sábado, 9 de abril de 2011

Democracia

Si aceptamos la existencia de una ciencia política, debemos esperar que, como toda ciencia, tendrá una validez universal, de donde resulta conveniente encontrar una definición de democracia que tenga esa validez. Pero esta vez no hemos de buscar sólo una frase que la defina, sino que debemos encontrar además un conjunto de condiciones que la habrán de caracterizar. Esto es equivalente a “definir” el mercado, en economía, mediante el conjunto de requisitos básicos que deben cumplirse para su existencia plena.

En líneas generales, luego de la definición habitual de “gobierno del pueblo”, podemos inferir que se ha de tratar de un gobierno igualitario ya que todos los habitantes de un país “somos pueblo”. Podemos inferir también que ha de ser un gobierno que acepta la libertad de todos sus habitantes por cuanto debe evitarse la situación en que algunos hombres gobiernen mental o materialmente a otros hombres en el sentido de que excedan las funciones que el habitante común ha delegado previamente en sus representantes. El gobierno del hombre, en lugar del gobierno de las leyes, desnaturaliza la igualdad supuesta inicialmente.

La igualdad y la libertad, por lo tanto, han de ser los dos objetivos generales que ha de perseguir un sistema de gobierno democrático. Algunas tendencias políticas, como la socialista, pregonan la igualdad como objetivo principal, pero desconociendo la libertad individual, por lo que en realidad apuntan a establecer sistemas totalitarios. Los sectores liberales pregonan la libertad como objetivo principal, y también la igualdad, pero en un sentido diferente al propuesto por la tendencia socialista.

Debemos elegir una de las alternativas respecto de la bondad natural o bien de la maldad natural del ser humano. Estos puntos de partida provienen de la postura optimista del liberalismo y de la postura pesimista del socialismo, respectivamente. En el primer caso se supone que con educación y libertad será posible lograr buenos resultados, mientras que en el otro caso se supone que el gobierno mental y material sobre todo individuo, desde el Estado, es imprescindible para ese logro.

Aunque en la Revolución Francesa se utilizaron métodos violentos y poco “democráticos”, se puso énfasis, ideológicamente hablando, en los componentes básicos de la democracia, es decir, “libertad, igualdad, fraternidad”. Justamente el último objetivo ha de ser el principal, ya que si no se tiene una actitud favorable hacia la vida en sociedad, por la cual cada persona resulta ser alguien importante para los demás, nunca podrán establecerse la libertad y la igualdad.

Las condiciones básicas para el pleno desarrollo de la democracia deben establecerse teniendo presente las demás ramas de la ciencia experimental, principalmente la ciencia económica. De lo contrario surgirán inconvenientes insalvables. Este es el caso de los sistemas “distribucionistas” que, en sus ansias de lograr la igualdad económica, emiten y distribuyen billetes desde el Estado, deteriorando el proceso del mercado y favoreciendo la aparición de la inflación, que perjudicará a la mayor parte de la población en lugar de beneficiarla.

Si bien la igualdad es una propuesta de las tendencias totalitarias, no debemos olvidar que previamente partieron de una ideología que promueve la desigualdad (y la discriminación sectorial) que es tomada como pretexto para la toma del poder y el establecimiento del Estado totalitario. Los políticos totalitarios entienden por “democracia” el hecho de ser elegidos por el pueblo mediante votación libre para luego “hacer lo que les venga en ganas”.

La tendencia socialista propone la igualdad económica en forma prioritaria, ya que, supone, los valores afectivos o éticos, incluso los intelectuales, llegarán luego de esa igualdad. Tratan de buscar la igualdad, no tanto para evitar el sufrimiento o la incomodidad que la pobreza produce, sino para liberar al individuo de la envidia que pueda sentir. La solución a este conflicto personal debe establecerse mediante un mejor conocimiento del comportamiento del hombre, sin necesidad de transformar todo el proceso social buscando soluciones que deben darse desde un nivel individual.

Mientras que el liberalismo propone una igualdad de oportunidades, o igualdad en el punto de partida, el socialismo propone una igualdad de resultados, o del punto de llegada. El liberalismo propone una meritocracia suponiendo que nadie es incapaz hasta que demuestre lo contrario, mientras que el socialismo propone una “justicia distributiva” en la cual amplía la aplicabilidad de la “ley de incapacidad” proponiendo que el Estado debe mantener económicamente incluso al que tiene poca predisposición por el trabajo. El liberalismo enfatiza el cumplimiento de deberes mientras que el socialismo enfatiza la existencia de derechos, promoviendo lo que Ortega y Gasset denominaba “la rebelión de las masas”, que se vuelven cada vez más exigentes.

