jueves, 13 de junio de 2024

¿Cómo se construye la ética?

Desde la religión se acepta que la ética está fundamentada en mandatos provenientes de Dios, que han de ser transmitidos a través de sus enviados; mientras que, desde la filosofía, al menos parcialmente, se acepta que los principios éticos se deducen de la razón. De ahí que casi siempre encontramos aspectos oscuros y poco evidentes respecto de tal tema.

La manera más simple en que se puede construir una ética consiste en establecer criterios basados en los efectos o en las consecuencias que producen nuestras acciones y nuestras actitudes. Decimos que una acción o una actitud es buena porque previamente hemos calificado como buenos sus efectos, siendo malas las acciones o actitudes que producen efectos previamente calificados como malos o negativos para las diversas personas, incluyendo al propio realizador de tales acciones o el poseedor de tales actitudes.

Esta sería una ética experimental, y es la que seguramente se ha utilizado en religión y en filosofía, si bien se ha descrito el proceso en las formas indicadas, como emanaciones de Dios o de la razón, respectivamente, ubicando los mandamientos y los principios como si fuesen el punto de partida del proceso, es decir, para establecer una ética concreta, se parte de algún principio unificador, pero tal principio se propone luego de observar los efectos o las consecuencias de las acciones y actitudes, como antes se dijo.

Fernando Savater confirma el proceso constructivo de la ética que se identifica más con la ciencia experimental que con los métodos de la religión y la filosofía. A continuación se transcribe un fragmento de una entrevista realizada por Jorge Halperín:

JH: La ética trabajó durante siglos sobre los principios. Pero usted hace hincapié en el problema de las consecuencias. ¿Cómo se juzga hoy, sobre los principios o sobre las consecuencias?

FS: Hay que considerar las dos cosas. En el fondo, los principios los hemos ido adoptando a base de comprobar consecuencias. Yo no creo que previo a toda consecuencia alguien descubra un principio de conducta. Nosotros, en nuestra vida cotidiana llegamos a decantar los principios como un resultado de nuestra experiencia. Sólo después de que hemos visto que es mejor saludar a los otros cortésmente con una sonrisa que pegarles una bofetada a los cinco minutos de encontrarnos, hemos llegado a la conclusión de que realmente da mucho mejores resultados el saludar cortésmente con una sonrisa, y hacemos el principio de que eso es lo que se debe hacer, en general.

JH: Pero, entonces, ¿ética es lo que conviene?

FS: Ah, por supuesto que sí. Ética es lo que nos viene mejor, nada más. Si no nos viene bien, no es moral. Yo creo decididamente que no tenemos ningún otro deber más que el de conservar y aumentar nuestra vida.

JH: ¿Ética y moral son la misma cosa?

FS: Ética es la reflexión sobre la moral. La moral es el conjunto de costumbres y valores que tiene una persona o una sociedad. La ética es la reflexión sobre los valores. Es comparar mis valores con los tuyos y con los del señor de la máquina y con los de los demás...Si quieres, sería como si la moral fuera el lenguaje y la ética pues fuera la gramática comparada y el estudio del lenguaje.

(De "Pensar el mundo" de Jorge Halperín-Editorial Planeta Argentina SAIC-Buenos Aires 1997).

1 comentario:

agente t dijo...

En moral o se es absolutista o se es consecuencialista. La real diferencia está en que los absolutistas se fían de las consecuencias deducidas anteriormente por autoridades remotas y sin que nos consten los parámetros que usaron para su deducción y los consecuencialistas se apoyan en experiencias más cercanas y accesibles.