En nuestra época se advierte un gran interés, por parte de importantes sectores de la población, por cuidar el medio ambiente, que peligra debido a las actividades contaminantes producidas ante las necesidades energéticas y materiales que demanda la sociedad. De ahí las actividades de los ecologistas y los naturalistas, que incluso velan por la supervivencia de los animales en peligro de extinción, como de todo animal que pueda ser perturbado por los seres humanos.
Esta actitud no es nueva, ya que muchos pueblos primitivos dedicaban una veneración de tipo religioso a la “madre Tierra”. Se dice que en la Europa pre-romana no existían caminos debido a la tendencia a no destruir el paisaje natural, mientras que, por necesidades militares y comerciales, Roma construye miles de kilómetros de caminos, a pesar de las protestas de los antiguos ecologistas.
Es indudable que la supervivencia de la humanidad, con más de 8.200 millones de habitantes, no puede darse el lujo de abandonar la minería, abandonar la extracción de petróleo y otras actividades que necesariamente deterioran el medio ambiente, marginando a la pobreza y a la miseria a importantes sectores de la población bajo un extremado principio ecológico.
En años recientes, el exceso de nacimientos sobre la mortalidad, era de unos 100 millones por año, lo que implica mayor consumo de energía y mayor contaminación ambiental. Sin embargo, recientes informaciones sostienen que en el último año se ha mantenido casi constante la población China, por lo que hay esperanzas de que el crecimiento poblacional tienda a limitarse hasta un máximo de unos 11.000 millones de habitantes. Recordemos que India tiene más de 1.400 millones de habitantes, algo más que China.
La limitación de alimentos y viviendas presiona, como una tendencia, a tener pocos hijos, o ninguno, por lo cual se estima que la duplicación de la población mundial se ha de prolongar casi indefinidamente. Recordemos que con un aumento sostenido de la población mundial de un 2% anual, implicaría una duplicación en 35 años.
También, en materia de alimentos, la gente prefiere la seguridad de lo natural ante la inseguridad de los alimentos procesados o con adiciones de sustancias químicas. Sin embargo, a veces nos olvidamos que los seres humanos también somos parte de la naturaleza, ya que muchos aceptan incluso las intervenciones humanas que, artificialmente, intentan rediseñar individuos y sociedades; algo contradictorio con la tendencia generalizada.
Mientras que la gente adhiere al cuidado del medio ambiente, por otra parte acepta leyes promueven el aborto, que resulta ser algo completamente antinatural, lo mismo que la promoción en niños y jóvenes del cambio de sexo. Tal contradicción nos lleva a pensar que el "meritorio" ecologismo generalizado puede a veces ser un disfraz para sabotear todo intento de establecer inversiones en minería o en la obtención de nuevas fuentes de energía.
También llama la atención la cantidad de adherentes que tienen algunos líderes totalitarios que han destruido naciones y sociedades expulsando a importantes porcentajes de población que tienen que deambular por el mundo bajo incomodidades y sufrimientos extremos. Cuando las ideologías promotoras de odio selectivo tienen muchos adherentes y difusores, se llega a una situación totalmente opuesta al cuidado de la naturaleza, ya que constituye en realidad un ataque simultáneo a todo proceso que vaya a favor de la supervivencia humana.
La sociedad en general y los apasionados naturalistas, defensores del paisaje y de los animales, olvidan que la naturaleza humana es una combinación de cuerpo, emociones y razón, y que apuntar sólo a lo sexual, incluyendo a cierto adoctrinamiento poco adecuado a los niños, implica apuntar hacia un ser humano mutilado, lejos de ser el ser humano natural que conformó la evolución biológica, o Dios a través de tal proceso. De ahí que el verdadero naturalista es el que incluye al propio ser humano, como alguien a quien debe cuidarse, principalmente del proceso autodestructivo promovido por algunos sectores de la sociedad.
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