad de establecer decisiones en libertad y que en los individuos actuantes predomine una actitud o predisposición a la cooperación social.

Las componentes afectivas de la actitud característica son el amor (se comparte penas y alegrías ajenas como propias), odio (la alegría ajena produce tristeza propia, la tristeza ajena produce alegría propia), egoísmo (desinterés por lo que le sucede a los demás) e indiferencia (desinterés por los demás y por uno mismo). Estas componentes básicas responden a las tendencias mencionadas: cooperación (amor) y competencia (odio, egoísmo). Además, se puede no cooperar ni competir (indiferencia).

También el proceso cognitivo puede describirse en base a un sistema de realimentación negativa, involucrando tanto al establecido a nivel individual como al asociado a la ciencia experimental:

Realidad (+/-) => Hombre => Modelo de la realidad
................<= Experimentación <=

Cuando un individuo describe la Realidad (o algún aspecto de la misma), establece un Modelo descriptivo que ha de ser comparado con lo que se pretende describir. Si la diferencia es grande, modifica su Modelo hasta que el error sea pequeño, o despreciable, en cuyo caso se habrá llegado a la verdad.

De ahí que la actitud característica del hombre disponga también de cuatro componentes cognitivas. Estas componentes consisten en las posibles referencias adoptadas para establecer comparaciones ante la necesidad de adquirir un nuevo conocimiento. Ellas son: la propia realidad, lo que piensa o cree uno mismo, lo que piensa o cree otra persona o lo que piensa o cree la mayoría. La actitud del científico resulta ser la mejor alternativa por cuanto adopta como referencia la propia realidad.

El proceso de adaptación cultural del hombre al orden natural implica también un sistema realimentado en el cual el objetivo a lograr es la Plena adaptación, mientras que se obtiene cierto Grado de adaptación, que difiere por lo general del objetivo. La labor del profeta, del filósofo o del científico social consiste en constituir una especie de “lazo de realimentación” que compara el objetivo a lograr con la situación real, sugiriendo normas de conducta apropiadas para reducir la diferencia, siendo un orientador para la toma de conciencia colectiva:

Plena adaptación (+/-) => Hombre => Grado de adaptación
.........................<= Profeta o Filósofo <=

Puede decirse que el nivel de felicidad es un indicio del grado de adaptación, o de desadaptación, al orden natural. El bien, la verdad y la felicidad implican adaptación plena; el mal, la mentira y la infelicidad, implican un pobre grado de adaptación.

Otros conceptos básicos pueden deducirse del esquema mencionado. Así, la cantidad de correcciones necesarias para llegar al objetivo, en el proceso de prueba y error, están asociadas al tiempo empleado. Por lo cual la inteligencia resulta ser una medida de la habilidad para adaptarse a nuevas situaciones, pudiendo definirse como:

Inteligencia = Información / Tiempo

La ética natural se reduce a la simple elección de la actitud que favorece la tendencia a la cooperación, pudiendo interpretarse el mandamiento cristiano del amor al prójimo como la tendencia a compartir las penas y las alegrías ajenas como propias.

Las componentes afectivas, junto a las componentes cognitivas, de la actitud característica, conforman una tipología básica de la personalidad individual, por lo cual, desde la Psicología Social puede definirse el concepto de personalidad con bastante precisión conceptual.

La utilización de los sistemas de realimentación negativa permite disponer de una base común para las ciencias sociales. Quizá sea ésta la forma en que alguna vez tales ciencias puedan constituir un “edificio único” en el cual se observe la compatibilidad entre sus distintas partes y pueda aceptar los diversos aportes propuestos. Esto contrasta con la realidad actual en la que, en algunas ramas de las ciencias sociales, tienen aceptación tanto una teoría que afirma algo como aquella que lo niega.

Como ejemplo del aislamiento existente puede mencionarse la propuesta que, desde la economía, se establece respecto al surgimiento de la sociedad. Gabriel J. Zanotti escribió: “Entender qué es la sociedad y cómo se forma nos permite comprender más a fondo el proceso del mercado. La sociedad surge debido a dos factores –entre otros- que permiten o funcionan como condición necesaria para su formación. Esos dos factores son: la ley de asociación y la capacidad de la mente humana para advertirla”.

“La ley de asociación –llamada también principio de asociación- expresa que el trabajo efectuado por diversos individuos según sus naturales aptitudes tiene mayor productividad (mayor cantidad de producción por igual unidad de tiempo, o menor tiempo por igual producción) que el realizado por un solo individuo. Este análisis, como teoría praxeológica de la sociedad, solo señala que la división del trabajo funciona como condición necesaria de la formación de la sociedad; es decir, como el factor que permitió a los hombres colaborar entre sí, independientemente de otros factores sociológicos o psicológicos del proceso. La sociedad humana se define como la cooperación de los seres humanos entre sí, bajo el signo de la división del trabajo, voluntaria y pacífica” (De la “Introducción a la Escuela Austriaca de Economía”-Unión Editorial SA-Madrid 2012).

En realidad, la sociedad implica un conjunto de personas vinculadas afectivamente, es decir, que comparten penas y alegrías, como paso previo a vincularse a través de la producción e intercambio de bienes y servicios. De esta manera, puede compatibilizarse la visión que de la sociedad se tiene desde la Economía con la que proviene de la Psicología social. Considerando que ambas descripciones son verdaderas, no existe oposición entre ambas, sino que son complementarias.

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