jueves, 27 de junio de 2024

Oposición al cambio social y económico

Luego de varios años de desaciertos, en la Argentina surge una propuesta para revertir la larga decadencia social y económica, lo que implica esencialmente un cambio de mentalidad. Dos son las causas principales que se oponen a todo cambio:

1- La inercia mental asociada a toda mentalidad generalizada predominante.
2- Las ideologías que se oponen a la ideología que impulsa el cambio.

La inercia mental es la tendencia a mantener vigentes las ideas y creencias dominantes en una sociedad. No es fácil que cada individuo cambie sus opiniones políticas y económicas de la noche a la mañana, y mucho menos cuando las creencias están asociadas a aspectos emocionales antes que racionales.

La mentalidad dominante en una sociedad se ha ido amoldando a las ideas emitidas principalmente en los ámbitos educativos, a lo largo de los años. En el caso argentino, tales ideas, "políticamente correctas", es decir, anticapitalistas y antiliberales, son el verdadero escollo que se debe superar a fin de lograr los cambios deseados.

Tres son las ideologías de oposición: la que proviene del peronismo, la del marxismo y la del catolicismo. En este último caso, no todos los católicos son antiliberales, si bien las jerarquías del Vaticano se han acercado cada vez más al marxismo.

Es oportuno mencionar fragmentos de un artículo de Gustavo Gutiérrez, el "sacerdote" promotor de la Teología de la Liberación, que promovió, junto con otros autores, el terrorismo de izquierda de los años 70. Si bien es posible que no hayan tenido una participación directa en la violencia desatada, sus escritos marxistas bastan para que la lucha armada surja de sus lectores casi de inmediato. Gustavo Gutiérrez escribió: "Los últimos años de América Latina se caracterizan por el descubrimiento real y exigente del otro: el pobre, la clase explotada. En un orden social hecho económica, política e ideológicamente por unos pocos y para beneficios de ellos mismos, el «otro» de esta sociedad -las clases populares marginadas y oprimidas desde siempre- comienza a hacer oír su propia voz".

"Empieza a hablar cada vez menos por intermediarios, y a decir directamente su palabra; a redescubrirse a sí mismo y a hacer que el sistema perciba su presencia inquietante. Comienza a ser cada vez menos objeto de manipulación demagógica, o de asistencia social, más o menos disfrazada, para convertirse poco a poco en sujeto de su propia historia, y forjar una sociedad radicalmente distinta".

"Pero ese descubrimiento sólo se hace en la lucha revolucionaria que cuestiona desde la raíz el orden social existente y que postula la necesidad de un poder popular para la construcción de una sociedad de veras igualitaria y libre. Una sociedad en la que sea eliminada la propiedad privada de los medios de producción que, al permitir la captación por unos pocos del fruto del trabajo de muchos, genera la división de la sociedad en clases y la explotación de una clase por otra. Una sociedad en la que la apropiación social de los medios de producción, se sume la apropiación social de la gestión política y en definitiva de la libertad, dando lugar así a una nueva conciencia social".

"Las figuras de Camilo Torres y del «Che» Guevara ponen un sello irrevocable al proceso que se vive en América latina e influyen decisivamente en ciertos sectores cristianos" (De "La Nueva Frontera de la Teología en América Latina" de Rosino Gibellini-Ediciones Sígueme-Salamanca 1977).

Resulta evidente que el citado autor propone una acción y una sociedad similar a la que proponía Karl Marx, muy alejada de la propuesta ética de los Evangelios. Adviértase que el coautor del libro "Del lado de los pobres", Gerhard Müller, es o ha sido un funcionario del Vaticano muy cercano a Jorge Bergoglio, por lo que se advierte que es la propia Iglesia Católica, como institución, la que ha abandonado el cristianismo para promover el marxismo.

Cuando alguien le pregunta a Milton Friedman acerca de cuál debe ser la función del empresario, responde: "Ganar dinero". Esta respuesta seguramente hace exclamar a marxistas, católicos y peronistas, que se trata de una finalidad egoísta, materialista, desalmada y perversa, ya que, aparentemente, estaría alejada totalmente de una ética elemental. Sin embargo, "ganar dinero" en una economía de mercado implica necesariamente que se ha producido un bien o un servicio de buena calidad y a buen precio. Necesariamente, para ganar dinero, se debe beneficiar a los demás integrantes de la sociedad en forma simultánea. De ahí que "ganar dinero" implica lograr un estímulo ante la eficacia y la cooperación mostrada, siendo el empresario el principal actor de la economía siendo el principal creador de riquezas y el auténtico luchador en contra de la pobreza.

La función del empresario resulta bastante evidente para la gente bienintencionada, pero ha de ser alguien combatido, llegándose hasta el asesinato, efectuado por quienes leyeron a autores como Gustavo Gutiérrez, quien todavía, pareciera, no se ha arrepentido de todo el daño que hizo a la sociedad creando con sus escritos a varios terroristas de izquierda.

1 comentario:

agente t dijo...

La retórica de este sacerdote también es muy mundana. Hace la pelota a los pobres colocándolos en una situación superior a la que ocupan realmente, sobre todo a nivel intelectual y moral, pero se trata de una artimaña para ganárselos para su causa, fundamentalmente política, a la que se accederá por medio de la conquista militar.