viernes, 5 de abril de 2024

El feminismo auténtico

El feminismo auténtico es el que establece un cambio cultural favorable a las mujeres y a toda la sociedad. El falso feminismo es el inspirado en el odio a los hombres buscando una igualdad que muchas veces no concuerda con las diferencias naturales entre hombre y mujer.

Los totalitarismos políticos se caracterizan por la intromisión del Estado en el ámbito de lo privado y lo íntimo, materializando muchas veces lo que ha establecido la sociedad dentro de cada hogar, siendo éste el caso de los padres que se sienten dueños absolutos de la vida de sus hijos o de los maridos que hacen otro tanto con su esposa. En todos los casos surgen reacciones que apuntan a la libertad personal, especialmente en el caso de las mujeres.

A manera ilustrativa se menciona un escrito de Indira Gandhi, hija de Jawaharlal Nehru, figuras destacas en la política de la India: “Nunca he sido feminista. No he tenido necesidad de ello; siempre he podido hacer lo que he querido. Pero mi madre lo era. Juzgaba el hecho de ser mujer como una gran desventaja. Tenía sus razones. En su época, las mujeres vivían recluidas y en la mayoría de estados de la India ni siquiera podían ir por la calle: las musulmanas tenían que salir cubiertas con el purdah, esa pesada sábana que cubre hasta los ojos; las hindúes tenían que salir con el doli, esa especie de silla de manos cerrada como un catafalco”.

“Mi madre me contaba siempre estas cosas con amargura, con rabia. Era la mayor de dos hermanos y una hermana y había crecido con los varones que tenían más o menos su edad. Hasta los diez años vivió casi como un potro salvaje y luego, de repente, todo eso se acabó. La habían relegado a su «destino de mujer» diciéndole: «Esto no se hace, esto no está bien, esto no es digno de una señora». En un determinado momento la familia se trasladó a Jaipur, donde nadie podía escapar al doli u al purdah”.

“La tenían encerrada en casa de la mañana a la noche sin hacer nada o cocinando. Ella detestaba estar sin hacer nada, detestaba cocinar. Y acabó languideciendo y enfermando. Lejos de preocuparse por su salud, el abuelo decía: «¿Y ahora quién se casará con ella?». Entonces la abuela esperaba a que el abuelo saliese, vestía a mi madre de chico y la dejaba correr con sus hermanos. El abuelo no lo supo nunca y mi madre me contaba esta historia sin una sonrisa”.

“El recuerdo de tales injusticias no la abandonó nunca. Hasta el día en que murió mi madre estuvo peleando por los derechos de las mujeres. Formó parte de todos los movimientos femeninos de la época y provocó innumerables revueltas. Era una gran mujer, un gran personaje” (De “Indira Gandhi” de Mercedes Castro-RBA Coleccionables-Navarra 2018).

En la Argentina de finales del siglo XIX era frecuente que los padres “eligieran” el marido para sus hijas. Así, mi propia abuela paterna hubo enviudado con apenas 20 años y con 2 hijos, ya que el marido elegido por sus padres muere en un accidente ferroviario.

Indira Gandhi, fiel a sus principios de mujer independiente, se casa con Feroze Gandhi, de quien luego recibe el apellido, mientras que su marido no tenía parentesco alguno con el Mahatma Gandhi, ya que era un apellido común en la India. Tal matrimonio fue causa de escándalo por cuanto Feroze pertenecía a una casta inferior a la de Indira. Finalmente el matrimonio tiene aceptación en gran parte de la población. Al respecto Indira escribió: “Nadie quería aquel matrimonio. Ni siquiera Mahatma Gandhi estaba contento. En cuanto a mi padre…, no es cierto que se opusiera, como se cuenta, pero tampoco le parecía bien… Mi prometido pertenecía a otra religión. Era un parsi. Y eso no lo soportaba nadie; la India entera estaba contra nosotros. La India entera”.

En cuanto al falso feminismo puede observarse cierta contradicción entre sus adeptas. Mientras, por una parte, rechazan toda posible dependencia de la mujer respecto de un hombre, ya sea bajo algunos de los "totalitarismos familiares" antes mencionados, por otra parte adhieren a los totalitarismos nacionales en los cuales unos pocos individuos a cargo del Estado deciden, hasta en los más minúsculos aspectos, la vida cotidiana de hombres y mujeres.

1 comentario:

agente t dijo...

Con todos los problemas de todo tipo que sigue arrastrando el caso de la India es aún más meritorio que el de China. Ha pasado en pocas décadas de una sociedad atávica y sometida a un imperialismo con mayor rigor que su vecina a ser su competidora y el de Occidente en el desarrollo tecnológico. Lógico el pánico norteamericano y su huida hacia adelante.