domingo, 15 de noviembre de 2020

El socialista intensifica lo que critica en el opositor

Puede decirse que el socialismo es la tendencia política y económica que logra resultados opuestos a los que busca (o dice buscar) y acentúa los aparentes errores que observa en el capitalismo. El más evidente es el de la “explotación laboral” que existiría en una economía de mercado. Si en tal economía se produce esa explotación, desde un empresario a sus empleados, éstos pueden dejar su trabajo para irse a otra empresa, perdiendo el empresario gran parte de su capital humano. De ahí que no sea frecuente tal situación.

El socialista dirá que ello ocurre cuando hay una sola empresa, o unas pocas que puedan ofrecer trabajo, debiendo los empleados soportar la situación. En ese caso, al no existir competencia empresarial, no existe tampoco una economía de mercado, por lo que la crítica debe dirigirse a la sociedad que no tuvo la capacidad de establecer un mercado competitivo. La “solución” propuesta por el socialista es la expropiación de los medios de producción, tanto de los empresarios justos como de los explotadores.

El socialismo, como monopolio estatal, impone generalmente una explotación laboral masiva desde la clase dirigente hacia los empleados que no pertenecen a dicha clase. Pero esta vez el empleado no podrá “cambiar de empresa”, ya que el Estado es la única empresa. Tampoco podrá irse a un país con economía de mercado, por cuanto tal posibilidad está prohibida bajo un régimen socialista, debiendo permanecer en su puesto de trabajo o en el que lo ubique el mando estatal. En este caso se observa que el socialismo no logra los fines propuestos (al menos en la propaganda) y empeora las cosas.

Entre las definiciones de socialismo podemos mencionar las siguientes:

a) "Una teoría política que tiene por objeto la propiedad colectiva de la tierra y el capital y la dirección colectiva de todas las industrias".

b) "Teoría política y económica de reorganización social, cuyo rasgo esencial es el control gubernamental de las actividades económicas con el fin de que la competencia dé paso a la cooperación y que las oportunidades y las recompensas del trabajo sean distribuidas equitativamente"
(Citadas por Norman Thomas en "Pensamiento político moderno")

La primera definición implica una teoría totalitaria que tiene por objetivo unificar el poder económico y político (y toda forma de poder) en unas pocas manos, favoreciendo una catástrofe social cuando quien toma decisiones es un Mao o un Stalin.

La segunda definición implica una postura cercana a los objetivos del fascismo, mientras que, al rechazar toda forma de competencia, apunta hacia un monopolio estatal, acentuando todo lo que se critica del "capitalismo" con pocas empresas y sin competencia.

La cooperación social se establece cuando dos personas intercambian bienes y servicios en libertad, para beneficio de ambas. Sin embargo, para justificar la intromisión del Estado, el socialista aduce que en todo intercambio alguien se beneficia y alguien se perjudica, si bien en la realidad cotidiana uno puede fácilmente advertir que no siempre es así, y que predomina lo contrario. En cuanto a las "recompensas equitativas", que en realidad apuntan a "recompensas iguales", no se contempla la calidad del trabajo sino las necesidades personales, desalentando al mérito y amparando la ineficacia.

Quienes en EEUU simpatizan y coinciden esencialmente con las ideas que condujeron a establecer el muro de Berlín, aunque sin esperar ese resultado, se autodenominan “liberales”, usurpando la denominación que en Europa corresponde a los defensores de la democracia política y a la democracia económica (mercado). Ludwig von Mises escribió: “Los defensores del totalitarismo eligieron otra táctica. Invirtieron el significado de las palabras. Llamaron libertad verdadera o genuina a la condición de los individuos en un sistema en el que no tuviesen otro derecho que el de obedecer órdenes”.

“Se llamaron a sí mismos liberales auténticos porque luchaban por ese tipo de orden social. Llaman democracia a los métodos rusos de gobierno dictatorial. Llaman «democracia industrial» a los métodos de violencia y coerción utilizados por los sindicatos. Llaman libertad de prensa a una situación en la que sólo el gobierno puede publicar libros y periódicos. Definen la libertad como la oportunidad de hacer lo que es «justo», y por supuesto, se arrogan la facultad de determinar lo que es justo y lo que no lo es. Para ellos, la omnipotencia del gobierno significa plenitud de libertad. Liberar de toda clase de trabas al poder es el verdadero sentido de su lucha por la libertad” (De “Pensamiento político moderno” de William Ebenstein-Taurus Ediciones SA-Madrid 1961).

La "liberación" propuesta por el socialismo parte de la expropiación de los medios de producción, aunque bajo el socialismo real tal expropiación llega a toda forma de propiedad privada. Los ingenuos suponen que los revolucionarios y los ideólogos socialistas realizarán su tarea destructiva en beneficio de los proletarios, o de los pobres en general, cuando en realidad todo lo expropiado será destinado principalmente a engrosar el poder y el patrimonio colectivo de la "nueva clase" en formación. Mientras que el pretexto de la estatización implicaba establecer una sociedad sin clases, lo que genera, casi en forma inmediata, es la formación de una clase dirigente socialista que dirige e impone su voluntad a una gran clase sometida.

