viernes, 10 de noviembre de 2023

Argentina intoxicada de "justicia social"

Respecto del significado de "justicia social", se ha escrito lo siguiente:

"Justicia social: Se refiere fundamentalmente a la justicia distributiva, en donde juega un papel importante el poder político, ya que es precisamente la autoridad del Estado la que está especialmente obligada en virtud de este tipo de justicia. En este caso es al individuo a quien se le es debido".
"La obligatoriedad que entraña la norma de justicia distributiva o social va dirigida a la sociedad global: a quien gobierna, a quien legisla, a quien «administra» el bien común general".
"La justicia social es la justicia propia de la función de gobernar, la cual debe tender no solamente al logro del bien general sino también a salvaguardar y respetar la dignidad de cada individuo, facilitándole el acceso a los bienes y servicios fundamentales (a él y a quienes de él dependan)".
"Más modernamente, el concepto de justicia social se emparenta también con conquistas laborales del movimiento obrero (derecho a huelga, vacaciones pagas, subsidios y licencias por enfermedad, acceso a la jubilación, etc.), conquistas políticas (derecho al voto, asociacionismo y participación política), conquistas sociales (derecho a no ser discriminado por ninguna causa -aunque las normas dictadas en este sentido muchas veces no son sino un indicador de tendencias discriminatorias a nivel social estructural, como es el caso de Affirmative Action en Estados Unidos de América, más allá de las buenas intenciones del legislador-, derecho a la prestación de servicios básicos para la salud así como el acceso a la propia vivienda), y conquistas culturales (acceso a una educación libre y gratuita)".
(Del "Diccionario de Sociología" de Enrique del Acebo Ibañez y Roberto J. Brie-Editorial Claridad SA-Buenos Aires 2006).

En primer lugar, se advierte una distribución de deberes y derechos segmentada, en donde los deberes corresponden al Estado y los derechos corresponden al ciudadano común. Si se exime de deberes a la mayor parte de la población, se destruye la base de la sociedad, ya que cada individuo tiende a volverse una persona egoísta y exigente que ha de protestar cada vez que sus derechos no son satisfechos, dejando de lado toda posible obligación. Este desequilibrio puede resultar fatal para la supervivencia de una sociedad.

En realidad, la obligatoriedad que en principio recae sobre el Estado, ha de pasar de inmediato al sector productivo, que es el que ha de proveer a la sociedad de todos los bienes y servicios, en general. Sin embargo, la gente tiende a "agradecer al Estado" por los bienes recibidos y a denigrar al sector productivo como algo habitual en una población desagradecida y envidiosa.

Por lo general, se valora erróneamente un proceso en función de las intenciones que lo orientan, dejando de lado los resultados concretos que produce. Recordemos que todo individuo sobreprotegido y amparado por el Estado, y exento de toda obligación social, tiende a constituirse en una persona desprovista de toda capacidad productiva como es el caso del niño sobreprotegido por sus padres, que carece de toda habilidad por cuanto todo le ha sido facilitado exteriormente. La justicia social así entendida tiende a crear la figura del "parásito social", que vive a costa del trabajo ajeno.

No debe ignorarse que toda propuesta política debe necesariamente ser compatible con las leyes básicas de la economía, ya que, si se ignoran los resultados económicos de una propuesta social, no resulta extraño que conduzca a la sociedad a una pobreza extrema, como ocurre frecuentemente. Es el mismo caso de un arquitecto que diseña una edificio pintoresco y que, sin embargo, resulta incompatible con las leyes básicas de la estática y la resistencia de materiales, especialmente en el caso de zonas sísmicas.

La "justicia social" asociada al peronismo se sintetiza en la expresión: "Donde existe una necesidad nace un derecho", atribuida a Eva Perón. En realidad, donde existe una necesidad, debe surgir el deber de trabajar para satisfacerla, en lugar de esperar que el Estado le quite recursos económicos al sector productivo para esa finalidad.

No muy distinta ha de ser la consigna básica del socialismo: "De cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad", que ha de adaptarse con eficacia al vago y al inútil, incluso favoreciendo a que la mayor parte de la sociedad tienda a ser vaga e inútil ante la falta de entrenamiento mental y entrenamiento asociado a la responsabilidad individual. Cuando el Estado (o quienes lo conducen) tienden a reemplazar voluntades, responsabilidades y objetivos de cada integrante de la sociedad, sólo les deja a estos la única alternativa de obedecer lo que el político a cargo del Estado ha ordenado.

La severa situación económica y social de la Argentina actual, en la cual un 50% de la población recibe mensualmente aportes del Estado, y con un nivel de pobreza mayor al 45% de la población, se debe a un exceso de "justicia social" peronista o socialista, que ha marginado a grandes sectores de la sociedad en oposición a lo que pregona la mayor parte de los políticos, responsables directos del descalabro de la nación.

1 comentario:

agente t dijo...

Hacer tanto hincapié en la justicia social es centrar los problemas en sólo un aspecto de los mismos, las evidentemente existentes injusticias sociales o políticas, dándoles la exclusiva responsabilidad de la situación, pero olvidando o negando la imprescindible responsabilidad personal que tiene que darse de forma efectiva para una correcta superación de esas situaciones injustas.