Cuando se quiere expresar, de manera simbólica, que un político no comunista favorece el afianzamiento, o el acceso al poder, del comunismo, se dice que ha sido un “Kerensky”, en alusión al político ruso que, con sus errores, favoreció la caída de Rusia bajo la tiranía del marxismo-leninismo. Cosme Beccar Varela (h) y otros, escriben: “Alexander F. Kerensky reprimió con violencia la oposición que tenia a su derecha. Al Zar y su familia, no les permitió exiliarse, sabiendo que su permanencia en Rusia los llevaba a una muerte segura. Con sus propios compañeros del gobierno provisorio, hasta julio de 1917, procedió con dureza. Implacablemente los apartó del gobierno, asumiendo poderes dictatoriales”.
“Más tarde, cuando el militar revolucionario Kornilov, intentó derrocarlo e implantar un gobierno moderado, Kerensky lo combatió furiosamente hasta que Kornilov, abandonado por sus partidarios, fue derrotado y encarcelado”. “El camino para Lenin quedaba así allanado. Kerensky se ocupó de liquidar cualquier oposición que aquél hubiera podido encontrar a su derecha” (De “Los «Kerenskys» Argentinos”-Manifiesto de la Sociedad Argentina de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad (TFP)”-Buenos Aires 1972).
Por otra parte, Fabio V. X. Da Silveira escribió: “La personalidad y la vida de Kerensky se podrían resumir así: un sofisma para encubrir una traición. El sofisma: el mejor medio de desarmar al adversario es destruir su agresividad, y el mejor medio para destruir la agresividad consiste en atenderle indefinidamente sus exigencias. Así es que, jefe del gobierno ruso después de la caída del zarismo, Kerensky representó frente al comunismo una política de sucesivas concesiones. Fortalecidos gradualmente los bolcheviques por estas concesiones, aconteció lo inevitable: acabaron siendo lo suficientemente fuertes como para derribar a Kerensky y lo derribaron”.
“Socialista y enemigo acérrimo del régimen imperial, participó activamente en la Revolución de marzo de 1917 que obligó al Zar Nicolás II a abdicar. Al formarse el primer gobierno provisional, Kerensky es nombrado Ministro de Justicia. El 20 de julio del mismo año, asume el Poder como Primer Ministro con facultades dictatoriales” (De “Frei, el Kerensky chileno”-Ediciones Cruzada-Buenos Aires 1968).
Incluso el militarismo argentino tuvo sus propios “Kerenskys”, como Alejando A. Lanusse, quien derroca a Juan C. Onganía para entregarle el poder a los guerrilleros marxistas-leninistas de los setenta, a través de la presidencia de Héctor J. Cámpora. Si bien el gobierno de Onganía no fue un dechado de virtudes, resultaba mucho menos peligroso que el gobierno de sectores abiertamente terroristas. “En esos años, el Gral. Lanusse recibió al marxista Allende, reconoció a China comunista y rompió relaciones con Taiwan, poniendo así en práctica su plan de «ruptura de barreras ideológicas» y comenzó su llamado «gran acuerdo nacional»”. Recordemos que Taiwan, o China nacionalista, por ser anticomunista, fue marginada por Lanusse y colocada detrás de la “barrera ideológica”, mientras que aceptaba sin inconvenientes la ideología promotora de la guerrilla.
Por lo general, los presidentes argentinos piensan más en llegar al poder priorizando cuestiones personales en lugar de apuntar a solucionar los graves problemas que nos afectan. Este ha sido el caso del último Kerensky, Mauricio Macri, cuya ineptitud favoreció la llegada al poder de la ultraizquierda kirchnerista. Laura Di Marco escribió: "La llegada de Macri a la Casa Rosada parece completar una asignatura vital muy profunda: terminar de demostrarle a su padre que es capaz, que vale y que puede, desmintiendo el fantasma de la ineptitud, siempre agitado, directa o indirectamente, por un patriarca narcisista que buscó anularlo para exaltar su propia obra" (Citado en "Hermano" de Santiago O'Donnell-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 2020).
