La pobreza existente en el planeta afecta a decenas o cientos de millones, y ello se debe, en primera instancia, a la insuficiente producción de alimentos y bienes en general. Si bien resulta obvio que la pobreza se debe, en última instancia, a la referida insuficiencia, también resulta obvio que deberíamos apoyar a los sectores productivos y desalentar a los sectores que poco o nada producen. Sin embargo, resulta llamativo que los sectores socialistas critican severamente a los sectores productivos (empresarios) mientras que casi nunca lo hacen con aquellos sectores que ni siquiera se interesan por prepararse mental y anímicamente para la producción de bienes y servicios.
El típico socialista parece suponer que los empresarios tienen, cada uno, unos 100 o 1.000 estómagos y que acaparan y consumen lo producido por sus trabajadores, y que por ello les faltan alimentos a los pobres. De ahí que creen conveniente expropiar toda empresa privada para establecer una economía socialista. En realidad, cuando en una sociedad existen pocos empresarios, necesariamente habrá déficit de producción, por lo que la pobreza y el hambre ocuparán pronto un lugar en la sociedad.
Como los empresarios crean y tienen mucha riqueza, aunque no todos, en las sociedades materialistas resultan ser las personas más exitosas. Pero en toda sociedad existe un gran porcentaje de gente envidiosa que simpatiza con el socialismo debido principalmente a las promesas de expropiación estatal de los medios de producción. En estos casos, la pobreza parece ser un auto-castigo que se imponen las sociedades con altos niveles de envidia.
Entre los ideólogos promotores de la pobreza, encontramos a varios sacerdotes que están convencidos de la “voracidad” de los empresarios sin tener en cuenta que las ganancias empresariales dependen principalmente de sus aptitudes productivas, es decir, los empresarios se enriquecen beneficiando a los integrantes de la sociedad, quienes adquieren voluntariamente sus productos. Mientras que tales ideólogos creen luchar a favor de los pobres, en realidad, con su actitud anti-empresarial, lo que hacen es promover la pobreza y la miseria generalizadas.
En los años 60, del siglo XX, en Estados Unidos se intentó reducir la pobreza con el aporte estatal de miles de millones de dólares, proceso que no tuvo éxito. Ello se debió a que muchos hombres pobres, al saber que el resto de la sociedad mantendría a su familia, dejaban de trabajar dedicándose a practicar “una buena vida”. Incluso gran parte del monto asignado a la ayuda social no llegaba a sus destinatarios debido a la burocracia y cierta corrupción asociada al proceso. De ahí la conclusión de que tales ayudas sociales no siempre producen los resultados esperados, mientras que sólo el trabajo productivo es el camino saludable para evitar la pobreza extrema.
Carlos Mugica, sacerdote que afirmaba luchar contra la pobreza, al promover el anticapitalismo y el antiempresarismo, en realidad estaba promoviendo acentuar la pobreza. Además, mientras fingía promover una lucha pacífica, varios de sus seguidores optaron por la violencia armada. Mugica escribió: “Una sociedad en la que se realicen plenamente los valores cristianos, será una sociedad sin empresarios” (De “Una vida para el pueblo”-Pequén Ediciones-Buenos Aires 1984).
También: “Para Cristo cada hombre es imagen y semejanza de Dios, por lo tanto, ofender a un hombre es ofender a Dios. Y el rol del que es ministro de Cristo es asumir la defensa del hombre, y sobre todo del pobre, del oprimido. Hay gente que dice: Ah, ustedes los sacerdotes, tanto hablan ahora de los pobres, ¿por qué no se ocupan de los ricos? Creo que sí, el sacerdote tiene el deber de ocuparse de los ricos. Su misión frente a los ricos es interpelarlos. Lo que pasa es que los ricos no quieren que uno se ocupe de ellos. Porque mi misión como sacerdote es denunciarlos. Yo tendría un problema de conciencia si no le hiciera ver al rico que, si no cambia de vida, debe poner sus bienes al servicio de la comunidad” (De "Peronismo y Cristianismo").
