martes, 27 de febrero de 2024

Soledad

Por lo general, la soledad resulta ser una sensación que provoca cierto sufrimiento. Su causa principal radica en la insuficiente vinculación emocional de un individuo respecto del resto de la sociedad. De ahí que pueda decirse que la sociedad surge como una necesidad orientada a evitar la desagradable sensación de soledad afectiva y comunicacional. Nicolai Berdiaeff escribió: “La soledad es siempre, en cierto sentido, un fenómeno social, supone siempre la conciencia de una conexión con el otro, con el ser extraño. La soledad más cruel es la soledad en sociedad, la soledad por excelencia” (Del “Diccionario del Lenguaje Filosófico” de Paul Foulquié-Editorial Labor SA-Barcelona 1967).

No debe confundirse con la soledad circunstancial que favorece el pensamiento racional, el cual no podría establecerse en el caso en que los individuos participan de reuniones o de otros tipos de vínculos sociales. Daniel López Rosetti escribió: "La espiritualidad propicia un estado de "no soledad". Recordemos que la soledad y la sensación de aislamiento son caldo de cultivo ideal para el estrés. El desarrollo de nuestro ser espiritual o bien nos conecta con un ser superior o nos permite una relación con el mundo de los otros o con el universo, más positiva y fructífera".

"Esas conexiones dan respuesta a interrogantes filosóficos y religiosos que son fuentes de paz y de seguridad. Algunas veces, esa espiritualidad se canaliza a través de una doctrina religiosa que funciona como puente o nexo, o bien puede ser una vinculación con uno mismo o con el mundo que lo rodea espiritualmente. Numerosos y bien documentados estudios demuestran que esa conexión con uno mismo, con los demás o con un ser superior disminuye la aterosclerosis, y con ello la enfermedad coronaria y cerebrovascular" (De "Estrés"-Grupo Editorial Lumen-Buenos Aires 2000).

Por otra parte, Silvina Bullrich escribió: “La palabra soledad fue adueñándose de mi vida. Estar sola no es como dicen algunas señoras rodeadas de familia: «¡Ah… a mi me encanta estar sola! Cuando mi marido se va a pasar el día al golf, los chicos han salido con amigos… que paz hay en casa… ¡Es regio estar sola! No sé como vos no sentís lo mismo»”.

“La estupidez humana es una de las condiciones humanas más difundida y junto con ella va la incomprensión”.

“Soledad es pasar un domingo sola: es estar sola. Sola ante la vida, sola ante cada resolución; tener que tomar sola decisiones importantes, equivocarse sola y tener ganas de darse la cabeza contra las paredes por no haber previsto… Soledad es estar segura de que no se oirá otra llave en la cerradura, que si uno tiene una hemiplejia la encontrarán al día siguiente”.

“Soledad es no descuidarse ante el vencimiento del gas, de la luz, del teléfono, de los impuestos, de un dinero colocado a plazo fijo. Soledad es la falta de apoyo moral, sentimental y material. Soledad es no poder discutir si es preferible cambiar el sofá del living o tapizarlo de terciopelo, de chintz, de beige, de morado o de verde”.

“Soledad es ir sola a vender alhajas de familia. Y esta soledad es mucho más dura para quien tiene conciencia de que ha formado un hogar, ha tenido un hijo, ha luchado para hacer de él un profesional, se ha vuelto a casar, ha tenido hermanas muy unidas, ha atendido durante años a su madre enferma; es decir, cuando la sociedad ha recibido de uno el apoyo correspondiente y sólo le devuelve soledad”.

“Yo podría estar el día entero con gente y seguiría estando igualmente sola ante mis responsabilidades y mis decisiones. Por fortuna mi oficio exige soledad, una soledad al menos poblada por personajes imaginarios o como en este caso por fantasmas queridos”.

“El aprendizaje de la soledad es tan difícil de hacer que cuando uno ha logrado adaptarse a ella no puede quebrar ese ritmo. Ya se convierte, por sociable que parezca, en un solitario. Muchos amigos, colegas artistas que se fueron a vivir a París, varias décadas atrás, volvieron a la Argentina como yo, hartos de soledad; los que triunfaron allí son los valientes, los que no se arredraron ante la soledad, esa otra soledad que significa sentirse de sobra, abrirse camino a machete. Yo no me encuentro entre los pacientes. El hecho de tener una madre y un hijo en la Argentina lógicamente influía sobre mis decisiones” (De “Mis memorias”-Emecé Editores SA-Buenos Aires 1980).

1 comentario:

agente t dijo...

No puede ocultarse que la soledad es dolorosa, sobre todo si incluye falta de familia o amigos, pero no es excusa para que una persona renuncie a su individualidad, al pensamiento autónomo y a la coherencia de comportamiento con pensamiento, aunque esta última condición es la más difícil de realizar de una forma verdaderamente auténtica o completa, precisamente por la condición social que tenemos las personas y nuestra necesidad de relación con los demás, tanto con los más cercanos como con el resto.