Apenas asume la presidencia, Macri mostró en público su superficialidad a través de un estúpido bailecito que ofendió a muchos inadvertidos votantes que creyeron en sus palabras. Alberto Benegas Lynch (h) comentó al respecto: "Ese bailecito pornográfico con la banda presidencial en la Casa Rosada me parece absolutamente antitético con el sistema republicano" (De la entrevista de Jorge Fontevecchia).
Su torpeza se advirtió en los pequeños detalles, como cuando en televisión (antes de ser presidente) le obsequian un reloj, motivado por una propaganda publicitaria. En lugar de agradecer y quedarse callado, comentó que "ya no usa reloj" por cuanto mira la hora en su celular, en franca oposición al objetivo de la publicidad.
Ante la opinión de su hermano Mariano, no parece que a nivel familiar muestre una conducta inobjetable. Mariano Macri expresó en una entrevista: "Mauricio, ¿vos me estás jodiendo? No te importó la salud del viejo, la angustia que el viejo vivió. ¿Te das cuenta, Mauricio? Tampoco te importó la enfermedad de mi hija. Tuve que acudir a mi primo Ángelo a pedirle plata porque el médico oncólogo del Fundaleu que me traía la droga de afuera me cobraba una fortuna y ustedes me dieron vuelta la cara, me habían cortado el grifo, me habían dejado totalmente seco. No logré siquiera que reaccionaran frente al episodio de cáncer de mi hija y tuve que recurrir a mi primo, que fue el que me ayudó. ¿Te das cuenta? Vos te fuiste en todo este proyecto tuyo de poder cuando para mí el proyecto era velar por el crecimiento de la gente y evitar que la empresa se fagocitara a la familia. Vos y yo somos de dos galaxias distintas" (De "Hermano").
A fin de mostrar una imagen pública favorable, ante una sociedad esencialmente antiempresarial, trató de despegarse de la imagen de su padre, empresario de reconocida capacidad, exagerando sus defectos injustamente. Santiago O'Donnell escribió: "Mauricio, al amparo de la política, movió sus piezas para desactivar y vaciar de poder a su padre, a quien había transformado en su enemigo íntimo".
Según este autor, Mauricio Macri mantuvo vigente, por conveniencia, "el mito de que su padre, el legendario empresario Franco Macri, era un mafioso menemista que vivió toda su vida de aprietes y negociados con el Estado". "Mariano está convencido de que esta es una historia inventada por Mauricio y por quienes lo asesoran en marketing político, en particular, para congraciarse con Lilita Carrió y generar una narrativa que lo hiciera más digerible para la lideresa de la Coalición Cívica".
Políticamente, Mauricio siempre buscó reunir en su partido todo el espectro político de manera de ampliar su poder, invitando a peronistas, socialistas, radicales y liberales en un mismo sector. Incluso durante su gobierno favoreció bastante a quienes lo insultaban todos los dias, con la esperanza de tenerlos algún día de su lado.
Mauricio Macri solamente sale bien parado ante una comparación con lo peor: el kirchnerismo. Sus partidarios no intentan otro marco de comparación. Para colmo, lo alientan a que acepte ser candidato a presidente para las elecciones del 2023, a pesar de que la situación económica y social está mucho peor que en el año en que accedió al poder. Si antes no pudo solucionar nada de lo que se propuso, no parece que pueda hacerlo ahora. Lo que seguramente logrará, en caso de ser reelecto, será una segunda resurrección del kirchnerismo, como la que antes logró.
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1 comentario:
Individuos así, sin principios sólidos ni fondo moral, son los menos indicados para liderar una alternativa a la catástrofe que dejan los partidos populistas o de izquierda cuando salen del poder. Se limitan a ser taller de reparaciones en vez de nueva factoría.
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