Alberto Benegas Lynch (h) cita algunos escritos que aparecen en el libro del sacerdote Carlos Mugica titulado “Peronismo y cristianismo” (Editorial Mierlin-Buenos Aires 1967):
“Para el rico la única posibilidad de salvación es dejar de serlo”. “Por eso el burgués o el que tiene mentalidad de burgués, es el menos capacitado para entender el mensaje de Jesucristo”.
“Uno de los grandes daños que nos hace esta sociedad llamada de consumo, pero de consumo de unos pocos y hambre para muchos, es el de hacernos creer que el amor es una cosa dulce, más o menos afectuosa. No. Por amor, muchas veces me veo obligado a hacer sufrir mucho a los seres que amo”.
“Qué nos puede importar que nos acusen de comunistas, de subversivos, de violentos y todo lo demás. Además, si yo soy cristiano, en alguna medida no soy signo de contradicción y si suscito simultáneamente el amor y el odio, mala fariña”.
“Jesucristo es mucho más ambicioso. No pretende crear una sociedad nueva, pretende crear un hombre nuevo y la categoría de hombre nuevo que asume el Che, sobre todo en su trabajo «El socialismo y el hombre», es una categoría netamente cristiana que San Pablo usa mucho”.
“Marx y Lenin al postular la comunidad de bienes más que parafrasear, copian el Evangelio. Cuando Marx habla de dar a cada uno según su trabajo o a cada uno según su necesidad, que para mí es profundamente evangélico, no hace más que asumir ese contenido”.
“Si hoy todos los que se dicen católicos en la Argentina pusieran todas sus tierras en común, todas sus casas en común, no habría necesidad de reformas agrarias, no habría necesidad de construir una sola casa”.
“Yo personalmente, como miembro del movimiento del Tercer Mundo, estoy convencido que en la Argentina sólo hay una salida a través de una revolución, pero una revolución verdadera, es decir simultánea: cambio de estructuras y cambio de estructuras internas. Como decían los estudiantes franceses de mayo del 68, tenemos que matar al policía que tenemos adentro, al opresor que tenemos adentro […] El cristiano, entonces, tiene que estar dispuesto a dar la vida”.
“Yo pienso que el sistema capitalista liberal que nosotros padecemos en un sistema netamente opresivo”. “Por eso, como norma los sacerdotes del Tercer Mundo propugnamos el socialismo en el cual se pueden dar relaciones de fraternidad entre los hombres”. “Los valores cristianos son propios de cualquier época, trascienden los movimientos políticos, en cambio el peronismo es un movimiento que asume los valores cristianos de determinada época”.
Un relato de cómo los sacerdotes del Tercer Mundo captaban en las diversas parroquias argentinas a jóvenes aptos para la guerrilla, lo manifiesta Juana Marcela Marty, quien escribió: "Mi prima (casi hermana) y mi primo, fueron captados por el padre Carlos Mugica entre los años 72 y 73. No fue rebeldía de chicos de familias bien, o de los que quieren más justicia, o ....Fue ODIO, FURIA, SALIR A MATAR. En un momento en que vivíamos cierta tranquilidad. Eduardo y yo quedamos en shock".
"Hablaban de armarse y salir a matar. Pero matar en serio. Muchas veces dije: mataría a tal o cual. Pero meterse en una organización extremista es algo mucho más profundo e irreversible. Matar, torturar, poner bombas, secuestrar, era algo a lo que se comprometieron".
"¿Les ha pasado conocer a alguien en un reportaje y después enterarse de que es un hdp? No lo parece. Creemos que tiene que tener un letrero en la frente que diga: «soy psicótico». Mi prima era mi hermana. La criaron, la educaron, la amaron mis padres. Y sin embargo, bastó una reunión para que descubriera (quizás ella ya lo sabía), un monstruo".
"Mugica era un tipo repulsivo. Eduardo y yo, éramos muy chicos, pero salimos de la reunión con el estómago revuelto. Y ahí quedaron prendados mis dos primos. Ahí iniciaron su camino. Todos, todos los argumentos de Mugica eran tan falaces, que había que tener un profundo problema psicológico para no asquearse. Era como ver a una Bonafini, pero jóven, atractiva, seductora".
"Mi prima era mi hermana: la misma edad, generalmente coincidíamos en gustos, en opiniones, .... y de un minuto a otro se transformó en mi acérrima enemiga" (De facebook.com).
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