sábado, 23 de noviembre de 2024

La virgen María (versión marxista)

Si bien la virgen María poco aparece en los Evangelios, para la Iglesia Católica tiene gran importancia y existe toda una serie de estudios teológicos a partir de su persona.

Con tal de tergiversar todo lo que la Iglesia propone, en vistas a su destrucción final, pero también con las intenciones de usarla a favor de la expansión del socialismo, han aparecido versiones “teológicas” que interpretan los Evangelios bajo la óptica marxista-leninista.

Tal ha sido la habilidad destructiva de los infiltrados en las filas católicas, que en la actualidad ocupan los más altos cargos de la Iglesia Católica. Puede decirse que, desde ese punto de vista, ha abandonado sus raíces cristianas renunciando a su razón de existir, al menos hasta que el sector cristiano vuelva a tomar el mando ocupado por los marxistas.

A continuación se menciona parcialmente un artículo en el que se advierten los juegos de palabras utilizados para tergiversar lo que siempre se ha dicho sobre María:

LA MARIOLOGIA MARXISTA DE LEONARDO BOFF

Por el Pbro. Miguel Poradowski

Desgraciadamente todavía mucha gente no se da cuenta hasta qué punto el marxismo penetró dentro de la Iglesia y sigue envenenando no solamente la misma convivencia de los cristianos oponiendo a unos contra otros, para introducir, en el interior de la comunidad cristiana, la lucha de clases, e inyectando el odio, sino también pervirtiendo el pensamiento cristiano y elaborando, cada día más extensa y completa, una verdadera antiteología.

Con ocasión de prepararse la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM) en Puebla, México, durante el año 1978, aparecieron centenares de trabajos, pretendidamente teológicos, presentados como “aportes a Puebla” y que constituyen un nuevo y espantoso brote del marxismo en la Iglesia latinoamericana.

Al lado de la tristemente conocida “cristología marxista”, a la cual tan oportunamente aplastó el Papa Juan Pablo II en la primera parte de su magnífico discurso inaugural de la Conferencia de Puebla, tenemos ahora también la no menos subversiva “mariología marxista”, de la cual un ejemplo ilustrativo lo constituye el trabajo de Leonardo Boff, uno de los principales elaboradores de la “teología marxista de la liberación”.

Se trata de un minúsculo ensayo, pero muy venenoso, publicado como un “aporte a Puebla”. Parece que esta “mariología marxista” la presenta, el autor, como un necesario corolario de su “cristología marxista” dentro de su marxistoide “teología de la liberación”.

La devoción a la Santísima Virgen y el culto mariano son las características relevantes de la religiosidad latinoamericana. No hay, pues, nada de extraño en que los marxistas, siempre tan atentos y sensibles a todo lo que pasa en la Iglesia, en su afán de servirse de cuanto les sea útil para los fines de la revolución, también quieran instrumentalizar el culto mariano.

Este ensayo –como todo lo que escribe Leonardo Boff- sale de la falsa premisa de que el continente latinoamericano vive en la “situación de cautividad y de opresión”, y entonces, más que en cualquier parte del mundo, “la imagen de María, profetisa y liberadora, emerge de la lectura teológica hecha en el trasfondo de nuestra situación”.

Manipulando conscientemente la teología y el culto mariano a favor de la revolución marxista, el autor se atreve a escribir que la devoción mariana, durante toda la historia de la Iglesia, es nada más que “instrumentalización del cristianismo” por la burguesía. Y, antes de exponer su “mariología marxista”, presentando a la Santísima Virgen como modelo de la moderna mujer revolucionaria, ridiculiza y destruye los dos mil años de la devoción mariana de la Iglesia.

Analizando –con el método marxista- el himno Magnificat, Leonardo Boff pretende descubrir en él la única “virtud” marxista de María: ser revolucionaria, ser modelo de mujer rebelde.

Para Leonardo Boff, la Santísima Virgen vive en estado de opresión, porque es…virgen. “La virginidad –dice Leonardo Boff- equivalía para el judaísmo a esterilidad”, y de eso el autor deduce que es un estado de opresión. Cada uno de sus razonamientos se halla dentro del esquema de la lógica marxista, es decir, dentro de la lucha de los opuestos: opresión-liberación. De alguna manera, pues, tenía que buscar y encontrar, para el caso de la Santísima Virgen, alguna situación de opresión y, para ello, no se le ocurrió sino identificar el estado de virginidad con el estado de opresión.

Pero no le bastaba despojarla del carácter de virtud de su virginidad. Para que su razonamiento marxista tuviera mayor fuerza, necesitaba presentar a la Santísima Virgen también como “oprimida” por ser…humilde. Aprendamos pues, además, del docto teólogo marxista, que la humildad es también un estado de opresión.

Para dar mayor relieve a sus afirmaciones invoca como autoridad al…hermano protestante Max Thurian, citando la frase siguiente: “Justicia política y social, igualdad de derechos y comunidad de bienes, son las señales de la misericordia del Mesías, promulgados por su madre y humilde sierva. Y es así cómo el Evangelio de salvación se torna también en Evangelio de la liberación humana. María, la primera cristiana, es también la primera revolucionaria dentro del nuevo orden”.

En otra parte, Boff dice: “La lectura de las divinas Escrituras, hecha bajo el influjo del Espíritu Santo y teniendo presentes las adquisiciones de las ciencias humanas y las variadas situaciones del mundo contemporáneo, llevará a descubrir que María puede muy bien ser tomada como modelo en aquello por lo que anhelan los hombres de nuestro tiempo. Así, para dar algunos ejemplos: verificamos, con grata sorpresa, que María de Nazareth, a pesar de estar absolutamente abandonada a la voluntad del Señor, no dudó en afirmar que Dios es vengador de los humildes y de los oprimidos y derriba de su trono a los poderosos del mundo” (Citado en “De Medellín a Puebla” de Varios Autores-Editorial Iction-Buenos Aires 1980).

Comentario: Puede advertirse que el “sacerdote” marxista Boff muestra una fe ciega en el método por el cual encuentra (o descubre) en los individuos, en la sociedad, en la virgen, en Dios, y en todo lo existente, la tradicional lucha entre opresores y oprimidos. Con el tiempo será posible que esta obsesión pueda ser catalogada como una perturbación mental desde el punto de vista de la psiquiatría.

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