sábado, 8 de junio de 2024

Socialistas para dar vs. Socialistas para recibir

Puede decirse que un "socialista decente" es aquel que se autodenomina socialista pensando en cooperar y contribuir con la sociedad esperando dar algo o mucho de lo suyo, sin esperar nada a cambio, excepto una gratificación moral. Por el contrario, el "socialista indecente" es el que se autodenomina socialista pensando en recibir de los demás y en no dar nada a los demás; a lo sumo aspira a repartir "generosamente" los bienes ajenos. Si imaginamos una sociedad constituida principalmente por aquellos que sólo piensan en recibir o en repartir lo ajeno, sería una sociedad carente de cooperación social que pronto sucumbiría en la pobreza y la miseria, tanto material como moral.

El "socialista" que tiene la predisposición a cooperar con los demás, es el empresario que piensa producir para él y para el resto de la sociedad. Su tarea se verá compartida por empleados que intercambian trabajo por remuneración monetaria, bajo el principio general del beneficio simultáneo entre ambas partes. En realidad, tal tipo de "socialista" se conoce como "empresario burgués" y su meta es la cooperación social en un marco de libertad económica y politica. Por supuesto que no todo empresario ha de tener la predisposición mencionada, pero se acercará mucho a ella debido a la simple necesidad de sobrevivir como empresario en un mercado competitivo.

Los socialistas que predominan en la actualidad, y desde bastante tiempo atrás, son los que esperan recibir del resto de la sociedad, a través del Estado, la seguridad y los medios que permitan su supervivencia. Esta mentalidad es promovida por los políticos socialistas creando personas inútiles para la producción, convirtiéndolos en simples parásitos sociales, incapaces de realizar por sus propios medios alguna labor eficaz, ya que, así como el SIDA destruye los anticuerpos que nos defienden de las enfermedades, el socialismo real destruye las fuerzas anímicas y morales necesarias para llevar una vida digna de un ser humano auténtico.

En la Argentina, millones de parásitos sociales viven sin trabajar al recibir del Estado un "plan social". Incluso, si tienen hijos, recibirán una AUH (Ayuda universal por hijo), llegando al extremo que algunos de ellos se han burlado en público de aquellos que carecen de la posibilidad de ser mantenidos por la gente decente (vía Estado e impuestos) debido a que éstos tienen que trabajar arduamente sin llegar a lograr un satisfactorio ingreso mensual. Es una actitud similar a la del ladrón que se burla de aquellos que deben trabajar para poder vivir.

Puede decirse que la sociedad argentina, funcionando de esa forma, es una "sociedad" indigna de ese nombre, ya que se trata de un conjunto de seres humanos en el que un sector parasitario explota al sector trabajador, incluso apoyando electoralmente al bando político que ejerce una activa acción saboteadora contra el gobierno actual (2024) esperando que las injusticias sigan adelante en forma indefinida.

Ante la gran oposición a la llegada de capitales e inversiones, por parte del sector saboteador a través del Congreso Nacional, las perspectivas de cambio y de mejoramiento son cada vez menores.

1 comentario:

agente t dijo...

El hecho de tener que mantener un mínimo de capacidad productiva para poderla someter a impuestos es el talón de Aquiles de los defensores del parasitismo. Cuando los exprimidos fiscalmente se dan cuenta de ello pueden intentar articular mayoría para cambiar la situación. Y eso es lo que ha pasado en Argentina con la elección de Milei.