Según Marx, una vez establecido el socialismo, como consecuencia de la eliminación de la propiedad privada, con el tiempo se logrará la disolución del Estado para llegar así al comunismo, una especie de "anarquía organizada". Es decir, supone que el camino para tal situación no es la propiedad de los medios de producción repartida entre "muchos dueños" (como ocurre con las empresas capitalistas con miles de accionistas como dueños), sino la concentración de la propiedad en muy pocas manos, como es el caso de la clase dirigente socialista (la Nomenklatura en la URSS, por ejemplo). También en este caso se advierte el absurdo, ya que propone lograr un objetivo mediante un camino que lleva a lo opuesto.

Entre las críticas al liberalismo, el socialista aduce que los partidarios de la economía de mercado proponen la abolición del Estado, mientras que en realidad, el liberal propone la no perturbación del sistema económico autorregulado por parte del Estado, limitando a éste a otras funciones de gran importancia, como la defensa de la propiedad, la justicia, la educación, la salud pública, etc. Quienes proponen la eliminación del Estado son los anarquistas. Arthur Lewis escribió: "Ni el más grande apologista del laissez-faire ha sugerido jamás que no debiera haber Estado. Todos convienen en que existe determinado mínimo de funciones para las cuales es absolutamente esencial".

"Adam Smith enumeró la defensa, la justicia, la educación y los caminos y comunicaciones. Los economistas que le siguieron ampliaron la lista y la redujeron a principios generales. Consagrado en los libros de texto como más allá de toda discusión, el Estado tiene obligaciones respecto de:
a) Cosas a las que sólo el Estado puede dar fuerza o poner en vigor (por ejemplo, la justicia, la defensa)
b) Cosas que difunden beneficios por los cuales los beneficiarios no pueden ser gravados (por ejemplo, faros de navegación)
c) Cosas en las cuales el juicio del Estado es superior al de los ciudadanos
Esta última es una categoría en crecimiento: en la actualidad el Estado reclama conocer mejor que sus ciudadanos por cuántos años deberán enviar sus hijos a la escuela, cuáles son los horarios más convenientes para el funcionamiento de establecimientos en que se expenden bebidas alcohólicas, qué proporción del ingreso debería ahorrarse,...,etc." (De "Pensamiento político moderno").

Para las figuras más representativas del socialismo, figuran entre las principales funciones del Estado el robo (o expropiación estatal de la propiedad privada) y el asesinato masivo de opositores. Así, Vladimir Lenin veía en el Estado el medio necesario para que los proletarios destruyeran a la burguesía, escribiendo al respecto: "Durante el periodo de transición del capitalismo al comunismo, el aplastamiento es todavía necesario, pero se trata ya del aplastamiento de la minoría explotadora por la mayoría explotada. Es todavía necesario un mecanismo especial para el aplastamiento, un «Estado»; pero éste es ya un Estado transitorio, no es ya un Estado en el verdadero sentido de la palabra, pues el aplastamiento de la minoría de explotadores por la mayoría, constituida por los esclavos asalariados de ayer, es relativamente tan fácil, sencillo y natural, que costará mucha menos sangre que el aplastamiento de las insurrecciones de esclavos, siervos y obreros asalariados, que costará mucho menos a la Humanidad" (De "Pensamiento político moderno").

La izquierda política habla todo el tiempo de "igualdad" y de "inclusión social", si bien resuenan voces socialistas que justifican los masivos asesinatos cometidos en la URSS y otros países socialistas, bajo la palabra "necesidad". En forma semejante al nazi que hablaba de la "necesidad" de eliminar "razas inferiores", para instalar el socialismo surgía la "necesidad" de eliminar opositores, incluso posibles opositores (asesinatos preventivos).

Por lo general, la expropiación o estatización de los medios de producción conduce a la quiebra de una empresa, ya que, aún en el caso de una empresa eficiente, sea grande o pequeña, en manos inexpertas, pronto se vuelve ineficaz. Sin embargo, todos estos "detalles" son ignorados por el ideólogo socialista, ya que sólo tiene en cuenta un supuesto virtuosismo del activista socialista que resulta consecuencia de cierta mentalidad de clase social que vendría "incorporada" en todos y cada uno de sus integrantes.

1 comentario:

agente t dijo...

En  ese supuesto virtuosismo del activista socialista se encierra una fuerte contradicción: suelen ser personas pertenecientes a grupos sociales distintos de ese proletariado mirífico poseedor de todas las virtudes, por lo que, pese a sus buenas intenciones, desde el  punto de vista clásico del socialismo marxista estarían lastrados por la mentalidad burguesa que les corresponde por su  origen social.