Por lo general, se asocia a Antonio Gramsci el método socialista de acceder al poder mediante medios pacíficos, en oposición a los métodos revolucionarios o violentos propuestos por Marx, Lenin, el Che Guevara y otros. Sin embargo, con algunos años de anticipación, aparece en Inglaterra la denominada Sociedad Fabiana, con objetivos similares. John T. Flynn escribió: "En 1883 un pequeño grupo de socialistas organizaron lo que llamamos la Sociedad Fabiana. En su tiempo incluyó personas eminentes como Sidney y Beatrice Webb, Annie Besant, George Bernard Shaw, Ramsay MacDonald y otros. Estos ingleses creían que si el socialismo había de ser introducido en Inglaterra, debía serlo gradualmente y no por medios revolucionarios violentos".
"Decidieron realizar la tentativa mediante métodos políticos. Adoptaron la política del general romano Quinto Fabio, quien sostenía que el único medio de derrotar a Aníbal era el de evitar una batalla general, y mediante hábiles retiradas lanzarlo a combatir en pequeños sectores y derrotarlo por secciones. De ahí que llamaron a su movimiento el Movimiento Fabiano. Su estrategia, como así también su programa, se hizo conocer con el nombre de socialismo fabiano".
"Sidney Webb, gran estadista, conocido más tarde como lord Passfield, vio claramente que si el socialismo había de hacer algún progreso contra la sólida roca de la opinión británica, tendría que hacerlo por procesos constitucionales. La causa debía dar un paso por vez, insistía, teniendo cuidado de no ofender jamás el sentido moral de las masas, a quienes debía ofrecérseles en cada etapa, tanto como cuanto estuvieran dispuestas a aceptar".
"Esta Sociedad Fabiana nunca tuvo más de cuatro mil miembros. Fue, sin embargo, este pequeño grupo el que hizo posible en Inglaterra el asombroso triunfo total del socialismo. Este triunfo no se obtuvo por pura suerte o por casualidad. Los fabianos elaboraron desde el principio un plan definido. Por supuesto no lo inventaron de sopetón en una sesión o dos alrededor de una mesa de conferencias. Se desarrolló en sus mentes de a poco por vez. No fue probablemente sino alrededor de comienzos del siglo [XX] que lo vieron claramente en todas sus partes. Este plan puede resumirse como sigue:
1- El primer objetivo era la Sociedad Fabiana misma, que se convirtió en la maquinaria planificadora política que elaboraba los planes, era la escuela de entrenamiento de los dirigentes socialistas, enseñaba a los oradores, escritores y dirigentes, dirigía el programa educativo nacional y actuaba como Estado mayor del movimiento.
2- Los fabianos comenzaron por abogar como prólogo, no por un Estado socialista, sino por un Estado de bienestar.
3- Resolvieron ofrecer su programa en pequeñas secciones sucesivas, por medio del gradualismo, nombre con el que llegó a conocérsele.
4- Se pronunciaron contra la posesión total por el Estado de la tierra y de la industria. Propusieron la posesión por el Estado de las grandes funciones básicas: crédito, energía eléctrica, transportes, minerales básicos. El resto del sistema económico sería dejado en poder de los particulares, pero manejado bajo planes elaborados por el Estado.
5- Sostenían que debían apoderarse de las mentes de la clase trabajadora, y con ese fin hacerse cargo del aparato -es decir, de los círculos dirigentes- de las uniones gremiales.
6- Resolvieron formar una rama política -un partido- que luego se convirtió en el Partido Laborista británico.
7- Decidieron comenzar por cooperar con el Partido Liberal, similar a nuestro Partido Demócrata [el de EEUU], hasta que su propio Partido Laborista adquiriera fuerza suficiente para desplazarlo.
8- Convinieron en que debían penetrar y capturar los instrumentos de la opinión pública e información: los escritores, los clérigos y las escuelas.
"Hay que decir una cosa de este plan. Triunfó. Su aspiración primordial era la de introducir el socialismo sin mencionar esa sospechosa palabra; ofrecer a los votantes una pequeña parte de la máquina socialista por vez, sin la etiqueta socialista; introducir de contrabando el socialismo en el cuerpo social sin despertar la sospecha de las masas. Dígase lo que se diga, fue un ataque solapado" (De "¿Qué porvenir nos espera?"-Editorial Guillermo Kraft Ltda.-Buenos Aires 1951).
Puede decirse que el socialismo es una tendencia a reemplazar, por medio del Estado, al gobierno de Dios, o de las leyes naturales, sobre todo individuo. Como al Estado lo dirigen seres humanos, implica promover el gobierno del hombre sobre el hombre, lo que lleva implícita una desigualdad entre gobernantes y gobernados. De ahí que toda propuesta socialista se opone tanto a la religión bíblica como al liberalismo.
Si el socialismo produjera buenos resultados, y a pesar de las oposiciones mencionadas, no habría mayores inconvenientes en aceptarlo, pero, como la historia indica, resulta una alternativa peligrosa por cuanto un exceso de poder en el Estado puede conducir a las catástrofes sociales producidas por los totalitarismos (todo en el Estado).
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1 comentario:
Afortunadamente el socialismo británico, que eso es el Partido Laborista, recibió tal tratamiento de humildad por parte de la sociedad británica de mano del Partido Conservador que hasta tuvo que inventarse eso de la Tercera Vía precisamente para no aparecer como socialismo clásico o incluso como socialdemocracia.
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