Como toda ciencia, la política debe partir de la existencia de leyes naturales que es necesario describir adecuadamente y que son, precisamente, estudiadas por las distintas ramas de la ciencia experimental. De ahí la idea de adaptación al orden natural en oposición a la búsqueda e imposición posterior de un “orden artificial” propio de las tendencias totalitarias (fascismo, nazismo, comunismo). Las leyes establecidas por el hombre, y que provienen del derecho, tienen sentido sólo si están asociadas a las leyes naturales, incluso puede decirse que son su expresión.
Las leyes que dictan los hombres van surgiendo de la experiencia y de la historia, a través de un proceso adaptativo de “prueba y error”. Sin embargo, algunos sectores quedarán excluidos del poder si se acepta lo mejor para la mayoría, por lo que se opondrán a las mejoras correspondientes.

En la base de todo sistema democrático deberá existir una actitud cooperativa, fundamentada en el fenómeno psicológico básico de la empatía, por el cual nos ubicamos imaginariamente en el lugar de los demás impidiéndonos hacer el mal y favoreciendo hacer el bien, precisamente porque, al tener conciencia moral, el bien y el mal que hagamos a los demás, nos producirá un bien y un mal a nosotros mismos.
Una vez que la actitud cooperativa predomine netamente, la actitud competitiva pasará a un segundo plano y las disputas y la violencia tenderán a disminuir en forma notable. Recordemos que el Mahatma Gandhi logró importantes resultados predicando el mejoramiento ético individual de su pueblo, método que todavía tiene vigencia y validez.

El primer paso para el logro de una mejora social efectiva se dará como consecuencia del mejoramiento de la mentalidad generalizada de la sociedad. Por el contrario, mientras que desde los medios masivos de comunicación se promuevan actitudes consumistas, burlescas, envidiosas, discriminatorias, etc., pocos resultados positivos se podrán esperar.

Otra de las condiciones a establecer es el rechazo a los derechos de clase, religión o ideología para quienes pretendan ejercer la dirección del Estado, ya que es muy frecuente el caso de sectores políticos que aducen una supremacía ética (por tener la vocación de querer distribuir lo que otros producen) y que incluso les permitirá, una vez en el gobierno, limitar el accionar de otros partidos o de silenciar los medios periodísticos que les resulten poco favorables. En los últimos tiempos se ha notado, en varios países, la tendencia de quienes adhieren a ideologías totalitarias, a mostrar un rostro “democrático”. Pero, mediante el empleo de la difamación a las tendencias democráticas, delatan sus íntimos deseos de llegar al “partido único” y al poder absoluto a través del Estado. Además, si hablamos de superioridad ética, en todo caso habría que asociarla a quienes trabajan y producen bienes y servicios útiles para el resto de la sociedad.

Otro de los requisitos básicos de la democracia es la división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). Esta división tiende a limitar el accionar estatal a fin de impedir el ya mencionado gobierno del hombre sobre el hombre. Pero el mayor riesgo proviene del gobierno ideológico que podrá establecerse mediante la tergiversación y el ocultamiento de la verdad.

Resta, finalmente, hacer un breve resumen de los requisitos básicos que deberá cumplir un sistema democrático:

a) Debemos adoptar en cada uno de nosotros, y promover en los demás, una actitud cooperativa (su predominio reducirá las actitudes competitivas).

b) Debemos buscar el predominio del gobierno de las leyes sobre el gobierno de otros hombres (como la ley no puede prever la totalidad de las situaciones posibles, queda en manos de los gobernantes tomar decisiones en los casos no contemplados por aquélla).

c) Las decisiones del gobierno deberán buscar el beneficio de todos los habitantes teniendo presente no solo los efectos inmediatos sino aquellos para el mediano y el largo plazo.

d) Por su carácter público, las decisiones y acciones del gobierno deberán ser conocidas por toda la comunidad.

e) Deberán respetarse tanto la Constitución como la división de poderes para evitar la posible vigencia de las tendencias totalitarias.

f) Los bienes económicos han de estar producidos y distribuidos a través del mercado (y no por el Estado totalitario, bajo el cual se produjeron las mayores catástrofes sociales de la historia: genocidios establecidos por Stalin, Hitler y Mao Tse Tung).

Respecto de la economía de mercado, o capitalismo, debe advertirse que no promueve al egoísmo como el motor de la economía, como generalmente se supone, sino que se aduce, desde los sectores liberales, que a pesar del egoísmo humano, aún así puede funcionar aceptablemente.

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