Para asociarle un significado más o menos concreto, podemos decir que lo espiritual implica lo emocional junto a lo intelectual, para separarlos de lo material, que vendría a ser todo lo que se adquiere con dinero. Lo espiritual, sin embargo, muchas veces se asocia con espíritus que vuelan por los aires y que forman parte de un mundo paralelo y sobrenatural, de lo cual poco puede decirse. Mientras se suponga que desde lo sobrenatural se nos exige cierto comportamiento ético, esta creencia no presentaría mayores inconvenientes, pero sí los presenta cuando la creencia en lo sobrenatural se restringe a una serie de pedidos y homenajes hacia seres imaginarios que intervendrían en la vida cotidiana de los seres humanos.
Como ejemplo de la prioridad asignada a lo religioso, o espiritual, y a los símbolos que lo representan, puede mencionarse un caso ocurrido en la India, bajo el gobierno de Indira Gandhi, a quien se le atribuye haber expresado, luego de un atentado ocurrido en un templo, que “hubo varios muertos, pero los lugares sagrados quedaron intactos”.
Esta actitud contrasta con lo expresado en los Evangelios cuando Cristo afirma que "el día festivo está hecho para el hombre y no el hombre para el día festivo".
El hecho más importante, a nivel ideológico, de los últimos tiempos, consiste en el reemplazo de los medios materiales, como los medios de producción, en lugar de profundizar los aspectos afectivos y emocionales como vínculo entre seres humanos. Tales vínculos habrán de dar lugar a la sociedad auténticamente humana. Los vínculos materiales, por otra parte, simbolizados por la hoz y el martillo, todavía siguen vigentes bajo los socialismos actuales, al menos como objetivos siempre presentes.
Incluso desde la Iglesia Católica se observa a la condición de pobreza económica como el camino hacia la virtud, desconociendo que la virtud ética proviene, según la Biblia, del cumplimiento de los mandamientos, especialmente el que tiene mayor carácter social, como lo es el "Amarás al projimo como a ti mismo". En tal mandamiento viene implícita la actitud de ayuda al pobre y también la actitud del pobre para abandonar su condición económica de pobreza.
Cuando alguien contempla los distintos escenarios y rincones del universo, y los asocia a la obra de un Creador, puede decirse que está espiritualizando la materia. En realidad, uno de los puntos de partida de todo proceso filosófico consiste en la existencia de un Creador del universo que le ha impuesto su criterio y su voluntad. Otro punto de partida implica una creación “sin Creador”, esto es, suponemos un universo regido por leyes naturales que siempre existieron o bien que tuvieron un comienzo en el tiempo.
Desde un punto de vista práctico, podemos decir que todo lo existente está regido por leyes naturales invariantes, a las que nos debemos adaptar, en forma independiente de si existió un Creador del universo, desde fuera del mismo, o bien que lo identifiquemos con su obra, o bien que adoptemos la existencia de tales leyes como punto de partida sin entrar en cuestionamientos de imposible verificación.
Por otra parte, es bastante común la creencia en lo sobrenatural, un mundo con leyes propias, regido por un Dios que se comunica de alguna forma con los seres humanos respondiendo en forma afirmativa o negativa a los distintos pedidos. De ahí que se realizan muchos homenajes para obtener sus favores, en forma semejante a cómo muchas personas homenajean a los gobernantes de turno para recibir algunas ventajas materiales concretas.
Las religiones bíblicas, cristianismo y judaísmo, suponen la existencia de un Dios que espera de cada uno de nosotros, no sus homenajes o nuestras súplicas, sino una respuesta moral, como es el cumplimiento de los mandamientos éticos. Sin embargo, muchos adeptos interpretan que lo esencial no es la ética ni los mandamientos, sino una especie de interacción cotidiana con el espíritu de Dios, de los santos o de los ángeles, en forma similar a cómo los espiritistas se comunican de alguna manera con familiares ya fallecidos. Las posibilidades para este tipo de creencias son muchas.
La esperanza y la curiosidad dependen esencialmente del momento en que los seres sobrenaturales se comunican, o descienden, al mundo material y cotidiano, produciéndose justamente la materialización de lo espiritual. Vendría a ser un acontecimiento tan esperado como la observación de seres extraterrestres por parte de quienes creen que nos visitan en nuestro planeta.
Los creyentes en los seres espirituales, en el sentido indicado, miran a quienes no comparten sus creencias casi como se mira a un salvaje, calificándolos como materialistas y ateos. Sin embargo, en los Evangelios aparece claramente la prioridad ética de los mandamientos sobre cualquier tipo de creencia. Incluso alguien escribió que “para el salvaje, todo es espíritu….”, mientras que quienes contemplan la existencia de leyes naturales invariantes están mucho más cerca de aceptar la ética bíblica que quienes viven obsesionados por las supuestas materializaciones de seres sobrenaturales.
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