viernes, 7 de junio de 2024

Arturo Frondizi y el petróleo nacional

En los diversos países existen circunstancias que se presentan a lo largo de los años y que resultan bastantes similares a otras ocurridas en el pasado. Algunos gobiernos tienen en cuenta estos hechos y tratan de hacer algo distinto a lo que aconteció en el pasado en caso de que, en ese entonces, se hayan adoptado decisiones poco eficaces. Sin embargo, cuando los políticos de turno están ideologizados y cuando sólo piensan en ganar elecciones, pueden reincidir en el error para dar validez aquello de que "El hombre es el único animal capaz de tropezar más de una vez con la misma piedra".

En los años 50, el entonces presidente argentino Arturo Frondizi, tenía previas intenciones de llegar al autoabastecimiento energético mediante la extracción y procesamiento del petróleo a través de empresas estatales. Sin embargo, advirtió que ello no pudo hacerse debido al limitado capital disponible, llegando a la conclusión que lo mejor sería realizar el proyecto con empresas y capitales extranjeros.

Al no cumplir con sus promesas iniciales, Alejandro Gómez, su vicepresidente, renuncia a su cargo. El próximo presidente electo mediante votaciones, Arturo Illia, anula los contratos petroleros con las empresas extranjeras, teniendo como efecto terminar con el autoabastecimiento, pagar unos 300 millones de dólares de indemnizaciones y comprarle petróleo a las mismas empresas anteriores.

En las actuales circunstancias, y debido a la pobre situación económica y social del país, es imprescindible la llegada de inversiones para explotaciones petrolíferas, gasíferas, mineras y productivas en general. Sin embargo, bajo el estribillo popular de "la patria no se vende", y el sabotaje evidente de senadores y diputados nacionales, quienes en su mayoría rechazan y desaprueban las leyes propuestas por Javier Milei para favorecer las inversiones necesarias, nos encontramos con situaciones algo similares a las del pasado. A esos estribillos se les podría contestar con "la patria no se roba ni se destruye", ya que el petróleo, el gas y los minerales del subsuelo y enterrados en la cordillera de Los Andes, de nada nos servirán en esas condiciones.

A continuación se transcribe una explicación que Frondizi dio respecto de su actuación presidencial en materia de petróleo:

"Se dijo que la política petrolera del presidente era todo lo contrario de lo que había sostenido el ciudadano Frondizi en su libro Petróleo y política [publicado en 1954]. Me complace recordar este cargo. No vacilo en reconocer que la doctrina de dicho libro no corresponde enteramente a la política practicada por mi gobierno. En el libro sostuve la necesidad de alcanzar el autoabastecimiento petrolero a través del monopolio estatal. Era una tesis ideal y sincera. Cuando llegué al gobierno me enfrenté a una realidad que no correspondía a esa postura teórica por dos razones: primera, porque el Estado no tenía los recursos necesarios para explotar por sí solo nuestro petróleo; y, segundo, porque la inmediata y urgente necesidad de sustituir nuestras importaciones de combustible no dejaba margen de tiempo para esperar que el Gobierno reuniera los recursos financieros y técnicos que demandaba una explotación masiva que produjera el autoabastecimiento en 2 años".

"La opción para el ciudadano que ocupaba la presidencia era muy simple: o se aferraba a su postulación teórica de años anteriores y el petróleo seguía durmiendo bajo tierra, o se extraía el petróleo con el auxilio del capital externo para aliviar nuestra balanza de pagos y alimentar adecuadamente a nuestras industrias. En una palabra: se salvaba el prestigio intelectual del autor de Petróleo y política o se salvaba el país. No vacilé en poner al país por encima del amor propio del escritor" (Citado en "Esta vez ¿será diferente?" de Juan Carlos de Pablo-Editorial El Ateneo-Buenos Aires 2015).

1 comentario:

agente t dijo...

Renunciar a un proyecto por no tener los fondos necesarios es algo comprensible y razonable, pero renunciar a explotar yacimientos mineros por razones puramente ideológicas como hace el actual gobierno de España es más que absurdo, es antipatriótico.