martes, 8 de octubre de 2024

Argentina y la hipercorrupción

Puede decirse que la hipercorrupción se produce en una nación cuando una asociación ilícita es elegida, mediante el voto popular, para dirigir el país desde el Estado, tal el caso del peronismo.

El alarmante estado de la economía argentina está asociado a la enorme corrupción, tanto ilegal como legal. Esta última forma de corrupción es la más difícil de corregir por cuanto está amparada en el marco legal y defendida por los políticos actuando en el Congreso Nacional.

Un autor anónimo se tomó el trabajo de recopilar las correcciones que se están llevando a cabo desde la actual gestión presidencial de Javier Milei. Estos casos, que fueron conocidos a través de los medios periodísticos, son una muestra pequeña de una infinidad de casos similares que se dan a lo largo y a lo ancho del país.

A algunos les molesta que nuestro presidente use un lenguaje no convencional, pero en estos pocos meses de su gobierno vimos:

Que había irregularidades por $ 65 mil millones en la compra de medicamentos oncológicos.

Que 9.000 personas que cobraban el plan Potenciar Trabajo, eran empleados públicos.

Que el 55% de los comedores registrados que fueron relevados, no existen.

Que Grabois manejaba una caja de U$S 244 millones durante el gobierno anterior.

Que Belliboni manejaba una caja de $ 5 mil millones y extorsionaba a la gente.

Que en Chaco operaba una red de trata de mujeres a cambio del cobro de Planes Sociales.

Que ANSES pagó hasta $ 1.700 millones por mes sobreprecios en contrataciones de seguros.

Que Kicillof gastó $ 170.000 millones en programas llamados “Haceme tuyo” o “Juguemos piola” de geles íntimos y otros gastos disparatados y no prioritarios.

Que había un delegado en el exterior que cobraba U$S 13.000 al mes hace ¡31 años! y otro U$S 9.000 sin saberse bien a qué se dedicaban.

Que Pérsico transfirió (él a él mismo) U$S 88 millones del Estado a su cooperativa.

Que había un negocio montado con la toma de tierras, operado por agrupaciones sociales. Que existía un concejo campesino indígena con 964 empleados, 208 vehículos y 2 sedes, que le costaba al país $ 9.000 millones por año.

Que regalaron 2 hectáreas del Parque Nahuel Huapi a un abogado de dudosa procedencia, amigo de Grabois, entre otros 81 lotes en el país que aprobaron 16 días antes del 10/12/2023

Que pagaron $ 171 millones por 500.000 guardapolvos escolares que nunca existieron y sólo se hicieron 3.000, estafando, inventando o usando a cooperativas para poder facturarlos.

Que 11.000 cooperativas que financiaba el Estado, no existen y de otras 4.500 se está investigando si existen o no.

Que algunos canales de TV sin la pauta oficial no serían viables financieramente.

Que los recitales gratis tampoco existieron, ya que les pagaban entre U$S 150.000 a U$S 350.000 a determinados artistas para bajar, tema y tema, adoctrinamiento a los jóvenes.

Que hubo malversación por U$S 341 millones en la entrega de becas Progresar, que las financiaban con un préstamo internacional y no habría un registro o control sobre los fondos.

Que las provincias no ejercían su función indelegable de pagar a los docentes porque se gastaban los presupuestos en otras prioridades.

Y además, ciertas provincias sólo si recibían dinero discrecional del Gobierno nacional, hacían alguna obra en su jurisdicción, y si eran amigos del gobierno anterior, recibían mayores sumas de dinero sin control ni justificación.

Que antes de dejar el gobierno se robaron 174 notebooks nuevas por un valor de $ 290 millones.

Que pagábamos Planes Sociales a 3.000 personas que no viven en Argentina, por $ 5.800 millones.

Que para hacer el recital Lolapalloza un municipio perdía $ 60 millones, recibiendo a cambio y de cortesía, cientos de entradas.

Por todos estos ejemplos y más, la Argentina está destruida en lo económico y en lo social.

Lo que aceptás, te transforma; lo que negás te somete; salvo que seas lento, corrupto o cómplice.

1 comentario:

agente t dijo...

Después de leer esta retahíla de despilfarros uno entiende mejor el atractivo que llega a tener el populismo izquierdista. Conquista incluso más a los cuerpos que lo que ya hace de entrada en las mentes.